Partida Rol por web

El "gringo" saludado con tanta cordialidad, es un muchacho de frios ojos azules, tez clara y cabello castaño claro, que facilmente podria pasar como modelo o actor de telenovelas, al menos en el aspecto... Viste a la ultima moda, pero con estudidado descuido, una camisa blanca de marca abierta, remera azul, jeans negros cortados y zapatillas deportivas.

Con cortesia superior a cualquier asco que pudiera darle, acepta el saludo del Nosferatu dueño del refugio, asi como de aquel que preside la reunion. Apenas entrecierra los ojos para estudiar al resto unos momentos, inclinando ligeramente la cabeza como gesto de que reconoce sus presencias.

-Buenas noches, a todos. Sepan disculpar mi involuntaria demora... +saluda en general, tomando asiento en la silla más comoda que queda libre. Mira al hombre de traje+ Mas tarde le solicitare un resumen de lo que hallan charlado, si es tan amable, señor Poux. Ahora, por favor, prosiga...

El silencio incómodo frente a los ruidos de la puerta había hecho que Natalia se pusiera en alerta. Acción y reacción. Había permanecido así incluso cuando les había sido confirmado que no debía haber problema alguno, que debía ser alguien esperado. Sin embargo, por respeto a su hermano de manada, en vez de levantarse se había quedado sentada en su sitio, observando al hueco de la puerta. Al menos hasta que apareció el nuevo invitado, otro extranjero. ¿Pero qué era aquello? ¿Buenos Aires había vuelto a los inicios del siglo XX, que eran todos inmigrantes y solo dos o tres nativos?

¿Respetado Max? Ah, claro, tiene trato directo con Agustín. Yankees de mierda.

Natalia observó al recién llegado, su aspecto, su reacción, y movió la cabeza para sí misma. La sonrisa volvió a ella, como si jamás se hubiese ido. No era una sonrisa falsa, evidentemente algo le hacía una sincera gracia.

- Buenas noches. Soy Natalia - comentó, cuando le llegó el turno de presentarse, y volvió la mirada al francés - ¿Qué ibas a decirme sobre el particular, Gerard?

Si se iban a quedar en chupadas de medias, mejor alguien avanzaba.

Bueno, continuemos. Dice el hombre hablando hacia todos. Natalia preguntaba sí podía hacer una descripcion de la camarilla, lo cual justo les iba a decir, y también el punto sobre si en Santiago tendran algún aliado, lo cual es, en esencia cierto.

Pero comencemos con lo primero. Es bueno que sepan un poco la estructura, a pesar de que ustedes no van a tocar a estos personajes, posible puedan hacer algo que los afecte...

Y comienza hablar comentando exactamente lo que esta en el cuadro.

Ahora esa es información general, sobre el antiguo es alguien más que estoy seguro controla al principe como su marioneta, pero es lo que les digo, eso no tiene que ver con vosotros, debe sin embargo tener en cuenta eso, aunque en mi concepto deben evitar tocar terrenos que pueden estar muy controlados, o tocarlos con una investigación previa. Sin embargo he de decir que para hacer una gran distracción no necesitan estar al frente del Eliseo, sino posible encuentren puntos sensibles para los humanos, algo que genere tanto boom que afecten tanto vampiros como humanos, se que encontraran la respuesta.

En este momento ustedes saben que Gerard les esta dando información, pero no les dirá que han de hacer, dado que eso hace parte de su prueba.

Sobre aliados, si hay un par, Martina Fredes es una sin clan que no tiene bando, pero que esta coqueteando con la idea de ingresar al sabbat desde hace mucho, tiene un prostibulo en el centro de santiago, algo no muy limpio pero realmente un ambiente que tiene información sobre el bajo mundo, sin embargo les aconsejo que antes de hablar con ella tengan claro que es lo que quieren hacer.

Y esta por otra parte dos Ghouls que podrán servirles y que tienen ordenes mías de hacer todo lo que requieran. Es un matrimonio, Susana y Rafael Romero, ellos podrían ayudarles en asuntos de cuidado durante el día.

Debo advertirles, que posible alojamiento no encuentren facilmente, pero con entrar a una casa, secuestrar a una familia y hacer lo que plasca con ella es lo mejor que podrían hacer.

Pasea los ojos azules sobre el resto. 

-Dado que soy el recien llegado, quisiera tener más informacion sobre el grupo con el que voy a trabajar, antes de poder hacer algun aporte... +dice en tono pausado, articulando bien las palabras a pesar del inevitable acento norteamericano+ Por ejemplo, en que campo de habilidades o conocimientos sobresalen. Tambien serviria saber como han estado trabajando hasta la fecha...

Mira a los presentes. Creo que esa información cada uno de ellos se la puede dar mejor, dice el nosferatu..Anakin te noto callado, usualmente lo eres pero estas más ¿pasa algo?

Alejandro habla mientras en paralelo Ambriosio le pregunta a Anakin .-Al parecer tenemos una gran cantidad de información, que aunque no sea necesaria, es de agradecer que nos sea revelada señor Proulx. Les enseñaremos a temer al Sabbat a esos mariquitas de la Camarilla-. Aprieta su propio puño haciendo crugir los dedos mientras un gesto de determinación se vislumbra en su rostro. Atento como estaba a las explicaciones no habia tenido mucho tiempo de interactuar o estudiar al nuevo. .-Bienvenido Max. Disculpa que no me haya presentado debidamente. Soy Alejandro Hernández, Brujah. No destaco en ningun campo pero intento ser util en todos. Aqui Natalia es una chica con mucha energia, y Anakin, todo un misterio. Me gustara saber como se autodefine-. Dice para luego atender al resto

Me había mantenido callado pues no me interesaba mezclarme en sus conversaciones. A veces sentía fascinación por dejarme llevar, cazando vampiros de la renombrada camarilla; otras tantas sentía asco al ver como usaban a las personas cual marionetas, ¿En que momento se había hecho tan visceral mi respuesta?. Por otro lado aún la gente me notaba callado, pero era esta noche la que me producía el asco presente.

No pasa nada Ambrosio - dije mientras levantaba la mirada hacia el nuevo ingles. Me quité los lentes y abrí mis ojos, observando directamente a los de Max - Anakin, solo sé un poco de todo -. Se sentía en el aire el olor a cadáveres, pero por costumbre ya era obvio que estábamos entre sádicos y asesinos entre los que me incluyo, lamentablemente.

Levanté mi mano y peiné mi cabello detrás de mi oreja. Entre una y otra cosa recordé por un momento a la ghoul de Ambrosio. Tuve ganas de moverme y verla mas de cerca, pero es bastante obvio que el único que sigue aferrado, aunque sea de manera bizarra, a su humanidad, soy yo. - ¿Que tantos recursos tendremos en Santiago? - pregunté - tanto monetario como del Sabbat; es un poco mas facil planear con la idea de que podemos utilizar.

El silencio reinó en mí de nuevo, pero luego de un instante observé a Max nuevamente - ¿Que eres tú? - le pregunté - tienes el aroma a cadáveres alrededor...

*Un brujah, un sabiondo, y esta otra muchacha... mmm hay material.

Reconoció la presentación de Alejandro y su breve resumen, con un gesto de asentimiento. No habria problemas inmediatos con este grupo... Cruzó las manos sobre la cintura, aguardando escuchar a los demas. Sin embargo, al ser interpelado por el androgino, le respondio en tono suave, casi jocoso.

-¿Yo? ¿Que soy? Un artista. Uno que actualmente disfruta las noches usando los dones que el legado de Tzimisce le da, para crear belleza... Y dudo mucho oler a cuerpos, uso una buena colonia. 

El hedor de la piel humana se adhiere al vampiro tan bien como el fuego - Me puse de nuevo los lentes y cerré mis ojos. con una simple imagen de él, aún borrosa, me bastaba para saber que no me agradaba; incluso escuchando como se expresaba. Esa definición de artista era anatema de lo que yo creería correcto; tal vez deba cuidarme de ese sujeto...

Ignora el comentario sarcastico de Anakin, y responde a su pregunta. Tendran recursos, evidentemente. Dice Gerald. Llegaran a Santiago en el método que quieran, Agustin ha dicho que podrán escoger entre motos o un auto donde podrán viajar. Los mira a todos. Con tal que trabajen en equipo todo estará bien.

Armás y explosivos se les darán pero tendrán que aprovechar los recursos, es posible que se desperdicien o se pierdan, tengo entendendido que todos saben del manejo.

Aunque un arma importante a utilizar es esta. Señala la frente. Hay acciones  que no necesitan armas, nuestra naturaleza es una arma.

Natalia escuchaba atentamente al francés, con la atención que alguien pone en un punto que realmente le interesa. Aunque lo cierto era que, en cuanto empezó a escuchar su respuesta, se dio cuenta que no había entendido lo que ella había preguntado. O es que no se había expresado bien. Sin embargo, continuó mirándolo y no lo interrumpió, ni hizo gesto alguno que denotara sus pensamientos. Quizás porque esperaba poder aclararlo una vez que Gerard terminase de hablar. Quizás porque, sencillamente, no quería molestar a su interlocutor. Mas luego la conversación siguió, esta vez en boca de otros, y Natalia permaneció en silencio contemplando a sus hermanos, al extranjero, y al recién llegado. Sus cejas se habían arqueado.

¿Que "quisiera tener más información" sobre...? ¿Pero este pelotudo quién se cree que es? ¿Recién bajado de la nube y pidiendo dossiers?

Menos mal que Alejandro dijo algo en ese momento. Porque el resto de las palabras del recién llegado no hacían más que tratarlos como objetos, casi como animalitos de granja de los cuales se quiere saber todo detalle para invertir en su compra o no. Y encima quería que se... definiesen. Sí, claro. Mierda, alguna gente la verdad que... ¿Eh? ¿Aromas a cadáveres? Natalia se movió en su asiento, obedeciendo a un impulso, porque su nariz no le decía nada. Aunque no necesitaba que le dijese mucho para sentirse asqueada por el yankee, ya había oído suficiente. ¿Un... artista? Qué eufemismo de mierda. Ah, con razón hablaba con Agustín. Seguro que le gustaba a Fernanda.

- Cruzar el Cristo Redentor en moto y de noche es llamar la atención como si entráramos con fuegos artificiales -  dijo Natalia. Mejor volver al punto, antes que terminara fastidiándose de verdad - Aún cuando nos servirían más las motos allá para movilizarnos. Bueno, lo que a ustedes les parezca. Ya sabés cómo son estas cosas - agregó, mirando a Alejandro. Después volvió al francés - Somos conscientes de eso, Gerard. No pocos de nuestros hermanos son más letales que las armas mismas. Pero estamos recogiendo información para después hacer una buena tormenta de ideas. 

Se acomodó en su asiento, y miró al yankee. Sí, bueno, la gente llamaba arte a muchas cosas. Le decían arte al cubismo... Con eso se acababa la discusión.

- ¿Vos sobresalís en tortura, entonces? - preguntó, sin que se le moviera un pelo - Yo, tal como mi hermano, en todo caso intento ser útil - sí, claro, a ver si le iba a dar su currículum vitae a ese tipo - Pero no te preocupes, no importa que recién hayas llegado. Cuando nos pongamos a conversar ideas, va a ser más claro quién podría ocuparse de qué.

A Natalia no se le había escapado que Max hablaba y requería como si fuera un líder que fuera a ordenar él sólo qué hacer. A ella le daba igual, si fuese uno de sus hermanos. Pero no lo era.

- Yo, más preguntas, no tengo - comentó, mirando a Alejandro y Anakin.

Cruzo los dedos, sin sonreir, aunque alzo la ceja derecha, pensativo. Tortura? Eran tan novatos que no entendian la delicada belleza que implicaba el arte de la Vicisitud? Sus sires deberian haberles enseñado mejor... Pero servirian para lo que estaban destinados. Si, serian utiles a su manera y en lo que sus aptitudes permitieran. Con eso bastaba. 

Hizo un resumen mental, desentendiendose del tema por ahora. Camarilla, ayuda, recursos. Faltaban un par de datos, datos que le podian concernir intimamente, pero preferia hablarlos en privado, asi que miró a Gerard.

- Por mi, esta bien. El resto dependera del espiritu cooperativo y habilidad del grupo... Solo le recuerdo que quisiera un momento en privado con usted, luego de la reunion.

Algo les pasa a todos menos a Max en ese momento.

Sienten una punsada en el corazón, y de repente saben que algo no esta bien, y piensan inmediatamente en "Dean"

Algo sucedió con Dean.

Un instante después sienten que golpean desesperadamente a la puerta.

Los rostros de todos se muestran alarmados.

Corres. No sabes que tan rápido pero cuando menos lo esperas la casa que buscas esta al frente tuyo. Golpeas la misma con afán, y una mujer muy golpeada te hace seguir, cuando llegas encuentras  a tus compañeros reunidos con tres personas, una la reconoces Amprosio Rosas, el nosferatu.

Pero a dos de ellas nunca las habias visto

Cuando se abre la puerta ingresa Fernanda al lugar, llena de salpicaduras de vitae vampirica. Algunos reconocen el olor de la sangre de Dean en ella y de otro vampiro, siendo evidente por la postura de terror de Fernanda que no se trata de un acto que ella hubiera causado.

Fernanda esta llena de pánico. Algo le acaba de pasar, y todos comienzan a preocuparse.

!Fernanda!.

Dice el nosferatu muy preocupado, mientras salta de su silla  toma una escopeta que tenía  en una esquina y se va a ver si hay alguien la puerta que la estuviera persiguiendo a la mujer. El rostro del nosferatu se ve más espantoso que nunca. En sus ojos se ve odio.

Alejandro se encontraba escuchando con especial atención las sensatas palabras de Natalia, y después con curiosidad las de Max. Entonces ocurrio algo terrible.

Pasada la sorpresa inicial rápidamente se dirige al nosferatu.-Ambro. Estoy en bragas. ¿Tienes algo para dejarme?-. Dice apresuradamente. Acostumbra a ir desarmado salvo que vaya a buscar problemas. No quita un ojo de la puerta mientras espera respuesta. .-¿Y Dean?-. Dice temiendo la contestación de Fernanda

Ambrosio le muestra al lado hay un par de fusiles de donde tomó la escopeta, y de manera defensiva mira la puerta.

Ante la vision repentina de la beldad ensangrentada, abre los ojos con preocupada admiracion.. En otra circunstancia, esa imagen, sumada a la cara de espanto de la chica, le provocaria una gran excitación, pero es evidente que no viene de jugar ni de comer. Esto esta mal. 

Max se incorpora, sacando de su espalda una pistola que llevaba oculta tras la camisa suelta. Mira al Nosferatu dueño de la casa, mientras quita el seguro al arma y se prepara.

-¿Hay otras entradas?

Una punzada en el corazón, y en la nariz. Los ojos de Natalia se abren, olvidándolo todo. Se siente saltar del asiento más rápido de lo que su mente le permite asociar de dónde viene ese dolor, esa inquietud, esa certeza. Está ya sobre sus plantas, agazapada para reaccionar, cuando entra Fernanda. Sus pupilas se dilatan. Las venas se le vuelven hielo. Su mirada se vuelve fuego y mientras los demás buscan armas, mientras el Nosferatu se va hacia la puerta, Alejandro coge el fusil, y el yankee saca una pistola, Natalia se adelanta también a coger un arma pero no va hacia la puerta. Va hacia Fernanda, cogiéndola de un brazo.

- Fernanda, ¿qué ha pasado? - pregunta, con suavidad. De un modo que quizás nadie se espere. Natalia sabe tratar a la gente - ¿Alguien sigue afuera?