Partida Rol por web

Tus disparos prosiguen con celeridad, eliminando a aquellos seres que intentan llegar hasta vosotros o, la menos, lanzandolos denuevo entre la marabunta que se cierne en la base de la iglesia. Mientras Susan sigue recargando y preparando las armas te percastas entonces de que algo raro pasa. Los endemoniados seres parece ceder un poco en su empuje (y mas aun tras la explosion de la dinamita que casi os hace caer por el movimiento de las campanas) pero tambien te das cuenta que, en la parte posterior de la iglesia, parecen estar a punto de derribar la puerta e internarse por alli, donde menos defensas habia...

Mi arma vomita las balas, impregnando el ambiente del olor de la pólvora quemada. De pronto, una explosión me retira el sombrero mexicano de mi cabeza. Mis oídos se resienten de la onda explosiva, y por unos instantes, un intenso pitido se aloja en mis tímpanos impidiendo oir nada más. A pesar del dolor, se agradece no oir a esas bestias y sus arañazos. El caos comienza a reinar tomando decisiones precipitadas o incluso arriesgadas, como la de lanzar un cartucho de dinamita a través de la ventana atestada de bestias.

Me vuelvo a erguir y sigo en mi empeño por impedir su avance mientras disponga de munición, que no será mucho tiempo. Entre el ruido de las detonaciones trato de alzar la voz. - Señor Hugh, vaya pensando en la segunda parte del plan, esto comienza a complicarse!! -

El capitán Pierre Cardona , el cabrón más duro bajo el cual había tenido el placer de servir,solía decir que todo plan es perfecto al menos hasta que llega el enemigo y lo manda todo al infierno.Este parecía nuestro caso ya que lo que habíamos preparado , las precauciones que habíamos tomado , nada funcionaba como estaba previsto .Por detrás estúpidos se os van a colar por detrásAullo mas que grito al ver que las criaturas están apunto de conseguir su propósito de entrar en el recinto religioso.Cambio de objetivo y me centro en los de la parte trasera Vigilame la espalda muchacha y si alguno intenta subir avisa,no quiero que malgastes munición

Sostengo el revolver que habia conseguido salvar y me asomo ligeramente para ver como esos indios intentan llegar hasta mi mientras Philips se encarga de la aglomeracion de la parte trasera. No hago ademan de usar mi arma, se que fallaria y que incluso podria caerme o perderla, solo la tengo si llegado el momento llegasen hasta mi.

Por ahora parece que son lentos y estamos a salvo, sobre todo por la punteria de mi guardian.

Rezo en voz baja.

Lo estamos haciendo bien, no desfallezcáis! enseñemos a esa alimaña de qué pasta estamos hechos. Mantened la vigilancia y asegurad el tiro. - Me giro y encamino a una posición adecuada para cubrir la puerta de acceso trasera.  

¡Denspec! Ichi! - llamo al tiempo que recargo mi rifle - Ayudadme con esto, si tiene razón el tirador no podré yo solo con ellos.

Denspec se vuelve hacia el sheriff con los ojos muy abiertos. Había estado rezando durante todo aquella carnicería hasta que la voz del señor Hugh le devolvió a la realidad. Coge un hacha de leñador y un cartucho de dinamita por lo que pudiera pasar. Corre hasta el banco tras el que se parapeta el sheriff y aguarda a que sea necesaria su intervención, aún algo aturdido. Por un momento, por un momento había rezado y deseado con tanta profundidad que todo aquello acabase, que se había sentido ascender fuera y lejos de allí...

Disparos,  estallidos, olor a pólvora, a sangre, sudor, miedo. Gritos de horror, de ánimo, de locura. Guturales aullidos de las abominables criaturas que intentaban abrir hueco y colarse en la iglesia para llevárselos con ellos.

Apretaba el gatillo, recargaba, apuntaba, disparaba, recargaba. una y otra vez. Al rato, dejó de sentir nada, no era una persona, sino un guerrero sumido en la batalla donde solo importaba matar a tu enemigo, sobrevivir, nada más. Las balas se agotaban, sus cuerpos también, el cansancio hacía mella en ellos, un agotamiento que nacía en la opresión de sus corazones. 

Se detuvo un momento para mirar en derredor. Observó las caras distorsionadas de sus compañeros, retorcidas por el horror, la repugnancia que les causaban los indios muertos, pero sobre todo el coraje y valor que veía en ellos. No se rendían, nadie iba a hacer tal cosa. Él tampoco. Cuando se terminase la munición buen uso le daría a su tomahaw.

Así, ensimismado con su rifle, concentrado en la tarea de no fallar ningún tiro, escuchó su nombre. Le llamaba el hombre de la estrella. Comprendió lo que sucedía y corrió hacia allí detrás del otro blanco que era el chamán de ellos. Agarró sus dos armas y se aprestó a aguantar la avalancha que viniese por ahí.

No pensó, no tuvo tiempo de pensar que iba a morir. Iba a luchar, a matar, a luchar y matar...

Mientras Ferrer, Antonio, Live, Abraham y Sofi tratan de mantener su posicion por medio de las armas y el flujo de enloquecidos indios (incluso a veces algun hombre blanco entre ellos, reconocido en otro momento por vuestros cansados cerebros) parece descender el Sheriff James, haciendo caso de los gritos del Sureño, reune al Predicador y al indio Ichii para dirigirse a toda prisa a la parte trasera de la iglesia donde, segun parece puede crearse una brecha.

En cuanto James y los demas abren la puerta de la "sacristia" se encuentran con una verdadera sorpresa. La sangre cubre la estancia y los refuerzos de las ventanas estan practicamente destrozadas dejando entrar a los endemoniados. Ya hay dos en el interior cuando entrais en la habitacion y otros tres estan atravesando las ventanas.

Ademas, al otro lado de la puerta que da a las escaleras del campanario y la salida al cementerio, se escuchan muchos ruidos, estais casi seguros de que estos seres ya han derribado la puerta exterior y estan dentro...

Ferrer chilla enloquecido cuando cae al suelo, sobre el un hombre enloquecido lo esta devorando vivo mientras dos mas estan atravesando la "ventana este".

Apenas os queda municion para una docena de disparos con cada arma.

Los gritos de la parte posterior de la iglesia tambien os hacen presagiar que ya estan dentro...

De repente, mientras sigues disparando sobre los "hombres" han sobrepasado la puerta posterior de la iglesia, escuchas a Susan gritar a tu lado. En cuanto te giras ves como uno de esos salvajes la esta mordiendo el cuello, practicamente se lo ha arrancado. No parece que lo viera venir y sus ojos te miran con miedo, dolor, temor... una suplica muda de muerte...

El ser la aferra como si de su mayor tesoro se tratase.

Por si fuese poco abajo escuchas como hay disparos, gritos, mucho ruido... si han entrado quiza logren subir la escalera y llegar hasta ti, en ese caso lo mas prudente podria ser tirar la escalera abajo, pero como?

La cosa no pinta nada mal pero al menos arriba no parece que surjan mas seres para atacarte.

Escopeta en mano disparo contra cada salvaje que encuentre, si no quedan dentro de la sacristía, miro al exterior y si veo suficientes arrojo un cartucho de dinamita (y o bien lo disparo o bien lo enciendo antes) para cargarme a todos los posibles que estén fuera. En esta última acción gastaría 1 punto de Fe.

Con los ojos muy abiertos ante la visión que se despliega frente a ellos, Denspec se queda firmemente asentado junto al marco de la puerta empuñando con fuerza el hacha de leñador. -¡No pasaréis malditos! ¡EN EL NOMBRE DE DIOS, FUERA DE MI IGLESIA!

La intención es disparar a bocajarro en la cara del engendro, varias veces si hace falta, y cuando este caiga fuera volar la cabeza a la chica Lo siento muchacha te he fallado pero al menos te ahorrare que pases un mal trance y luego tirar el cadáver fuera.Si la campana es bastante grande descolgarla y bloquear la trampilla con ella

El Surista se gira con celeridad y apunta disparando sobre el endemoniado ser. El primer disparo impacta en el hombro de la "bestia" aunque parece que solo le afecta el retroceso que hace que ambos se queden mas pegados al borde del campanario para, finalmente el segundo, impactar en la cabeza de este y volarla. Por desgracia, debido a su ferrea presa, este disparo hace que los dos caigan desde el borde.

Sin tiempo para nada mas, mientras los gritos de Susan se unen a los de los compañeros abajo, logra disparar un par de veces mas antes de lograr impactar en la dulce y bella chica y destrozarla de parte a parte la cabeza. Cuando llegan al suelo el golpe es brutal y rapidamente los abajo congregados dan buena cuenta de sus cuerpos.

Cansado, tanto fisicamente como mentalmente, logra girarse para encarar las sujecciones de la campana... un segundo para pensar en como actuar cuando los golpes en la trampilla se hacen mas fuertes y el suelo tiembla bajo sus pies.

Esto se esta poniendo realmente feo...

Me pongo a un lado apunto a la sujeción de la campana y disparo para hacerla caer sobre la trampilla

Al verse sin el amparo del serif, Live corre hacia la ventana este y comienza a disparar como una posesa hasta vaciar el cargador.
Sin un objetivo claro, trata de encontrar otra arma...
Vamos a morir todos -repite su mente, una y otra vez, presa del miedo.
Intenta encontrar una salida de esa pesadilla. Un lugar lejos de esa pesadilla.

Las defensas comienzan a ser superadas al tiempo que la munición empieza a ser un escasísimo recurso. En muy poco tiempo habremos perdido la batalla. Localizo mentalmente mi cuchillo de caza, antes lo usaba para desollar conejos, ahora deberá servir para agujerar cráneos de malditos. Otra tabla se rompe en la ventana, las astillas salen disparadas y una marabunta de brazos y fauces colapsan el nuevo hueco.

El grupo se divide para cubrir la parte trasera, al parecer han conseguido acceder. Ahora se encontrarán cara a cara con ellos,, Dios los guarde. Pero nosotros no estamos en mejor situación. Tres rifles para contener tantas ventanas no servirán. Sin contar que no habrá munición más que para unos minutos. Hay que pensar en huir de aquí. Pero qué vías de escape tenemos? Una voz en mi cabeza me alienta a que dispare a la dinamita y acabemos con nuestra agonía, así impediremos que nuestros cuerpos formen parte de esta horda macabra. Esta situación me está volviendo loco. No tengo fuerzas para hacerlo. Mi mente insiste, Huye, sálvate, si te quedas aquí resistiendo no tardarás en morir a dentelladas.

- Tenemos que salir de aquí! Alguien sabe si la iglesia tiene alguna vía subterránea? Algún almacén al que acceder y salir por otra zona? No podemos permanecer más tiempo. Han superado las barreras y no podremos con ellos cuerpo a cuerpo... Quizá tengamos una oportunidad si corremos al banco y su cámara acorazada, ya saldremos después con la dinamita -

El disparo del sheriff vuela por los aires a uno de los malditos de la sala mientras el Predicador, hacha en mano, cubre la puerta e Ichii defiende el avance de estos. Cuando os disponeis a escuchar como la puerta que da a la parte posterior cede os sorprende un gran estruendo. Es como si el cielo se hubiese venido abajo. El golpe es brutal y parece que la camapana del campanario se hubiese hundido, arrasando las escaleras y destrozando todo a su paso hasta tocar el suelo bloqueando la entrada posterior de la iglesia y tamben la puerta por la que comunica con la sacristia. Es un milagro, quiza, o quiza el Sureño haya sacrificado su vida por vosotros... como saberlo?

Desde atras se escuchan los gritos de vuestros compañeros que pierden la poca cordura que les queda. Al menos ahora solo teneis que cubrir esa puerta pero no parece tarea facil.

La campana cae con un tremendo estruendo, destrozando el suelo (o la mayor parte de el) y casi logrando precipitarte con ella en la caida. Tras los tablones del suelo la campana arrolla a varios seres bajo ella y despues todas las escaleras de subida hasta que impacta contra el suelo en un amasijo de carne y sangre. Con su caida no solo ha impedido la subida por dentro de los malditos sino tambien ha bloqueado la puerta a la sacristia y destrozado gran parte de la sala con la que esos demonios no lograran su cometido.

Vuelves a los alrededores de la torre y te parece ver como una luz trata de sobrevivir en la extraña oscuridad y se acerca cada vez mas... que podria ser?

Disparas sobre los seres que no cejan en su empeño por subir para alcanzarte... no queda demasiada municion... pero aguantaras. Ahora si...