Y pensando que si llevaba el farol, no iba a poder manejar el arco, y ahí dentro podría haber cualquier cosa. Comento a sus compañeros.
-Pablo o Julia, podríais alguno de los dos venir conmigo para llevar el farol. De esa forma yo podría tener mi arco preparado por si hiciese falta.- Tras lo que espera a que uno de sus compañeros le ayude con la luz, ya que necesitan tener luz. En el caso de que no lo hiciesen, no le quedaría otro remedio que llevar en una mano el farol, y en la otra su cuchillo, con el que no se sentía tan cómodo como con el arco.
Pablo se acerca para tomar el farol tomando el cayado con una mano y apoyándolo en su cuerpo como si le diera alguna seguridad (aunque necesite ambas manos para usarlo)
—Yo te acompañaré, solo… Ten el arco listo… Por favor.
Le dejé a Pablo el farol y retrocedí hasta donde estaba don Lope. Si iban a entrar, que fueran los varones a ello. Miré alrededor, ya que el malherido parecía nervioso y quería que nos alejáramos de allí de inmediato. Cuando me convencí de que no había nada que nos acechara, me giré para mirar al bandido.
-"¿Y qué es lo que quiere invocar? ¿Un demonio? ¿Quién ha destrozado este sitio y por qué?" Le pregunté.
Era raro que solo quedara alguien con vida en este horrible sitio y fuera un esbirro del judío. Podría ser una trampa y aún estando a punto de morir, el malnacido siguiera aún tan fanático del otro impío ser.
Julia entregó elcandil a Pablo, y éste se ofreció a iluminar al cazador en el interior de la posada. La mujer se colocó cerca de don Lope y el herido, en el patio delantero, dudando si todo aquello entrañaría peligro. Por su parte, Pablo accedió al interior con Ignacio preparado. Ahora ambos podían ver unas varas alrededor. Julia dejó entonces de observar a sus compañeros.
Enseguida Pablo, nada más dar unos pasos, pudo notar sangre pegajosa en la suela de sus zapatos, y junto a Ignacio ambos pudieron ver que las paredes, mesas y sillas propias del negocio estaban impregnadas de sangre... El mobiliario estaba tirado por el suelo, y había varios cadáveres allí, empapados de sangre.
¡Ayuda, ayuda! -alguien gritó, y Pablo movió la mano y el candil hacia el fondo de la sala-.
Había unas escaleras, y delante de ellas había un niño abrazado por la espalda por una criatura terrorífica: una postura semiagachada, cuerpo gelatinoso, piel escamosa ojos grandes, y garras extremadamente exageradas. Su boca estaba impregnada de sangre, y entonces mordió al niño, a la luz del candil, y aquello os heló los huesos un instante. El niño cayó, y la criatura, entonces comenzó a subir escaleras arriba. Daba saltos con los pies y manos como si fuera un cuadrúpedo.
La criatura huye escaleras arriba. Como estábais preparados, Ignacio puede dispararle si quiere. Estás a distancia corta, osea que tienes un bonus dee +20%. Si no le matas, éste desaparecerá escaleras arriba.
No marquéis a Julia.
¡Ayuda, ayuda! -una voz de un niño gritó, pero enseguida se apagó, procedente del interior de la posada-. Hemos de irnos, ¡el mal ya está aquí! -repetía el herido, tumbado en la parihuela-.
No marques a tus compañeros.
La luz del farol ilumino un interior terrorífico, cadáveres y sangre por todos los lados. Y al fondo un niño, solicitando ayuda, pero una especie de demonio, acabó con su vida. Tembló al ver aquella cosa, un ser extraño, maligno. Pronto supero su miedo y trató de acertarle con la flecha que tenía preparada.
Tan solo gracias a lo cerca que estaba, pudo acertarle a la criatura antes de que esta escapase. Pero aquello era tan tremendo, que costaba acercarse hasta ella. Preparó otra flecha, no sabía si la había matado.
-¡Con cuidado Pablo! No sabemos que pueda ser esa maligna criatura, ni si pueda haber mas.- Le dijo a su compañero, para que fuese cauto y esperase a ver si habían logrado acabar con aquel ser.
Motivo: Arco
Tirada: 1d100
Dificultad: 80-
Resultado: 63 (Exito) [63]
Miré a don Lope y al herido, para después mirar a la entrada de la posada, por donde habían entrado los otros dos. ¿Un niño allí dentro? ¿Qué diantres pasaba?
-"No deberíamos de entrar también, don Lope? Parece que hay un niño pequeño dentro y seguro que está aterrado y hambriento." Le dije con ojos anhelantes.
Si había un joven varón, había que atenderle en seguida. Posiblemente habría visto lo sucedido allí y nos daría bastante información sobre aquello.
El disparo fue certero, justo en el vientre de la criatura, la cual emitió un tremendo alarido. Entonces se contoneó un instante y se repuso, y enseguida subió escaleras arriba, malherida. La oscuridad seguía en el comedor de aquella posada, iluminado sólo por el candil que portaba Pablo.
Motivo: Daño Arco y Bonus
Tirada: 2d6
Resultado: 5, 5 (Suma: 10)
Motivo: Localización
Tirada: 1d10
Resultado: 7 [7]
La habéis malherido, pero ha subido escaleras arriba. Os toca.
Aquel demonio salido de los infiernos, recibió un buen disparo, pero se repuso y escapo escaleras arriba. En primer lugar Nacho inspecciono la habitación en la que se encontraban, por si había alguien vivo, o alguna otra de aquellas criaturas. Y su intención era acabar con aquel ser, que tanto daño podría causar.
-Pablo, tenemos que subir con cuidado, debemos acabar con ese monstruo.- Le dijo a su compañero, y trató de escuchar cualquier cosa que le pudiese indicar si a parte de aquella criatura había algo más en la casa.
Motivo: Escuchar
Tirada: 1d100
Dificultad: 60-
Resultado: 61 (Fracaso) [61]
Pablo con candil en mano y apretando su cayado con la otra voltea para ver a Ignacio con una expresión de absoluta valentía y coraje.
—Vist... Viste el tamaño de esa cosa? Nos vamos, no logramos ayudar al que gritaba y debo cambiarme los pantalones
¿Si me atacan en un turno puedo bajar el candil y defenderme con el palo?
Tras inspeccionar aquella sala, comprendísteis que en el salón de tal posada no había cuerpo con vida; más bien había cinco cuerpos, uno de ellos al lado de una especie de tablones y barriles (por lo que dedujísteis que podría ser el posadero). Todos yacían en vueltos en sangre, y de sangre estaba impregnado todo el mobiliario, el suelo y los muros de piedra de las paredes.
No encontráis a nadie más con vida.
Pablo: no hay problema. Entiendo que ahora llevas en una mano el candil y en otra el bordón. En caso de combate podrías soltar el candil y usar el palo. Sin gastar acciones (sino directamente hacer acciones de ataque, defensa, etc.).
Ignacio, parece que Pablo no tiene intencion de subir. Confírmame si tú lo haces (y en tal caso, si coges el candil o no).
Nacho vio la cara de espanto de su compañero, y las ganas que este tenía de abandonar el lugar. El también estaba asustado, y mucho, pero aquella bestia podría hacer mucho daño en el mundo, acabar con inocentes, y aquello le provocaba mucho coraje.
-Ánimo amigo, que no estas solo. Necesito que alguien lleve el farol, yo no puedo llevarlo y disparar a la vez. Algo me dice que esta malherido, si logro acertarle con otra flecha habremos acabado con el.- Era consciente de que si Pablo salía al exterior, el también tendría que hacerlo. No podía ir con el farol, ya que entonces no podría disparar contra la bestia.
Si Pablo sale, a Nacho le toca seguirle, no puede llevar farol y arco listo para disparar.
Pablo miró a Ignacio con los ojos entre cerrados mientras volteaba nerviosamente vigilando la habitación.
—S.. Si esa cosa me llega a matar t... Te juro que te mato.
Pablo toma la delantera con el farol.
—Mantén esa flecha lista por el amor de jesus, maria, jose, moises y mi vecino paco.
Pablo sube las escaleras viendo cada movimiento de su propia sombra con extremo pánico.
Logró convencer Ignacio a Pablo para que levantase el farol delante de él y subiera, en vanguardia, para rematar a aquella criatura. Ignacio se preparó y Pablo fue delante. Los escalones de la escalera chirriaban a vuestro paso, la cual, por cierto, estaba llena de arañazos y sangre. Enseguida vio Pablo, en primer lugar, un cadáver en la escalera (otro en la lista que parecía estar fraguándose en aquel lugar). Ambos dos lo saltásteis con cuidado, sin hacer mucho ruido. En la parte superior había una especie de pasillo y tres puertas, que seguramente eran de las habitaciones de que disponía aquel sitio.
El pastor levantó el candil, y entonces proyectó la figura que salía de una de las habitaciones y entraba en otra, corriendo o saltando (podría decirse un brinco), pero aún malherida. Ignacio tuvo una fracción de segundo para verla*... y disparar.
*La criatura sale de una habitación, pisa un instante el pasillito y entra en la puerta de la habitación de enfrente. Todo ello corriendo a cuatro patas (tal y como lo vísteis subir). Sabéis que está herido, y en ese pequeño instante, Ignacio, puedes dispararle.
Eso sí: pese a que estás a distancia corta (+20%), el pasillo es tan estrecho, hay poca luz (solo el farol) y el movimiento de la criatura es tan rápido que es un poco difícil acertar (malus del -25%). Por ello, tu tirada, si decides disparar, va con un -5% (el total de ambos modificadores).
Escuchad... Ya no hay nada... -respondió Lope, dudando en su interior sobre las palabras de Julia-. Haced como vos veáis, subid, pues o bien... quedáos con éste aquí, mientras subo yo. ¿Qué preferís? -te preguntó el noble-. Entonces, mientras esperaba respuesta, notaste un gran silbido... ¡FASSHHH! Estaba claro que Ignacio debía haber disparado una flecha allí adentro, y luego un traqueteo, como si alguien subiera algunas escaleras interiores corriendo...
Julia, eres libre de entrar (lo harías a oscuras) o bien quedarte con el prisionero (aunque no va a ir a ninguna parte, pues no puede); o hacer cualquier otra cosa. Tú me dirás.
Cuando llegaron al segundo piso, descubrieron que había varias estancias. Y de forma repentina, vieron como aquella horrible criatura, pasaba corriendo a cuatro patas de una de las habitaciones a la que había enfrente. Fue un instante, demasiado fugaz como para hacer un buen disparo. Este salió desviado, pasando lejos del herido demonio.
-¡Maldita sea! He fallado. Hay que acercarse con mucho cuidado a esa habitación, ten el bastón preparado.- Dijo a Pablo mientras volvía a preparar otra flecha en el arco, lista para volver a disparar. La tensión era enorme, así como el miedo a lo desconocido, a la proximidad a algo que solo habían escuchado en cuentos.
Motivo: Disparo
Tirada: 1d100
Dificultad: 55-
Resultado: 88 (Fracaso) [88]
Pablo volteo para ver a Ignacio mirándolo por debajo mientras entrecerraba los ojos.
—Y si hay algo en la habitación de la cual acaba de salir y quiere que el demos la espalda?
El pobre pablo suspira entre escalofríos. Vigila que atrás de Ignacio un momento para volver a Ignacio.
—Déjame acercarme espaldas a la pared para echar un vistazo primero a ver si hacemos que salga.
Al escuchar el ruido de lucha, o eso pensaba al oír el sonido del arco de Ignacio, decidí quedarme allí con el prisionero. No era una luchadora y solo estorbaría en la contienda. Miré a don Lope seria.
-"Me quedaré aquí con el prisionero, si no le importa. No creo que fuera de mucha ayuda ahí dentro." Le solté.
Di unos pasos hacia atrás, pegándome al moribundo, dejando claro que no iba a moverme de allí. Aún así, saqué mi cuchillo y lo agarré con fuerza. Estaba nerviosa y tenerlo en la mano me tranquilizaba un poco, aunque bien sabía que si alguien venía a luchar conmigo, acabaría en el suelo muerta.
Perdón, llevo unos días enfermo y no estaba para escribir.