Partida Rol por web

Fenris aparta un momento la vista de una novela que estaba leyendo con semblante serio, para volver hacia ti su atención y esbozar su sonrisa.
Oh... sí claro... - Dice mientras mira un momento al viejo Zerase, que se encuentra por la parte superior, con su aparente poco humor. - Vamos fuera.

Una vez fuera de la biblioteca, Fenris ya habla en tono normal. El anianco en muy estricto con el tema de las normas en una biblioteca.
Bueno, ¿Qué desea, señorita Himeko? - Pregunta sonriente.

Sigo a Fenris hasta fuera de la biblioteca sin decir una sola palabra más hasta que hemos llegado fuera

Pues vera, queria preguntarle si podria usar una de las katanas que hay en el deposito de armas. En las dos ultimas salidas que hemos hecho nos hemos encontrado con Sheenes que tenian algun tipo de blindaje, y bueno, en esos casos estaria bien usar algo que fuera mejor contra ese tipo de blancos, en la ultima estoy convencida de que si a uno de ellos le hubiera golpeado con una katana en vez de como lo hice habria acabado con el en vez de solo romper el caparazon. Esa vez dio igual por que eran pocos y en seguida acabamos con ellos, pero si encontramos mas seria mejor que cayera uno por golpe.

Fenris se recoloca las gafas con un gesto de su mano izquierda, mientras te mira con un atisbo de apuro.
Oh... ¿Pe... Pero acaso es usted capaz de manejar un arma como esa? ... Si me permite preguntar. - Dice con tono suave.

Bueno, nunca sere la mitad de buena que Adrastros, que el es mucho mas rapido que yo, pero un poco se manejarla. Es el arma tradicional en mi pais y es una de las cosas que puedes aprender
Hago una pequeña pausa

No, no hace falta que le cuentes que tu querias aprender karate, pero despues de romperle dos costillas al profesor el primer dia cuanto te enseño a dar el primer golpe te recomendo que mejor hicieras otra cosa

Y ultimamente aqui he estado retomando los entrenamientos un poco, claro me centro mas en el cuerpo a cuerpo que suelo usar, pero contra determinado tipo de Sheenes me apañaria para darles con ella, claro, no tan bien como Adri, pero es que el es muy buenol

Fenris te escucha frotándose sonriente el mentón y asintiendo levemente al final de tu explicación.
Mmmmh... En condiciones normales debería negarme a la petición de un arma por parte de alguien. - Dice torciendo su sonrisa un poco, para enseguida volverla a reponer. - Pero creo que usted me ha mostrado poder merecerla. - Amplía su sonrisa.
Aunque, quizás una simple katana se le rompiera en sus manos... De todas formas acompáñeme... Vamos a ver lo que podemos encontrar. - Añade con una expresión alegre y en parte divertida, totalmente dedicada hacia ti.
Tras eso, empieza a encaminarse hacia las intslaciones subterráneas del Silfarion contigo.

Es casi cuando estáis cerca de la entrada al paso subterráneo cuando te vueve a dirigir la palabra.
No obstante, señorita Himeko, me gustaría que diese unas clases de repaso con armas blancas... El maestro Akira está instruyendo a Michael en el manejo de éstas. Me gustaría que usted también participase.

Gracias Respondo ensanchando un pelin mas la sonrisa, aunque ante la referencia a poder romper algun arma un ligero tono rojo aparece en las mejillas mientras le sigo por los pasillos

Ante sus ultimas palabras pongo una cara entre sorpresa en incredulidad, en absoluto de disgusto, simo todo lo contrario

¿Con el maestro Akira?, claro, sera estupendo, solo espero estar a la altura... dicen que es muy bueno

Ya que pasas algo de tiempo en la biblioteca repasando sobre los libros que te aconseja el viejo Zerase, un día tienes oportunidad de hablar con él cuando os encontráis solos en la biblioteca.

Sigilosamente, pues conozco ya de sobra la facilidad que el anciano tiene para enfadarse cuando un sonido más fuerte de lo habitual inunda la biblioteca, me acerco hasta el mismo hasta dejar notar mi presencia, sin llegar a tocarle, por temor a que se moleste de alguna manera. Comienzo a susurrar, acuclillándome levemente para quedar con los ojos a la misma altura que los de él.
-Ah, buenos días, señor Albel... Quería hablar con usted. Verá, teniendo en cuenta la proximidad con los exámenes para ingresar a miembro de Unidad había estado pensando algunas cosas en las que, quizá, podría ayudarme... Verá, estaría interesado en saber si tenemos aquí en el Silfarion algún tipo de registro de las pruebas de años pasados, así como fichas de las aptitudes de los participantes, etc... Un poco de todo en general. Eso por una parte, y por otra es algo sobre la Decalogs. Usted la desarrolló, así que supongo que no hay nadie que la conozca mejor que usted... Quería saber si se podían hacer en ella algunas modificaciones... Por ahora lo que tenía en mente era algo sencillo, le explico: a partir de su estructura de reconstrucción constante a partir del pensamiento, quería saber si podían implantarse garras en las manos y los pies para que surjan a voluntad. Nada complicado, simplemente como arma adicional en caso de necesidad o como útil de escalada (principalmente me interesa este aspecto, la verdad).

El viejo Zerase, ya con una cara algo ceñuda, frunce el ceño aún más cuando empiezas a hablar así sobre Decalogs, mirando al suelo y humedeciéndose sus resecon labios con la lengua.
¿Pero qué te has creído? ¡¿Crees que ese traje es un juguete?! - Te dice con mal humor, voz ronca de anciano y sin embargo sin levantar mucho el tono de voz, quizás porque no pueda. - ¡¿Eeh?! ¡¿Crees que puedes quitarle y ponerle cosas como si fuera... un... juguete...?! ¡No! ¡Este traje... - Dice posando su débil y huesudo dedo sobre tu pecho. - ...cumple ya de sobra la función para la que está hecho, no le pidas más, todos los jóvenes sois iguales!
Dice tras lo que te da la espalda y echa a andar a pasos pequeños mientras refunfuña unas cosas para sí.
Hasta que vuelve a dirigirte la palabra, dándose la vuelta unos pocos metros más alejado.
Tú y tus amigos vais a estudiar como posesos a partir de ahora. - Suelta señalando con dedo acusador. - Os creeis que todo se resuelve a base de fuerza, y no cultiváis la mente. - Añade a la vez que posa su debil y huesudo dedo esta vez en su cabeza, levantando una ceja en su arrugada cara. - Ya puedes ir diciéndoselo, sólo el chico de alas estudia...

Joder... Debí haber esperado esto... Este puñetero viejo es intratable... Me llevo ambas manos al pecho, verdaderamente indignado por las palabras de Albel.
-Eeeeh... ¿Hola? Últimamente paso más tiempo aquí que en mi habitación, he estado estudiando más que en toda mi vida, señor Albel... Y, de hecho, incluso le estoy pidiendo más cosas para estudiar, así que no se altere... -joder con el viejo, coño ya...-. Y yo no considero, para su información, que la Decalogs sea un juguete... ¡Si impide que me muera, demonios! Lo que digo es que me juego la vida cada vez que salgo de este Silfarion, y busco una utilidad adicional para la armadura que me pueda servir de ayuda en las misiones y contra los malditos sheenes, ¿comprende? Podría hacerme yo mismo unos guantes con garras, pero considero más útil incorporarlos a la armadura por funcionalidad y por contar con el factor sorpresa, maldita sea... -replico, esgrimiendo mis argumentos con toda la autoridad y firmeza que he desarrollado.

El anciano refunfuña a cada frase.
Será mejor que el que no se altere seas tú, jóven. - te dice. - ... No se puede añadir nada a ese traje. Suficiente trabajo se hizo ya con la composición de la función inmunitaria al Sheene que llevas dentro. - Añade, mientras, a paso bastante lento, empieza a bajar las escaleras, pues os encontráis en el piso superior. Se nota que no sólo su caracter cascarrabias es de hombre mayor, ves que a su cuerpo le cuesta mucho incluso bajar unas simples escaleras, refunfuñando cada dos o tres escalones, a saber si de ti y de ellos.
No pronuncia más palabra, ignorando el resto que le has dicho.

Manda cojones... Taladro su espalda con la mirada, el ceño fruncido, bastante exasperado por sus modales. Y, básicamente, la impresión que me da es que no tiene muchas ganas de hacer nada... Maldito vago... Es como todos los ancianos. Sólo por no parecerme a él no me importaría morir en misión.
-Ah, pues ya que menciona el tema... ¿Habría alguna forma de sacarme ese sheene de dentro? No me hace mucha gracia tener que depender de esta armadura durante toda la vida... No quiero ni pensar en lo que podría pasar si me la quitaran, la destruyeran o derivados... Sin ella no duraría más que dos horas vivo. Y, dicho sea de paso, tener el cuerpo negro como el carbón tampoco es que me guste demasiado...

El anciano Zerase vuelve la mirada hacia ti un momento sin parar de bajar, en el cual simplemente expira un leve:
Tsk... - Tras lo que termina de bajar las escaleras y enciamina sus lentos y pesados pasos hacia la salida.

-Ehm... Oiga... -digo, extrañado por su respuesta. Es la primera vez en mucho tiempo que me intereso por este tema y, la verdad, no esperaba una evasiva como la que ha hecho... Comienzo a seguirle, sin mucha dificultad dado su estado, llegando a colocarme frente a él, caminando de espaldas-. Disculpe, este tema es bastante importante para mí, como ya supondrá... Y tengo entendido que sus conocimientos en medicina son insuperables... Por no mencionar que también es Haze, así que entrará en sus conocimientos saber acerca de un sheene que tiene la forma de un virus, ¿no?

El anciano detiene un momento sus cortos y lentos pasos para mirarte, teniendo que levantar la cabeza debido a su baja y escuchimizada estatura.
¿Y qué quieres saber, eh? - Te pregunta con énfasis, sin dejar de fruncir el ceño. - ¿Quieres saber cosas sorbe el Sheene que llevas dentro? Te contaré cosas sobre lo que llevas dentro. Lo que llevas dentro es un Sheene único en el mundo, de naturaleza vírica y letal. No hay antibiótico, ni vacuna, como podrías saber... - Dice esto último con algo de refunfuño. - Lo que llevas dentro es uno de los Sheenes más temibles que han existido en toda la historia, sólo la sustancia que es capaz de invuír ese traje en el cuerpo del infectado es capaz de contenerlo...
Hace una breve pausa, en la que mira al suelo, escudriñando en la nada, para volver a mirarte, esta vez con un ligero tono de compasión en la cara, lo que te hace verle extraño incluso.
Lo siento chico... Los virus, no tienen cura... Lo único que se puede hacer es dejar que el propio virus muera, y este es muy peculiar... - Dice con voz ronca, pero algo más suave... Htas que vuelve a emprender la marcha hacia la salida, sin dirigirte de nuevo la palabra.

Escucho, ceñudo, la perturbadora y desalentadora revelación del viejo, incapaz de reaccionar de buenas a primeras. Sólo hasta pasados unos minutos desde que se marcha soy capaz de hacer un solo movimiento... Y ese es una caída de hombros y cabeza, posando la vista en el suelo. Supongo que yo solito me he buscado una respuesta tan brusca... Pero, claro, no podía esperar algo como esto... ¿Soy portador y vehículo de uno de los sheenes más temibles de la historia? Y... ¿qué ha querido decir con "peculiar"? ¿Y por qué justo después de haber hablado sobre la muerte de un virus? Joder... ¡Joder, mierda! ¡Es un sheene como cualquier otro, o casi, debería morir igual! Necesito ver a este cabronazo... Necesito verlo ahora mismo...
Nunca me había planteado algo como esto, sencillamente porque había asumido lo que me ocurría... Pero ahora, de pronto, y sin saber bien por qué, aparece esta inquietud. Y tiene que ser saciada. Recojo los libros que estaba leyendo y, con paso rápido, me dirijo a toda prisa hacia mi habitación.

El viejo Zerase sale sin más de la biblioteca, al igual que tú que te enclaustras en tu habitación a investigar sobre libros de Sheenes más a fondo, intentando descubrir algo sobre el Sheene que llevas dentro, pero de momento no encuentras nada... Aunque eso no significa que no haya alguna referencia de él por algún lado de algún libro de esos.

Las clases con el viejo Zerase os resultan pesadas. El viejo Zerase en cuestión os resulta insufrible como poco.

En la mesa de la biblioteca, varias horas por la mañana os dedicáis a repasar libros y apuntes (Hechos algunos por el mismo anciano) de temas referentes a que puedan salir en el examen de inteligencia: Geografía, Historia, Fisica... en su mayoría y muy generalizadas, básicamente las materias que más os pueden valer en general para el trabajo como miembro de Unidad. Aun así, os resulta bastante materia en muy poco tiempo.
Y el anciano Zerase no ayuda mucho. Da muy buenas referencias sobre las partes importantes a dar prioridad en el estudio, pero al conocerlo mejor es la mala leche y bordería personificadas. Por lo que no tarda en caeros no muy bien.

Mike, debido a la naturaleza del chico y del anciano dejó de ir a las clases desde el 2º día. El resto seguís como buenamente podéis.