Partida Rol por web

Un extraño ruido, como un zumbido despertó a Iirag. Al abrir los ojos se encontraba en una habitación un tanto extraña. El techo y las paredes eran blancas y en ellas había un gran ventanal a través del cual se filtraba la luz de la luna. En las paredes había extraños cuadros sin marco. Era láminas pagadas en la pared, extremadamente realistas. Habría mujeres con poca ropa, miembros de una extraña orquesta disfrazados con extrañas pintas y las caras pintadas de color blanco y negro y una palabra predominante KISS... no sabía que diantre era aquello. 

Al levantarse se fijo que el suelo estaba embaldosado y muy limpio. En la pared había una extraña clavija y al pulsarla se hizo la luz. Una extraña lámpara pendía del techo y se había encendido por arte de magia. Aquello era realmente extraño. Muy extraño. También había un armario. Al abrirlo había gran cantidad de ropa de muchos colores y de diversos estampados. Toda aquella ropa colgaba de una barra perpendicular al suelo. Estaba todo muy ordenado, demasiado ordenado.

Entonces encontró el lugar del que provenía el sonido que le había despertado. Se trataba de una extraña caja que emitía luz y que mostraba palabras y imágenes. Frente a ducha caja había una especie de panel repleto de signos, letras y carácteres los cuales parecía que podían ser pulsados. 

Se detuvo unos instantes a mirar aquello y descubrió algo realmente aterrador... Su rostro estaba allí y también el de Ivgar y el de Gretja. Empezó a leer y aunque creía no reconocer los carácteres que allí se encontraban, pronto los empezó a juntar los unos con los otros y entendió el significado de los mismos. Hablaban sobre él... sobre su historia. Sobre lo que había pasado en el Snekkja.

En ese momento se escuchó un extraño ruido procedente de la espalda de Iirag. Se trataba de agua cayendo en gran cantidad y para cuando Iirag se dio media vuelta vio a un hombre que abría la puerta de la estancia en la que se encontraba y que entraba en la habitación con un extraño dispositivo en la mano. Se trataba de un pequeño aparato negro y rectangular que al igual que la caja de luz, emitía una pequeña luminescencia.

Al verle allí, aquel hombre parecía sorprenderse y dio un paso atrás. Miró entonces la caja de luz y acto seguido miró de nuevo a Iirag. Entonces señaló la caja de luz y fue a decir algo, pero no lo dijo. Agarró aquella pequeña maquina que portaba entre las manos y le dio varios golpecitos por delante con las yemas de los dedos. Fue entonces cuando Iirag se abalanzó sobre él totalmente confundido por los acontecimientos.

- ¡Traquilo, tranquilo! - Dijo entocnes aquel hombre. - ¡Todo está bien, todo está bien! ¡Sólo es... sólo es producto de la imaginación de Alaczar y la mía propia!

Iirag se acercó a aquel hombre extraño y de un manotazo le arrebato aquel pequeño dispositivo que desprendía luz y sobre el cual, aquel hombre había estado dando pequeños toquecitos con los dedos. Al mirar lo que era observo algo extraño. Era una especie de tableta que mostraba imágenes y de nuevo palabras textos que se iban modificando poco a poco.

Iirag alzó la cabeza confuso. Parecía que aquel hombre se estaba comunicando mediante la escritura con aquel aparato. Iirag estaba totalmente desconcertado. No entendía que diantres era aquello. ¿Brujería? ¿Magia? Sin duda los poderes divinos y arcanos tenían mucho que ver con todo aquello. El vovit estaba realmente muy confuso. No entendía absolutamente nada de lo que estaba pasando a su alrededor.

- Espera... ven conmigo... - Le dijo entonces aquel hombre extraño. - Lo entenderás muy pronto.

El hombre agarró del brazo a Iirag y tiró de él llevándole a través de la puerta por la que acababa de salir. Del otro lado olía mal, era como si alguien acabar de cagar, pero no se veía la mierda por ningún sitio. Era un espacio pequeño, de baldosas blancas tanto en el suelo como hasta mitad de pared. Había una bañera, y varios muebles de cerámica. Uno de ellos parecido a una silla con un asiento que se encontraba levantado y con agua en su interior y otro era una especie de abrevadero pequeño, sobre el cual en la pared, se encontraba un mueble de madera con luz propia y un espejo.

- Mira a través del espejó Iirag... - Le dijo el hombre al vovit.

Iirag le hizo caso pero de buenas a primeras no se reconoció. Del otro lado había un joven de pelo espeso y negro, pero corto, de expresión curiosa y con unos extraños vidrios frente a sus ojos.

- Recuerda Iirag. Tú no eres más que un personaje de una historia. Eres una ilusión, una fantasía. El hombre que ves en el espejo es Alaczar, o Alcazar para los amigos. - Dijo el hombre extraño. Sus palabras eran enigmáticas. ¿A qué diantre se refería? - Yo soy el director de juego. Conmigo antes fuiste Dzhug, Dientes de Piedra, Thog del Martillo Ensangrentado. Pero has sido muchas otras criaturas. ¡Recuerda, por dios! - Alzó la voz. - ¡Yo soy el Guardián de la Tierra, el Último Vengador Íbero! ¡Soy el que cierra el cementerio, la ultima defensa contra los no muertos y cuando yo caiga solo quedarán las ensaimadas! - Aquel hombre soltó una carcajada y aunque sonó amistosa, también le sonó terrible. - ¡Soy al Mago Rojo y soy Nigirth y también Borg y Neegor! ¡Yo soy tu mundo Iirag y tú, Mendi... debes despertar!

Estaba confuso, ese joven apuesto del cristal reflector le sonaba, y el señor que le hablaba tambien. Algunas tuercas empezaron a girar, sus ansias asesinas y su deseo de poder habían menguado casi por completo. Solo quedaban resquicios de odio hacia los creadores de algo llamado "Hobbit Tres" y "la ultima de Robin Hood".

— Si era una historia... ¿Porque el enano cabron me...? —Se enfureció— ¿Que clase de cabeza enferma le hace eso a un amigo?

Calló mientras se miraba las manos. Historias epicas sobre enanos y ejercitos de oscuro color rojo que no conocía hasta entonces pasaron por su cabeza. Se agarró al hombro del señor de mediana edad, si le llamaban el Protector de la Tierra seria por algo. Se fiaría de el.

—¿Que ha pasado exactamente, Protector?

- Bueno... verás... - Aquel hombre tragó saliva y se llevó la mano al mentón. - La historia es muy larga, así que... - Resopló. - ...si quieres sentarte... - Se frotó las manos. - ¡Iré a por unos ganchitos y unas cocacolas! ¿Bien? ¡Tú espera aquí! Tenemos mucho de lo que hablar, Alcazar...

Y aquel hombre extraño se marchó tan solo unos instantes y regresó con una bolsa mágica a tenor de su transparencia, en la que en su interior se encontraban infinidad de... ¿Gusanos naranjas de apariencia esponjosa? Y una botella con un extraño líquido chispeante de color marrón rojizo, junto con dos vasos. 

¿FIN?