Partida Rol por web

Desesperación carmesí

Desolación

Cargando editor
30/03/2009, 22:55
Master Indio

El sonido llegó antes de que pudieran alcanzar el punto del camino que surgía del bosque para dirigirse directamente hacia la ciudad de Ródennos.
Aún no podían verlo, pero la mayoría de los allí presentes podían reconocer a la perfección el sonido de metal contra metal....y no un metal cualquiera. Allí delante se estaba librando una batalla y su armonía les era transmitida a lomos de una brisa que les acariciaba el rostro.

Cuando aligeraron el paso y surgieron de entre las sombras, la sorpresa les hizo refrenar sus caballos y observar el espectáculo que allí acontecía.
Un alto castillo, fuertemente amurallado, se encontraba rodeado por multitud de viviendas que no parecían mantener orden alguno. Simplemente habían sido construídas alrededor de la edificación que debía brindarles protección y seguridad, a cambio de unos impuestos normalmente excesivos.
No difería mucho de la ciudad natal de aquellos que ahora observaban Ródennos.....ni siquiera en los sucesos que estaban ocurriendo.

Puede que aquel mismo hubiese sido el destino de Rosslyn, pues un ejército invasor había chocado contra las primeras líneas de defensa.
Había bastante distancia entre ellos y el combate. Demasiado para poder observar detalles concretos de lo que acontecía, pero eso no impedía que una cierta extrañeza invadiera cada uno de sus sentidos.
Algo estaba mal. Muy mal.
No era un simple combate entre feudos, pues casi podrían jurar que, entre las figuras atacantes, había cuerpos demasiado menudos para pertenecer a adultos. ¿Niños? ¿Acaso era posible?
Y entonces lo vieron.....primero uno, despues otro....no, no podían estar equivocados.
Arnvald abrió la boca con intención de decir algo, pero se había quedado mudo al comprobar que, entre los invasores, había soldados con los colores que el mismo portaba en su armadura.....¡allí estaba la gente desaparecida!

Mientras tanto, hacia su derecha, dos figuras observaban tranquilamente el desarrollo del combate.
Tanto Leonard como Kane, que no podían reconocer lo mismo que sus compañeros de viaje, miraban a su alrededor sorprendidos de haber aparecido en un momento así.
Debían dar la vuelta para evitar meterse en problemas que no les concernía......hasta que se fijaron en las dos figuras.
Para el joven Roster era completamente imposible no reconocer a aquellos que habían marcado su vida tanto en el pasado como en el futuro.
A Kane le pasaba algo similar, aunque él no podía achacarlo a un pasado lejano, sino a una pesadilla reciente.
Bernard y Drumlak eran aquellos que observaban el espectáculo.

Cargando editor
31/03/2009, 09:36
Kane

Un combate medieval, una apoteosica batalla a las puertas de un castillo, donde gente armada con armas de filo medievales luchaban por una superviviencia. Todo aquello era... ¿como explicarlo? Si le había resultado chocante el ver aquella gente vestida de la forma que iban y a lomos de caballos, más le había sorprendido presenciar una batalla que sin dudarlo, quisiera sentirla más de cerca. ¡Aquello era un espectaculo! Pero sabía que allí corría sangre, que la muerte estaba presente, aún así no le quito la poca importancia que le estaba dando Kane al asunto. No entendía ni veía los bandos atacar, no los diferenciaba, simplemente veía a gente luchando por su vida a lo lejos.

De pronto miro a su compañero, su único compañero, que por ahora tendría que llamarlo así, muy a su pesar, y éste estaba mirando en otra dirección. La curiosidad de Kane le hiso mirar hacia donde él miraba. ¡Y cual fue su sorpresa al ver a Bernard y el cabrón de su perra mirando lo mismo que ellos miraban!

La rabia contenida, el deseo de muerte, las ganas de pegarle otra patada en los huevos a aquel ser que se sentía superior pudieron con su poca prudencia, si es que alguna vez tubo una. Se olvidó de su miedo a morir que  había adquirido durante los últimos acontecimientos, y deseo cabalgar con el caballo hacia ellos, pero él no manejaba al animal.

Con fuerza y muy pocas maneras, agitó al jinete.

¡Vamos! ¡Tienes que llebarme hacia allí!

Le gritó mientras le señaló a aquellos dos hombres.

¡¡¡Vamos!!!

Mientras comenzó a sacar su pistola.

Cargando editor
05/04/2009, 21:31
Leonard Roster

¡Espera Kane! - exclamó Leonard anticipándose a un movimiento poco calculado por parte del detective, aunque en realidad no tenía mucho de qué preocuparse, ya que Kane no era quien gobernaba el caballo y dudaba que el soldado hiciese caso de una órden que no surgiera de labios del tal Arnvald o de la mujer, la cual se había mostrado como alguien importante entre los suyos - Es mejor que no nos vean por el momento.

Leonard miraba en dirección al lugar donde se encontraba su padre, con los ojos clavados tanto en su figura como en la que se encontraba junto a él. El brillo de sus pupilas expresaba algo completamente diferente a lo que decían sus palabras.
Quizá en su interior sentía los mismos deseos que su compañero de acercarse para saldar deudas de una vez por todas, pero eran muchas las artimañas que Bernard había usado en el pasado, por lo que no podía fiarse en absoluto de la aparente indefensión que mostraba en aquellos momentos.

Podemos utilizar el bosque para acercarnos a ellos por la espalda. - sugirió - Así podremos pillarlos por sorpresa y averiguar de una vez qué es lo que traman.

Se volvió hacia los demás. Hacia aquellos que no sabían realmente a lo que se enfrentaban por mucho que se lo hubiesen intentado hacer entender. - No debéis fiaros de ellos. Son muy poderosos y podrían acabar con nosotros si nos descuidamos. Aquel de barba blanca es mi padre, pero el que está al lado es Drumlak....uno de vuestros Zeerath, así que podéis imaginaros lo que es capaz de hacer.

Por el momento no dirigía su atención hacia la batalla que tenía lugar, ya que eso creía que era una consecuencia de alguno de los planes de su padre.
No podía estar seguro, pero no le extrañaría en absoluto.

Notas de juego

Pnjotizado.

NeoJava hace días que no se conecta. Si esto dura mucho tiempo más me temo que me veré obligado a buscarle un sustituto.
Mientras tanto yo actuaré por él.

Cargando editor
06/04/2009, 04:04
Gerhardine Hallberg

-¡Espadas! -exclamó Gerhardine apenas oír el sonido del metal- ¡Se está librando una batalla! -añadió al tiempo que espoleaba su caballo.

Lo que vió no se lo esperaba y tuvo que refrenar la montura. Miró a Arnvald sin ocultar la sorpresa e incredulidad, parpadeando repetidas veces. El rostro de Gerhardine era todo una pregunta y no había que hacer grandes esfuerzos para saber qué es lo que preguntaba ya que sólo podía ser una cosa: "¿Estás viendo lo que yo?"

Movió la cabeza de un lado a otro. Se frotó los ojos. Era imposible, no se lo creía. La felicidad que debía sentir por haber encontrado a su pueblo, a toda esa gente desaparecida se veía opacada, sepultada por lo que estaba ocurriendo.

-¡Por todos los dioses! -se dijo- ¿Qué pasa? ¿¡Qué significa todo ésto!?

Pero no existía respuesta para sus preguntas, ni para las suyas ni para las de ninguno de ellos.

De pronto escuchó a Kane que le pedía, sino es que ordenaba, en realidad daba igual, a su jinete que lo llevara hacia un lugar. Al fijarse la joven cuál era el lugar al que Kane señalaba se dio cuenta que allí habían dos figuras que observaban la batalla que acontecía y que por lo visto no se habían percatado aún de ellos. Se preguntó quiénes serían y por qué Kane estaba tan interesado en ir dónde ellos. ¿Acaso ellos...?

Pronto sus dudas fueron aclaradas, aunque no por Kane, sino por Leonard.

-Sí ellos son la mitad de poderosos de lo que ustedes nos han dicho creo que no importa cuan sigilosos seamos, acabarán descubriéndonos de igual forma, sin embargo se les ve muy concentrados en la batalla y eso nos puede jugar a favor... Podemos intentar lo que dices
-dijo a Leonard y luego miró a Arnvald- ¿Estás de acuerdo?

Cargando editor
06/04/2009, 10:33
Kane

Kane miro sorprendido como el caballo apenas se había movido y que el jinete ni siquiera le había comentado su intención de no avanzar, cosa que le enfureció lo bastante como para apuntarlo con la pistola.

He dicho que vayas hacia allí. Dijo con voz seca y cabreada.

Leonard una vez más se metió por medio con sus palabras envenenadas. Nunca lo dejaba en paz y siempre estaba jodiendo, cosa que cabreo más aún a Kane. ¿Para que coño servía ir por el bosque y pillarlos por sorpresa si eso no iba a funcionar? ¡Joder! Con tanto invécil en las filas no se podían hacer las cosas de una manera razonable. Había que ir hacia allí y petarles el culo de una puñetera vez, no podían dejar que se escapacen.

Sin darse cuenta bajo el arma de la cabeza del jinete y movio los brazos aireadamente.

¿Pero en que coño estais pensando? O sea, tenemos alli, delante de nuestras putas narizes al tío que estabas buscando y decidimos jugar al escondite en vez de abrirle un agujero en la cabeza. ¡Sorprendente! En serio, sorprendente.

Luego, la voz de la chica hiso mella en él y le dio a pensar otra táctica, si, porque si aquellos dos cabrones estaban detrás de la batalla es que había algo en la ciudad que querían, y si había algo en la ciudad que buscaban no podía ser otra cosa que... ¡claro!

Volvió la mirada hacia la ciudad y la batalla. Todas aquellas personas le importaban una mierda. Todas aquellas espadas no le daban miedo y la batalla le resultaba extraña y cómica.

¿Que coño guardais en la ciudad? vamos, que digo yo que lo suyo es que vayamos a la ciudad, porque seguro que alli se encuentra una de las partes de la mierda esa que busca tu padre, y que si lo conseguimos nosotros antes que él, seguro que le sienta un poco mal. Jajaja. La mejor opción es ir hacia allí, además, vamos camuflados como uno de esos, por lo que no nos detectarán tan fácilmente.

Cargando editor
06/04/2009, 21:35
Arnvald

La expresión de Arnvald era una mezcla de sorpresa, consternación y duda. Sorpresa porque sus ojos le mostraban un espectácula para el cual no había estado preparado.
Consternación por saber que, pese a haber encontrado a los habitantes perdidos de Rosslyn, muchos estarían cayendo, en esos mismos instantes, bajo las armas de los oriundos de Ródennos, sin importar que entre las filas atacantes se encontraran niños, mujeres y ancianos, pues aquello era lo que realmente le había dejado completamente paralizado. ¿Qué habría ocurrido en su ausencia para provocar un ataque de aquellas características? ¿Acaso Ródennos había atacado con anterioridad y ahora lo que se buscaba era venganza?

No, no podía ser. Nadie en su sano juicio hubiese dejado que infantes formaran parte de una acción hostil como aquella, así que debía haber otra expliación para ello.
Lo que le llevaba a la tercera parte. La duda.
Dudaba de cual debía ser su forma de actuar en un momento como aquel. Por un lado deseaba unirse a la batalla con la intención de salvar el mayor número de vidas posibles, aunque eso significase enfrentarse él solo a todo el ejército de Ródennos.
Pero por otro lado...intuía que aquellas dos figuras tenían algo que ver en cómo se estaban desarrollando las cosas. No le cabía duda alguna que, si realmente aquel era un Zeerath, podía estar manejando los hilos desde la distancia, esperando al final de todo para recoger su trofeo, fuese este cual fuese.

Lejos de ser el hombre aguerrido que siempre había sido, ahora se sentía como un niño indeciso que no sabe qué camino tomar para volver a su casa.
El ruego se instaló en su mirada cuando desvió los ojos en dirección a Gerhardine, haciendo caso omiso de la estridente voz de Kane, el cual decía primero una cosa y después la otra.
Necesitaba que le dijesen qué acción debía realizar, ya fuese en una u otra dirección.

Notas de juego

No esperaréis que os diga lo que tenéis que hacer, ¿verdad? Jajajajaja

Cargando editor
08/04/2009, 01:43
Gerhardine Hallberg

Lo que decía Kane, muy a su pesar, no era tan descabellado y se veía en la obligación moral de darle su cuota de credibilidad. Lo habían mencionado, esos hombres, sobrehumanos o no, buscaban algo y podía ser que parte de lo que buscaban se encontrara en Ródennos de otro modo ese ataque, sobre todo tomando en cuenta que estaban formando parte de ese ejército niños y ancianos, no era justificable, no en esas circunstancias al menos, porque pese a las rencillas que podían existir entre los de Rosslyn y Ródennos jamás se había llegado a esos extremos.

Gerhardine comprendió que Arnvald estaba demasiado impactado y descolocado, su mirada era demasiado límpida para ocultar lo que sentía y no era capaz de tomar una decisión. Miró a los otros hombres, ellos estaban acostumbrados a seguir órdenes, fuesen de Arnvald o de ella y sus rostros demostraban aún más confusión que la de su capitán. Respiró profundo, entendiendo que ahora el peso de las decisiones caía sobre sus hombros.

Miró a los dos extranjeros que por azares del destino ahora formaban parte de su grupo y a los que cada vez estaba más convencida debían proteger. Respiró profundo, tratando de mantener la cabeza despejada y pensar con claridad. La idea de Rooster le parecía factible, no del todo segura, pero factible y era de la opinión de que debían buscar el modo de anular a ese tal Bernard y a Drumlak, el Zeerath, si es que en verdad lo era. Respecto a eso último no acababa de convencerse, pero no era tiempo de cuestionar o no la veracidad de aquello sino de buscar el modo de poner fin a lo que estaba ocurriendo frente a sus ojos y evitar que se perdieran más vidas.

-Puedes tener razón -dijo a Kane-, de otro modo no tiene lógica que estén atacando Ródennos -meneó la cabeza-, sin embargo lo que no consigo entender es que si ellos tienen el poder de controlar a las personas, porque algo de eso debe haber de otro modo mi pueblo no estaría envuelto en ésto ¿Por qué no hicieron eso directamente a Ródennos y se ahorraron tiempo?... Rosslyn estaba devastada, como si una batalla se hubiera librado en ella -cerró los ojos al recordar-... Lo único que se me ocurre es que parte de lo que buscan se encontraba allí, que lo obtuvieron y ahora han venido a Ródennos por el resto...

Miró hacia el lugar en el que ambas siluetas se encontraban observando lo que acontecía en el campo de batalla.

-No podemos desperdiciar esta oportunidad de atraparlos, pero tampoco podemos arriesgarnos a que consigan lo que buscan... ¿Creen ser capaces de actuar por separado? -preguntó a Kane y Leonard- Estoy planeando que nos dividamos en grupos de tres. Kane puede ir con un grupo a Ródennos y buscar eso que dicen mientras que el otro grupo intenta reducir a esos dos. Como bien dijiste nosotros desconocemos el poder de ellos -dijo a Leonard-... Dado lo que ustedes saben ¿Tres personas son suficientes o sería demasiado arriesgado?

Cargando editor
08/04/2009, 10:10
Kane

Era sorprendente como el lider del grupo se quedaba callado mientras todo se venía abajo a su alrededor, y como su gente moría inútilmente, manejados por un ente superior. Eso le cabreo más. Y las palabras de la mujer le hiso saltar casi del caballo, dispuesto a realizar la tarea que tantas ganas tenía de realizar, pero visto lo visto, era el único que podía usar la cabeza y por una vez, no actuar impulsivamente, tenía que pegarle una patada en los huevos a aquel viejo y a su zorra. Tenía que pensar una forma de hacerlo.

¿Tres personas? ¡Yo solo puedo con los dos! Además, la habilidad de Leonard es camuflarse, por lo que puede pasar desapercivido entre vuestras tropas para adentrarse en la ciudad.

El calentón del momento casi le hace bajarse del caballo y salir corriendo, pistola en mano en busca de aquellos dos, pero no lo hiso. Tenía que esperar a que le acompañasen dos conejillos de indias, que estaba seguro que les serviría de escudo frente a los poderes que se iba a enfrentar.

En cuanto a la manera de actuar. El viejo siempre actua asi. ¿Para que conseguir las cosas por las buenas o robando, si puede ir matando? Le encanta matar, a todos mis antiguos compañeros y a mi mismo, nos ha matado a mucha gente querida, es un puto sádico de mierda.

Apretó los puños con fuerza. ¿Cuanto hacía que no se acordaba de los caidos? ¿Cuanto tiempo había pasado desde que murieron? ¿Porque ya no corría por sus venas esa sed de venganza? Simplemente quería acabar con él, pero ya no había ese nombre o esos nombres detrás de sus acciones. Ya era un acto reflejo.

Venga. No perdamos tiempo. Tenemos que acabar con ésto antes de que todo esto acabe.

Cargando editor
08/04/2009, 21:15
Gerhardine Hallberg

La muchacha asintió. Por primera vez estaba de acuerdo con Kane, no debían perder el tiempo.

-Bien, entonces tú, Kane, irás con Serhjan y Zlatan -hizo una mueca-. Se que los conoces -se refería a Bernard y Drumlak- y el conocerlos te da confianza, pero sean cuidadosos... Leonard, Arnvald y yo nos escabulliremos a la ciudad, voy a intentar hablar con el señor de estas tierras. Lord Zaelus es persona ambiciosa, pero no irracional, si consigo entablar conversaciones con él quizás podamos tenerlos de aliados y acabar con esta matanza sin sentido.

Gerhardine miró a sus gentes y sintió el corazón apretado. Se preguntó si conseguiría algo plantando cara a los rosslyanos*, si acaso ellos la escucharían y dejarían de obedecer las órdenes de aquél o aquellos que los habían empujado a cometer semejante acción. Aquello era algo que iba a intentar, pero antes tenía que tratar de calmar las aguas del lado contrario.

Notas de juego

*Vaya a saber una si está bien escrito o no el gentilicio, pero mola^^

Cargando editor
09/04/2009, 23:11
Leonard Roster

Leonard escuchó atentamente la proposición de Gerhardine, y si bien no le hacía demasiada gracia el separarse y mucho menos el adentrarse en la batalla que tenía enfrente, debía admitir que era la decisión más lógica suponiendo que, en verdad, estuviesen buscando algo en Ródennos y no lo hicieran por puro pasatiempo...no se sorprendería que fuese así, pues aquellas dos mentes que se habían unido, no podían definirse de otra forma que como maldad pura, ni siquiera enfermedad, sino simple y llanamente maldad.

De acuerdo, hagámoslo. - su voz sonó decidida, más de lo que lo estaban sus propios pensamiento. Debían ponerse en marcha o quizá cambiase de opinión.
Kane había dicho una gran verdad. Su poder era el camuflaje, llevado a unos extremos que eran completamente imposibles de explicar, pero no creía que eso le ayudara realmente a atravesar la batalla sin más.
Por otro lado, cabía la posibilidad de que los atacantes se volvieran contra ellos, o que los defensores pensaran que eran enemigos como el resto....puede que tuvieran que luchar, y no estaba seguro de que aquellos que se encontraban junto a él pudieran acabar con alguien de su propia ciudad, sobretodo si era un niño. - Debemos buscar el acceso más factible o quizá no puedas llegar a hablar con ese Zaelus.

Únicamente exisitieron leves gestos de saludo entre ellos, para luego separarse cada cual en direcciones diferentes.
Gerhardine, Arnvald y Leonard, este último tuvo que descender del caballo que lo había llevado hasta el momento para subirse al del capitán, se encaminaron hacia la ciudad, mientras que Serhjan y Zatlan, con Kane montado tras este último, tomaban la dirección que les llevaría hasta donde se encontraban Bernard y Drumlak, bordeando el lindero del bosque para intentar tomarlos por sorpresa.

Notas de juego

Pnjotizado.

A partir de ahora Kane marca únicamente al director, mientras que Gerhardine y Leonard desmarcan a Kane.

Cargando editor
13/04/2009, 10:41
Kane

Kane escuchó las palabras de su compañero. Algo le decía por dentro, que ojalá entrarán en batalla y que su camuflaje no fuera tan bueno. Eso llamaría la atención del viejo y su perra hacia él y le distraería para poder él llebar a cabo el ataque sorpresa. Cosa que dudaba, pues atacarles por sorpresa era algo dificil.

¿Funcionaría su arma? No se veía capaz de volver a usar el poder, no sabía como funcionaba. Por un momento el miedo entró en su corazón, tan frío e intenso como una daga de hielo.

Pero no le dió tiempo a seguir pensando, su caballo, controlado por uno de los dos hombres que le acompañarían se puso en marcha, bordeando el bosque mientras que su mirada seguía el trayecto del otro grupo.

No acercaros mucho. Tendremos que ir a pie los últimos metros para no ser detectados. ¡Deprisa!

No tenían tiempo que perder y tenía ganas de pegarle un tiro a cada uno. Toco con su mano el bulto que le producía la pistola mientras que con la otra se sujetaba para no caer del caballo. La notaba. Notaba su arma. Pero no notaba el poder, no sentía nada especial. Sólo un poco de miedo.

Cargando editor
15/04/2009, 21:23
Master Indio

Los caballos parecían curtidos en operaciones similares. Como si supiesen de la importancia que tenía el silencio y se hubiesen contagiado del nerviosismo de los hombres que portaban sobre ellos, elegían cuidadosamente el lugar donde colocaban cada uno de los cascos.
Los jinetes se habían introducido unos cuantos metros entre los árboles, buscando las zonas donde la leve vegetación podía facilitarles la posibilidad de no realizar ruido alguno.

Así fue como consiguieron ganar la espalda de Bernard y Drumlak, aunque para llegar a ellos tendrían que atravesar unos cincuenta metros sin la protección de los árboles.
Ahora sí que debían extremar el cuidado, como así lo hicieron los jinetes, que desmontaron despacio para evitar cualquier sonido metálico.
En realidad, los acompañantes de Kane, no sabían muy bien a lo que se enfrentaban y sus miradas se desviaban, una y otra vez, hacia el lugar donde tenía lugar la batalla.
No podían desligarse completamente, puesto que allí los que luchaban eran su propia gente, aquella que habían estado buscando desde que regresaron a Rosslyn para encontrarla vacía.

Indecisos miraron a Kane, que de los tres era el único que conocía a aquellas personas.

Cargando editor
16/04/2009, 10:15
Kane

Kane observó aquellas dos figuras, apostadas en un permanente silencio y observando, estaba por apostar su pistola, la batalla. Estaba seguro de que los dos sabían que él estaba detrás suyo y que seguramente, también sabrían que estaba acompañado de dos personas. Pero eso ya no importaba, le separaban sólo 50 metros de su objetivo y tenía que conseguir matarlo ahora o bien morir en el intento.

Morir.

Le dio miedo mientras bajaba del caballo despacio, torpemente e intentando no hacer ruido. ¿Estaría dispuesto a morir de verdad? No quiso responderse por miedo a la respuesta.

Una vez en el suelo, saco su pistola y la sostubo en la mano mientras la miraba. Aquella arma había conseguido disparar algo que aún no entendía muy bien, pero que había jodido mucho a aquel ser extraño. ¿Podría conseguirlo nuevamente? Giro la pistola un par de veces sobre su mano, mirándola. No entendía como había sido capaz de hacer eso, y no sentía nada especial, nada raro o fuera de lo que sentía antiguamente cuando la cogía para apuntar. El miedo se hiso presa de él nuevamente. ¿Que pasaría si salía una simple bala de aquel cañon? Mierda.

Desvió la mirada hacia aquellas dos figuras, empuñó el arma con fuerza, con las dos manos y la levantó para apuntar a Drumlak. Sabía aque aquel ser era el más peligroso, y comenzó a andar con paso decidido hacia ellos. No había árboles ni nada que le ocultase, tenía que ir directamente hacia él y no podía perder el tiempo. En el momento que estubiera lo suficientemente cerca o en cuanto se moviera lo más mínimo, dispararía.

Se olvidó por completo de los dos hombres que le acompañaban, se olvidó de la batalla, del viejo, de sus compañeros. Se olvidó de todo y un sentimiento de rabia comenzó a apoderarse de él. Recordó como le disparó anteriormente y poco a poco intentaba convencerse de que podía volver a hacerlo. Podía volver a herir a aquel bicho, podía matarlo. Aquel cabrón tenía que morir.Tenia que morir. Tenía que morir...

Cargando editor
17/04/2009, 16:06
Gerhardine Hallberg

La joven asintió con un movimiento de cabeza y esperó que Leonard se cambiara de montura. Acarició las crines de su fatigado caballo y pensó en que, de lograr su objetivo y conseguir que, en lugar de luchar, las gentes de Ródennos y Rosslyn unieran sus fuerzas, vería también la posibilidad de que les facilitaran un caballo para cada uno y así dejar descansar a los suyos que ya bastante sobre exigidos que estaban.

Mientras Leonard se cambiaba de monta, Gerhardine observaba todo cuanto tenía frente a sus ojos, buscando cuál sería la ruta más segura a seguir. Si bien es cierto no temía a la hora de tener que usar arco y espada, sabía muy bien que al momento de una pelea mano a mano tenía todas las de perder, pero más que eso lo que le preocupaba era la sola idea de tener que levantar su espada en contra de su propia gente y lo que es peor, en contra de niños y ancianos. Sólo pensar en ello le revolvía el estómago. Por si fuera poco debían encontrar el modo de no llamar la atención, la idea era escabullirse al interior de la ciudad, mejor dicho conseguir que Leonard ingresara pues sólo él sabía qué es lo que debían buscar, mientras que ella debía intentar llegar hasta Lord Zaelus. De una cosa estaba segura, Zaelus no estaría en el corazón de la batalla, sino, como suele ocurrir en cualquier campo de batalla, y como si se tratase de un rey, lo estaría observando todo desde una posición segura y no entraría a la batalla a menos que fuese imperiosamente necesario.

Convencida de esta premisa fue que, además de buscar la ruta más segura, si es que la había, examinó las murallas de la ciudad, lo mismo que el terreno colindante, pero sobre todo al grupo de soldados apostados frente a ellas.

Leonard ya había subido al caballo de Arnvald y gracias a que estaba usando las ropas que ellos les facilitaran no desentonaba con lo que les rodeaba. Espolearon pues a los animales y comenzaron, cautelosos, la marcha hacia la ciudad.

Notas de juego

Lo que Gerhardine pretende al buscar una ruta segura es dar un rodeo a los hombres que están batallando. La batalla se supone está concentrada en un punto, por lo que la idea no es meterse al corazón de ésta, sino pasar por los extremos. Por lógica busco dos objetivos distintos, el primero es la ruta y el segundo Zaelus.

Por lo anterior la pregunta es: ¿Debo realizar alguna tirada o espero que tú me digas qué consigo ver?

Cargando editor
19/04/2009, 19:47
Master Indio

Desde donde se encontraban el avance hasta Ródennos era muy sencillo. Simplemente debían recorrer unos quinientos metros antes de alcanzar las primeras construcciones, con el único inconveniente de que serían completamente visibles desde el mismo momento en que se pusieran en marcha, permitiendo a los lugareños percibir su acercamiento sin ningún problema.
Gerhardine aprovechó esos instantes para observar nuevamente la ciudad que, en el pasado, había tenido ciertos conflictos con Rosslyn, pero que, desde hacía ya muchos años ya, la tregua se mantenía...hasta ahora.

Desde luego no existían demasiadas semejanzas entre ambas ciudades. Mientras que Rosslyn disponía de una amplia muralla que protegía a todos sus habitantes, Ródennos disponía de ella únicamente para proteger el castillo donde vivía Lord Zaelus, encontrándose las viviendas de los lugareños en el exterior de ellas.
Por eso mismo podía resultar bastante sencillo acceder al interior de la ciudad evitando la zona de conflicto, ya que los atacantes parecían dispuestos a introducirse por una única calle.
Cuanto más se acercaban, pese a mantener una distancia prudencial, los tres pudieron comprobar ciertas cosas que eran imposible que escaparan a sus sentidos.

Lo que llamaba realmente la atención eran los rostros de aquellos que se enfrentaban. Los habitantes de Rosslyn, independientemente de ser hombre, mujer o niño, no tenían ninguna expresión en sus caras. Miradas vacías que ni siquiera parecían contemplar a aquellos que tenían delante, como si fuesen criaturas sin inteligencia que únicamente eran guiadas por una mano invisible.
Por el contrario, lejos de lo que cabría esperar en una situación así, los defensores no mostraban rabia alguna contra aquellos que intentaban invadirlos, sino que la sorpresa y el horror eran las sensaciones que transmitían sus miradas.
Incluso su forma de combatir era diferente a cuanto habían visto antes. No atacaban con fiereza, sino que parecían más empeñados en defenderse que en causar daño a sus atacantes.
Había víctimas, por supuesto, tanto de un bando como del otro, pero no tantas como como sería previsible en un combate de tal magnitud.

La segunda cosa que llamó su atención, y que hizo que Gerhardine se diese cuenta de cuan equivocada estaba, fue que en primera línea de combate se encontraba un hombre montado a caballo, portando una armadura plateada que resplandecía bajo el rojizo sol que dominaba el cielo.
Por supuesto sólo un hombre podía vestir aquella armadura, y ese hombre no era otro sino Lord Zaelus, el cual había abandonado el castillo para ir a hacer frente a la amenaza que arremetía contra Ródennos.
Para llegar hasta él, ya fuese desde el exterior como si accedían desde algún lugar cercano, deberían alcanzar el punto donde ambos contendientes se enfrentaban.

Notas de juego

No es necesario que tires nada. Espero haberlo descrito todo de tal forma que no te deje dudas, pero si es así sólo tienes que preguntar.

Cargando editor
19/04/2009, 20:43
Drumlak

¿Dónde te has dejado a tus hermanos? - ni siquiera se había vuelto hacia el hombre armado que se acercaba a sus espaldas, no le había hecho falta. Aquella voz profunda, la cual recordaba perfectamente, tenía un único destinatario y Kane supo perfectamente a quien iban dirigidas aquellas palabras, sobretodo por el gesto de sorpresa que se mostraba en el rostro de Bernard, el cual sí se había vuelto rápidamente al escuchar las palabras de Drumlak. - ¿Acaso eres el único con el valor suficiente como para atravesar la puerta?...Bernard, tu sangre parece que se ha diluído en el cuerpo de tus hijos.

Kane no había avanzado solo, puesto que los hombres que le acompañaban, pese a no saber realmente a lo que se enfrentaban, habían hecho acopio de valor y se encontraban tan solo un par de pasos tras el detective, uno a cada lado, con las espadas desenvainadas y avanzando con paso más o menos seguro.
Ninguno de los dos hizo comentario alguno. Tan solo lanzaban miradas rápidas hacia aquel objeto que Kane portaba en sus manos y que para ellos era completamente desconocido. Mas no dejaban que la curiosidad les apartara de su objetivo.
Según les habían indicado, aquellos dos hombres eran los responsables de los sucesos acaecidos en Rosslyn, y simplemente por eso iba a pagarlo.
Ambos se fueron abriendo lentamente, para intentar situarse en los flancos de Drumlak y Bernard, el cual les miraba atentamente sin hacer movimiento alguno.

Drumlak, por su parte, continuaba centrando su atención en la batalla que ocurría a las puertas de Ródennos, sin prestarle mayor importancia a los hombres que se acercaban. Eran simples mosquitos que intentaban perturbar su paz.
No parecía recordar que, poco antes, había sido herido por el mismo hombre que ahora se acercaba.

Cargando editor
20/04/2009, 12:19
Kane

Un escalofrío de terror recorrio el cuerpo de Kane, más influido por la voz y lo que su imaginación se daba que por la situación en si. Él tenía un arma que era capaz de herir o matar a aquel ser. La única arma que había visto que podía causarle algún daño, y sin embargo, se veía incapaz de usarla. Por un momento quizo apretar el gatillo, pero el miedo a fallar, el miedo a darse cuenta de que aquel disparo no volvería a salir nunca más, le hiso detenerse. No podía dar señales a aquel ser de que aquel disparo era fortuito. Si disparaba y salía una bala normal y corriente, aquel ser acabaría con su vida inmediatamente, y no podía permitirse aquel lujo.

Bajo la pistola mientras seguía sin estar pendiente de los dos hombres que le acompañaban. Ahora sólo existían Bernard y Drumlak para él. Y los miró intentando poner una mirada desafiante, aunque más bien era de resignación. Sabía que lo iba a pillar, por eso no tomo las medidas suficientes.

Aun con el arma bajado, la seguía sujetando con fuerza, intentando captar algo de ella, algún mensaje, alguna señal para saber que estaba preparada para matar a aquel ser, pero no encontraba ninguna respuesta. Sintio aún más miedo.

La pregunta de Drumlak le hiso albergar alguna esperanza. Si no sabía que Leonard estaba aquí, posiblemente aquella estupidez tenía algún sentido.

Me extraña que me reconocieras con estas prendas tan estúpidas. Y no se si he sido el único en atravesar el portal, y si lo ha hecho alguien detrás de mí, no puedo confirmarlo, porque salí corriendo del lugar donde aparecí. No quería perderos de vista.

Por un momento se acordó del cinturón del viejo, y de aquel poder de trasladarse de un lugar a otro. ¿Lo haría esta vez?

¿Como coño se sale de este mundo?

Sí, tenía que marear la perdiz antes de morir, tenía que dar tiempo a Leonard para que llegase hasta la reliquia de los cojones, si es que en verdad estaba allí.

Cargando editor
20/04/2009, 22:45
Drumlak

¿Acabas de llegar y ya quieres irte? No, no, eso no es nada halagador. ¿Acaso prefieres el aire contaminado de tu mundo al de estos campos? - el sarcasmo casi era visible en las palabras de Drumlak, el cual todavía ni siquiera se había molestado en darse la vuelta para mirar a Kane, al contrario que Bernard, el cual sí había observado el extraño atuendo que este llevaba, así como vigilaba a los dos hombres que se acercaban a ellos. - Además, ¿por qué debería decírtelo?

Al parecer, Drumlak podía divertirse de muy diversos modos, repartiendo su atención entre la batalla que se libraba frente a él, y el hombre que se encontraba a su espalda.
Imposible verle el rostro por la posición en la que se encontraba, aunque Kane estaba convencido de que, al igual que en su mundo, la oscuridad permanecería allí donde debían encontrarse unos gestos.
No era lo único de lo que estaba convencido el detective. Sabía con seguridad que una sonrisa se encontraba tras aquellas palabras.

Sin embargo...seré benévolo. - extendió su brazo derecho, esquivando por poco a Bernard y señaló hacia el horizonte - ¿Ves aquellas montañas de allí? Ese es el lugar donde habita mi pueblo - su voz se endureción con aquellas palabras, como si estuviera apretando los dientes - Allí es donde se encuentra la salida, pero dudo mucho que te dejen utilizarla por las buenas.

Calló de repente y cuando volvió a hablar las palabras iban dirigidas hacia su anciano compañero - Bernard, lord Zaelus ha salido de su escondite. Nuestra meta ya se encuentra un poco más cerca...prepárate, dentro de poco tendremos su espada con nosotros.

De repente se había olvidado de Kane y los dos hombres que lo acompañaban, centrando su atención únicamente en la batalla.
Incluso dió un paso hacia delante, como si se encontrara ansioso de acudir a alguna cita que hubiese esperado durante mucho tiempo.

Cargando editor
20/04/2009, 23:07
Kane

Kane apretó los puños, sabía que su plan no estaba funcionando y que todo el valor que tenía cuando se separó de sus compañeros, en este momento le había abandonado. Tenía la pistola apuntando al suelo cuando debería de estar disparando contra aquella cosa, pero algo le decía que aquel ser ahora tenía un poder superior al que él había visto en la Tierra. Algo le decía que ni aún con un disparo tan afortunado como el último que salió del cañon de la pistola pudiera hacerle algo a aquel ser.

Quiso desaparecer, porque allí no podía hacer nada más, no estaba distrayendo a Drunlak y éste no paraba de mirar la batalla.

Se que puedo conseguir lo que quiera cuando quiera. Si no es por las buenas, será por las malas, ya me entiendes.

Su voz seguía sonando sin autoridad y sin convencer a nadie. Estaba asustado y era dificil ocultarlo.

Comenzó a andar hacia las dos figuras, tenía que ganar tiempo, pero no sabía como.

¿Que coño es tan interesante que no parais de mirar?

Sí, más cerca de él, más cerca. Aquel hijo de puta le estaba acojonando pero quería estar más cerca. Apretó la pistola en su mano, si hacia cualquier movimiento extraño la levantaría y dispararía sin pensarlo. Ya estaba muerto, ¡que más daba!

Cargando editor
21/04/2009, 22:43
Drumlak

Bernard, por favor...tu hijo comienza a cansarme ya con tantas preguntas. - respondió con tono algo asqueado. Era el mismo tono que alguien hubiese utilizado, en un cine del mundo de Kane, para llamar la atención a una persona que no se calla cuando la película está en el momento más interesante. - ¿Por qué no le dices que se largue...o le matas, o lo que sea que quieras hacer?

Pero aquel fue el momento en que los dos hombres, que habían acompañado al detective hasta allí, decidieron atacar, uno por cada lado, a Bernard y Drumlak.
En realidad no habían entendido prácticamente nada de lo que se había dicho, pero poco les importaba. Para ellos, estaban ante los responsables de la matanza que tenía lugar unos cientos metros más allá, aunque no tenían idea de cómo era posible que hubiesen podido controlar a la gente de Rosslyn para atacar Ródennos.
No es que no hubiesen puesto atención a lo que Leonard y Kane habían hablado por el camino, pero se les antojaba extraño, como una historia sacada de los cuentos infantiles.

Fue por eso mismo por lo que no estaban preparados para lo que sucedería a continuación. ¿Drumlak y Bernard? Meros hombres que caerían bajo el filo de sus espadas...que equivocados estaban.
En el mismo instante en que se alzaron sendos filos, preparados para caer sobre sus víctimas, Drumlak alzó los brazos hasta colocarlos de forma perpendicular al resto de su cuerpo, con las palmas hacia fuera. Casi parecía que les pidiera que se detenieran...pero Drumlak no era de los que pedían.
Dos fuertes chasquidos resonaron en aquel lugar. Kane pudo escucharlo perfectamente, y sus ojos pudieron captar cómo los brazos armados de sus "compañeros" se doblaban en un ángulo completamente antinatural.
Un grito de angustia surgió de sus gargantas cuando el dolor, procedente de sus brazos destrozados, consiguió alcanzar su cerebro.

Las manos de Drumlak se cerraron con fuerza, formando sendos puños...y con ello se acallaron los gritos que acababan de brotar.
Dos nuevos chasquidos. No había que buscar demasiado para saber qué se había roto ahora.
Las cabezas de los hombres danzaron sin control durante unos instantes, tras lo cual sus cuerpos se desplomaron sobre el suelo con el cuello roto.
Apenas había pasado un segundo desde el instante en que sus espadas se encontraban dispuestas a acabar con sus enemigos, y ahora yacían muertos en el suelo, cerca de Kane.