Partida Rol por web

Llegais al Circus Arena donde todo parece tranquilo. Son las cuatro de la tarde y el local está cerrado. Vuestras tripas rugen, ya que hace horas que no comisteis nada.

- Vayamos a comer algo... - dice Alfonso frotándose la barriga - ...tenemos tiempo hasta que abran el local.

Stephen se huele bajo las axilas, mostrando un gesto de poco agrado en su cara - Pfff... llevo demasiado tiempo con esta percha encima, y jamás había hecho algo así. Necesito una buena ducha, una buena comida y una buena cama - comenta en voz alta.

Ahora que lo dices, Alf...tío, sí, podríamos ir a comer algo eh

-No haga eso, va a perder todo su glamour - bromea Brian con cara de poker y voz seria. - Vamos a por un buen filete.

si.. dicen que se muere mejor con el estomago lleno.... dice sonriendo...de igual manera podriamos hablar con el encargado despues

-La verdad es que me muero por un rost beef poco hecho con patatas. Una hamburguesa también serviría.

Vamos entonces. - Sin pensárselo dos veces se aleja un poco del local, hasta que para en seco - Uhm... yo estoy acostumbrado a venir por aquí de noche, y en un estado poco sobrio así que no sé muy bien cómo ir. Prefiero seguiros

Toda la zona está llena de restaurantes y bares de copas. Al final os decidís por un Grill´s donde Regina se puede comer agusto su deseado Rost Beef y el resto encontrais algo que meteros en el estómago antes de ir al Circus.

En mitad de la comida, suena el teléfono de Brian.

No parece sobresaltado por la llamada, aunque frunce el ceño mientras deja los cubiertos sobre el plato y coge el teléfono. Mira a su alrededor y a través de la ventana dejando sonar un par de veces el aparato y luego dirije sus ojos hacia la pantalla.

¡Bah!, de todos modos lo cogería aunque fuese el mismísimo Satanás.

-¿Sí?- responde seco

Stephen termina de engullir (porque aquello no era comer exactamente) cuando el teléfono de Brian suena, así que se mantiene a la espera, mientras se acomoda sobre su asiento.

Alfonso come con avidez sin apenas decir palabra. Cuando el teléfono de Brian suena, apenas quedan algunos restos en su plato. Termina de masticar y se recuesta en la silla esperando noticias del chófer.

Regina devora con avidez su rost beef, disfrutando de cada bocado, cuando le sorprende la llamada. En ese momento, deja de comer y se queda mirando para Brian esperando entender lo que sucede.

-¿Que hay, vaquero?. Menuda habeis montado ¿eh?. Te estarás preguntando quien cojones soy, supongo. ¿Que quien soy?,...¡¡¡Soy el puto dueño del dinero que robasteis, malditos gilipollas!!!.

No es Satanás pero poco le falta...

Después de haber sobrevivido al tiroteo del Circus Arena, pocas cosas pueden ya asustar a Brian, aunque la ligera esperanza que tenía de que la mafia se hubiese olvidado de ellos, se acaba de esfumar.

-Si se refiere a las dos putas maletas, se equivoca de hombre. Ya se lo dijimos a su secretaria, o lo que sea, en el aparcamiento. Las tiene un detective llamado Jason Ramis. La poli le busca por corrupción, nosotros para - piensa por un instante para qué le estan buscando realmente y termina diciendo lo primero que se le ocurre - patearle la cara por habernos metido en este lío y ustedes deberían ir también tras él. Si la policía le atrapa antes, olvídense de recuperar su dinero. Nosotros no lo queremos, vimos lo que le pasó al tipo del autocar. - Brian mira a los demás por si alguien quiere hacer alguna sugerencia.

Seguro que más de uno no tendría inconveniente en hace un viaje relámpago a Brasil con una de esas Samsonite repletas de billetes. Para otros no es tan fácil. Si él se marchase, irían a por sus hijos. Ya tienen su vida hecha y su propia familia, no se merecen estar en peligro.

Presta más atención al deducir con quién debe de andar hablando Brian.

Tío... tampoco le hables así, que quiero seguir vivo... - le medio susurra al chofer de autobús.

pero.. como ese animal puede haberte encontrado... mira Michael molesto mientras mira a los demas jejejejeje...en menudo lio esta metido este chofer, a nosotros no nos ha pasado nada... espero que siga asi todo

-Como me sigas hablando así te voy a cortar las pelotas y te las voy a hacer comer, hijoputa, ¿me has oido?. Mi "secretaria" y cinco de mis hombres están muertos. ¿Entiendes?. Y el policía, ¿Ramis, no es así?, puedes estar tranquilo. Lo hemos cogido. El hijoputa intentaba largarse a Méjico con las maletas. Cantó de plano mientras sollozaba para que le dejásemos vivir. Nos contó lo que ocurrió y como le surgió la estúpida idea de quedarse con mi dinero. Tenía todo, salvo 1 millón de dólares. Un millón de dólares que iban en una bolsa de mano. Pero también me contó que en varios de vuestros equipajes encontraron fajos de dinero por la misma cantidad y que curiosamente, es la cantidad resultante de dividir un millón de dólares entre seis, así que deja de llamarme imbécil a la cara ¿de acuerdo?. ¿Vais a admitir que teneis vosotros el millón de dólares que falta o vas a hacer que pierda la paciencia?.

Ese millón era calderilla comparado con lo que debía de haber en las maletas. Aun así, no ha pasado desapercibido - el valor de Brian se esfuma al darse cuenta de que se ha pasado de listo.

Tapando el micrófono del teléfono, propone algo al resto.

-Si nos presentamos ante ese tipo, estamos muertos. Escondamos el dinero en algún lugar y luego le llamamos para decirle donde lo tiene que recoger. Pero habrá que pensar en reponer rápidamente lo que algunos se han gastado ya...

Temeroso de impacientar a su interlocutor y hacerlo enfadar aun más, acompaña sus palabras con una mirada de urgencia.

- ¿Estás loco? Antes muerto que entregar el dinero... Si lo quiere que venga a buscarme... - Alfonso está visiblemente alterado. Se levanta de su asiento y se acerca rápidamente a Brian arrebatándole el teléfono - ¿Has oído pendejo? Ven a buscarlo tú mismo maricón...
Luego, tras devolverle el celular a Brian, se acerca a la puerta del restaurante y dice:
- Haced lo que queráis, pero ese dinero será mío mientras viva. No contéis con mi parte, adiós...
Alfonso sale del restaurante y se aleja del Circus buscando un taxi.