Partida Rol por web

Danse de la Mort: La Chiquilla De Mary

Escena II: Conociendo Al Padre John

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12/09/2009, 03:03
Director

Martes 24 de Febrero de 2004 - Louis Armstrong Park, Nueva Orleans.

Te das la vuelta y echas a correr en la otra dirección, lejos de los fiesteros, resistiendo la repentina urgencia de saltar sobre ellos y morderles la garganta. No te percatas de nada excepto del sonido y el olor de la gente detrás de tí, lo que hace que de repente apareza un hombre ante tí y no te des cuenta.

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12/09/2009, 03:13
Padre John

Va vestido de negro y lleva un alzacuellos. Sus ojos azules se clavan en tu cara y entonces mira sobre tus hombros a los fiesteros detrás de tí.

- No tengas miedo. No estoy aquí para hacerte daño.

A pesar de esas palabras, sientes la urgencia de correr tan pronto de un paso más hacia tí. Una primitiva y asustada voz en algún lugar dentro de tí identifica a este hombre como un depredador entre depredadores. El sentimiento cesa, como sea, y el sacerdote pone una mano sobre tu hombro.

- Soy el padre John Marrow, y como tú, soy un Vástago. - susurra.

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12/09/2009, 13:04
Director

Has oído hablar del Padre John Marrow, quizás por tus padres. Es un pastor en la Iglesia de Corpus Christi, en el Distrito Tremé de Nueva Orleans, famoso por sus actos de caridad hacia los pobres y por atender a prostitutas desvalidas. Aunque no sabes qué ha querido decir con eso de Vástago...

- Tiradas (1)

Tirada: 2d10
Motivo: Conocer al Padre John Marrow
Dificultad: 8+
Resultados: 6, 9
Exitos: 1

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12/09/2009, 13:10
Romy Stevenson

Me paro en seco y me arrodillo en la hierba agarrándome la cabeza con las manos. Da igual que se manchen los pantalones de verde. Da igual que el viento no me enfríe. Da igual que sean personas, seres vivos. Si, da igual, huele bien. No, no huele bien, huele a lo que necesito.

- No… Eso está mal…- murmuro para mi misma.

Entonces siento la presencia de alguien. Alzo la cabeza para mirarle, es un hombre, y tengo la imperiosa necesidad de salir corriendo. Pero cesa casi al instante. Escucho sus palabras clavando mi mirada en él. Intento descifrarlas, entender lo que me dice, pero no tiene sentido.

-¿… Vástago?- repito.

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12/09/2009, 13:12
Padre John

El Padre John te sonríe con candidez.

- Será mejor que vayamos a charlar a un lugar seguro, pero antes... - señala a tu espalda. - Haz lo que tengas que hacer.

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12/09/2009, 13:27
Romy Stevenson

Miro al Padre John a los ojos, y casi como si de una orden se tratara me levanto de nuevo fijando la mirada en el grupo. El hambre sigue siendo un pálpito incesante, cada vez más potente que me hace perder la cabeza. Se lo que tengo que hacer. Se que no quiero hacerlo. Se que debo hacerlo.

Sin quererlo, casi sin pensarlo, me dejo arrastrar por el instinto animal que me mueve a saciar mi necesidad básica. Me acerco de nuevo al grupo fijando la mirada en la primera garganta que se cruza en mi campo de visión, rebosante de sangre, y clavo los incisivos para abrir una herida, dejando que fluya hasta mi boca.

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12/09/2009, 20:34
Director

Mientras oyes los gritos de la chica a la que mordiste y sus amigos echan a correr, sientes como la piel de tu víctima se abre bajo tus dientes. Ella lucha por unos segundos, pero tan pronto como tus colmillos penetran en su piel, para de moverse y se rinde ante tí. Puedes escuchar el latido del corazón de la mujer golpeando rápido y su aliento comienza a acelerarse, y puedes notar como sus manos se posan en tu espalda como hacen los amantes. Tu mente no se ha parado a procesar esos detalles en el presente, como fuere. Todo lo que conoces ahora mismo es el éxtasis de la sangre.

Se escurre por tu garganta pero no se sitúa en tu estómago como cualquier bebida o comida que hayas probado antes. Te esparce a través de tu cuerpo, y sientes que tus miembros se yerguen fuertes, y tus sentidos se agudizan. Sientes un placer intenso y prolongado, más que el sexo te pudo, o incluso, te podría haber proporcionado. Sientes el acto de consumir a otro ser humano, y parte de tí rechaza ese acto, gritando horrorizado. Un rugido de aprobación y el hambre creciente de una nueva voz dentro de tí ahoga ese grito, como sea.

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12/09/2009, 20:58
Romy Stevenson

 

El cuerpo vacío de aquella mujer se resbaló de mis brazos y cayó al suelo produciendo un sonido seco, como quien tira un saco de patatas en la arena. Sentía la sangre resbalándose por mi piel, fluyendo dentro de mi, una sensación mucho más intensa y satisfactoria que un orgasmo. Pero aquella chica no respiraba. La miré fijamente, quieta, muy quieta. En el fondo, esa parte de mí que gritaba esperaba que su pecho se moviera, que respirara, que hiciera algo. Pero no lo hacía…

- No respira…- murmuré con un tono de voz uniforme. No era un comentario, era una confirmación.

Ladeé la cabeza mirando los finos hilos de sangre que se resbalaban hasta el suelo y la parte de mi que gritaba se calló. Se hizo un silencio sepulcral mientras miraba la herida del cuello por la cual le había robado la vida a aquella chica. Y en cierto sentido, me sentí bien. Ella tenía lo que yo necesitaba, y solo me había limitado a tomarlo, ¿no? Es como el cazador que mata para alimentarse… nada más. Y por otra parte había sido tan placentero hacerlo…

Una perversa sonrisa se dibujó en mis labios mientras mis ojos eran incapaces de apartarse de las últimas gotas de sangre resbalando.

 

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12/09/2009, 21:02
Padre John

El padre John suspiró, moviendo la cabeza. Se agachó al lado del cadáver y le hizo la señal de la cruz en la frente. Luego, sacó una pequeña pistola de su chaqueta y miró a Romy.

- Ve caminando fuera del parque, hija. Y no mires atrás. Estaré contigo en un segundo.

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13/09/2009, 02:24
Romy Stevenson

¿El Padre John Marrow llevaba una pistola encima? Me pregunté a mi misma alarmada al ver el arma. Retrocedí un par de pasos insegura, mirándole interrogante. ¿No iba a cuestionar mis actos? ¿Iba a encubrir un… crimen después de lo que había oído hablar de él, de sus actos de caridad? Pero… si era como él, o él como yo, sería lo normal, lo lógico. Si necesitaba tanto la sangre como yo ante aquel horrible hambre que me había dominado, entonces podía ser normal. Entonces también podía haber más gente que lo hacía, más gente alimentándose de ellos, de... gente.

Aquello no tenía ningún sentido y hacía que me sintiera insignificante y vulnerable. Sobre todo vulnerable, frágil ante lo desconocido, ante aquella extraña y nueva realidad que escapaba a mi conocimiento. ¿Todo era mentira? ¿Cómo un pastor podía abandonar de aquella manera a sus feligreses tapando un acto tan deplorable? ¿Dónde había quedado la voluntad de Dios y su infinita piedad hacia aquella pobre gente? Y sin embargo, no sentía ninguna pena por aquella muchacha que gracias a su “sacrificio” me había devuelto una vitalidad infinita. Entonces,la pregunta más obvia era ¿dónde había quedado Dios?

En mi cabeza mi mundo iba a derrumbarse de un momento a otro, a si que me di la vuelta y caminé hacia donde aquel hombre me había dicho. Pasé la mano por mi boca y mi barbilla para limpiarme la sangre, pero con la ropa no había nada que hacer. La camisa azul estaba llena de chorretones rojos. Sacudí la cabeza de nuevo e intenté apartar aquella horrible sensación de vacío que se apoderaba de mí.

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13/09/2009, 10:58
Padre John

Mientras Romy caminaba hacia afuera, se escuchó el sonido seco de un disparo, y luego, unos pasos apresurados. El padre John cogió a Romy por el brazo y tiró de ella suavemente para que se adaptara a su caminar.

- Vamos, hija. Será mejor que salgamos de aquí pronto.