Partida Rol por web

Dentro del laberinto

⫷ Capítulo 1: Los muros de piedra ⫸

Cargando editor
29/05/2022, 19:35
Sir Globz

—¿Ascapaaar? —Globz salió de dentro de un embalaje con las orejas de punta, los ojos abiertos como platos. Escupió unas virutas de madera —¿Pasa algo?¿Viene alguien?¿Algún monstruo? ¿El caballo muerde? 

Saltó, brincó y rodó, tan rápido como si cayese.  Dió un volantín al llegar a las paredes y salió corriendo hacia el otro extremo del olviradero, donde se metió en otra caja y comenzó a temblar.

Ay ay ay, que el caballo muerde seguro. ¡Qué fatalidad!  Se comió a los esqueletos, antes de que lo fueran. ¡Claro! ¿Qué iba a comer un caballo aquí dentro? ¿Peones? 

Cargando editor
29/05/2022, 21:12
Sir Arthur el amarillo

Cuando Sir Arthur el amarillo entró en la sala del olvidadero aunque él no sabía que eso era un olvidadero se quedó maravillado. Tantas cosas. Tantas posibilidades. Casi corriendo llegó hasta donde estaba el ajedrez y movió las piezas hasta dejarlas en un jaque mate, pero luego se puso en la otra posición y volvió a ponerlas en un jaque mate pero ganando él esta vez. Bueno, otra vez.

Así como estaba, ocupado con las piezas, no se dio cuenta de que el equipo, de que sus amigos estaban empezando a dispersarse, a entretenerse, a todo menos a lo que tenían que hacer. No como él, que él no se distraía.

—Vamos, Vamos. —dijo subiéndose encima del tablero y agitando las manos.—Vamos a rebuscar todos juntos para así encontrar algo útil. Ven, Globz, quédate a mi lado ya verás como no pasa nada malo. Yo te protegeré, yo os protegeré a todos.—les dijo con el ánimo encendido y con la convicción de que tenía razón.

—Molsa, prueba a escribir los nombres de lo que nos ha robado la reina fresca, a ver si nos da alguna pista.—le sugirió.

Entonces dio un saltito para bajar y comenzó a rebuscar entre el desorden.

Cargando editor
29/05/2022, 22:53
Esqueletos

En cuanto Sir Arthur puso una zarpita encima de una pieza del ajedrez, los esqueletos empezaron a revolverse, moviéndose tan despacio como Molsa hablaba. 

Euhmmm —empezó a decir uno de ellos, con voz quejumbrosa—. Me toca mover. 
 

—Ni haaablaaar —protestó el otro, que hablaba como si su garganta
estuviese llena de pergamino arrugado—. Es miii tuuurno.

—Eres un tramposo… cof cof cof… Me toca a mí…

Ninguno de los dos parecía dispuesto a ceder, pero tampoco hacían ningún caso de los recién llegados al olvidadero.

Cargando editor
30/05/2022, 03:16
Doña Agustina

Todos allí se habían vuelto tarambanas de pronto. Ahora resultaba que Globz hacía como si no hubiera dicho él lo de escapar y mientras tanto sir Arthur jugaba al ajedrez con esos jovencitos frescos que ni daban los buenos días.

Estaba ya doña Agustina pensando en trepar por un agujero cuando escuchó que los jovencitos de las barbas al fin hablaban. Así pues, se acercó hasta allí todo lo deprisa que buenamente era posible para una señora gusana de la tercera edad y subió al tablero de ajedrez, quedándose justo al lado de la pieza de la dama blanca.

¡A callar, jovencitos! —les gritó para cortar su disputa—. ¡No le toca a ninguno de los dos! ¡Por frescos! Vamos a ver, lo primero es dar los buenos días, que todavía no lo he escuchado. Lo segundo, ofrecer té a las visitas, que eso soy yo y mis amigos. Lo tercero, decirnos cómo podríamos salir de aquí. ¡Vamos, vamos, que no tenemos todo el día! —dijo, dando golpecitos impacientes con sus patitas sobre el tablero mientras refunfuñaba—. ¡Qué barbaridad estos modales! ¡El mundo ya no es lo que era cuando vivía mi Paquito!

Cargando editor
30/05/2022, 15:47
Molsa

¿Uuuummmm? —Emitió Molsa aquel soniquete confuso mientras ladeaba su cabeza después de escuchar lo que decía la máquina.— ¿Aaaascapaaar?

Se rascó la casita, girando después el cuello para mirar a Globz que estaba muy gracioso con todo aquel serrín por todas partes.

— ¿Cabaaaallo? Caaaabaaalloooo mirar con hambre a Molsa... —Frunció sus enormes cejas pobladas de musgo y esporas dirigiendo su mirada con desconfianza hacia el caballo, moviendo su dedo como gesto de advertencia.— ¡Peeeero Mooolsa no comida! Hhmmmpp... 

Después de dejar claro aquello, volvió su atención a la máquina. Sir Arthur le había pedido que ayudase escribiendo y eso iba hacer. ¡Claro que sí! Incluso aunque no supiese escribir. 

Molsaaaa escribeeee, río, té y amigoooo... —Se encorvó hacia adelante en una postura muy graciosa con el dedo preparado para darle a la tecla.— Primero ríoooo...

Y observando bien primero cual sería la letra de río, no tardó mucho en encontrarla. Aquella tan serpenteante como bajaban las aguas por la montaña y justo al lado de la tienda de campaña, tenía todo el sentido. Molsa pulsó la S.

Cargando editor
30/05/2022, 16:46
Sir Globz
- Tiradas (1)
Cargando editor
30/05/2022, 16:50
Reina de los Goblins

La máquina de escribir volvió a hablar con la misma vocecilla suave, cuando Molsa pulsó la «s»:

—Sescapar.

Por su parte, Globz se dio cuenta en ese momento de que la luz alcanzaba la pared más alejada y, allí, había algo escrito en la pared: «Di ESAGRE y escapa».

Cargando editor
30/05/2022, 17:07
Esqueletos

Mientras tanto, Doña Agustina se esforzaba por intentar comunicarse con los dos esqueletos, que la miraban (o eso parecía por el modo en que orientaban sus calaveras hacia ella, dado que no tenían ojos). 

—Qué pequeña eres —comentó uno de ellos, con un tono polvoriento, pero lleno de sorpresa.

—Diminuta —aportó el otro.

—Minúscula.

—Microscópica.

—Eres una gusana —concluyó, como si acabase de deducir algo muy complejo.

—¿Salir? No podemos salir —dijo el otro, cayendo en aquello con algo de retraso. 

—No queremos salir.

—Tenemos que terminar de jugar. Está muy ajustado.

—Tres mil setecientos sesenta y cinco contra tres mil seiscientos noventa y dos, para ser exactos. 

—Sí. Yo voy ganando.

—¡¿Qué?! —Se alteró al escuchar aquello y le vibraron los huesecillos de la columna—
Cof… cof… cof… Ni hablar de eso. Voy ganando yo. 

—Ya te gustaría. Y además me toca mover.

—Qué va. Me toca a mí.

Y así fue como se enzarzaron de nuevo en aquella discusión en la que tal vez llevaban siglos enfrascados.

Cargando editor
30/05/2022, 21:18
Sir Globz

—¡Oooh! ¡Aaah! —un duplicado de llaves , un paraguas vuelto del revés, una docena de calcetines despajerados, un piano desdentado —. ¡Uuuuh! —un bocadillo mohoso, un anillo de boda oxidado, un listín tefelónico.  Tesoros y más tesoros que no podría sacar nunca de allí.

¡Qué desgracia! Nos convertiremos en esqueletos rebuscadores, rodeados de riquezas y olvidados.  Un esqueleto grande y cornudo, otro pequeño y gatuno, otro un goblin desgraciado y, por último...—se quedó parado —¿Tienen huesos los gusanos?

Globz tenía miedo a quedarse encerrado. Si doña Agustina quería salir trepando, la máquina solo hacía que describir formas de escapar, ni siquiera la tranquilizarora presencia de Sir Arthur el demembrillo era suficiente.

La luz iba bajando, las horas se descontaban, el río, el té y Nilocasín se alejaban.  Y en eso, su mirada siguió la luz hasta un muro lejano.

—¡!Unas letras, unas letras!! —brincó y cabrioló hasta la pared iluminada.  —Seguro que algo bueno trae leerlas.  ¿Qué podría salir mal? No todos los goblin sabían leer, pero Doña Agustita insistía en que no saber leer era de frescos.  Con voz más aguda de lo habitual y notoriamente pagado de sí mismo, exclamó:

¡ESAGRE y escapa!

 

Cargando editor
30/05/2022, 21:24
Sir Arthur el amarillo

Sir Arthur el amarillo observó cómo sus compañeros iban haciendo lo que él les había pedido que hicieran, o al menos eso era lo que pensaba él.

—¡Muy bien Globz! ¡Eso es! ¡Rebusca! —dijo y aplaudió a Molsa cuando esta escribió de nuevo.

Doña Agustina se había acercado a los dos esqueletos y el caballero de antaño le había dejado a ella primero por eso de la edad y el respeto a las canas, aunque ella no las tenía, al menos hasta donde Sir Arthur el amarillo alcanzaba a ver y tampoco necesitaba ver mucho.

Se acercó a uno de los esqueletos y se colocó a su lado. Le miró pero no dijo nada y sin dejar de mirarle estiró la mano para luego estirar el dedo y para luego tocar la Reina blanca y moverla en el tablero.

Cargando editor
30/05/2022, 22:00
Reina de los Goblins

Globz declamó aquellas palabras en voz alta, muy teatreramente, pero no sucedió nada. Nada de nada. Aquel mensaje tenía toda la pinta de ser uno de esos trucos mentales que tanto le gustaban a la Reina de los Goblins. Un… un… ¡un acertijo, eso era!

Por otro lado, cuando Molsa pulsó la letra «g», de nuevo la máquina de escribir habló, con esa voz finita y suave para decir:

—Gescapar.

Cargando editor
30/05/2022, 22:17
Esqueletos

Cuando Sir Arthur extendió su noble garrita para intentar de nuevo tocar aquella pieza de ajedrez, los esqueletos se removieron nerviosos en sus sillones. 

Oh, no. Ha hecho una jugada —dijo uno, lleno de desazón.

—Oh, no. A él no le tocaba —agregó el otro, llevándose los dedos huesudos a la frente.

—¿Y ahora qué? Nunca sabremos quién ha ganado. 

—El gato no, eso está claro.

—Vamos a tener que volver a empezar.

Cargando editor
31/05/2022, 00:11
Doña Agustina

Aquellos dos jovencitos de las barbas y los huesos eran, además de unos frescos, unos maleducados. Ni saludar, ni ofrecer té, ni nada. ¡Indignante! Doña Agustina agitó su papada gusana con un sonido indignado y, al ver la zarpa de sir Arthur que tomaba la dama blanca que tenía al lado, hizo un gesto para esquivarlo.

¡Cuidado con las zarpas, caballerito!

Y, mientras se bajaba de aquel tablero en el que poco podía hacer, empezó a refunfuñar:

Nadie mira por dónde va, casi me da un zarpazo. ¡Pero qué barbaridad! Antaño se respetaba a las señoras mayores, yo creo que sir Arthur quizá no sea tan de antaño y sea más bien de hogaño. Sí, sí, eso parece. ¡Será fresco! ¡Caballerito de hogaño!

Se fue deslizando hasta el suelo y, una vez ahí, continuó arrastrándose a su ritmo hasta llegar bajo el pony. Levantó desde allí su mirada, se ajustó bien la bufanda (¡ella no era ninguna fresca!) y habló en voz bien alta (alta para lo que es una señora gusana pequeña, diminuta, minúscula, microscópica y viejita, claro):

¡Buenos días, jovencito! —le dijo al pony—. ¿Tienes té? ¿Sabrías decirnos cómo salir de aquí? Aunque, si tienes té, agradeceré primero una tacita bien cargada.

Cargando editor
31/05/2022, 11:36
Molsa

Molsa movió la cabezota y las orejitas alegremente de lado a lado cuando el caballero gatuno la felicitó por su gran hazaña ortográfica. Todavía le quedaba escribir té y Nicolasín, así que se puso garras a la obra. Y encontró esa letra que parecía una tetera vista de frente por supuesto. La «G».

— ¿Gescapaaaar? —Repitió confusa y movió la cabeza negando.— Gescapar noooo... Té —corrigió a la máquina mientras asentía—. Nicolasín ahooora —pero claro, no sabía qué letra era la del nombre de Nicolasín, ni tampoco la de niño o nada, inimaginable—. No nombre, niño... 

Y buscó lo más parecido a Nicolasín, o más bien a su cara redondita como una tarta. Así que encorvándose de nuevo pulsó la «O».

Cargando editor
31/05/2022, 12:26
Reina de los Goblins

La vocecilla de la máquina de escribir sonó de nuevo cuando Molsa pulsó la letra «o»:

Oscapar.

Cargando editor
31/05/2022, 13:52
Sir Globz

¡Oh, no! ¡Es un emigna! ¡A la reina le encantan! — se lamentó y gimoteó.  Dió una contrariada voltereta.   A él no le gustaban tanto, tendía a confundir las letras y decir mal la solución, incluso en las pocas ocasiones en que había rezonado correctamente.  Suspiró larga y dramáticamente, como un globo , y salió corriendo en pos de Doña Augustina.

Doña, doña, ¡en el muro! ¡Escúcheme! Que diga "egresa y escapa". Pero no lo entiendo, es un acertijo muy complicado.  Seguro que lo puso la reina ahí.

Mientras tanto, la voz suave de la máquina describir seguía diciendo mal las palabras.  Globz se dispersaba frente a lo complejo del enigma, prestaba más atención a lo de los demás que a su propio problema

 —¿Qué pasará cuando Molsa pulse la 'E'? ¿Y si devolvemos la dama donde estaba?¿Y qué pasaría si tirásemos el tablero al suelo?¿Encontraré como llevarme todos estos tesoros?¿Puede caerse un olvidarero en otro mayor?

Preguntas, preguntas y más preguntas. Pero pocas respuestas.

Se echó al suelo y cuchicheó en la ¿Oreja? de la vieja gusana —tapándose la boca con la mano para que el corcel no leyese sus labios—. —¿Pregúntele que es lo que come? Es sopeschoso. Juraría haber visto como miraba a Molsa de reojo.  Seguro que le quería dar un mordisco, pero Globz no lo permitiría. Correría como un rayo para llamar a Sir Arthur.

Cargando editor
31/05/2022, 14:12
Xerxes

Al caballo le costó unos segundos ubicar que la voz que se dirigía a él provenía del suelo, de la señora gusana. Cuando la localizó, agachó el cuello para olfatearla, lo cual fue para Doña Agustina como resistir un vendaval tratando de arrastrarla. 

—No sé qué es té —dijo al apartar el hocico de ella—. Soy Xerxes —anunció su nombre enderezándose y agitando la crin, con una pose de caballo de leyenda que pocos conseguirían imitar—. Nunca he visto a nadie salir de aquí, pero si lo hacéis, llevadme con vosotros. No quiero seguir aquí encerrado. 

Cargando editor
31/05/2022, 14:22
Doña Agustina

Doña Agustina escuchó los desvaríos de Globz y le respondió:

¡Eso no es ningún enigma, alma de cántaro! ¡Egresar y escapar es lo mismo! —Después, miró hacia la pared, entrecerró los ojos para ver mejor y dijo—. Pero ahí no pone egresar, sino esagre, atolondrado. Y esagre no existe.

Pero ni bien  hubo terminado de decir esto, tuvo que sujetarse fuerte la bufanda, porque aquel caballo le arrojó todo un vendaval por sus narinas. ¡Casi se le vuela! ¡Qué escándalo! ¡Ese caballo era un fresco que gustaba de desnudar señoras gusanas mayores! ¡Qué barbaridad! Doña Agustina refunfuñó mientras se separaba de aquel caballo.

¡Adiós muy buenas, adiós! —gritó mientras se dirigía a uno de los agujeros—. Voy a salir a ver qué encuentro. ¡Adiós muy buenas, adiós! Seguro que hay algún truco de frescos sinvergüenzas por estas aberturas. ¡Adiós muy buenas, adiós!

Y, mientras decía esto, se dirigió a la salida más cercana y empezó a trepar. Sin embargo, estaba tan ofuscada pensando en todos los frescos, tarambanas y atolondrados que la rodeaban que, apenas había avanzado un metro (¡lo cual es un montón para una señora gusana!), se resbaló y cayó de nuevo hacia abajo, hasta quedar tirada en el suelo de espaldas, lo cual es una posición de lo más incómoda y escandalosa para una señora gusana. Al verse así, se puso toda roja de la vergüenza: ¡Ella no era ninguna fresca! Y ahí estaba, tirada como si fuera una.

¡Ay, ay, ay! —Casi se pone a llorar—. ¡Mi dignidad!

- Tiradas (1)

Notas de juego

JAJAJAJAJA, ¡¡LOS DADOS!!

Cargando editor
31/05/2022, 14:41
Reina de los Goblins

Las letras de la pared habían empezado a oscilar muy ligeramente cuando Globz había acudido en busca de la gusana para pedirle ayuda con el acertijo, aunque fue cuando Doña Agustina gritó, que no había terminado de pronunciar esa palabra,  «EGRESA~», y una fina línea de luz empezó a dibujarse en aquella pared. 

Pero estaban tan ocupados con el caballo, con el agujero que parecía llevar hacia arriba y con la máquina de escribir, que fue Sir Arthur el primero en darse cuenta de que donde antes había unas palabras, ahora había una puerta. 

La puerta se entreabrió sola, invitándolos a salir de aquel lugar. Los esqueletos ni siquiera le dedicaron una mirada, ocupados como estaban en colocar las piezas para comenzar una nueva partida; la duda estaría en a quién le tocaba comenzar. Al caballo le brillaron los ojos y no se lo pensó dos veces antes de apresurarse a salir por la puerta. 

Parecía que sin darse cuenta habían resuelto el enigma de la Reina y podían seguir su camino. ¿Dónde los llevaría ahora el Laberinto?

Notas de juego

Que el último en postear esta ronda tire 1D6, porfis :3.

Cargando editor
31/05/2022, 20:23
Molsa

— ¡¿Oscapaaaaaar?! —Aquella lenta exclamación sonaba incluso a indignación y Molsa movió de nuevo su cabeza negando.— Ooooscaaaapar no, Niiiicooolaaasín...

Empezaba a pensar que aquella máquina no servía de nada, pues levantó la cabeza y no habían recuperado nada, se rascó la cabeza y comenzó a levantarse muuuuuy leeeeentaaaameeeeenteeeee. Entonces escuchó a Globz hablar sobre que tenía que escribir la E... Como si ella supiera cual era.

— Eeeeeee no... Maaaaquina rooota... no va.

Estaba ya de pie acercándose lentamente al goblin, claro que el caballo estaba cerca y por prudencia se quedó unos pasos atrás. Estaba de espaldas a la puerta brillante claro, así que no se enteró de lo que pasaba, solo que escuchó gritar a Doña Agustina muy adolorida. 

¿Aaaayuuuudaaaa amigaaaa? —Se acercó a pasos lentos y largos, como dos, hasta donde estaban los agujeros y puso el dedito al lado de la gusana para que lo trepase emitiendo un sonidito de pena.— ¿Dueeele dignidaaaad?