Partida Rol por web

"Querido lector, le mandamos esta carta para informale de que no esta solo. Sabemos que recientemente a ha adquirido algun don especial, por ello queremos informarle de que si tiene cualquier duda o necesita de ayuda se ponga en contacto con nosotros.

Atentamente Heaven Company"

Esta es la razon por la que estais entrando por las grandes puertas de cristas de ese lugar al llegar os fijas que hay entrando o en recepcion varias personas que habeis visto en vuestro vuelo.

Y una preciosa chica en la recepcion atendiendo el telefono.

Me acerco a la recepcionista con paso firme y con una sonrisa entre los labios.

Buenos días preciosa, creo que tuve una conversación contigo hace dos días y cogí una cita, ¿no es así? ¿Bueno qué me tienes preparado?- digo con voz tranquila y sin que mi amable sonrisa desaparezca de mi faz.

Sabía que sería guapa, nunca me equivoco en esas cosas, si tiene una voz bonita es que es que es bella. Si es que es la misma mujer... Sería ridículo para mi que no lo fuese...

Te mira de arriba abajo y sonrie - M supongo, si mi memoria no me falla, ademas recuerdo esa voz- Dice apoyandose en el pequeño escritorio que tiene tras la recepcion.

Nada más entrar me acerco a la recepcionista, a los ojos de los que me ven parezco una chica afable que parece impensable que pueda engañar o hacer mal a nadie. Espero a que acabe de hablar con el que llego antes que yo debe ser la misma inutil que me cogió el teléfono, mientras me acerco no puedo evitar oir la pregunta.

Solo espero que el viaje merezca la pena tuve que pedir días en el trabajo sin saber muy bien a que venía... Digo con una sonrisa, en mi trabajo aprendí a no perder la sonrisa por nada. Espero que la racha de suerte que tengo últimamente no cambie y realmente merezca la pena.

Cuando me vinieron a recojer, miraron un poco disgustados mi cara... se me notaba la depresion,me ofrecieron almuerzo, no lo recibi... parecian un poco impresionados de que no hubiera tocado una palabra con ellos inclusive cuando presentaban preguntas cualquieras.

Llego a este edificio gigantesco, producto de años de trabajo, seguramente tambien de estafas.

Las caras de todos los que estan cerca se ven mayores que yo, mientras esperaba reacciones me sente a escribir otro poema... La inspiracion fluia con la tristesa.Esta ves se trataba sobre la edad...

Pronto dicen que uno es mayor.

Podre entonces darmela de maton?

Las caras, resemblantes a personas que cumplen sus deseos,

Solo me demuestra que para estar aqui,

tengo una razon menos.

Los sentimientos se mantienen al margen.

Entre mi y los otros entrepases

solo se encuentran unas nubes de rechazo alucinantes.

Mi concentracion se interrupe cuando un tipo mayor parece coqueterle a la recepcionista, que poco sutil eh?. No respondo, solo mantengo la cabeza en bajo, como desearia tener esa facilidad Pienso al ver la reaccion aparentemente positiva de la atractiva mujer.

Me mantengo sentado en el rincon, me sonrojo un poco...

Entro con decisión en mis pasos y me acerco a la recepcionista. Espero mi turno con paciencia y con buena cara, aunque en realidad no se ni porque estoy aqui...
Mientras espero, observo con detalle el edifiio por dentro y todo lo que esté relacionado con el en busca de alguna trampa, para verla con tiempo de salir corriendo

Si, M el mismo ¿Y tu aparte de un ángel eres...? Sonrío burlonamente y guiño un ojo sutilmente sin percatarme de que estoy rodeado de otras personas que esperan su turno.

El viaje a merecido la pena solo para ver a este bombon.

Tras un día común y corriente en el trabajo, accedo a la convocación que se me ha hecho. Que se ha hecho a mí, y a varios otros, que ví tanto en el avión hasta aquí, como presentes ahora. Primero les veo como un grupo, ante el cual solo hago un gesto observativo, rascando ligeramente mi mentón.

Deben saber exactamente la razón... Por la que están aquí...

Mis pensamientos resuenan en mi cabeza, a lo que voy mirando, poco a poco, las conductas y palabras de cada uno, algo curioso, y algo intrigado, a la vez que relajado, casi dejado. Mi actitud revela una ligera sonrisa, casi como una presencia alegre, e imperceptible, sin que mi rostro cambie demasiado. A Ahora me me fijo uno en uno en los presentes, con un gesto sutil, pero atento.

Primero al señor don Juan, necesitado de compañia, y de agrado. Suponiendo de su persona una clásica dificultad para estar solo, o para aguantar dicho aspecto, la soledad. Parece alguien confiado, y a la vez todo lo contrario. Alguien curioso, alguien en parte fascinante.

Luego está la Dama, sonriendo excesivamente, aparentando completa felicidad. Bien podría estar lista para a todos matar, o bien podría estar amigos necesitando. Sea como sea, parece exaltada, y algo ennervada. No la culpo, supongo que, como yo, también tiene un ajetreado trabajo. Definitivamente es más de lo que aparenta.

Luego el Jovencito. Asustado y apartado, en una esquina, preocupado y distanciado. No puedo decir que con él empatizo, pero no niego que me gustaría hacerlo. El asunto sería saber si él permitiría eso. Se ve como alguien bastante interesante, si es que lograse salir de todos sus problemas aparentes.

Al final, la otra Dama. Tranquila y calmada, en un comienzo. Alterada y detallista, en otro. Como si quisiese huir, desaparecer incluso. Precavida y consciente, observadora de su entorno. Una persona conla que valdría la pena conversar, charlar incluso. La mas pasiva de todas, la mas apelante de todas.

Una vez hecho con todos tal análisis, poso mis manos sobre la base de mi espalda, unidas, y contemplo todo el lugar, en una vista general, tal como si estuviese, sólo y tan sólo recién entrando. Ahí, digo en voz alta, pero ida, sin dirigirme hacia nadie en particular, como un comentario aislado, y personal, pero no cerrado.

Compañía del Cielo... Que nombre tan... Especial...

Una vez dicho eso, me doy un par de paséos, observando objetos en particular, como las decoraciones, los jarrones, pinturas u adornos, para finalmente, sentarme a un lado, asegurándome de que no se arruge mi plomizo traje, así como mi camisa color mármol, junto a mi corbata azulina oscura. Tomo mi maleta, y reviso mis acciones. Acto seguido, veo mi móvil, para confirmar si me han enviado algo, o si me han llamado de la empresa. Lo mismo con cualquier otro elemento, como el beeper, o el ordenador portátil. Tras eso, me quedo echado, con las manos en la nuca, y la maleta sobre mi muslo, protegida por mi tacto, esperando alguna llamada, o atención en particular...

Un gran edificio. Heaven company.

En mis manos tengo la invitación que he recivido por correo, pero aún así antes de entrar echo un vistazo a todo lo que me rodea. Es una ciudad muy grande, todo aquí es grande y no estoy del todo acostumbrado a ver tanto movimiento por las calles.

Estoy nervioso.

Abro la puerta de cristal para entrar en la recepción. Sinceramente, me esperaba dos cosas: un lugar vacio con un mostrador solitario y un recepcionista borde, o un lugar repleto de gente en movimiento con un recepcionista que apenas me hiciera caso.

No sucede esto. En la recepción me encuentro con gente que me suena de vista por haber viajado en el mismo avión; gente que parece estar esperando a que les atienda la guapa recepcionista, asi que esperaré mi turno.

¿Vaya...esta gente habrá venido para lo mismo que yo? No puede ser...esto es demasiado raro, casi demencial...pero...

Me observo las manos por unos instantes y decido tomarme esto como algo normal antes de que me cuenten lo que ocurre. Ponerme nervioso no me va a servir de mucho.

Veo que hay unos asientos disponibles en los que hay sentado un hombre con un traje y una maleta, que parece estar esperando, asi que sin mas dilaciones me dirijo hacia los asientos y dejando el espacio vacio de rigor me siento.

Tras unos instantes me decido a preguntarle.

-¿Sabe si tardan mucho en atender a la gente aquí?

Mientras esperaba, sujeté un par de esferas metálicas, no muy grandes, y de color plateado, con las cuales comenzé a jugar usando una sola de mis manos. Las movía entre mis dedos, con tranquilidad considerable, a modo de entretención física, y distracción psicológica, a modo de evitar ser observado de manera demasiado precisa. Me fijo entonces, en que un hombre me habla. Parece ser del mismo tipo, 'Categoría' de ser humano al que pertenezco... Aparte del que ya todos Somos, razón por la que supongo, no me costará responderle, cosa que hago con un gesto tranquilo, y un ligero ademan de sonrisa fantasmal.

- No lo tengo claro, caballero. Por lo que veo, sólamente está el señor don Juan con la señorita Recepcionista. Muy probable es que tengamos que acercarnos uno por uno. Muy probable es también que estén esperando ver como actuamos, como si fuesemos... Un experimento. Muy probable es que nos llamen en algún momento más que inesperado. Es así como es... El ser humano.

Apenas termino, pauso, y tomo aire intensamente, a pesar de que se vea poco en mis gestos externos. Luego hago un rápido malabar con las esferas, y las guardo en uno de mis tantos bolsillos disponibles, sonriendo de lleno, pero controladamente al caballero al que le estoy hablando. Mi tono de voz se torna mas apacible al decir lo siguiente.

- Pero claro, a mí no me haga caso, que he venido aquí, tal como usted... Por la misma razón...

Mi sonrisa se queda pegada a los ojos, que reflejan compasión, sinceridad, consideración. No tengo ninguna mala intención, pero mis palabras anteriores, sin duda han sido dichas con el mejor bien de un sabelotodo, o el peor mal de alguien simplemente... Precavido ante los demás, no en específico, ante él.

- Leblanc. Victor Leblanc. Administrador encargado de Dexacorp Incorporada. Un gusto...

Le ofrezco la mano, y vuelvo a mi actitud pasiva, manteniendo la postura y actitud correcta. Sin embargo... Me preocupa parecer algo... Soberbio, con dicha presentación.

Mi concentracion se vuelve a partir cuando mi escucha se entremete en la interesante conversacion.

Tiene razon en lo que dice, pero empezaba a pensar que ellos no eran de los raros.

No me extrañaria que nos esten observando en este momento... somos diferentes... despues de todo. Talves inclusive un peligro para ellos. Mi voz sonaba lo mas optimista que podia, lo cual no era mucho... la preocupacion se notaba en mi cara, y en mis ojos, uno invisible por mi peinado

David Dufraine...Escuela superior Ram de carolina... Un gusto

Me acerque a paso lento y timido, y con la cara mirando hacia el suelo. Gran esfuerzo me costo levantara y extender la mano al tal Victor.

Las puestas del ascensor se abren haciedo un sonido que hace que os gireis por instinto,de el sale un hombre de traje con una sonrisa y la mano en los bolsillos que se acerca  la recepcion.

-Angy, yo me encanrgo de atenderlos, viene Cloe a recepcion tu vete a por todos los informes - Angy sonrie a M y se va hacia el ascensor.

El Hombre os mira a todos - Mm...ha faltado gente...A todos vosotros os ha llegado una carta de la compañia, si sois tan amables de acompañarme os explicare un poco de que va todo esto. Mi normbre es Marcus.- Va hacia una puerta doble de seguridad y teclea una clave tapandola con la otra mano.

¿Que me está contando de que nos observan, o de que somos un experimento?

Apunto de decidirme a estrecharle la mano contento de encontrar a alguien que parece tener las cosas claras me veo interrumpido por la voz de un joven que se acerca a nosotros presentandose como David Dufraine de carolina ,ofertandonos sus ideas de que "somos" diferentes o incluso peligrosos.

¿Diferentes? ¿A que se refiere con diferentes?

Comienzo a estar un poco mas intrnaquilo. Esperaba encontrar respuestas disimuladamente para un probema que ha aparecido en mi vida recientemente y me encuentro con aparentemente varias personas que hablan de cosas muy extrañas y posiblemente tengan el mismo problema que yo.

¿Les pasará lo mismo que a mi?¿Es peligroso lo que me pasa?

-Yo soy Robert...

Digo disimuladamente.

Observo al hombre que sale del ascensor y la escena que se produce. Parece que todo estaba previsto, parece que hay mas gente, que de echo todos los que estamos aquí en la recepción venimos por lo mismo, lo vuelve algo mucho mas extraño.

-Nunca habia oido nada de esto ¿cuanto tiempo llevara ocurriendo?

Espero sentado si saber muy bien que hacer mientras Marcus se dirige a la puerta y teclea el codigo...

Le doy la mano con firmeza al joven David. Mi rostro refleja una actitud amable, más que la anterior, yendo por sobre la neutralidad, demostrando que el joven me ha caído bien, me ha agradado, por su conducta humilde, y su actitud mesurada, comprensiva de las cosas.

- Un gusto, David. Resulta agradable no estar solo en la situación que todos pasamos. Más que nunca, es bueno que todos aquí tengamos...

Justo en ese momento, llega Marcus, el hombre que afirma pertenecer a la compañía. No me fío de él, hasta haber visto que le ha dado ordenes a Angy, la recepcionista. Ahora la confianza solo es de un 50%, no mayor, porque sigue pudiendo haber engaños, por lo que tendré en cuenta los demás aspectos de la situación.

Termino por soltar la mano del Joven Dufraine, haciendo un gesto amable con la cabeza, a modo de inclinación, a lo que luego miro de reojo hacia donde está Marcus, y me dirijo hacia él, no sin antes, responderle a Robert también. Tomo su hombro con una mano, y le doy un gesto alentador.

- Calma, Robert. No nos puede ir tan mal. Normalmente si alguien necesita a otro, es porque no puede disponerle, no directamente... Mantente optimista.

Trato de manifestar aquellas palabras como reflejos de mi sabiduria personal, o al menos de la experiencia que he vivido con la vida misma. Luego de eso, voy donde Marcus, fijándome en si los otros lo hacen, pero sin detenerme, llevando mi maleta y mis cosas, pretendiendo asimilar lo mejor posible todo lo que esté pasando...

Después de la preesentación de Marcus, me qudo mirandolo para percivir (o al menos intentarlo), algun gesto que pueda indicarme que algo va mal, o que nos estan engañando. Despues de analizarlo unos instantes, esperaré a no ser la primera en azercarme a él y poder ver las reacciones de los demás.
Al ver que un caballero de pelo castaño con una maleta en la mano se acerca hacia Marcus, esteraré un instante para ver su reacción y entonces me levantaré para seguir al caballero.
¿Seran esta gente como yo??
¿De veras quieren ayudarme?¿ o tan solo utilizarme? ¿o mas bien experimentar con migo?. Esperemos que sea la primera opción, pero igualmente, tengo que mantenerme alerta...

Llega un tal Marcus que pide unos informes ¿sobre nosotros? ¿nos han investigado? ¿que se supone que esta pasando?

No entiendo para nada de que estan hablando los otros estoy algo alarmada por ello sigo a Marcus, no entiendo el por que tanto secretismo nunca me gustaron los secretos.

¿Por que tanto misterio? ¿que es lo que hace esta empresa? pregunto segun abre la puerta.

Después de que Angie me sonría me acerco a su oido y le susurro con voz suave, seductora:

Angie, sin duda nombre de ángel. Le guiño un ojo y haho un gesto con el sombrero mientras  me alejo hacia Marcus.

¡Espero que esto merezca la pena la temperatura de Tijuana es bastante preferible a la de Nueva York! Exclamo en tono de broma cuando estoy con el resto del grupo

Vaya panda de tios raros... un emo... um que hambre jeje.

Me presento a todos uno por uno con una sonrisa amable entre los dientes, especialmente hacia Cristin, que me atrae de alguna manera.

-HOla soy M - digo a Robert y a Victor dandoles la mano cortesmente.

-Hola señorita- digo dirijiendome a Cristin, con mi mejor sonrisa.

Finalmente me dirijo a David -EMO EMO QUE TE QUEMO.- DIgo mientras apunto con mi dedo hacia su cabeza como si se tratase de una pistola, después de uno segundos de silencio río y le digo mientras le doy unas palmaditas en la espalda -Hola amigo me llamo M, ¿Tu eres?

Emo de mierda si quieren morirse por mi bien , que no estorben.

POr último me dirijo a Marcus: -Buenos días soy M, espero respuestas cuanto antes. DIgo sin dejar de ser educado.

Este debe ser el chuleta de este barrio.

Ante el saludo de M, y su conducta, no puedo evitar manifestar una ligera actitud de curiosidad. Al parecer la gama de diferentes personas, esquemas de personalidad está más que completa. Si pudiese atribuir todo esto, a algo así como una mano invisible, moviendo nuestras piezas, seguramente me gustaría decirle, que ha elegido bien, para su propia diversión. Termino por devolverle el apretón a M, con la fuerza suficiente para que denote que soy cortés, y la fuerza suficiente para que no crea que me importa demasiado.

- Señor M, mis saludos hacia usted. Dígame... ¿A qué... Se dedica?

No puevo evitar mostrar una ligera mueca, difícil de describir, con una pequeña porción de mi boca, como si estuviese apelando claramente a su ser en completo, casi como demostrando literalmente la posibilidad de aplastar, pero sin hacerlo en lo más absoluto. Termina el gesto, y me quedo mirándole fijamente, con mi posición siempre en alto, siempre en buena fe, y siempre atenta.

Sólo con una inicial, y manifestandose ante todos... ¿De qué podría tener miedo? ¿Que terrible sonido, necesita ocultar alguien tan ruidoso?

A medida que reciba, o no, respuestas por parte del ex-don Juan, ahora M, continúo siguiendo a Marcus, dejando ver que, sea lo que sea, lo aceptaré, o al menos, lo observaré, tal como me he tomado mi tiempo. Poco a poco la seriedad incrementa, a medida que el 'Animo social' se va reduciendo, mas alla de todas las tonterías recientes, o encuentros anteriores...