Partida Rol por web

La tripulación del ABBOT-76 observaba en absoluto silencio como los desperdicios de la nave se desperdigaban por la inacabable galaxia. Todos y cada uno de ellos, coincidían en la búsqueda entre aquellos restos de una misma cosa: el cuerpo sin vida de aquela criatura que había adoptado la forma de un inocente niño. Inocente solo en apariencia...y bien lo sabía Mike que aún notaba la pierna dolorida de su último encontronazo.

Entre aquella nube de porquería, el grupo observó como aparecía el pequeño cuerpo de la criatura. Flotaba en el espacio y parecía un muñeco de trapo en medio de una piscina repleta de agua. Volteaba de un lado a otro y, por algunos segundos, incluso alguno de los miembros de la tripulación creyó ver que el cuerpo se removía y retornaba a la vida. Pero era producto de la tensión y de un agotamiento creciente en cada uno de ellos. El niño había muerto y dejaba de ser un peligro.

Fueron uno segundos de silencio algo aterrador. Podían pensar que se habían librado de uno de sus problemas y relajarse, pero nada más alejado de la realidad. Sabían que aquel niño podía ser el menor de sus obstáculos para salir airosos de aquella situación. Conocían de la existencia, como mínimo, de una cópia de Ayla...y a saber cuantas más existían dentro de la nave!

Era momento de actuar o de morir en el intento. Era el momento de enfrentarse a sus temores y poner fin a aquella pequeña "invasión". Era el momento de iniciar la cacería.

Hicieron inventario de las armas que poseían: John la escopeta, Ayla y Sharon las pistolas, Reimond uno de los chalecos. Aquello era todo...y parecía poco frente a lo que les venía encima. Pero era mejor que nada, eso era evidente.

Y llegó el momento de decidir hacia donde dirigirse. Y no era una decisión fácil de tomar.

El "niño" fue desechado y por lógica de cómo el oxígeno había disminuido, podría decir que no reviviría. -Bien, por donde iniciamos. Y debemos recordar que esta vez limitaremos el oxígeno de cada estancia que dejemos, quedarán aisladas. Empecemos. -Con tres armas puede que sea suficiente y así lo quiero creer. Es vital para nosotros que esto de resultado.

Nos dirigimos en grupo hacia las escaleras más cercanas. -Cómo deberíamos avanzar, podríamos ir Moore y yo por delante y Reed en la retaguardia... o a la inversa. El poder de una escopeta podría ser levemente igualado al de dos pistolas. ¿Qué opinas? -Hago esta última pregunta a Sharon.

Tras mirar al "escuadrón" me detengo unos momentos a considerarlo.

Creo que lo primero es conseguirle algo a todo el mundo para defenderse, si no hay más armas de fuego podríamos encontrar aunque sea una barra metálica, o un soldador de plasma... una vez que todos tengamos capacidad ofensiva creo que lo mejor es sellar el puente de mando, no sea que nos encontremos una sorpresa al volver, y empezar por abajo e ir subiendo. Me giro hacia el ingeniero Milke, tu conoces mejor esa zona, y la has estado inspeccionando, guíanos... Con respecto a la disposición... ¿qué tipo de munición lleva esa escopeta? si son balas normales la escopeta atrás y las pistolas delante, pero si es munición expansiva la escopeta delante, no sea que dispare y nos pille a todos de por medio.

Andando

Dispara energía. No hace falta que te acierte de lleno, con que te roce ya podrías perder una extremidad. Respondió Mike a la pregunta de Sharon. Más nos vale que John sepa usarla bien. Añadió.

Mike no tenía demasiado claro si Sharon quería dirigirse a la sala de mandos o a la planta inferior de la nave. De todos modos Mike permaneció en silencio, esperando a que sus compañeros emprendieran la marcha. Allí todos conocían la nave, y Mike no pensaba ser usado como carne de cañón, ni permanecer en la retaguardia sin estar armado. Así que tras comenzar la marcha se sitúa justo en medio del grupo.

Echo un vistazo a la sala en busca de armas improvisadas.

Si no encontramos nada aquí seguramente ya encontraremos algo por el camino. En los almacenes o en algún sitio.-

A mi me gustaría ocupar el cuarto puesto en la fila. De esta manera en caso de ataque por la retaguardia llevo el chaleco para estar mas seguro. Y además si estoy detrás puedo asegurarme de ir sellando las salas según las vayamos limpiando.

Propongo el siguiente orden: John a la cabeza, Ayla, Mike, Yo y Sharon.

-Me parece buena idea, iré delante.

-Así estáis mas resguardados y si la cosa se pone fea, pueden proporcionar apoyo desde detrás.

Después de haber aclarado algunas cosas, y de tener la tranquilidad de haberse deshecho de aquel inquietante niño, el grupo parecía que comenzaba a actuar como tal y a organizarse de forma coordinada.

Reimond rebuscó entre los diferentes compartimentos de la sala de mantenimiento encontrando algunos objetos que le podrían ser de utilidad. Una palanca de hierro, diferentes herramientas para solucionar pequeñas averías (martillo, destornillador, pequeño soldador, pistola remachadora...). Algunos de ellos les serían muy útiles en caso de un encuentro cuerto a cuerpo...y era mejor que nada.

Según la disposición decidida, John abría la comitiva de exploración y caza, seguido por Ayla, Mike, Reimond y Sharon. Avanzaban con extrema cautela, mirando cada rincón de la nave, hacia las escaleras que llevaría al grupo al nivel 0. Era el nivel decidido para iniciar la "limpieza" del ABBOT-76 e ir subiendo, repasando todas y cada una de las estancias de la nave.

Bajaron las escaleras y se encontraron con la bodega de contenedores. Era una gran sala con varios contenedores de almacenaje de Siot, aquel valuoso mineral energético por el que ahora su vida estaba en juego. La bodega estaba repleta de lugares por donde podia esconderse una persona: en una oscura esquina, tras un contenedor, encima de él, por la pasarela de altura que servía para maniobrar con la grua de carga. Pero por algún lugar tendrian que comenzar.

John y Mike, recordaron donde habían encontrado los restos de aquella especie de piel de misterioso origen. Era en la parte delantera de la nave, en el otro extremo de la sala. Podría ser un inicio...

Era momento de moverse!

-Tenemos que separarnos en 2 grupos… digo ante el evidente dilema ante nosotros.

-Que cada grupo tome un lado y nos reencontramos a la vuelta del contenedor, tras haber revisado todo, así evitamos que si hay algo nos rodee y huya. Sugiero a los demás empuñando el arma, colocándome en posición defensiva, preparándome para revisar el lugar cuidadosamente.

La idea de separarnos es algo obvio, así cubriríamos más terreno. -¿Y cómo sabremos que somos nosotros? Me refiero para cuando nos reunamos. -Es la preocupación y reticencia que supongo todos teníamos en mente. ¿Cómo nos reconoceremos?. -¿Y tenemos que revisar la zona de carga? Al ser una zona completa por qué no cortamos el paso de oxígeno y la sellamos. Es una sugerencia. -Observo los rostros de mis compañeros -Esa zona solo tiene un punto de acceso y por ahora sabemos que necesitan oxígeno... o por lo menos nuestros duplicados lo usan. No se si entendí mal, pero... debemos limitar manualmente cada área y por lo tanto para evitar problemas con la presión, cada zona debe ser sellada. Supongo que todo esto debe realizarse desde un punto inmediato al acceso de cada área. -Esto último lo digo observando a Reimond. -¿Es así como funciona o para cosas mecánicas soy muy buena médico?

-Me parece buena idea Ayla, no hay necesidad de arriesgarnos, en principio no hay nada de utilidad aquí. 

-Por lo que tengo entendido, puedo sellar la sala desde la puerta por la que acabamos de entrar, basta con dejar este área sin oxigeno y lo que haya dentro terminará muriendo de asfixia.

- ¿Qué opinas Mike, esas cosas podrían derribar la puerta o causar algún problema si se ven obligados a actuar a la desesperada?
 

Bien, pues ¿a qué esperamos? Dije con resolución formemos un perímetro al rededor para protegerte mientras intentas sellar la zona

El grupo se situó en semicírculo, rodeando a un Reimond que comenzaba a trastear con la consola de la puerta. Su objetivo era claro: manipular el sistema de cierre para poder bloquear el acceso a aquella zona e inavilitarla por completo.

Al abrir el panel, el mecánico del grupo pudo observar detalladamente el interior del mecanismo eléctrico e informático que controlaba la compuerta. No era un sistema muy complicado, pero le llevaría unos minutos poder hacerse con su control.

Mientras, el resto de compañeros avistaban muy alerta toda la zona de carga. Se aferraban con fuerza a sus armas, buscando la seguridad en caso de tener que enfrentarse a una de aquellas criaturas. Y en más de una ocasión, les pareció observar como algo se movia entre los contenedores... Puede que fuera fruto de su imaginación.

Pero como si hubiera salido de la nada, de detrás de una de las esquinas laterales de los contenedores centrales, apareció una silueta que les pareció más que conocida. De nuevo, era aquella copia de Ayla que se avalanzaba agresivamente hacia donde estaba situado el grupo. Sus ojos destilaban un frío deseo de atacar a los miembros del grupo y se lanzaba hacia ellos con intención de morderlos o golpearlos, ya que no poseía arma alguna.

Pero la sorpresa fue mayúscula cuando otra silueta apareció también de aquella misma esquina, a escasos metros de la primera criatura. Parecía algo más joven que la Ayla clonada y de sexo masculino... Al salir de las sombras, todos descubrieron de quién se trataba: era un nuevo John, pero esta vez de unos 20 años más o menos.

Y lo que más le preocupó, fue comprobar que sostenía algo punzante en una de sus manos.

-¿¡Otro..?! expreso alzando la voz con desconcierto total y sorpresa.

-Esto no se ve bien…. ¿cuantos hay…? , joder.

-¡Cuidado! está armado… vocifero sosteniendo firmemente el arma, aunque con algo de temblor, mientras apunto hacia mi objetivo, para apretar el gatillo de la escopeta, con el fin de defender a mis compañeros.

Miraba a ambos lados con los nervios a flor de piel, sujetando la pistola con ambas manos apuntando al suelo. Vamos, Vamos.... susurraba más para mi que para que me oyeran.

Cuando la primera silueta se perfilo entre las sombras disparé incluso antes de identificar en ella a la doctora.