Partida Rol por web

Desesperación carmesí

Desolación

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01/01/2009, 21:30
Leonard Roster

Drumlak ... Bernard ...

Sin duda ellos tenían que ser los otros dos viajeros que había mencionado el tipo que había hablado hacía escasos instantes ... no cabía lugar a duda ...

-Es muy largo de explicar ... le respondí con el rostro serio ... -Pero nosotros no tenemos nada que ver con los otros dos ... y mucho menos venimos a destruir nada de vuestro mundo ... sino que hemos venido a detener a los otros dos ... por eso necesitamos la ayuda de los Zeerath ... solo ellos pueden hacer algo para que el mundo no acabe desapareciendo ...

Me quedé mirando a aquel tipo que sin duda parecía el jefe del grupo ... y tan solo esperaba que me escuchara ... aunque seguramente no sería tan fácil ...

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04/01/2009, 17:31
Arnvald

Así que los conocéis. - la voz de Arnvald resonaba en aquel lugar que, sin contarles a ellos, se encontraba completamente desierto, tanto de vida como de cualquier sonido que no fuese la brisa acariciando las hojas de los árboles.
Su suposición había sido certera. Nada ocurría por casualidad, y aquellos dos desconocidos que tenía ante sí, tenían relación con los otros que le habían sido descritos.

¡Decidnos donde están y a qué han venido! - exigió desde su montura - Cuando los encontremos pagarán por lo que han hecho en Rosslyn.

Los nudillos de su mano derecha, que aferraban la empuñadura de su espada, se crisparon al apretar con más fuerza, recordando lo que sus ojos se habían visto obligados a ver. Una imagen que ya nunca desaparecería de su retina y que le visitaría cada vez que intentara conciliar el sueño.
Respiró profundamente para intentar calmarse, aunque le estaba costando no arrebatar, por la fuerza, las respuestas que buscaba.

Los Zeerath no existen - respondió finalmente - nunca lo han hecho. Era el nombre que se le daba a antiguos dioses, pero mucho me temo que eran simplemente cuentos que servían para entretener a los niños, incluso en aquellos tiempos en los que existía una religión que los adoraba.

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06/01/2009, 00:15
Gerhardine Hallberg

-Los antiguos dioses... cuentos... niños...

De pronto fue como si un destello surcara la mente de la joven. Gerhardine tuvo la sensación que un par de gruesas compuertas comenzaban a abrirse y en teoría así era. Esas compuertas habían sido las encargadas de aislar ese espacio de su memoria y al fin se había dado con la llave para abrirlas permitiendo el acceso y poco a poco las ideas comenzaron a aclararse, los recuerdos de esas historias, lejanos en su mayoría, que habían permanecido durante tanto tiempo enterrados en lo más profundo de su memoria empezaron a manar lentamente y a cobrar otra vez vida.

Gerhardine terminó por aflojar por completo la tensión de la cuerda del arco, bien pudo colgarse el arco a la espalda y devolver la flecha a la aljaba, pero no, acabó sujetando ambos únicamente con la mano izquierda, así sería más fácil volver a armarse de ser necesario. Tomó las riendas del caballo e hizo que éste se aproximara a Arnvald, una vez que estuvo a su lado le habló.

-Deberíamos llevarles con nosotros -le susurró-, podrían ayudarnos a dar con esos hombres, decirnos quiénes son... ellos saben cosas que nosotros no y hasta dónde han dicho son sus enemigos... No se si sean o no brujos, pero si lo son sería bueno tenerles de nuestro lado...

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07/01/2009, 10:52
Kane

Kane tubo la sensación de que una carcajada le salía por la garganta con tanta fuerza como el agua a preción de una goma apretada con dos dedos. Pero aguanto. Aquello de cuentos de niño le había sonado a eso mismo. Cuentos de niños. Lo que no pudo reprimir es su voz, que sono ruda, pero no con la suficiente ironía como la que él había querido usar.

¿Entonces como explican lo que han echo los dos que buscamos?

Efectivamente, no sabía lo que habían echo, pero si lo buscaban con tanto ainco y esa forma que tenían de mirarlos a ellos, tan desconfiada, sólo podía significar una cosa. La mascota del viejo había jodido algo, la había liado seguro, de eso no había duda.

La mujer destensó el arco y eso, en otro momento fuese relajado a Kane, pero él estaba ya lo suficientemente relajado como para notarlo. Era inmortal. Lo que no se acordaba es que era inmortal ante los suyos, pero no ante la flecha de aquella mujer o las espadas de sus compañeros.

Decirnos donde se han ido o donde los vistes por última vez. Les daremos caza.

Sabía que aquello era peligroso, pero ya le había dado su merecido a Drunlak y en el fondo, aunque no sabía como había sucedido todo, sabía que podría repetirlo y lo podría matar, tanto a él como al viejo. No podían perder tiempo en charlas estúpidas con gente que están a varios siglos de él. Era absurdo.

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07/01/2009, 23:17
Leonard Roster

-Si ... respondí rotundamente ante la pregunta del jinete que se postraba ante mi ...

-Por desgracia les conocemos y creo que todos deseamos lo mismo para esos dos que han destruido Rosslyn ... que imagino que será una ciudad vuestra ...

Me adelanté un paso hacía adelante demostrando que no tenía miedo a la situación en la que estábamos sometidos y proseguí con mis palabras ...

-Uno de los que lo ha hecho es de vuestro mundo ... ¿os suena el nombre de Drumlak? ... el otro ... dije con cierto remordimiento y sensación de culpa ... -El otro es mi Padre ... aunque no me enorgullezco de ello ... sino todo lo contrario ... desearía que no lo fuera ... que su sangre no fuera mi sangre ... solo puedo deciros que todos queremos el mismo fin para esos dos ... ¡tenemos que detenerles! ... todos los mundos dependen de ello ... sino lo hacemos ... todos quedaremos destruidos ... mi mundo ... y vuestro mundo ... ayudadnos a detenerles ...

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11/01/2009, 18:17
Gerhardine Hallberg

La expresión de la joven era de absoluta seriedad, mas la turbación que sentía era tal que su mirada no la podía ocultar.

Se deshizo del arco colgándolo otra vez a su espalda y reemplazándolo por la espada que acababa de empuñar. Sujetó las riendas con firmeza e hizo avanzar al caballo hacia los hombres, rodeándolos con éste y mirándolos desde lo alto de la montura en actitud intimidante.

-Rosslyn era nuestro hogar, el lugar al que ansiábamos regresar tras casi un año de ausencia. El lugar donde estaban nuestros mejores recuerdos y el afecto de familia y amigos, pero nada de eso encontramos a nuestro regreso salvo calles vacías y a una agónica mujer que encontramos entre los escombros que para mi desdicha resultó ser aquella a la que quería como a una madre... No hay nada, la ciudad está desierta y lo único que obtuvimos de ella es la angustia de no saber lo que ha pasado con nuestra gente y el deseo de venganza.

La mirada de Gerhardine se nubló a causa de las lágrimas que otra vez amenzaban con asomar pero respiró profundo y se obligó a que la tristeza y la desesperación la embargara.

Miró a sus compañeros y en sus ojos vio igual escepticismo que el que ella tenía, pero algo debían hacer y a veces para conseguir un objetivo había que correr riesgos.

-Está bien, vendrán con nosotros, pero no pueden viajar con esas ropas... mis hombres les facilitarán una muda de ropa mientras tanto, luego conseguiremos unas definitivas para ustedes.

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11/01/2009, 21:48
Arnvald

Arnvald no le quitaba los ojos de encima a los dos desconocidos, pero se inclinó levemente hacia la mujer cuando esta se acercó para susurrarle algo al oído, asintiendo a continuación para mostrar su conformidad con la apreciación hecha por ella, aunque en su rostro podía leerse con claridad que no le agradaba en absoluto aquella medida.
Pero necesitaban saber, y si acababan con ellos en aquel mismo instante, puede que nunca llegaran a averiguar el motivo de lo ocurrido, o dónde se encontraban las gentes de Rosslyn.

No tenemos explicación para lo sucedido - respondió a las palabras de Kane, ratificando lo dicho por Gerhardine - y es por ello por lo que nos acompañaréis.

Hizo un gesto a dos de sus compañeros, que adelantaron su posición para acercarse a los extraños - Montaréis junto con Zlatan y Harlan, en la vanguardia del grupo, y mientras nos contaréis quienes sois vosotros y de dónde venís, pues jamás he visto ropas como las que portáis. Y no hagáis nada de lo que podáis arrepentiros, pues sólo necesito una excusa para que un hijo pague por los pecados de su padre.

Mientras hablaba, el caballero interrogaba a su propia memoria para buscar aquel nombre, Drumlak, en sus recuerdos....pero no lo encontraba. Cuanto más se esforzaba más claro tenía que era una palabra que jamás había escuchado, pero era lógico. Si ese hombre tenía razón, y Drumlak era un Zeerath, sólo alguien muy longevo podría asegurar si aquel aparecía en los cuentos de su infancia.
Cada vez tenía más claro que debían llegar cuanto antes a Ródennos, y si allí no había sucedido lo mismo que en Rosslyn, al menos podrían intentar descubrir algo.

 

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12/01/2009, 10:19
Kane

Todo esto se estaba volviendo una conversación aburrida y absurda, mientras que los dos a los que intentamos darle caza nos siguen tomando ventaja... ¡y encima quieren que nos disfrazemos! Por eso no iba a pasar Kane, por eso no, no pensaba abondonar su ropa por esos disfrazes medievales que sin duda acarrearían más mierda que la que él tenía encima.

No pienso cambiarme de ropa.

Luego observo los hombres, aún no sabía si clasificarlos de caballeros, que le había indicado el manda más de la expedición para subirse con ellos y compartir algo más que sudor y olores, el caballo que los llevaría, muy seguramente al galope por este extraño mundo del pasado. Tras mirarlos detenidamente, se decidió por uno de ellos y se puso al lado del caballo.

En su vida había montado en estos animales, los únicos animales que había montado eran las prostitudas del PK2 que visitaba casi todos los lunes, y eso si que era montar, no estos animales sudorosos y malhorientes. No le hacía ni pizca de gracia, pero no había más huevos que subir, sobretodo porque a pie le iban a sacar mucha ventaja y presuponía que no le iban a esperar por una estupidez como aquello.

Tenía que pegarse un duchado y volverse a pintar, se sentía extraño.

Extendio la mano y con la mirada indicó al hombre que le ayudara a subir, ya que no tenía ni idea de como hacerlo.

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13/01/2009, 00:26
Leonard Roster

-Kane ... tienen razón ... le dije al ver su negativa al cambiarse de ropa ...

-Es mejor que nos pongamos su ropa ... pasaremos mas desapercibidos ... algo que sin duda nos vendrá bien cuando nos encontremos con Bernard y con Drumlak ...

Me dirigí hacía los dos caballeros que adelantaron su posición ... los que iban a ofrecernos su montura y una vez allí imité el gesto de Kane para subir a la montura esperando a que me ayudaran en ello ...

-Siento mucho lo que ha sucedido con vuestra ciudad ... pero ... dije con cierto aire de desánimo ... -Me temo ... que esto es solo el principio como no les detengamos rápido ...

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13/01/2009, 02:12
Gerhardine Hallberg

-Entiende que no lo digo por capricho sino por tu propio bien -sus palabras se dirigen a Kane-... Él -señala a Leonard- ha estado hablando de tu mundo y el nuestro, no se si realmente ustedes vengan de otro mundo o no, pero una cosa te digo y es que en tu mundo llevar esas ropas puede ser normal pero ahora estás en mi mundo y si la gente los ve vestidos así no puedo asegurarte que sean tan benévolos como nosotros.

El caballo de la joven estaba inquieto y no dejaba de relinchar, moviéndose de un lado a otro, daba la impresión de estar impaciente por emprender la carrera. Gerhardine le acarició el cuello, susurrándole algunas palabras que consiguieron calmar un poco al animal. Sin dejar de acariciarlo continuó hablando a Kane.

-Si insistes en continuar luciendo así ya es problema tuyo, nosotros no podemos garantizar tu seguridad, cuando mucho puedo intentar hacerte pasar por el bufón de la ciudad.

Asintió al ver que Leonard aceptaba cambiarse de ropa, se notaba que él era más sensato que su amigo, estaban, como él mismo decía, en otro mundo y ninguno de los habitantes de esas tierras ni de ninguna de las que conociera vestía del modo que ellos, si hasta la tela era desconocida. Los pensamientos de la joven noble se ven interrumpidos abruptamente cuando Leonard menciona la última frase, un escalofrío le recorre el cuerpo.

-Tenemos que llegar a Ródenos cuanto antes -susurró-  ¡Entonces ya no perdamos más el tiempo, cámbiense esas ropas y vámonos de una vez!

Gerhardine espoleó al animal y se alejó al trote para que ambos hombres, o uno si es que el otro continuaba negándose, pudiesen cambiarse de ropas sin preocuparse de que ella los viera.

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13/01/2009, 10:05
Kane

¿Acaso aquella mujer conocía de algo a Kane? ¿Lo conocía? Le daba igual lo que la gente pensara de él.

Ya he dicho que no pienso cambiarme de ropa, y  mucho menos aquí delante. Y si quieren llamarme bufon me da igual, porque como un bufón me sentiría si vistiera las ropas que ustedes lleban puestas. Además, miro a Leonard, ¿donde coño voy a guardar la pistola en eso?, dijo señalando las ropas. Paso, estoy más comodo tal y como estoy vestido.

Se aferro a la mano de su jinete y subió al caballo torpemente, con varios intentos de besar el suelo desde la altura, hasta que con la ayuda de aquel hombre fuerte, pudo sentarse sobre el lomo de su caballo. Sin pensarselo dos veces, se aferró con las dos manos al "conductor" del caballo para no caerse e intentó disimular su torpeza y miedo con el animal, pues lo único que se le pasaba por la cabeza es que se caería en plena carrera.

Ojala que no vaya rápido.

Le daba miedo, a parte de las alturas, la velocidad en algo que él mismo no controla y aquél era el caso. Una caida desde lo alto del caballo en plena carrera podría ser mortal. Por un momento se le olvidó su condición de tatuado, es más, ya no tenía importancia estar tatuado. Además, se sentía muy incomodo con la ropa que tenía a lomos del caballo, se le estaba mojando del sudor de éste y un sentimiento de asco le recorrio la garganta. ¡Que dure poco el viaje o le dará algo! Si, posiblemente el cambio de ropa pudiera ser una cosa que entrase por el aro, sobretodo si tenía que ir de un lado a otro encima de estos animales. Pero ya no había marcha atrás, no quería bajarse del caballo y mucho menos desnudarse delante de aquellos hombres desconocidos.

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16/01/2009, 22:34
Arnvald

Aquellos dos hombres era aún más extraños de lo que había supuesto Arnvald en un primer momento. Tanto uno como otro decían cosas que le parecían incomprensibles. Desvaríos de orates que no tenían ningún sentido.
Si no fuese por la ropa que llevaban, seguramente los habría tratado como tales y dejado en el camino. Pero no podían permitirse esa clase de reacción. Necesitaban respuestas y quizá ellos pudieran darlas, aunque debieran esforzarse más para que pudieran entenderlos.

Pese a que uno de ellos había dado su conformidad para cambiarse de ropa, ambos se habían subido a las monturas de sus compañeros sin intención alguna de llegar a hacerlo.
Arnvald se encogió de hombros. Ya habría tiempo antes de llegar a Ródennos para convencerlos. Si eran "extranjeros" puede que no supieran cómo de supersticiosas eran las gentes que allí vivían, pudiendo crearles serios problemas si llamaban demasiado la atención.
Desde que el cielo había tomado aquel tono carmesí, todo el mundo andaba nervioso y buscando un culpable.
Cuando se supiera lo ocurrido en Rosslyn y aparecieran aquellos dos vestidos de esa forma, tendrían suerte si alguien no proponía encender una buena hoguera.

Pongámonos en marcha entonces. - indicó. Esperando que ambos caballos, ahora con sobrecarga, se pusieran en movimiento para dar alcance a Gerhardine - Y mientras cabalgamos podréis explicarnos cómo habéis llegado aquí y quienes son realmente esos dos a los que decís perseguir.....y qué quieren.

Y lo más importante, qué había ocurrido con los habitantes de su ciudad. Pero eso decidió callarlo por el momento. Quizá escuchando pudieran sacar alguna conclusión.

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18/01/2009, 02:22
Gerhardine Hallberg

Los jinetes le dan alcance, Arnvald se sitúa junto a ella y al mirar hacia atrás se da cuenta que los hombres continúan vistiendo esas ropas extrañas.

-¡Por los Dioses! ¡Qué tercos son! -comenta a Arnvald sorprendida- Con ese aspecto la gente no va a dudar en llamarlos brujos y nos pueden meter en problemas a nosotros, porque si nos ven con ellos, con los brujos, dirán que somos sus secuaces y no va a faltar el que diga que somos sus aprendices.

Suspiró y siguió avanzando. La mirada de Gerhardine había adquirido un aspecto sombrío.

-Tengo miedo, lo reconozco. No se si está bien que confiemos en estas personas, parecen decir la verdad, pero existen muchas formas de enmascarar las mentiras y hacerlas pasar por verdades. Además mencionan a los Zeerath, me parece recordar a mi abuela contándome historias, pero no estoy segura. Dime ¿Tú sabes algo de eso? ¿Recuerdas que te contaran historias sobre ellos?

La joven se atrevió a preguntarle porque Arnvald era unos años mayor que ella y era posible que recorara cosas que ella no.

-Si recuerdas nos sería de gran ayuda el que nos contaras lo que sabes... ¿Son alguna clase de dioses o demonios?

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19/01/2009, 10:56
Kane

Cuando el jinete que tenía en el mismo caballo que él también estaba acomodado comenzó a trotar, Kane no tuvo más remedio que aferrarse a su cintura en un abrazo que en su vida hubiera jurado que haría. Se avergonzaba de la situación, de su postura incorrecta para un jinete, de su cara asustada y de sus ojos cerrados. No quería saber nada más, sólo terminar el viaje a caballo, que se le antojaba eterno. Porque eterno había sido los cuatro primeros pasos del caballo al trote.

Su cabeza viaja a lomos del caballo a la velocidad de la luz, cuando éste apenas se había movido, el miedo le hacía callar, porque si hablaba, perdía el equilibrio. Todo era una mierda y se arrepentía mucho de la situación, además, le faltaban compañeros que aún no habían aparecido por el portar que misteriosamente, no lo había visto. ¿Como sería el portal visto desde este lado? Aún se lo preguntaba, pero ahora, tenía una preocupación mayor, y era salir vivo de aquello. Ni siquiera recordaba el tatuaje y su inmudidad a las caidas, el miedo era superior a todo.

Así que paso, no por voluntad propia, sino por pánico, de contestar las preguntas de aquel hombre gruñón, que quería respuestas de dos personas, que a su vez, hacían preguntas. Además, Leonard tenía la lengua más afilada que él, su nuevo compañero forzoso era el más indicado para hablar y explicar, Kane, lo único que tenía que hacer era concentrarse para no caer el suelo.

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19/01/2009, 16:23
Leonard Roster

El viaje empezó a trote de los caballos mientras los que acabábamos de conocer hablaban entre ellos ... parecía que los Zeerath no existían ... aunque eso no me cuadraba con lo que Drumlak me había explicado ... pero claro ... tampoco sabía que parte de razón había en sus palabras ... a la fin y al cabo ... me había mentido y manipulado a su antojo ... mejor dicho ... al antojo de Bernard ...

-Si la vestimenta os debe representar un problema ... detengámonos y nos pondremos lo que tengáis para nosotros ... mi mirada se cruzó con la de Kane y le dije ... -Tu también Kane ... debemos hacerlo ... suficientes problemas tendremos como para que la vestimenta sea uno mas ... y para la pistola ... algo encontraremos ... vamos ...

Una vez dicho esto con una ligera sonrisa para intentar convencer a Kane ... me dirigí hacía Arnvald y Gerhardine dispuesto a resolver sus pequeñas dudas ...

-Bien ... nosotros procedemos de otro mundo ... muy diferente a este ... os lo puedo asegurar visto lo visto. Hemos llegado a través de unos portales creados por Bernard ... uno de los dos que imagino que han destruido vuestra ciudad ... Rosslyn, el otro que le acompaña es un extraño ser procedente de este mundo, y puedo deciros que es muy poderoso, es capaz de hacer derrumbar una catedral ... ¿existen seres capaces de esto en vuestro mundo?

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21/01/2009, 22:14
Arnvald

Las preguntas le llegaban desde distintas direcciones, a la par que declaraciones que se le antojaban como mínimo mentiras, estas provenientes de uno del desconocido que se hacía llamar Leonard.
Sin embargo, por mucho que le costase admitirlo, las palabras del hombre le parecían veraces, sobretodo porque sabía que aquella ropa, y la tela de la que estaba hecho, no provenía de ningún lugar que conociera.

Esperó a que Leonard se pusiera a la par de su caballo, y con Gerhardine al otro, pronunció una primera respuesta enigmática y sin mucho sentido, tal y como lo era todo en aquel momento - Sí y no.

Intentaba hacer memoria, y le parecía increíble cómo aquellos cuentos de niño volvían a él casi sin ningún problema....al menos en rasgos generales, porque los detalles exactos se le escapaban como agua entre los dedos.
Los Zeerath, sí. Había escuchado hablar de ellos, pero siempre pensó que se trataban de un invento con el que mantener a los niños entretenidos cuando los adultos ya se cansaban de verles corretear. Pero ahora.....

Recuerdo alguna de las historias que me relataron cuando era niño - respondió finalmente dándose por vencido. No quería admitir que los sueños hubiesen podido alcanzarlo, pero ahí estaba, con una ciudad vacía a sus espaldas y el imprevisible futuro ante él - en las cuales se hablaba de esos Zeerath. Supuestamente eran los dioses a los que se veneraba cuando aún existía la antigua religión, y sí, eran capaces de realizar cualquier tipo de proeza o milagro..........y también desastres cuando alguien no les otorgaba la devoción que merecían.

Aquellas historias hablaban incluso de su capacidad para moldear el terreno, levantando una montaña o trasladándola a otro lugar, dejando su ubicación anterior como un prado totalmente plano - le parecía increíble estar contando todas aquellas cosas, casi sentía vergüenza por hacerlo, pero tampoco había allí nadie que fuera a señalarle con el dedo por hacerlo.

Sé que alguna vez escuché hablar del lugar a donde se habían retirado tras incontables siglos - continuó - pero no recuerdo el nombre o la ubicación de dicho lugar. Tan sólo que, tras apartarse, la religión comenzó una espiral descendente hasta que practicamente desapareció por completo. Los hombres renegaron de ellos y no sufrieron castigo por ello, por lo que se decidió que no existían y fue prohibida la religión, bajo pena de muerte para aquellos que se empeñaran en continuar con ella.

Mientras hablaba, los caballos se habían ido acercando a un pequeño bosque, el cual era atravesado por el camino que seguían.

Este es un buen lugar para que os cambiéis de ropa - propuso.

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25/01/2009, 19:39
Gerhardine Hallberg

Se mostraba escéptica ante las palabras de Leonard, mas, para su descontento, éstas estaban dichas con tal convicción y seguridad que la orillaban a darle una credibilidad que de haber podido le hubiera negado rotundamente.

Escuchó con atención la respuesta de Arnvald e intentó hurgar en sus recuerdos de infancia en busca de alguno que incluyera el relato de historias de dioses, pero sobre todo que mencionara a los Zeerath y lo encontró, tenue pero lo encontró, ligado al recuerdo Eizinge, su difunta abuela.

El camino que seguían los había conducido hacia un pequeño bosque, de hecho debían internarse en éste. Fue ese bosque el lugar que Arnvald consideró apropiado para que los forasteros se cambiaran de ropa. Gerhardine asintió, y al igual como lo hiciera antes, en la colina, se alejó del grupo para dar a los hombres privacidad.

El bosque lo conocía, aunque llevaba tiempo sin visitarlo, el mismo tiempo que había durado su ausencia. Dudaba que estuviera muy cambiado, aunque no descartaba que ahora existieran peligros que antaño no, mas no dejó que eso mermara su espíritu. Recordaba un riachuelo de agua fresca y cristalina que alimentaba la vegetación del lugar y fue a esa dirección que guió el caballo.

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26/01/2009, 10:06
Kane

Kane observó el lugar que habían elegido para desnudarse y cambiarse a una ropa un poco más cómoda para montar a caballo, una ropa sucia y sudorosa que no había conocido el agua en su vida. Restragar su piel por las prendas que otro había sudado no era de su total agrado, le repugnaba, pero quizás le repugnaba notar como el sudor de aquel animal le estaba impregnando los pantalones y que cada vez, el cerco húmedo iva a más, como sus ganas de bajarse volver por donde había venido. Aquello era horrible.

Una vez que su montura había parado bajo las órdenes de aquel silencioso hombre, maestro en el manejo de estos animales, pues aún teniendo un miedo atroz, no había sentido pánico en su pequeño viaje a lomos de su animal, observó el suelo con incertidumbre. No sabía como bajar del caballo.

Está bien, me cambiaré ahoramismo.

Contesto con resignación, aún sin saber como bajar de aquel lugar tan alto. Aún seguía aferrado a su compañero de viaje, al chofer del caballo. Y agarrado a él, levanto una pierna e intentó bajar lo más dignamente posible del aimal, procurando no caer y despreocupado por tirar al otro hombre.

COn pasos torpes y lentos, puso los dos pies en el suelo, y sin pararse a observar como la única dama, bueno, eso de dama tenía que contrastarlo un par de veces más, se haba ido, comenzó a desnudarse y a exigir su ropa "nueva".

Cuando se termino de cambiar y con claros signos de asco en su rostro, se intentó volver a subir al caballo, esperando a que el hombre que lo montaba e tendiese la mano. Una vez acomodado y bien agarrado a su compañero, preguntó una de las cosas que más le imporaba ahoramismo, tanto que había olvidado recoger su ropa, dejándola tirada en aquel suelo, es más, sólo recogio su cartera, el dinero suelto y la pistola, bien guardado como pudo dentro de aquellas prendas.

¿Cuando llegaremos a algún sitio dode poder asearme y comprarme ropas nuevas? Además, necesito pintura.

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26/01/2009, 12:20
Gerhardine Hallberg

Cuando ya estaba cerca del riachuelo optó por descender del caballo y continuar avanzando tirando de las riendas del cuadrúpedo. En pocos minutos se encontró frente a una vertiente, dejó que el caballo saciara su sed y comiera algo de hierba fresca.

Mientras tanto Gerhardine tomó las alforjas que el animal cargaba en su lomo, se quitó los guantes y las llenó de agua. Las dejó a un lado y se inclinó un poco más. Se mojó el rostro y bebió agua fresca, encantada de la vida se habría quitado los adminículos que llevaba puestos para sumergirse en las aguas, mas no había tiempo para hacerlo, asi que se conformó con meter la cabeza al agua y disfrutar de la sensación.

Varios minutos pasaron, con certeza no supo cuántos, pero le pareció eran los suficientes para que ambos hombres se hubieran cambiado de ropa. Se puso de pie y volvió a recogerse el largo cabello. Las alforjas colgaron nuevamente del lomo del animal y volvió sobre sus pasos, tirando de las riendas del caballo. Había decidido caminar y prolongar la sensación de bienestar que le producía ese lugar, pues presentía que más temprano que tarde se vería nuevamente rodeada de un paisaje desolador.

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26/01/2009, 22:39
Leonard Roster

Una vez me hube cambiado de ropa me miré de arriba a abajo, sin duda era un ropa extravagante a la cual no estábamos acostumbrados ni Kane ni yo ... pero comprendía que era necesaría llevarla para pasar mas inadvertidos en este nuevo mundo ...

Una vez cambiado y aprovechando el descanso que tomaron las monturas me quedé mirando a Arnvald ya que Gerhardine apenas pronunciaba palabra, seguramente aún no confiaba en nosotros lo suficiente ...

-Has mencionado que los Zeerath eran capaces de moldear el terreno ... y de cosas increíbles ... dije un tanto pensativo ... -Si es eso cierto ... creo que las cosas se están complicando por momentos ...

Mi mirada ahora buscó la de Kane, el sufrió el derrumbamiento de Killdare ...

-Creo que uno de los dos que han venido antes que nosotros ... Drumlak ... es un Zeerath ... al menos el es capaz de hacer todo lo que has mencionado Arnvald, pero dudo que un Dios sea capaz de cometer estas atrocidades ... ¿conocéis de algún Zeearath o de un ser parecido que sea capaz de ello?