Partida Rol por web

Divitus Corduba III: De Matones y Hombres

I. Buscando en San Lorenzo

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13/12/2013, 16:45
Durán Gómez "El Errante"

Viendo la situación, y como actuaban estos malditos alguaciles de la ciudad de Corduba, no quedaba otra que salta, estabamos en inferioridad númerica y ellos tenían pinta de atacar antes que de preguntar el motivo de nuestra presencia.

- Venga saltemos, parece que estemos rodeados. Suelto mi espalda y la dejo caer en la funda, mientras subo al muro e intento saltar hacía abajo.

- Tiradas (1)

Notas de juego

:(

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13/12/2013, 18:11
Abid Ibn al-Amir
Sólo para el director

No, gracias. Con uno tendré más que suficiente.- Rebusqué entre mis ropas y saqué un maravedí para entregarle al monje a cambio de algo que podría ayudar a abrirle la boca al mendigo. Anoté mentalmente pedirle el maravedí más tarde al calatravo, su orden tenía dinero para ese tipo de gastos y no tenía el por qué gastar mi precioso dinero que tanto esfuerzo me había costado ganar.

En cuanto me diera la mercancía volvería con Zaif a ver como terminaba la disputa entre el mendigo y el tunante.

Notas de juego

Lo siento. Entendí mal.

Dinero restado.

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13/12/2013, 19:03
Yurem Saied

Salto tras mi compañero moviendo los brazos mientras grito:

-¡SOCORROOOOOO!

Intentando que Casimiro o alguno de los compañeros se percaten de nuestra situación.

Vaya ostia nos esperaba...

- Tiradas (1)
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13/12/2013, 20:15
Director

Ni hartos ni perezosos, mirásteis un instante el vacío que había desde la plataforma de unas tres varas hasta el suelo, y en cierta forma no había mucha distancia, aunque ya habíais visto caer a hombres de sitios más altos, et que bien que se abrieron la cabeza... Sin embrgo, saltásteis escaleras abajo, mientras que los alguaciles de delante y los que subían se quedaron pasmados al veros descender... sin mucho éxito.

Se oyeron un par de gritos de pequeño terror y tensión (los vuestros) mientras caíais; sin embargo, lo que si crujieron, al parecer, fueron vuestros huesos: mientras que Durán se golpeó en el estómago contra una piedra en el mismo suelo (lo que le provocó gran daño, Yurem cayó con el pecho recto contra el duro suelo, haciendo un vuelo y descenso terrorífico:

Daño Durán: 5 puntos de Daño.

Daño Yurem: 5 puntos de Daño

Muy malheridos, al menos no quedásteis sin conscienci ni más agravante que el tremendo golpe. Con dificultad y no por ello cautela, os levantásteis, queriendo huir de allí, mientras que la mujer os hacía gestos con la mano, para que la siguiérais.

- Tiradas (4)

Notas de juego

No, Casimiro y los otros entraron ya en una casa. No os ven.

Restáos lo puntos de vidaa.

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13/12/2013, 20:27
Marina

¡Por aquí! -dijo la mujer mientras daba unos pasos para atrás- ¡Ya vienen!

Y echó a correr, con la esperanza que pudiérais alejaros tras ella con la máxima velocidad posible, ya que comenzó a callejear por la collación, intentando dejar atrás a los alguaciles, que ya bien venían a por vosotros.

Notas de juego

Alguno de vosotros casi tira por secuelas ;)

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13/12/2013, 20:29
Mendigo y Tunante

Tras acabar con lo suyo, Abid volvió con algo en la mano, envuelto en su misma manga del brazo. Rodeó el monasterio y volvió con Zaif, que se encontraba mirando en silencio (cautelosmente) la escenita: el tipo que estaba de pie masticaba ya el panecillo de harapiento tumbado, y éste lo miraba con pena y desprecio al mismo tiempo. El tipo ya se alejaba. Ahora el indigente postrado en la pared del monasterio os miraba, puesto que os tenía delante, pero no sabía muy bien qué queríais.

Notas de juego

Ya podéis postear para los dos.

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13/12/2013, 23:11
Zaif Mawlay

- Vale Adib, explícame tu plan.- Le digo a Adib en cuanto llega.

- Como tu pensabas el mendigo se acaba de quedar sin el bollo.

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13/12/2013, 23:09
Yurem Saied

Me levanté con los ojos como platos e intentando recuperar el aire que había resoplado de golpe y seguí a la muchacha sin pensarlo dos veces mientras hablaba como podía con Durán:

-Errante, debería controlar mas su valor y no meternos en las boca del lobo cada vez que este abra sus fauces, que aquesta le vimos los cuatro colmillos, y hemos salido por la comisura como hemos podido.

Apreté mi pecho rojo como el pimentón con el brazo herido y este con el bueno contra mi nueva zona dolorida:

-Llevo mas golpes hoy que una mula en invierno, y no estoy acostumbrado como vuestra merced.

Y ahí estaba arrastrándome por las calles cordubenses a cambio de unas monedas con el pecho hundido u un brazo abierto:

Dos días mas y me encuentro con Alá...

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15/12/2013, 01:22
Bermudo "El Justo"

Siguió al tal Candelita extremando la cautela y sin dejar de acariciar su hacha para estar preparado en caso de apuro. La casa a la que los llevó no era tal casa sino negocio y en él podíase ver todo tipo de armas y utensilios. Extraño sitio para que un desharrapado como aquel les hubiese llevado, pero su sorpresa fue enorme al ver que aquel con pinta menesteroso ahora parecía alguien incluso honrado. ¿A qué venía todo aquel cuento?

- ¿Acaso el tal Bonilla tiene tanto poder como para temer por vuestra vida? ¿Lo conoces? ¿Dónde podríamos encontrarle?

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15/12/2013, 22:52
Abid Ibn al-Amir

No hay plan. Solo vamos a comportarnos como la buena gente que en realidad somos.- Contesta a Zaif con una sonrisa enigmática.

Mira.- pasa a explicarle después- Los mendigos son invisibles. La gente habla a su alrededor como si no existieran, hablando de cosas que nunca contaría en presencia de otras personas. Pensando que al igual que ellos ignoran a los mendigos, los mendigos se comportan exactamente igual. Pero se equivocan. Mira justo detrás de mi.

Un par de metros por detrás había un tullido, un hombre al que le faltaba una pierna, sentado en el suelo vistiendo unos harapos pidiendo limosna.- Ese hombre sabe que tú y yo somos amigos, sabe nuestros nombres, que tenémos un plan y tú una profesión que preferimos ocultar- susurra-. Lo que haga con esa información es cosa suya, posiblemente nada. Pero no se pierde nada por probar. Sígueme.

Tras explicar su plan cruza la plaza en dirección al mendigo al que acaban de robar, al llegar a su altura se sienta a su lado, saca el panecillo de Dios y partiéndolo le entrega la mitad.

- Mal día para comer uno de estos panecillos en mitad de la plaza, ¿Verdad?

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16/12/2013, 10:01
Durán Gómez "El Errante"

Me levanto enseguida, aguantándome una arcada, el golpe en el estómago había sido brutal y casi hecho por la boca lo ingerido durante el día.

Sigo a Yurem escuchando sus palabras, y lo único que le puedo decir. - Tienes razón amigo mío, siento las molestias, pero me puede el deber. Espero que la mujer sea de fiar y nos lleve lejos de estos incansables alguaciles.

Notas de juego

- Me he reído un rato imaginándome la caída de los dos, vaya golpeeeee

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16/12/2013, 10:51
Nâzeh Ibn Radi

- Pero... pero... teníamos un trato - dijo incrédulo -no puedes irte así como así, te estamos pagando la mercancía a precios escandalosos, sabes que lo necesitamos encarecidamente, no nos puedes dejar así... -decía casi suplicando - ¿Y qué ocurre aquí? ¿Por qué se está poniendo tan feo? ¿Qué es lo que tanto temes?

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16/12/2013, 11:27
Zaif Mawlay

En cuanto Adib me dice: Sígueme, voy con él hasta donde se encuentra el mendigo y me siento al otro lado del harapiento con la espalda apoyada en la pared y escucho con atención.

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17/12/2013, 11:16
Mendigo y Tunante

El mendigo vio la sobra doble que se le acercaba. Había perdido toda buena esperanza de llevarse ese día algo a la boca. Cuando vio acercarse a los dos hombres, por un instante pensó que se trataba del tipo de antes, que se había largado con su panecillo ya. El tipo, que elevó la vista, vio medio panecillo como siéndole ofrecido por un tipo, un musulmán aparente por las vestiduras... Miró al bocado, y luego miró a quién se lo daba, dudando de las intenciones que éste bien podría traer, pues no era frecuente aquel tipo de disposiciones, y menos aun mendigo...

El hombre lo cogió rápidamente, incorporándose como un rayo, y antes de metérselo en la boca, lo olió, y os hablo.

Si, lo es... -y miró en la dirección en que el otro habíase largado con su pan-. Gra... gracias -dijo tan sólo-.

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17/12/2013, 11:49
Marina

La mujer se cogía las enaguas para huir, y sobre todo para internarse por algunas callejuelas, que, más que eso, eran la separación natural de dos casas, y no cabría bien ni un hombre armado. La huida fue cuestión de segundos, pues no os alejásteis mucho de la torre albarrana, sino que acabásteis internandoos en una casa al final de la calle, por su parte trasera. La mujer os instó a entrar por una puerta muy pequeña, y nada más entrar y cerrar la puerta la oscuridad de la sala os invadió: allí no había luces, no había ventanas, y la negrura era ahora el todo. Sin embargo, un rayo de sol atravesó vuestros ojos cuando la mujer, en algún lado de la pared, abrió otra puerta, que daba a la parte delantera de la casa (ya iluminada).

Nada más abrir la puerta, os percatásteis que no había tal casa, sino más bien os soprendísteis, pues no era vivienda, sino negocio: todo estaba lleno de cuchillos, espadas, y algunos escudos, todos ellos de corte cristiano. Había varios muebles y numerosas estanterías con clavos de los que también colgaban los mangos de algunas mazas y martillos. Había además un apartado de cuchillos de caza, domésticos, punzones y de otros diversos usos. Aquello era una acería.

Claro que, eso no era lo único, tras esa puerta que abrió y daba a ese salón lleno de espadas y pertrechos había cuatro hombres: el caballero Casimiro, Nâzeh, Bermudo "el Justo" y un tipo de piel morena con una coleta. Tanto vosotros como ellos se sorprendieron al veros.

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17/12/2013, 11:56
Director

Et entonces de la trastienda a donde El Candelita había ídose a lavar y limpiarse, vísteis que asomaron cuidadosa y temerosamente dos hombres (lo hicieron acompañados de una mujer); seguramente hubiera una salida trasera por esa trastienda. Y esos hombres no eran sino Yurem y Durán... ambos presentaban rasgos de haber estado en movimiento, como corriendo, y la verdad es que no tenían muy buen aspecto (e incluso llevaban mucho polvo encima de sus ropas...), pues se quejaban como doloridos... Se sorprendieron al ver la acería tanto como vosotros.

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17/12/2013, 12:00
El Candelita.

¡¡Marina!! -dijo al darse la vuelta el Candelita-. Y se acercó a ella con brazos abiertos.

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17/12/2013, 12:00
Marina

¡¡Javier!! ¿¡Estás aquí!? Pero... ¿Cómo? -dijo ella abrazándole-. ¿No habíante apresado? Ví como golpeaban a algunos mientras otros escapaban de ellos...

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17/12/2013, 12:02
El Candelita.

¡¡Escapé...!! -respondió el tipo-. Me subí por los tejados al salir de la casa... Fui a ocultarme al pórtico de la parroquia, entre todos los maleantes, pues seguro que allí ningún alguacil se atrevería a buscar... Un grupo de ellos llegó, pero en de a cinco o séis, y pasaron de largo, et luego... -y miró a Casimiro, Nâzeh y Bermudo-, et luego me encontré con ellos -pero omitió la forma en que habíales traído a la acería-, e ahora están aquí... ¿et éstos? ¿quienes...? -pero antes de acabar la frase la mujer respondió-.

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17/12/2013, 12:05
Marina

Éstos hombres... -señaló a Yurem y Durán- quisieron ayudarme..., fui a la Malmuerta, a ver si estabas preso allí... ¡creí que te habían atrapado!, y ellos se ofrecieron a sacarte, hasta que los alguaciles, en el puente de la albarrana, los rodearon ¡e saltaron de arriba hasta el suelo para escapar!, y luego entramos por "la trasera..."

Los dos se fundieron ahora en un beso.

¿Y el botín? -dijo al acabar la mujer-. ¿Dónde está? ¿Lo perdiste?