El hombre me sorprende con su rotunda respuesta, y por si acaso, comienzo a concentrarme en hacer que mi cuerpo vuelva a mostrar algunos de los rasgos propios de los vivos, aunque sé que eso consumirá mi Vitae. Mientras respondo, poco a poco mi cuerpo va calentándose y tomando color, la respiración parece ser autónoma y no dejo de sorprenderme con el tamborileo espontáneo de mi corazón.
—De verdad se lo digo, estamos bien... —insisto, dirigiéndome hacia el coche de nuevo—. Si viene la ambulancia, dígale que nos encontramos perfectamente.
Gasto 1 punto de sangre para parecer viva durante toda la escena.
No hemos chocado con nada, no hemos resultado heridos de ninguna forma, agradezco su preocupación, pero tenemos prisa, no necesitamos ninguna ambulancia, caballero-digo, esbozando una sonrisa amable, mientras espero a que Penélope se monte en el coche y arranque.
Tirada: 6d10
Motivo: Carisma+Expresión
Resultados: 10, 4, 2, 7, 2, 1
Utilizo presencia para convencer al tipo.
Ok ok.... lo que ustedes quieran - Dijo el hombre ya cansado de que le dijeran que hacer, si se habian golpeado y algo se les revento adentro alla ello pensaba con cara de disgusto.
El auto de Penelope les esperaba pero iba a estar dificil volver a la ruta, ambos subieron en el y tras un par de intentos el auto salio y siguieron la marcha hacia el Museo. Dudas y ahora algo mas afloraba en sus mentes... que habia sido eso alla atras?. En su camino se cruzaron con l aambulancia que iba con las luces encendidas y a toda prisa al lugar del accidente.
Me mantengo en silencio unos momentos, observando a mi chiquilla mientras conduce. Finalmente pregunto-¿Qué te ha ocurrido, Penélope? ¿Estás bien?-mi voz suena algo seria.
Enarco una ceja, agobiada e incluso un poco ofendida por la pregunta. Haber estado a punto de atropellar a una persona, de romper la Mascarada y tener, después de tanto tiempo, el sonido de mi corazón latiendo como si estuviera junto a mis tímpanos —supongo que mezcla de mi Auspex y la falta de costumbre—, no me tranquiliza especialmente.
—¿No lo viste? —pregunto, sin dejar de mirar a la carretera y a los retrovisores alternativamente—. Casi me cargo a alguien, por eso tuve que maniobrar así. La cosa no salió del todo como planeaba, pero es que si no me lo comía...
Apago la radio, que me satura la cabeza, y resoplo.
—Y encima el pesado aquel, insistiendo en que nos viniera a ver una ambulancia...
Yo no vi nada-digo, encogiéndome de hombros-Quizá estaba distraido... No del modo en el que nos distraemos a veces, ya me entiendes.
Lo importante es que al final no hemos tenido mayor problema-río-¿te imaginas el susto que se hubieran llevado los de la ambulancia?
—Me imagino el susto, el juicio, y el amanecer... Podíamos haber roto la Mascarada —respondo, nerviosa—. En fin, lo importante es que no ha pasado nada.
Exacto, no ha ocurrido nada, no tendremos a ningún Príncipe o Azote buscándonos para estacarnos y dejarnos a la intemperie hasta que viéramos el sol de nuevo-me obligo a suspirar-estamos en tu coche, escuchando Jazz... Así que simplemente déjalo pasar, mi chiquilla, no vale la pena preocuparse por algo que no nos ha ocurrido-digo, sonriéndole.
Me encojo de hombros.
—Imagino que tienes razón —concluyo y continuo conduciendo hasta el museo.
El clima parecía cambiar a lo lejos pero la tormenta estaría cuando.. Bueno el cielo no tardo en liberar su llanto sobre las tierras griegas, las gotas de agua parecían tocar una sinfonía lúgubre mientras despertaba las preguntas en la mente de Penelope sobre que había visto realmente en la ruta de camino al museo, el mismo se veía a lo lejos imponente como su fuera el antiguo Partenon, las luces le daban un toque de mundo mientras la estructura moderna parecía desencajar en la ciudad. La radio del vehículo ponía un ambiente propicio para poder relajarse.
Mientras Chopin sonaba despacio cual susurro en la mente de Clyde surgió una preocupación y si aquel hombre había anotado la patente del auto? Y que tal si la policía pudiera aparecer en la puerta del refugio?. Peor que hacer con ello los poderes no surtieron efecto y también aquel hombre parecía algo alterado por lo sucedido. Tras algunos minutos más el auto se detuvo en la entrada principal del Museo Antropológico de Atenas, un guardia hacia al recorrida de rutina por fuera de las instalaciones y seguramente Yuiiche estaba dentro organizando la recorrida nocturna para ver que todo estuviera en orden junto a dos uniformados mas.
Tras encontrar un aparcamiento relativamente seguro, me bajo del coche y espero a que Clyde también lo haga para activar la alarma del vehículo y cerrarlo. Una vez hecho esto, me recoloco la ropa, mirándome en el reflejo de las lunas. La blusa blanca de seda con su cuello recto me daba el aspecto serio que siempre me ha gustado mostrar, y se suavizaba con la fina rebeca larga de lana, abrochada con una traba de madera bajo mi escote y cayendo lánguidamente hasta mis corvas. El pantalón de prêt-à-porter, si bien podía no ser el derroche de la opulencia, conjuntaba con el resto de mi ropa. Sinceramente, creo que la moda no es una cuestión de dinero, sino de gusto.
¿Vamos, Clyde? —le pregunto a mi sire.
Ingresaron por la puerta principal del museo presentando las credenciales correspondientes y tras una breve verificacion de rutina les permitieron pasar hacia el area de curado de las obras y esculturas, alli luego de ingresar el codigo de acceso Penelope abrio la puerta y ambos entraron; alli tenian todo lo necesario para investigar aquel objeto que se les habai presentaba en las puertas de su hogar esa noche.
Habia varios cubiculos de acrilico protegiendo obras de millones para ser tratadas para que el paso de los años no afectara nada en ellas, tras caminar un poco entre tanto arte y dinero en un solo lugar llegaron hasta uno de esos cubiculos que estaba vacio.
Una mesa de acero inoxidable, unas estanrerias con guantes, pinceles, una filmadora y otros utensilios..
Dejando mis cosas en un taburete, voy directa hacia el teléfono para hacer una llamada para preguntar si alguien sabe algo de figuras mesoamericanas o sudamericanas en la ciudad. Algún envío, algún coleccionista, alguna exposición... lo que sea.
Motivo: Contactos
Tirada: 1d10
Resultado: 9
Esperas unos segundos y logras contactarte con un ex profesor de catedra el cual sabia bastante sobre el tema aunque al parecer no estaba en la ciudad -Penelope? - pregunto del otro lado - Tiempo sin hablarte, estas bien ? -
Dr. Melnner ( Contacto )
No puedo evitar esbozar una media sonrisa con cierta ironía. ¿Bien? Si se incluye en la definición el no respirar, no tener pulso y no volver a ver el sol, pues sí... La no vida tenía sus obvias ventajas, pero a veces, sobre todo al hablar con mortales, era una carga desagradable.
—Sí, Doctor Melnner, todo bien. Lamento molestarle, pero es que estoy en medio de una... situación en mi trabajo, y me preguntaba si usted podría ayudarme.
Observo a mi chiquilla mientras busco algún tipo de inventario en el que estén anotadas las últimas piezas recibidas, las que hayan salido del museo y las que supuestamente van a llegar.
Motivo: Investigar
Tirada: 6d10
Dificultad: 6+
Resultado: 34 (Exito)
Motivo: Investigar
Tirada: 6d10
Dificultad: 6+
Resultado: 8, 4, 3, 1, 4, 4
Exitos: 1
Master la primera tirada no la desglosé y no sé si es válida o no XD así que tiré de nuevo
Melnner quedo en silecio por unos segundos - Dime Penelope, que tienes alli que te tiene tan desconcertada como par allamarme - Sentiste una leve risa detras, si el Dr Melnner era asi siempre con bromas pero en este caso la misma parecia ser la mas absoluta de las verdades.
Inventario
Entraron dos Monets y salio un Piccaso
Llegaron para la sala egipcia una momia y joyeria antigua
Frunzo el ceño, súbitamente alarmada.
—Ehm... quería preguntarle acerca de escultura precolombina de Mesoamérica y Sudamérica. ¿Sabe de algún movimiento de piezas de ese estilo hacia la ciudad o desde la misma? ¿O quizás de algún coleccionista o una empresa local que tenga especial interés en ese tipo de artículos?