Partida Rol por web

Diez

PROLOGO: La Patrulla

Cargando editor
05/04/2012, 18:11
Director

Tengo que consultarlo. Dice el sargento y se aparta de ti hasta quedarse a un par de metros. Por lo que tu ves parece estar hablando solo.

El cabo observa tu mirada de incomprensión y te sonríe. Lleva su mano a la oreja y extrae un pequeño objeto negro para mostrártelo sobre su palma abierta.

Es un comunicador, un walkie talkie… ¿teníais walkie talkie en el 45? No espera tu respuesta antes de volver a insistir es como una radio pero muy pequeñita.

Cargando editor
05/04/2012, 18:14
Director

La puerta se abre de golpe, sin previo aviso, casi como si supiesen que estas haciendo, y ves a la misma enfermera de antes observándote.

No se abren. Dice refiriéndose a las ventanas. Solo dejan pasar la luz, pero si tiene calor puedo bajar la temperatura… duda un momento como si hubiese cometido un error antes de añadir quiero decir traerle un ventilador.

Cargando editor
05/04/2012, 18:08
Zoe Sunders

Maldije mi estatura una vez más. Me puse de puntillas con la intención de ver quién era el que salía de la habitación y me apoyé en uno de los soldados para mirar por encima de su hombro. Resoplé en cuanto se fue y volví a quedarme en mi altura normal, enfadada.

¿Quién demonios sería?, me pregunté, pensando, cruzándome de brazos, mirando, mientras tanto, el rostro de la enfermera ayudada por otro de los soldados. Pero, ¿qué diablos está pasando aquí?

Fruncí el entrecejo al ver las insignias de los militares y me acerqué más para verla mejor, intentando reconocerla. No era muy ducha en insignias, ni en símbolos militares ni cosas de esas, pero tenía la esperanza de que, quizá, podría haberla reconocido. 

Ni por asomo. No tenía ni idea de quiénes eran aquellos tipos, ni a qué sección o división era a la que pertenecían ni nada. Tan sólo sabía que eran los que estaban al mando en aquel sitio y que eran los que tenían las armas que hacían pupa, ni más ni menos. Y eso era suficiente para no hacer tonterías o preguntar estupideces. 

Hice un respingo con la lengua en cuanto el soldado habló, dando un pequeño bote del susto. No esperaba que hablara ni que nos dijera nada. Lo miré, interrogante, sin perderme detalle de lo que decía.

-¿Paranoia e histeria?- repetí, bufando-. No estamos locos, señor- apunté, señalándolo-. Deberían de ponerse en nuestra piel para que supiesen el mal trago que estamos pasando- añadí, desdeñosa.

Bufé una vez más y me arriesgué a preguntar.

-¿Sabría decirme si dos tipos están bien?- lo miré, frunciendo el ceño-. Quiero decir, me gustaría saber si un tipo con pintas de cowboy y un hombre vestido como un monje, creo que se llamaba Relámpago- dudé, cabeceando-, están bien. Hice buenas migas con ellos y me preocupan. 

Cargando editor
05/04/2012, 18:41
Samuel Johnson
Sólo para el director

Sin apartarse de la ventana, Samuel se vuelve y encara a la enfermera. Lo estaba vigilando, no sabía exactamente cómo, pero lo iba a averiguar de una forma o de otra.

- Ya, ya veo que no se abren... - Repite cansado ya de aquel juego - ¿Me va a explicar alguien qué está pasando aquí? ¿Cuándo va a venir ese hombre que tiene que hablar conmigo? - Se acerca a la cama y se apoya en ella, cruzando los brazos a la altura del pecho y mirando fijamente a la enfermera con cara de pocos amigos. - Estoy empezando a perder la paciencia y esta farsa está llegando ya demasiado lejos...

Notas de juego

u

Cargando editor
05/04/2012, 23:07
J.C Sherpar
Sólo para el director

Si, tenemos walkie talkie pero como en otras cosas... lo nuestro es mas grande.- dijo burlon, esperando la respuesta y la continuacion de aquella farsa. No le impresionaba todos esos aparatos.- ¿Tambien hacen lavadoras de ese tamaño en alemania? ¿Es por algun complejo de vuestro enano lider?

Cargando editor
07/04/2012, 13:26
Anthony Massini

El monje negro de la pequeña Italia de New York se siente confuso, pero aun así, sigue sintiendo que está en peligro, hay muchas cosas que no le cuadran.

Los soldados, la mención del presidente, la tranquilidad aparente de su compañero, que si bien era verdad que era un hombre tranquilo, en dicha situación, esperaba verlo un poco mas incomodo, un poco más tranquilo.

Sin darse cuenta, reculo hacia atrás, como si lo estuvieran atacando, y dio con su espalda en la puerta con aquel extraño cerrojo, salido de la mente perversa de algún científico de las SS.

No sabía qué hacer. Ahora mismo se sabía un prisionero, y estaba en evidente desventaja. Luchar solo provocaría una muerte, la suya. Y no encontraba otra salida.

No bajo la guardia, mientras el Mentalista se acercaba a su persona. Pero tampoco quería parecer una amenaza. No sabía hasta qué punto ese hombre era consciente del peligro, o si por el contrario, era una pieza del eje.

Al menos, debía darle un minuto o dos para que se explicara, porque por el momento tampoco podía ir a ningún otro sitio.

Hizo un gesto con la mano, indicando al joven Mentalista, que podía hablar. Mientras sus ojos, y el resto de su cuerpo estaban atentos a todos los hombres armados, así como al hombre del traje, que decía ser amigo del presidente.

Cargando editor
08/04/2012, 16:11
James H. Little

¿Pacientes? Querrá decir prisioneros.

Tras ver la situacion e imaginarme lo que ha podido suceder oigo a Finder preguntar por un par de compañeros en la ultima mision que realizamos.

- Olvidate del vaquero y el cura, tenemos que saber que demonios esta ocurriendo en este lugar.

Señalo a uno de los soldados y golpeo con mi dedo indice en él, exactamente en el simbolo del cuerpo al que pertenece.

- Decidnos ahora mismo quien sois y que hacemos nosotros aqui. Y lo mas importante, ¿en que maldito año estamos? Y no me conteis otra historia de colgelacion porque os patearé tan fuerte que volvereis al frente sin coger un avion.

El volumen de mi voz no es el mas apropiado para un hospital, pero este lugar nunca lo fue y me importa muy poco si despierto al resto de "pacientes".

Cargando editor
08/04/2012, 20:31
Bryan Penrose

No necesito ser un experto en la materia para ver que mi compañero está a la defensiva y que la presencia de los soldados le preocupa tanto como a mí. Y por si no fuese poco tenemos al tercer personaje cercano en escena, Boykin, que empieza a ser mi primer preocupación. Al llegar a su altura, me detengo antes de continuar hablando con mi compañero, que parece haberme dado un momento para explicarme, y le digo sin acercarme más a él:

-Le agradecería que cejase en su empeño, sea cual sea, y se alejase a una distancia prudencial para dejarnos conversar a solas entre compañeros -como si realmente pudiésemos estar solos, visto lo visto-. Como muestra de buena fé. -Y dicho eso, lo dejo atrás sin importarme demasiado qué haga y me acerco hasta un par de metros de Monk Nero.

-No sé qué es lo que te han contado, pues conmigo no han llegado a hablar, pero lo primero que he hecho al despertarme y encontrarme con una enfermera ha sido preguntarle dónde estamos, y sabes que a mí no se me puede mentir si lo pretendo. Estamos en New York, en el Hospital Keller, en USA. Y es más, todos estos soldados y seguridad son de los nuestros, americanos... al cargo de Operaciones Especiales. No sé qué es lo que ocurrió en ese bunker ni cómo, pero llevamos años congelados. Es más, nuestros compañeros están ahí atrás, si estás tan preocupado como yo por ellos. Aquí estamos a salvo, no tienes que pelearte con todos. -Suelto toda la retahíla de golpe, conocedor de que en cualquier momento alguna de las personas que me escuchan tal vez pueda querer callarme o interrumpirme. La verdad prevalecerá.

Cargando editor
09/04/2012, 16:17
Anthony Massini

No era un hombre realmente devoto, pero intentaba ser piadoso, y actuar como un buen hombre, cristiano o no.

Las palabras del mentalista se fueron alojando en su cabeza, y sin embargo, solo el silencio acompaño sus palabras.

Recordaba estar hablando con él, si es que hablara, dado el estado de sus cuerdas vocales, era algo que rara vez hacia.

Comentándole por señas, que el también era de Nueva York, como la joven jugadora de cartas, y eso había pasado hacia tan solo unas horas.

Y sin embargo, lo que decía no tenía sentido. Hacia un rato, estaban en Alemania, como es que lo habían llevado a América, sin que él se enterara. Cuanto tiempo había estado dormido.

¿Que demonios significaba que los habían congelado?. ¿Era algún tipo de gas usado por los nazis?

Pero el matiz de años, no sabía cómo interpretarlo. Quería decir que llevarían tiempo en coma, o algo así. Al menos varias semanas, era posible que la guerra estuviera acabando, y él había sido licenciado.

La mención al resto del equipo de asalto que hacía solo unas horas había tomado las armas anti aéreas estaban allí. Si eso era posible, quería verlos, quería ver que estaban bien. Que realmente no habían experimentado con ninguno.

No terminaba de creérselo, y era posible, que el mentalista estuviera siendo controlado por otra mente. Eran cosas que podían pasar, ¿no?

Pero era cierto que no podía luchar con todos, y menos con un pijama y un hombre pacifista como ayuda.

Dio dos pasos, y le puso la mano en el hombro a su compañero. Lo miro a los ojos, y con esa mirada le dijo que quería ver a los demás, y por si fuera poco expresivo. Por gestos se señalo los ojos, y luego los módulos.

Tras lo cual, se giro junto con su compañero hacia los hombres trajeados, los armados, y los médicos. Si querían que estuviera tranquilo, tendrían que enseñarle, que allí no experimentaban con ninguno de sus compañeros de armas.

Cargando editor
11/04/2012, 10:19
Director

Los soldados se quedan parados un instante, como si estuviesen escuchando algo, y el tipo al que le hablabas levanta una mano pidiéndote paciencia.

Señores, acaban de decirme que van a reunirles a todos en la sala. Si me permiten que les escolte hasta allí, todas sus preguntas tendrán respuesta, y se les explicara todo.

Cargando editor
11/04/2012, 10:31
Director

El cabo vuelve a colocarse el objeto en la oreja mientras el teniente se acerca de nuevo a ti.

Cambio de planes. Están llevando al resto de sus compañeros a una sala, para responder a todas sus preguntas. Nos han ordenado escoltarle hasta alli.

Cargando editor
11/04/2012, 10:31
Director

Boykin asiente a las palabras del mentalista y da un par de pasos hasta quedar de espaldas a vosotros. Mientras el Mentalista habla, Boykin parece hablar a su vez con alguien, y se va caminando hacia el lado contrario de la enorme estancia, mientras un soldado se os acerca.

Señores, tengo ordenes de escoltarles hasta una sala al otro lado de esta planta. Van a reunirles a todos allí para atender todas sus preguntas.

Cargando editor
11/04/2012, 10:32
Director

Escuche señor, dice la enfermera hemos recibido ordenes de escoltarle hasta otra sala. Allí se reunirá con el resto de sus compañeros y se lo explicaran todo.

Un hombre vestido con un uniforme negro que jamás has visto entra detrás de la mujer. Lleva insignias estadounidenses aunque no reconoces el cuerpo al que pertenece. También porta una especie de rifle extraño que jamás has visto.

Este es el sargento Kipps, le escoltara hasta la sala.

Cargando editor
11/04/2012, 12:20
J.C Sherpar
Sólo para el director

Sherpar sonrio.- Eso significa que no habeis engañado a ninguno, pardillos...- musito con sarna.-Mira que creer que nos podriais colar una bola como esta. En fin, vamos.- dijo esperando que le llevaran con sus compañeros.

Cargando editor
11/04/2012, 16:19
Zoe Sunders

Ciertamente, comprendía perfectamente la actitud de Enigma. Era todo una locura y hasta casi me convenció de que todo esto podía ser obra de los nazis. Pero, debía ser coherente (o, al menos, todo lo coherente que se podía ser en una situación como aquella) y decidí creer al tal Andrew y sus pintas de tipo importante del Gobierno o lo que fuera.

De todas formas, ya no tengo nada que perder, pensé, resignada, cruzándome de brazos.

Me quedé durante un segundo sorprendida ante las palabras del soldado y miré instintivamente a Enigma como indicándole si había escuchado lo mismo que yo. Después de todo, al final sí que nos iban a responder, a resolver nuestras dudas y a esclarecer un poco ese asunto tan raro.

-Bien, escóltenos, escóltenos- dije, encogiéndome de hombros-. Antes que estar aquí en mitad del pasillo sin hacer nada...- resoplé, y seguí al militar ansiosa por que nos dijeran de qué iba todo aquello.

Cargando editor
11/04/2012, 16:27
Director

El teniente te escolta dando la vuelta a las "habitaciones" de la planta, hasta una puerta metalica. En el marco de la puerta hay una pequeña caja metalica con un teclado. El hombre se coloca junto al extraño aparato y coloca su mano sobre el, probablemente pulsando botones, aunque por las dimensiones del teclado queda cubierto completamente por la mano del hombre.

La puerta metalica se abre en silencio y te muestra una estancia tambien sin ventanas pero con una enorme mesa en ella rodeada por una veintena de sillas.

En uno de los extremos hay un especie de tela blanca pero de aspecto rigido, desplegada sobre la pared, y frente a la tela un hombre vestido con un traje negro, aunque de corte muy distinto a cualquiera que tu hayas visto que te hace gestos para que te sientes.

Cargando editor
11/04/2012, 16:27
Henry Gorman

Esperaremos a los demas, si le parece.

Dice el hombre mientras espera a que elijas donde sentarte.

Cargando editor
11/04/2012, 16:41
J.C Sherpar
Sólo para el director

- Por mi bien.- dijo Sherpar pero no se sento, se quedo con la espalda pegada a la pared y los brazos cruzados sobre el pecho, sin perder de vista aquel "aleman".

Cargando editor
11/04/2012, 21:25
Samuel Johnson
Sólo para el director

- ¿El rifle es necesario? - Pregunta enarcando una ceja, mirando con cara de pocos amigos al recién llegado. - Si somos aliados no entiendo el porqué del arma. - Añade plantando los pies en el suelo, desafiante. No estaba dispuesto a ceder ni un ápice sin una explicación.

- No me voy a mover. Las insignias son correctas, pero el uniforme no. Y mucho menos el arma. Y créame, entiendo de armas lo suficiente como para poder decir a ciencia cierta que ese arma no pertenece al ejército americano. - Aprieta los puños a cada lado del cuerpo, tenso - Ya me podéis estar explicando qué es todo esto... O tendréis que llevarme a esa otra sala por la fuerza.

Cargando editor
12/04/2012, 11:18
Director

El hombre mantiene sus manos en el rifle, pero no te apunta con el. Por su voz esta claro que es algo más joven de lo que parece. Su tono trata de ser amable, aunque sin perder la profesionalidad.

Señor, tendrá sus respuestas en la sala, con los demás. En cuanto al rifle… tras pensarlo durante un instante, se lo cuelga del hombro sujetando la correa con la mano derecha. ¿Mejor así?