Partida Rol por web

Dentro del laberinto

⫷ Capítulo 1: Los muros de piedra ⫸

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03/06/2022, 15:09
Doña Agustina

Dignidad herida o no, había que seguir el camino. Mientras todos habían corrido —es decir, mientras Molsa y Globz corrían llevando al resto—, doña Agustina dejó escapar un sonidito que algún buen biólogo habría identificado como «gritito de señora gusana»:

Iiiiiiiiiiiiiiiiiiuuuuuuuiiiiiiiuuuuuuuu… —chillaba con voz muy bajita de señora recatada.

Lo bueno es que el pájaro pasó volando sin darse cuenta de su presencia, pero cuando al fin pasó el peligro, doña Agustina vio el huevo que había robado el goblin.

¡Oye, jovencito! ¡Pero qué sinvergonzonería es esa! ¡Le has quitado un hijito a la señora pájara! Que no seré yo quien defienda a las pájaras, como doña Fulgencia, esa más que gusana es una pájara, ¡cómo se las gasta! ¿Pues no quiso hacernos creer que su nietecito había ido a estudiar a Wormington DC y resultó luego que estaba en Villagusanín de Agujero Chico? ¡Menuda pájara, sí!

Y así, hablando de doña Fulgencia —aunque, en realidad, doña Agustina se refería a doña Casimira, pero es que lo de recordar nombres no era su fuerte; ni recordar nada, a decir verdad—, hablando, digo, de esa vecina, se había olvidado de la frescura de Globz llevándose un huevo.

Al fin, al llegar al campamento goblin, doña Agustina sintió mucha pena por la criatura encerrada, así que ni corta ni perezosa bajó de la casa-cuenco y empezó a caminar hacia la tienda más cercana a los cuatro goblins que jugaban dados.

A estos los voy a distraer yo, como que me llamo doña Agustina Froilana Jesusa de las Santas Merceditas. Así, mientras tanto, rescatáis a esa pobre criaturita de Dios.

Y así, llegó hasta esa tienda y, escondiéndose en un doblecito que había, empezó a gritar para que la escucharan esos cuatro jugadores de dados.

¡Frescos! ¡Sinvergüenzas! ¡Gamberros! ¡Tunantes! ¡Sí, vosotros, los de los dados! ¡Frescales!

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03/06/2022, 15:54
Sir Arthur el amarillo

Izquierda, derecha, izquierda, derecha. Izquierda. Derecha. Sir Arthur se dejó llevar por Molsa mientras huían con aquel huevo. Sin duda tendrían problemas en el futuro y es que Globz tenía la mano muy larga a veces pero bueno, Sir Arthur el amarillo los quería así tal como eran. 

Al principio cuando Doña Agustina parecía molesta por el huevo robado, Sir Arthur el amarillo pensó también en molestarse él también pues era un caballero de antaño honorable y valiente pero la historia que contó la gusana le entretuvo más y también se olvidó del huevo robado.

Al ver a la gusana tomar la iniciativa para despistar a los goblins, Sir Arthur el amarillo hinchó el pecho sacando a relucir su valor y con discreción pero con mucho honor, empezó a caminar hacia la criaturita presa para liberarla. Sería su tarea, sería su valiente tarea.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Me quedo el 4 :)

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03/06/2022, 16:30
Sir Globz

Oh, no.  El pájaro gigante había piado venganza contra él. Y Doña Acusina le dijo cosas que le hicieron ponerse muy triste. El pájaro ese seguro que también se comía plantas que tenían papá y mamá, pero no quiso discutir.  Tenía las orejas gachísimas.

Por un momento pensó en dejar el huevo por ahí, un poco por culpalibidad y un poco por que le dolían los brazos, pero ahora ya era un poco tarde. ¿Y si otro goblin se comía el huevo? ¿Y si la pájara no lo encontraba? ¿Y si tenía dos (o más) yemas?

Al final, después de muchas vueltas, llegaron a una guarnición goblin.  Guardaban el acceso a la parte más interior del larebinto.   Entrar iba a ser muy difícil.  Igual podía hablar con ellos, aunque le temblaban las piernas de pensarlo. 

Igual ​ podíamos hacer que Molsa es mi prisionera.  —. Ya se lo imaginaba, se plantaría delante de los centinelas de la puerta, se aclararía la voz y diría  «Soy el guardián del huevo Globz, voy a hacer una tortilla para la Reina Goblin».  Aunque no sabía qué contestaría si le preguntaban algo más, su plan llegaba únicamente hasta ahí.

Entonces, entre los cuchicheos, runrunes, grititos, gruñidos, eructos y gemidos, típicos de los goblins oyó un diáfano «Frescos».

Oh no. Mientras estaba planeando, le habían dejado solo...¡Para hacer cosas peligrosas!!

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03/06/2022, 19:34
Molsa

Molsa solo huía, sin mirar mucho hacia atrás, solo miró cuando el enorme pájaro sobrevoló sus cabezas. Tampoco supo bien qué decir ante el robo del huevo, pero se puso triste al ver las orejas gachas de Globz así que le dio unos toquecitos en la coronilla para animarlo.

— Tuuuu cuida hueeeeevo bieeeen... Papá hueeeevo.

Al llevar y ver el percal de aquel campamento llenito hasta los topes de goblins no supo bien qué hacer. Solo asintió y dejó que Doña Agustina Froilana Jesusa de las Santas Merceditas, un nombre demasiado largo como para que Molsa pudiese recordar, hiciese camino. 

— Goblins laaaanzas, laaaaanzas no bueeeenas... Daaaaaño en el poooooompis —desde que Nicolasín le había enseñado aquella palabra tan graciosa, la criatura cornuda no había usado otro término para referirse al trasero—. Molsa escooooonde bieeeen.

Y pegándose a una pared con musgo detrás de una tienda, se acercó con cuidado a una de ellas, desde que Doña Agustina vivía en su cabeza Molsa había aprendido a ser más cuidadosa. Claro que el resto tenía opiniones sobre lo que debían hacer y la monstruo asomó así un poquitito la cabeza por una costura descosida de las telas.

— ¿Molsa prisioneeeraaaa? Hmphh... Poder quitar piiiinchos... No gustar laaaaanzas...

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Notas de juego

Me quedo el 5

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03/06/2022, 23:51
Reina de los Goblins

Los gritos de Doña Agustina atrajeron de inmediato la atención de los cuatro goblins, que al ser insultados de tal manera se levantaron para acercarse a aquella tienda con aires muy beligerantes. Sin embargo, una vez dentro empezaron a mirarse unos a otros muy confusos porque… ¿de dónde venía esa voz? ¿Acaso salía de detrás de esa mesa? Uno se pensó que había sido un compañero que dormía a pierna suelta dentro de la tienda y le soltó un buen mamporro que lo hizo despertar con muy mal humor. En apenas cosas de segundos, los cinco goblins estaban enzarzados en una pelea sin que nadie se hubiera fijado en la pequeña gusana. 

Sir Arthur, ni corto ni perezoso, aprovechaba tal coyuntura para liberar a la criatura enjaulada. Metió la punta de la uña en la cerradura y la movió hasta que la mancha de pelo azul pudo escapar. Era un bicho inquieto, eso quedó claro cuando empezó a dar vueltas a toda velocidad alrededor del gatete. Quizás era ese su modo de agradecerle la liberación.

Mientras tanto, Molsa se había escondido en otra de las tiendas, camuflada, camufladísima, nadie podría pensar jamás que esa joroba que tensaba la lona era algo fuera de lo normal, pues era por todos sabido que los goblins no eran especialmente buenos a la hora de montar sus tiendas. Y allí encontró un conjunto completo de armadura goblin, demasiado pequeño para un humano o para ella misma, y demasiado grande para Doña Agustina, pero que bien podría servirles a Globz o a Sir Arthur. 

Globz se encontraba soñando con la tortilla que iba a zamparse cuando un sonido quebradizo lo alarmó e hizo que su mirada bajase hacia el huevo que con tanto ahínco había protegido hasta allí. 

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04/06/2022, 01:24
Tuberías

Y es que el huevo estaba eclosionando ¡en ese mismo instante! El cascarón se resquebrajó y luego se levantó, cuando el bebé ave levantó la cabecita, con los ojos abiertos como platos. Miró a Globz a los ojos y ladeó la cabeza, como reconociéndolo. Luego, aleteó para salir de ahí y se posó en el suelo. El polluelo tenía las patas muy largas, medía un metro de altura y parecía bien apto para ser una montura. Lo que no parecía era demasiado listo, pero miraquémonoeeees… 

Sin dejar de mirar a Globz, emitió un gorjeo y abrió el pico, pidiendo comida. 

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04/06/2022, 14:13
Sir Globz

¡Qué tragedia! Se había quedado sin huevo.  Y sin huevo no había tortilla, sin tortilla tendría hambre y con hambre todo era muchísimo peor.  Por ejemplo, huir hambriento, o brincar hambriento. Y eso, sin contar lo de atrevasar larebintos hambriento.  Lo único que no era siempre, siempre, peor era comer.  

Y por si fuera poco haberse quedado sin huevo, ahora tenía un pájaro ceñudo y ruidoso a su cargo.

«Papaaa huevoooo», había dicho Molsa. Lo súbito de la responsabilidad que había adquirido le hizo dar un bote.  Cambió de pata de apoyo una y otra vez, el cuerpo le pedía salir corriendo.

¡Y mientras, sus amigos corriendo peligro!

Molsa avanzaba bajo una tienda, no fueran a atacarla con lanzas (aunque Globz le ha había asegurado que él no dejaría que le pincharan el pompis), Doña Astutina hacía de cebo(vivo) y Sir Arthur  liberaba al bicho mostrando una valentía insurepable.

De repente. Se le ocurrió una gran idea, ni idea de dónde le había venido la inspiracción.

Ven conmigo, pájaro, ave. Deja de Granzar.  

Andó tranquilamente hasta la gran puerta y en voz más flojita de lo que había planeado, le dijo a los malencarados guardias.

—Soy el guardián de los.. pájaro, si eso, de los pájaros, Globz.  Voy a hacer una tort... uh, no, voy a hacer un ecpestáculo para la Reina Goblin.

—Daos prisa, es de esos pájaros que... —Se lo inventaba pero ¿Y si era cierto? Le temblaron las piernas. —se comen los ojos de la gente.

 

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Notas de juego

corregidas un par de faltas

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04/06/2022, 15:47
Doña Agustina

Doña Agustina no hubiera imaginado nunca que los goblins fueran a ser tan desfachatados y brutos como para empezar a pegarse entre ellos por sus provocaciones. Pensó simplemente crear una distracción para sir Arthur, pero aquello resultó todavía mejor.

Esta juventud está descarriada, no tiene remedio, a dónde irá a parar el mundo con esta muchachada —murmuraba para sí misma desde su escondite.

Sin embargo, a pesar de la triste y descarriada situación que esas generaciones de jóvenes y violentos goblins auguraban para el mundo, doña Agustina decidió aprovechar la frescura y sinvergonzonería de los goblins para crear más distracciones y así conseguir que todos pudieran escaparse de allí.

Se movió con agilidad y con todo el sigilo de una microscópica señora gusana hacia otra tienda, no la tienda en la que estaba Molsa, sino otra, en la cual vio a un grupito de goblins bebiendo un mejunje alcohólico de dudosa procedencia y aún más dudosa calidad. Se escondió muy prolijamente en una esquinita, tapándose un poco con la tela de la tienda.

¡Ay Jesús bendito, María y José! ¡Por todas las santas lombrices! —dijo mientras se santiguaba al ver a aquellos disolutos, pero enseguida se concentró en su tarea una vez más y empezó a gritar—. ¡Frescos! ¡Borrachines! ¡Truhanes! ¡Bribones! —Y después, mirando hacia la tienda en la cual había dejado a los otros goblins peleando, gritó hacia allí, como para simular que algún goblin les gritaba desde la nueva tienda—. ¡Pegas como una niñita goblin! ¡Tienes menos fuerza que… que un gusano!

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04/06/2022, 18:21
Sir Arthur el amarillo

Sir Arthur el amarillo se giró victorioso para que sus compañeros le aplaudieran por la destreza al abrir la puerta. Pero no sucedió, porque todos estaban ocupados. El huevo había eclosionado y Globz estaba con su hijo hablando mientras que Doña Agustina se arrastraba generando el caos allá por donde pasaba. La única normal Molsa, pero seguramente porque estaba a punto de hacer algo. 

Sir Arthur el amarillo movió sus bigotitos y estuvo a punto de decir algo ingenioso pero se tuvo que apartar con destreza del animalillo que acababa de liberar pues estaba tan feliz que no paraba de dar vueltas. Quería conseguir una montura así que el caballero de antaño se movió con cuidado entre las tiendas rebuscando algún resto de comida para ofrecer al animal y así conseguir que le dejara montarlo.

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04/06/2022, 19:17
Molsa

Molsa se quedó quieta y callada, claro, infiltrada en el campamento de los goblins no iba a dejar que la atrapasen.

— Ooooh... —se le escapó al ver la monería de la que ahora Globz era padre.— Aaaaaiiiiinnn... —Se le volvió a escapar al ver por la ranurita descosida de la tela lacositapeluda que había rescatado Sir Arthur.— Ayayayayayay... —Murmuró al ver el lío que había armado sola Doña Agustina.

Debajo de la tienda se aburría un poco, pero era mejor que te pinchasen el pompis. Entonces vio a Sir Arthur pasar por delante de la tela y sacó un poco su manaza así con disimulo enseñándole la armadura.

— Sir Aaaaarthuuuur susurró como el viento entre los abetos, a veces sabía hacerlo— tuuuu teneeeeeerrr paaaara tiiiii....

Y la dejó ahí en la entrada a la vista, pero antes de que nadie viese su mano la escondió en la tienda. Observó la situación y decidió que tal vez podía ser una tienda de campaña andante y sigilosa, por si no le abrían la puerta a Globz, más que nada. Si estaba cerca a lo mejor podía empujar las barricadas. Y se levantó tirando de la tienda hacia arriba para que se desclavasen las piquetas que la sujetaban a la tierra con intención de comenzar a andar leeeeentaaaaameeeeeenteeeee con sigilo.

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Notas de juego

Van a ver a Molsa jajajajajajaa.

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04/06/2022, 20:18
Reina de los Goblins

Cuando Globz se puso en marcha hacia los dos goblins que custodiaban la empalizada, el pajarito emitió otro gorjeo y se fue detrás de él. Parecía inquieto, seguramente por el hambre, pero también parecía poco dispuesto a separarse del primer ser que había visto al salir del huevo. 

 Aquellos dos guardias aguerridos no eran otros que Derf, una goblin que en ese momento estaba bostezando sonoramente, y Aret, un portaestandartes, cuya mayor preocupación ese día era que su estandarte estuviera siempre recto y bien lucido.

Prestaron atención a lo que decía Globz y miraron con cierto respeto y temor hacia el ave, que agitaba las alas mientras emitía nuevos sonidos, reclamando la atención del goblin. 

Mientras tanto, Doña Agustina seguía muy entregada a su labor de generar el caos en el campamento. A sus voces los goblins que bebían tranquilamente mientras comían cacahuetes empezaron a mirar alrededor, buscando de dónde venía la voz. Los gritos de la otra tienda parecían la respuesta a esa duda y en cosa de segundos se habían unido a la pelea, enzarzándose en un todos contra todos sin que ninguno tuviera muy claro cómo había iniciado aquello. 

Sir Arthur, acosado por aquella mancha de pelo que no dejaba de dar vueltas a su alrededor como un veloz torbellino azul, se metió en una de las tiendas y pudo ver cómo la criatura absorbía un patito de cuerda que había por el suelo. El gatete, más centrado en su objetivo, encontró una manta que tenía un curioso olor a pies y, al desdoblarla pudo ver que ahí había tierra, semillas y trozos de queso. ¡A saber qué pretendían los goblins hacer con eso! Tal vez sembrar árboles queseros o vete a saber.

Y así todo parecía ir bien para nuestros héroes, hasta que una de las tiendas se levantó veinte centímetros por encima de las otras y empezó a moverse. La idea no era nada mala, pero Molsa no había contado con lo difícil que sería avanzar con sigilo de esa guisa y empezó a chocar con unas tiendas y otras, desmontando alguna por el camino. 

Los dos goblins de la empalizada, que eran los únicos que quedaban ya sin pelear, abrieron los ojos al ver la mole que se acercaba. 

—¡Una tienda hechizada! —exclamó Derf, llevándose las manos al casco. 

—¡No, idiota, es un monstruo! —respondió Aret, enarbolando el estandarte como si fuera una pica—. ¡Debemos defender la entrada! 

Derf miró hacia Globz y se rascó una pierna con el pie de la otra. 

Ayúdanos a defender la entrada —le pidió— y te dejaremos pasar con tu pájaro come-ojos.
¡Dile que se coma los ojos del monstruo!

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05/06/2022, 01:19
Doña Agustina

Provocar que todos esos jóvenes frescos se pelearan entre sí no la ponía especialmente orgullosa, pero en realidad ella no había provocado la pelea; sólo había hecho algunos comentarios, el resto lo había hecho la frescura de esos jovencitos desalmados y violentos. Una vez que tenía a todos esos muchachitos peleando, era hora de seguir cruzando el lugar como si tal cosa, así que empezó a desplazarse hacia la salida muy ufana.

De pronto, sin embargo, recordó algo.

¡Uy, mi aguja! Yo creo que la dejé por aquí en algún lado.

Tras decir eso, dio media vuelta y empezó a dar vueltas completamente confundida y sin acordarse de la aguja, de los goblins ni de sus amigos.

Ay, ay, ¿dónde estaba? ¿Dónde estoy? ¿Paco? ¿Paquito? ¿Eres tú? —dijo mientras se giraba al escuchar algún ruido tras ella.

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05/06/2022, 13:46
Sir Globz

—Haré algo mejor que eso — hinchó el pecho y se enderezó, como haría un caballero con redaños. No se podía creer que les hubiese covencido—. Haré que me siga al otro lado. Abriz las puertas antes de que destroce el campatempo. Venceré a Mols.. a la Mols..truosa bestia fuera de aquí.  Luego cerrais ls puerta y... ¿Ya?

Se giró hacia el montón de tiendas que se movían.  Esperaba que Molsa le oyese.  No vio a Doña Ausencina, se había escondido.  Y Sir Arthur estaba algo lejos

Si no quieres que te hagan daño en el pompis...um ¡Bestia! Tendrás que seguirme, si puedes! Y si hay gatos sisinos y gusanas canibolas presentes, que se atrevan a venir a por mí!

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05/06/2022, 20:11
Molsa

Molsa, completamente cubierta por la tela de la tienda escuchó los gritos de los goblins cuando ya estaba cerca. ¡Ay su pompis! ¡¿Cómo la habían descubierto?! Con lo bien escondida que estaba, sin duda era cosa de magia goblin.

— Miiiiiiiiiiiiiiiis oooooojoooooos nooooo... —se llevó las manos, que sobresalían entre las aberturas de la cortinilla de entrada, a la cara o más bien a donde se suponía que estaba su cara porque lo cubría la tela— Hummmmmm... Agustinaaaaaaa decir gooooblins freeeeeescoooos. Verdaaaaad...

Claro que tenía razón Doña Agustina, una señora de su edad sabía muchas cosas, menos dónde estaba su aguja. Escuchó la advertencia de Globz. Ella no quería que le arrancasen sus pequeños y oscuros ojitos, le ayudaban a encontrar plantas nuevas y comida. Ni que le pinchasen el pompis, porque dolía mucho. Pero tampoco creía que fuese verdad que ese pajarito adorable comiese todavía ojos, entonces se acercó en un par de zancadas hacia la voz de Globz.

— Pompiiiis nooooo... —Y con las manos por delante para no tropezar comenzó a seguir al goblin mientras gruñía de mentira para asustar a los otros.— Gruuaaaaaarrrr, grooooooorrrr, aaaaarrrrrggg...

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05/06/2022, 20:56
Sir Arthur el amarillo

¡Tierra, semillas y trozos de queso! ¡Qué gran hallazgo! ¡Qué bueno! 

Sir Arthur el amarillo, contento como estaba, recogió todo y salió corriendo para encontrar a aquel bicho extraño. Con un trocito de queso bastaría seguramente y podría conservar el resto para las aventuras que el laberinto les pusiera de frente. Se acercó con valentía al bicho y estiró las manitas con el trocito de queso en ellas, mostrándoselo al bicho, con la confianza suficiente en que aquello bastaría para que se hiciera su amigo. 

Sir Arthur el amarillo tenía muchas ganas de reencontrarse con sus amigos, que parecían ocupados de momento, muchas cosas tenía que contarles, muchas cosas muy bonitas.

—Ven, ven, pequeño.. pequeña... lo que seas, no importa. Ven, ven... ya verás que rico el queeeeso.—le dijo animado, muy contento por encontrar un nuevo amigo.—Vamos a buscar a Nicolás y necesitamos ayuda. y el té. Y el río. Todo necesitamos ayuda!

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05/06/2022, 22:05
Sir Globz

Sir Arthur era el invididuo más valiente que había conocido. Lo era tanto que a veces el goblin no acababa de comprenderle.  Aunque eso era porque Globz no era en absoluto valiente.

Ooooh noooo, el gato sisino¡Cuidado con sus garras! ¡Puede desdepazar a sus presas en un segundo! —esto era cierto, en gran parte, si se consideraban presas a los ovillos de lana —¡Dejadme salir, yo me encargo de él!

Pero Sir Arthur traía comida para Grazni y el pájaro se abalanzaba hacia el caballero felino.  Globz extendía los brazos intentando que no se encontrasen.  El pánico en su voz era muy convincente, por lo real que era.

Nooo, grazni. No puedes comerte sus ojos aquí.  Qué horror. Sería algo muy desadragable.  ¡Una desgracia!

 

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05/06/2022, 23:05
Reina de los Goblins

El caos se había desatado en aquel campamento goblin. Entre las tiendas se sacudían tortas a mansalva, los goblins se enzarzaban y hasta una de ellas se derrumbó cuando la pelea llegó a desmontar uno de los palos que la sujetaban. 

Por ahí paseaba Doña Agustina, perdida entre aquel batiburrillo de patadas, puñetazos e improperios. Iba con cara de despiste, como si todo eso no fuese con ella, y no parecía darse cuenta de que si no se apartaba iba a terminar aplastada. 

Por otro lado, en la puerta cada uno iba a su bola. Globz soltaba trola tras trola —y lo sorprendente era que todas parecían colar—, el pájaro aleteaba a su alrededor y Sir Arthur apareció para alimentarlo, mientras Molsa gruñía y amenazaba al acercarse vestida con la tienda. 

Y en todo ese embrollo, la goblin que custodiaba la empalizada, aterrada por la presencia del molstruo que iba hacia ellos, no se lo pensó más y empezó a abrirla para dejar pasar a Globz, que era tan valiente e inconsciente como para querer encargarse de todos a la vez. Quizás de haber podido pensar en frío se habría dado cuenta de que justamente la empalizada servía para proteger los anillos interiores de monstruos e intrusos, pero no estaba en frío, estaba asustada. 

—¡Venga, venga! ¡Llévatelos a todos y encárgate de ellos! —Le decía a Globz.

Mientras el portaestandarte la ayudaba con la manivela, que eso no era algo que pudiera hacer un goblin solo: hacían falta por lo menos dos.

¡Al molstro! ¡Y al gato sisino y al pájaro saca-ojos! ¡Llévatelos todos!

Pero el ave, ajena a todo eso, al ver los pedazos de queso que le ofrecían, ya no podía pensar en nada más —tampoco es que antes pensara demasiado—. Empezó a aletear más fuerte y a dar pequeños saltitos, intentando esquivar a Globz que se metía por medio. Hacía falta algo de orden en aquel plan, pero la empalizada estaba abierta.

Notas de juego

Si salís, el último en salir que lance 1d6.

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06/06/2022, 17:26
Sir Arthur el amarillo

En cuanto Sir Arthur el amarillo se percató de lo que estaba sucediendo supo que tenían una oportunidad para escapar. Una oportunidad única. Irrepetible. No la podían dejar escapar así que de un salto y con la gracilidad felina suficiente, cogió a Doña Agustina sin que la vieran los goblins y la protegió en su manita. Con la otra manita recogió la armadura que Molsa le había dejado y con total disimulo y algo de descaro se dirigió hacia la salida de aquella empalizada.

—Noooooo noooo quieeeeeeeeero ir.—protestó fingidamente mientras le guiñaba un ojo a Globz y otro a Molsa. Haciendo teatro y fingiendo que había algo que le hacía resistencia, Sir Arthur el amarillo fue moviéndose como si le estuvieran obligando hacia las puertas de la empalizada.—No me obligues a dejar este sitio, oh no malvado goooooblin.—fingió.

Intentó ser lo más cuidadoso posible dejando miguitas de queso a su paso para que le siguieran el bicho y el pollo. Y también Molsa.

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06/06/2022, 18:26
Sir Globz

—Menos mal que... — respiró aliviado, hasta que se dio cuenta de que Dert y Aref seguían a su lado, dándole a la manivela. Entonces se volvió a enderezar caballerosamente y puso los brazos en jarras —. ¡Menos mal! 

Las precaria contrusción hecha de mentiras se caía a trozos.  Y el valor de Globz también, ahora que ya había un héroe de verdad junto a él. —Seguidme, Mons...Molstruos, si podéis!. Y se volvió a esfumar.

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06/06/2022, 19:32
Molsa

— Gruuaaaaaarrrr, grooooooorrrr, aaaaarrrrrggg... —Molsa seguía avanzando, siguiendo la voz de Sir Arthur y Globz porque en realidad con los ojos cubiertos por la tienda no veía nada más allá de sus pies— Moriiiiiiiiiiiirrrrrrrr groaaaaaargggghhh...

Molsa también sabía fingir. Muy mal, pero nadie lo notaba porque como era un monstruo —molstruoso según Globz— gruñendo, con una tienda de campaña que cubría hasta sus cuernitos, pues no se veía que debajo de toda aquella tela rallada y el musgo había un ser con un corazoncito peludo.

— Siiii podeeeeemooooos grooaaaaaarrrr... —decía mientras agitaba los bracitos hacia adelante directa hacia la empalizada, quizá si empujaba un poquito la acababa de abrir antes y todo— Gobliiiiiin malooooooo....