Partida Rol por web

La mujer se mueve habilmente entre las ramas que crecen y con la mandibula tensa por el esfuerzo de esquivar tantas raices corre hacia Faundra, esta se desvia a un lado y el salto es mas o menos preciso, la deja cerca del ramaje de un arbol que crece junto a la ladera y mas o menos puede descender, con una leve magulladura debido a la caida. La amazona no pierde el tiempo y desciende de igual modo, su salto es mas preciso y sus manos hacen que descienda por algunas ramas y raices de la ladera tan rapido que en mitad de la bajada salta sobre Faundra, agarrandola del brazo y haciendo que ambas rueden por la ladera hasta caer sobre un resquicio plano de esta, la mujer respira agitada, con una lujuriosa mirada en sus ojos mientras la mantiene agarrada.

Salto entre los árboles con una habilidad mejor de la que esperaba. Sin embargo, de pronto siento un peso muerto tras mio y empiezo a rodar por el piso, mientras me doy cuenta de que es la guerrera la que me agarró desde atrás. Una vez que llegamos abajo agarra mi brazo, pero yo rápidamente intento agarrar un guijarro del suelo o alguna rama, a la cual le empiezo a conjurar un hechizo, con la intención de ponerle el objeto luminoso frente a la cara y cegarla para que me deje escapar.

El hechizo de la elfa no llega a salir adecuadamente, la gesticulacion es interrumpida por las sacudidas y la presa de la mujer, que trata de ponerse sobre la elfa e inmovilizarla, cosa que no logra pero aún asi sigue teniendola agarrada del brazo:-¡Vamos no te resistas, te prometo que te lo pasarás bien!.-Dice la mujer casi entre risas. El falo entre las piernas de la mujer de vez en cuando roza con la piel de la elfa en mitad de la pelea, dejando parte de su liquido preseminal adherido a la piel de la mujer.

Maldiciendo entre dientes por el forcejeo, me deshago de su agarre. — ¡Ya, déjame! — Le grito a la loca, mientras vuelvo a agarrar el guijarro y mostrarselo en la cara, intentando cegarla. — ¡Luz! — Vuelvo a gritar, con todas mis fuerzas, mientras la piedra se enciende, esperando que eso baste para que no pueda ver por suficiente tiempo para que yo y Abrazos podamos escapar sin tener que dañar a la guerrera. Después de todo, yo fui la entrometida que se metió en su pueblo. Esto me va a traer problemas en el futuro.  Pienso mientras me pongo a correr, luego de cegar a mi víctima, esperando que no me persiga.

La amazona trata de cubrir su rostro cuando una piedra brillante es presentada delante de este y se aparta de Faundra, levantandose y parpadeando para intentar aclarar su vista, puesto que ahora solo ve dos grandes focos brillantes en esta, la piedra brilla como una antorcha, no es especialmente cegadora pero que te la planten en toda la cara y la enciendan ha sido suficiente como para que la amazona se retire de la elfa:- ¡Maldita sea, deja de poner las cosas tan dificiles! ¡Al final llamare a la tribu y no te va a gustar lo que va a pasar...!

Al sentir como me suelta, aprovecho para empezar a correr hacia la espesura, intentando perderla de vista, mientras le pido a Abrazos que se ponga en su camino para ayudar en mi escape. —Nos reuniremos más adelante. — Le digo a mi compañero, confiando en que vamos a poder guiarnos en la selva.

La ultima imagen es la de la amazona forcejeando con el animal antes de que Faundra se pierda entre el denso follaje de la selva, la amazona no ha parece dar la voz de alarma y poco más puede saber Faundra sobre su compañero animal...Ante ella la selva vuelve a extenderse, exhuberante, con el piar de esos pajaros exoticos...¿habra sido buena idea dejar a Abrazos con una mujer guerrera?

Finalmente pierdo a la guerrera, por lo que aprovecho para sentarme cansada al piso. —Demonios... que mujer más terca. — Dije para nadie en particular, mientras descansaba un poco. —Por suerte logré escapar. — Y sin dañarla, lo que era más aún. No sabía si podría haberle ganado en una pelea, pero estaba contenta de que ninguna de las dos saliese lastimada. Había sido mi culpa, después de todo, esa persecución.

Luego de pensar en ello, miré al cielo para tener una idea de la hora. —Ya debe ser hora de comer. Lo mejor será que busque un poco de sustento para mi y Abrazos, va a estar hambriento cuando vuelva. — Pensé luego de un par de segundos, mientras me levantaba una vez más, ahora para ir a buscar algo de comer. Por suerte tenía preparado mi conjuro de purificación, por si encontraba algo que había pasado su fecha de comestibilidad.

A Faundra no le cuesta encontrar un arbusto que da buenas bayas, generosas y que estan humedas, como casi todo en este mar de plantas y arboles. En el arbusto hay varias aves, loros seguramente, que están picoteando aqui y allí, disfrutando del manjar mientras vigilan a ratos el que no venga ningun depredador.

Terminé de comer un poco preocupada. Ya había pasado un tiempo y Abrazos no volvía. Quizá lo mejor sería empezar a buscarle. No creía que la amazona hubiese empezado a seguir mi rastro, ya que lo más probable era que intentase volver y avisar a las demás de la intrusa, por lo que tenía algo de tiempo antes de que empezasen a darme caza, y tenía que aprovecharlo.

Levantándome agilmente empecé a enfilar hacia el lugar desde donde vine, más concretamente donde vi a Abrazos por última vez, esperando que nos volvamos a encontrar pronto.

Al rato Faundra encuentra a la serpiente enroscada sobre unas rocas, tomando el sol mientras digiere alguna presa recien capturada. No hay rastros de la amazona por el lugar asi que por ahora la cosa parece calmada...Quiza Faundra tenga razón, pero la idea de tener una tribu entera de amazonas lujuriosas buscandola tampoco se hace mas agradable.

— ¡Abrazos! — Grité al ver al mi amigo. — ¡Ahí estás! ¡Mírate tan cómodo! ¿¡Sabes cuan preocupada estaba por ti!? — Pregunté a la serpiente, regañándola. La verdad era cierto, me había quedado pensando en qué podría haberle pasado al tonto ese, pero resultaba que solo había estado almorzando. Lancé un suspiro, aliviada. —En todo caso, lo mejor será que no te acomodes mucho, tenemos que seguir nuestro camino. — Le apuré mientras veía hacia el otro lado. —No deberíamos quedarnos aquí, pero la jungla es amplia, encontraremos más cosas interesantes. Vamos, si haremos de este nuestro dominio, debemos conocerlo. —