Partida Rol por web

Sargoth dió un paso atrás tras esquivar el espadazo y decidió que debí arriesgarse y recuperar su cimitarra si quería vencer en aquel duelo. Con las garras y las fauces perdería seguro.

El gnoll gruñó y se abalanzó a por la cimitarra mientras trataba de alcanzar su arma. El pánico se apoderó de él mientras dejaba exponía su brazo y eso hizo que su consiguiente ataque resultara patético.

La mujer no pierde el tiempo, un gnoll parece ser una bestia para ella y descarga dos ataques sobre él, esperando acabar con la bestia que seguramente tenia intenciones de devorarla como si fuese un ciervo. Suelta algunos quejidos cuando se mueve, la flecha aun está clavada en su brazo.

El primer ataque es esquivado por la criatura, que recupera su arma, y el segundo logra pasar sus defensas, haciendole un corte no muy profundo, pero si amplio y doloroso en el pecho:-¡Largate de aqui sucia hiena!.- Dice mientras el haz de luz que la rodea la acompaña en cada movimiento.

Sargoth aulló un quejido canino y lastimero cuando su arma abrió brecha en su piel pero su odio era demasiado intenso apra huir ya.

-De eso nada, PUTA brillante!! Morirás aunque sea lo último que haga!

Sargoth lanzó una estocada profunda que alcanzó el pecho de la humana cerca de su cuello. Al oler sangre, el gnoll trató de cerrar sus mandíbulas sobre la piel desnuda de la mujer pero sus fauces solo atraparon aire.

Ante el ataque la mujer retrocede, estupefacta ante el tajo que ha recibido y la cantidad de sangre que mana de la herida, tiñiendo su piel y sus pechos del color carmesí...Tropieza con una de las raices del arbol y cae de espaldas, su mano abandonando la empuñadura de su espada y su espalda dando contra el suelo; parece haber perdido la consciencia por el dolor.

Sargoth vió caer a la humana y comprobó que había quedado sin sentido.

Qué frágiles son! No son nada comparados con nosotros!! -aulló su madre en su cabeza.

Sargoth avanzó con su cimitarra presta para rematar a su presa pero al verla allí, expuesta e indefensa, se lo pensó mejor. Agarró su espada y se la enfundó en el cinturón. Luego le quitó la armadura y la dejó desnuda y luego se dirigió a su campamento para buscar algo con lo que atarla. 

Qué haces? Mátala!

-Calla ya, madre! No has visto que pechos tiene? Voy a hacerla mi esclava! Necesito algo para atarla!

La herida sigue manando sangre incluso cuando el Gnoll desviste a la mujer y le arrebata parte de sus posesiones. En su improvisado campamento hay una pequeña mochila de viaje que contiene algunas raciones, un odre con agua y lo mas parecido a una cuerda son las que usa la tienda de campaña que, escondida entre unos arboles, está montada, con una pequeña linterna apagada dentro.

Sargoth desmontó la tienda con sus garras y extrajo la cuerda que la mantenía en pie. Después se acercó con ella a la prisionera y le ató las manos a su espalda. Después, volvió para registrar el campamento a conciencia. No podía creer que ta solo llevara encima las cuatro cosas de la mochila.

El gnoll esperó a que su prisionera despertara un rato pero se imacientó y decdió dejar caer el agua de su cantimplora sobre su cara, con una risita de hiena.

-Jijji... 

El agua se desparrama por su rostro y cae por su piel hasta llegar a su cuello, arrastrando algo de la sangre por su cuerpo, y sobre todo por esos generosos pechos; tarda en despertar pero al final lo hace, entreabriendo los ojos, mascullando algo y dejando escapar un grito dolorido al intentar moverse, la herida no para de manar sangre y sus ojos se posan en los del gnoll; aunque son vidriosos, con una mirada aturdida y perdida.

Obviamente, Sargoth no siente pena ninguna por su gesto de dolor, ni tampoco preocupación por la herida abierta. Sus fauces se abrieron y habló con aquella voz canina mientras comenzaba a probarse la coraza de la mujer. Le venía un poco justa pero podía pasar. Desde luego, era mejor protección que su roida armadura de cuero.

-¿Quién eres? ¿Qués hace sola por estos bosques?

-Yo...soy Khara...busco las ruinas de Medelitz...Una tumba antigua que...-Parece por un rato perder el hilo de lo que dice, mientras sigue respirando costosamente, apenas con fuerzas para luchar contra sus ataduras.

La coraza es extraña en cierto modo, las piezas pueden mas o menos encajarle, pero ver su torso adornado con la clara silueta de dos pechos es una visión extraña para el Gnoll.

Cualquier otro se hubiera preocupado por ir por ahi con un peto con dos tetas pero el cerebro del gnoll no le dió importancia. Incluso lamió los pechos con su lengua canina.

-Sigue hablando! ¿Una tumba? ¿Qué hay dentro? ?Algo valioso?

-Algo más...al sur...entre los arboles que se retuercen...-Dice no muy centrada, su visión borrosa apenas logra ver lo que hace el gnoll con su propia armadura.

Finalmente deja de responder, su cabeza se hunde entre sus hombros y sus ojos permanecen cerrados mientras la herida sigue manando sangre, a juzgar por su apariencia si sigue sangrando asi morirá rapidamente.

Sargoth miró la herida. Parecía poca cosa pero los humanos eran criaturas frágiles. Quizás se estuviera muriendo por la falta de sangre. El gnoll gruño un poco y buscó por ahí algo con lo que limpiar la herida y vendarla para evitar más desangramiento. Aquello de la tumba parecía provechoso y no podía dejar que se muriera sin más.

Al final, cogió la cantimplora que acababa de encontrar y lavó la herida con su agua. Después lavó la tela de la tienda y le vendó a la mujer la cabeza con un trozo que arrancó de ella y la dejó así, desnuda, yaciendo en la hierba.

-Demonios del abismo... menuda hembra! -dijo mientras se sacaba su enorme miembro canino, rosado y repleto de venas.

Sentía ansia por follársela pero hacerlo ahora podía causar más desangramiento, así que se contentó con masturbarse sobre ella y regar sus pechos  con su semilla.

Eres un puerco - dijo su madre. Pero él la ignoró.

La venda parece surtir efecto, y las manos del gnoll hacen lo posible por parar la hemorragia, la presión de la tela limpia por el agua parece ser suficiente para evitar la muerte de la mujer (al menos por desangramiento), pero su piel se ha tornado palida y sus labios se hayan ahora sin color, mostrando que esta en un estado que pudiera decirse grave. No reacciona cuando el espeso liquido salpica sus generosos pechos, dejando la marca del gnoll sobre la mujer seguramente.

Tras el desenfrenado encuentro y encontrando algo de relativa paz el gnoll puede sentir el cansancio en sus musculos, no en vano ha estado caminando y luchando contra esta mujer.

Sargoth se sento un momento en el suelo, observando su obra. Su semilla resbalaba por el torso de la humana de forma morbosa y el gnoll rio un poco en tono agudo. La mujer estaba muriendo, seguramente. En verdad los humanos eran cosas fragiles. Era una pena, hubiera sido una excelente esclava pero... Que se le va hacer! Follaria con ella lo que pudiera mientras estuviera viva y luego se la comeria. Despues, intentaria buscar la tumba de la que hablaba y echaria un ojo a ver que se encontraba.

La guerrera farfullo algo en su inconsciencia t se puso de lado, lo que hizo que sus pechos se desplazaran y cayeran hacia su costado. Sargoth sintio de nuevo aquel endurecimiento en la verga.

-Tampoco es mala muerte. Follada hasta desangrarse... Dijo mientras se colocaba de lado a su espalda y guiaba con la mano su verga de perro entre las piernas de la humana.

La mujer se desangra durante unos escasos segundos, lo suficiente como para dejarla completamente debil, con solo un pequeño resquicio de vida en su cuerpo, por suerte para su mente esta inconsciente cuando el gnoll decide violarla repetidas veces en mitad de la noche, su verga perruna se hincha varias veces dentro de su sexo, asegurando que la semilla que deposita la criatura es bombeada bien al fondo de su utero, y durante los proximos minutos el unico sonido que se escucha en esa zona de arboles es el duro choque de la carne contra pelaje mientras el gnoll disfruta de la suculenta y derrotada hembra humana. Desde luego no es algo que vaya a ayudar a curarla, pero el gnoll puede notar que despues de aprovecharse de ella aún está caliente y respira, y ya es algo...Quizá esta humana es mas dura de lo que aparentaba en un principio.

Tu polla la está curando! Deja ya de metérsela, idiota! Mátala y cómetela para estar fuerte!

-Silencio madre! -dijo el gnoll en voz alta.

La voz parecio callar y él observó su obra. La mujer yacía desmadejada, abierta de piernas y cubierta de fino y líquido semen canino pero su madre tenía razón; parecía más viva, con más color. El gnol la la miró con curiosidad al rostro. Era bella incluso medio muerta.

Sargoth deslizó un dedo en su interior pero esta vez con delicadeza, jugueteando. Iba a tratar de despertarla con un orgasmo. Quizás el sexo era lo que necesitaba pero al pobre Sargoth ya le dolía la polla de tanto mete-saca.

No parece responder a ningun tipo de estimulo sexual, de hecho Sargoth tuvo algunas complicaciones para aprovecharse de ella, pero su miembro canino facilitó bastante la tarea.

Las horas han pasado y el gnoll se encuentra terriblemente cansado, no solo el viaje, la pelea, si no las multiples "acoplaciones" que le ha hecho a la mujer empiezan a pasar factura, ¿descansará, dejará a la mujer aqui y seguirá su camino?. Habia algunas preguntas que aguardaban respuesta, y tampoco es que su compañera de juegos fuese muy social en su moribundo aspecto.

Sargoth despedazó lo que quedaba de tienda para hacer más ligaduras, la subió a base de fuerza a lo alto de un árbol y la ató a las ramas. Después se preparó para descansar él mismo justo debajo, pues estaba fatigado de la lucha y el viaje.

El Gnoll se buscó un lugar donde descansar y poco a poco cerró los ojos. Estaba harto de follar y de luchar y no le costó quedarse dormido.