Partida Rol por web

Kutlay simplemente esbozó una mueca de sonrisa irónica ante las palabras de Lia y su increpación referente al faro.

-Tranquila Lia, pese a que mis conocimientos sobre la magia son ciertamente nulos, he escuchado a Magius y he captado con claridad lo que es el faro y lo que significa para estos monjes. También soy consciente de que la luz mágica que desprende, que ilumina más que el propio sol, puede llegar a ser extremadamente poderosa, sobretodo para detener a los muertos que vengan por mar... -Kutlay se detuvo un instante y dejó de mirar a Lia para observar al resto de compañeros

-Cuando pregunté si el faro podría mantener a raya a los muertos no me refería precisamente a los barcos fantasmas, me estaba refiriendo a esos muertos que los monjes han encontrado en los túneles, así que quizá la pregunta correcta debía haber sido ¿creeis que la luz del faro puede mantener a raya a los muertos que se acercan al bastión bajo tierra? -acabó preguntando con cierta, aunque sin mal intención, sorna.

Tras la pregunta, Kutlay se planteó por unos segundos la propuesta de Raven, pero pareció descartarla con un breve gesto de su mano

-Raven, ciertamente el faro es un lugar tentador para visitar, pero quizá los monjes se lo tomen a mal, Magius ha dicho que es un lugar que queda "fuera de la zona visitable", y no quisiera que los monjes malinterpretaran nuestro deseo de ver el faro. Por nada en el mundo querría interrumpir la renovación del poder de Pelor hacia el faro.

- Quizás...

Empiezo a hablar antes de pararme a pensar realmente lo que voy a proponer, si es un poco peligroso y definitivamente es una hipótesis algo extraña, pero puede llegar a darse, lo cual me da el empujón necesario para continuar con lo que iba diciendo.

- Quizás si les ayudamos con esos esqueletos de los túneles nos permitan acercarnos al faro y quizás nos recompensen, aunque puede que todo se quede en un simple gracias...

Permito que mis ideas vuelen por mi boca para que el resto pueda devatirlas, pero por lo menos nos servirá para saber que podemos encontrarnos en éste archipiélago, dado que los nomuertos parecen ser algo muy común.

-Quizá nos permitan visitar el faro como ansías Lia, pero no debemos olvidar que sólo estamos aquí de paso, nuestro viaje continúa hasta Corygias. Ir a los túneles con ellos puede que les sea de ayuda o consideren que podemos estorbarles más que ayudarles. Pensad que estos hombres llevan mucho tiempo haciendo su trabajo, y la verdad, me sorprendería que aceptaran nuestra ayuda, aunque quien sabe...

Kutlay hizo una pausa y miró al resto para captar sus impresiones a lo que iba diciendo.

-No me parece mala idea, Lia, pero temo que nos metamos en un lío que sinceramente, a dia de hoy no me parece muy necesario. Sólo estamos de paso.

- "De paso, de paso" - repito intentando imitar su voz - Como nos crucemos con alguno de esos barcos fantasmas no creo que te sirva esa excusa. Será mejor mermar sus fuerzas ahora que podemos.

- Si que pareceis interesados en como funciona el altar mayor - comento el segundo joven que estaba reparando la maquina de asedio. - Aun así el hermano Magnus es bastante intransigente en ese aspecto. Yo llevo aquí dos años y aun no se me ha permitido acceder a la base del altar. Creo que solo Remus y Magnus suben alli arriba. - comentó distraido mientras buscaba el martillo que rupert habia recogido.

- Y respecto a los tuneles ojalá la luz del faro les afectase tambien... me temo que solo podemos depender de la guardia protectora del sol y de las cadenas de sellado. Creo que nadie en su sano juicio querria bajar alli por propia voluntad si supiese los peligros que habitan en los tuneles. - añadió refunfuñando.

Al otro lado de la muralla Petrus intentaba mantener la puerta abierta mientras cargaba con un par de botas de vino, varios panes, un queso tan grande como su cabeza y algunos embutidos.

Kutlay se fijo un instante en los operarios que trabajaban en la maquina de asedio tras escuchar los comentarios del joven y lanzó una mirada a la hechicera leantando levemente la ceja.

-¿Has oido eso Lia?, quizá puedas convencer a Remus de que te enseñe el faro, ya que parece que Magnus no va a otorgar el permiso

Dejó ahí la sugerencia y se levantó para ir hacia donde veía Petrus con las viandas.

-Deje que le ayude buen hombre -le dice Kutlay al llegar a su posición mientras alargaba el brazo para coger las botas de vino y algo de los embutidos que portaba el monje. Mientras volvía con Petrus hacia el comedor, Kutlay se detuvo junto a los operarios, mirando de cerca al que anteriormente había hablado.

-Decidme, a que clase de peligros se enfrenta la guardia protectora allá en los túneles ¿algo más que muertos vivientes, tal vez?

- Quizás si.

Respondo distraída imaginando algún método por el que acercarme al faro sin pasar por los sacerdotes pero ante la imposibilidad de ello, sólo se me ocurre intentar ganarme su favor en los túneles o de cualquier otro modo.

- ¿Y como funcionan esas cadenas?

Le pregunto al joven monje sin importarme el que de repente se sienta acosado por tanta pregunta.

- Huy, eso si que es tener fé. El hermano Remus es aun mas estricto que Magnus. Yo llevo aqui dos años y aun no me han dejado entrar en el recinto central. - rió un tanto ironico el joven acolito. - No, me temo que deberiais desistir de esa aventura de investigación del altar mayor. No seriais los primeros interesados en intentar desentrañar el secreto ni el primero tampoco que cae bajo la maza de Remus por intentar escabullirse alli.

- Los tuneles son otro tema. Si quereis ir alli podria indicaros el camino, pero yo no voy. No son solo esqueletos y zombis los que moran esos pasadizos, sombras, fantasmas. Quizá alguno de los Enanos de la orden pueda daros algo mas de información ya que son ellos los que principalmente refuerzan los tuneles e instalan las cadenas.

El chico pareció meditar unos cuantos segundos.

- Ibais en ruta hacia Corygias ¿no? Quizá allí podriais encontrar algun mercader que aun tenga esas cadenas en venta. Las hacen con metales preciosos extraidos del pico de Danyrus y tienen el poder de repeler a los no muertos aunque me temo que no se como lo hacen. Si podeis encontrar algun mercader alli con esas cadenas podriais hacerle un pedido para nosotros. Magnus no quiere que nos alertemos pero ya vamos bastante escasos y es probable que en la proxima oleada dentro de un par de meses tengamos problemas.

- Si lograseis encontrar algunas de esas cadenas y mandarnoslas probablemente Remus y Magnus sean mas permisivos en lo que respecta a mostraros mas del faro. De todos modos no os estoy pidiendo que las traigais, la mayoria de los comerciantes hacen una parada antes de salir de las islas. Bastará con que encontreis a un comerciante que esté dispuesto a transportarlas hasta aqui.

Kutlay centró su mirada en Lia a medida que el hombre explicaba las pocas posibilidades que iban a tener para poder ver los poderes del faro en primera persona. Pese a que no compartía con la hechicera su interés por el faro, comprendía que la hechicera quisiera estudiar tan poderosa construcción.

La explicación de lo que podían encontrarse en los túneles llevó la preocupación a la mente de Kutlay, quizá los esqueletos fueran algo tangible contra lo que luchar, pero hablar de sombras y fantasmas complicaba aún más las cosas, sobre todo si no disponían de esas cadenas.

-Entonces tendremos que hablar con Remus o Magnus por si tienen a bien hacernos el encargo, pues supongo que un encargo de este tipo debe de tener un coste considerable, y dudo que ningún comerciante quiera arriesgarse a traer las cadenas sin tener la certeza de que va a cobrar por el pedido.

- En eso tienes razón - apoyo las palabras de Kutlay - Sería prudente llevar algún escrito oficial para convencerlos, y aunque hay mercaderes que ni con esas llegarían a creernos, posiblemente localicemos a alguno que esté dispuesto.

En verdad resulta una tarea sencilla para ir consiguiendo méritos que quizás algún día nos permitan acercarnos a estudiar el faro.

Paso a paso se hace el camino

Me recuerdo para no sentirme ansiosa y obligarme a tener paciencia.

- Si, soy consciente de ello. Descansad en el comedor e iré a buscar a Remus para convencerle de un par de copias de las peticiones. seguro que se alegrará de vuestro ofrecimiento. - El joven clerigo os invitó a pasar al comedor junto con Petrus mientras él se disponia a repasar mentalmente donde se encontraria ahora el segundo de la orden.

¿Por qué no?

Pienso sobre la invitación a comer, algo que nunca debería desaprovecharse y que sería una buena alternativa a la monotonía de la comida del barco. Seguramente aquí dispondrían de más variedad, aunque el pequeño detalle de permanecer en un asedio constante quizás influyera en las cantidades.

Kutlay asintió ante las últimas palabras del monje y entró en el comedor para compartir la comida que tan amablemente les ofrecían los monjes. Se acercó a una de las sillas y con cuidado la desplazó hacia atrás. Acto seguido miró a Lia y trazó un leve arco con su mano.

-Las damas primero -le dice ofreciéndole el asiento- Disfrutemos de la comida amigos -dice posteriormente a Raven y Rupher- con el estómago lleno suele pensarse mejor, ¿no creeis?

Rupher atiende atentamente a la conversación.

No creo que nos dejen verlo.... pero mientras podamos ayudar a estos hombres en su ardua tarea nuestras almas nos lo agradecerán, ya que ayudar de forma desinteresada enriquece nuestro espíritu.

Estoy de acuerdo amigos vayamos a tomar un bocado que de forma tan gentil nos ofrecen- Rupher acompaña a Kutlay al comedor.

Rupher con una reverencia invita a pasar a la hechicera al comedor y entra tras ella.

Llega a la mesa y tras ver a sus compañeros sentados se sienta.

LAnzo detectar el mal a Lia tras cederle el paso cuando la invito a entrar.

-Ahora que lo dices, parece como si no hubiera probado bocado desde de hace dos dias-  digo acariciandome el estomago- Compartamos la mesa entonces, amigos.

Me encamino hacia el lugar junto con el resto, para, una vez alli, sentarme sin demostratar la misma galanteria que mis compañeros y apoyo la cazoleta de mi estoque en la mesa para que me sea mas comodo el asiento.

Tan pronto la dama pasa por delante tuya realizas el conjuro. Quizá te da un poco de reparo hurgar en el aura de los demás pero esas dudas no duran mucho. De forma casi instantanea el conjuro comienza a hacer efecto distorsionando el aspecto de Lia con el resultado caracteristico del conjuro.

Una vez decidís finalizar el recorrido turistico y las discursiones acerca de como visitar el lugar mas preciado de Manarnona entrais al comedor para descansar un rato mientras el joven acolito cumple el encargo de conseguiros un documento que os acredite para representar al templo en el trato de las cadenas de sellado.

Resulta renovador probar comida que no se ha pasado un par de semanas en el fondo de un barril o que ya ha sido convenientemente desalada y aunque el menú corresponde al propio de un sacerdote os sabe a gloria.