Partida Rol por web

Escuché atentamente su voz, y miré nuevamente al tipo a la vez que lo seguíamos. Un Sabbat…este era el primero que veíamos en el lugar, parecía antiguo, era fácil hilar coincidencias. Cuando escuché las preguntas de ella le dije;

-Me parece bien. Yo creo que estaré observando el torneo de Muay Thai, y después iré a la subasta. Me podrás encontrar en cualquiera de aquellos lugares. Cualquier cosa siempre sabes cómo encontrarme. –

Dije, mientras seguíamos al hombre, le decía esto cosa que solo ella lo escuchara.

Cambiáis el rumbo para disponeros a seguir el tipo del tatuaje entre la multitud. El olor a sangre, sudor y licor se mezcan y por segundos perdéis de vista a vuestro objetivo entre las cabezas, pero el instinto de cazador de Eduard rápidamente hace a un lado a un grupito de jóvenes con el brazo y volvéis a hacer contacto visual con su chaqueta.

Veis como hombre cuelga el teléfono y guardándolo en su bolsillo furioso, acelera el paso. Pronto descubrís su destino al ver en su dirección el cartel de neón "La larga noche" seguido de un símbolo de zona VIP luminoso.

Las puertas están cerradas y dos seguratas con trajes negros pasados de moda al estilo de los 60's y pinganillos en los oídos guardan el cordel de terciopelo rojo que delimita la entrada a éste área del recinto.

- Disculpe señor, esta zona todavía no está ab..

- ¡Aparta de mi vista, payaso!

El fornido hombre de color que guardaba la puerta da un paso hacia atrás y aparta la mirada atemorizado, sin que el tipo del tatuaje haya tenido que levantar un dedo si quiera.

El otro se lleva una mano a la solapa de la camisa y susurra algo por su transmisor cuando el del tatuaje tira de un golpe el cordel rojo pasándolo por encima y empujando la puerta.

¿Vais a ir detrás de él hacia el interior?

Al ver la situación perfecta, miré a Eve y le dije rápidamente;

-Me infiltraré a ver qué pasa, es mejor que lo haga uno de los dos, para que si me llega a pasar algo, sepas como buscarme. Nos encontramos después, apenas sepa algo te contactaré. –

Dije, y tras eso y darle una rápida mirada, me erguí, y poniendo una mirada de enojo constante, me dispuse a caminar hacia el lugar. Mientras sentía como mi sangre se arremolinaba, sentía como esa oscura presencia de un depredador, de un monstruo me cubría, y como si de un antiguo se tratase, pasaría las puertas de la misma forma que el hombre que había entrado primero, tras lo cual, apenas pusiera un pie adentro, ocultaría esta aura y buscaría la forma de ocultarme en el lugar y no delatar mi presencia.

Hay un estruendo en la sala principal del recinto. Se escucha un portazo y las chicas de peluquería se miran confundidas entre sí.

El responsable de seguridad se lleva la mano al pinganillo del oído otra vez y una arruga de disconformidad se dibuja en su frente.

- Voy para allá.

Responde a sus compañeros y atraviesa el backstage en dirección a la entrada del local.

Juliet sale disñarada de la sala de peluquería, con su cabello a medio arreglar, dejando una imagen un tanto "peculiar". Lo que no eratan peculiar era su expresión facial,que reflejaba enfado y seriedad.

-¿Qué cojones ha pasado?-le preguntó en tono seco a Milady

Antes de poder responder nada, Eduard ya había comenzado a andar hacia los seguratas. A Eve no le parecía buena idea adentrarse así sin más en una zona VIP con un antiguo del que no sabían nada, y menos si esa zona aún no estaba abierta al público. Era demasiado arriesgado. ¿Y si no había nadie más ahí dentro? ¿O y si era una reunión privada? Podían descubrirle nada más entrar por la puerta. 

Eve suspiró y se acercó con cautela al local. Al fin y al cabo, ella trabajaba en "La larga noche", así que siempre podría inventarse alguna excusa si la veían merodeando por el lugar. Se quedó lo suficientemente cerca como para poder percatarse de si algo ocurría, pero lo suficientemente lejos como para no llamar demasiado la atención de los seguratas. Una vez en posición, Eve se concentró en agudizar sus sentidos. 

Niega con la cabeza

- hace un rato entraron unos chavales. Unos niñatos pijos quejándose del local. Espero que esos hijos de mala madre no me hayan arruinado el show. ¡SEGUID CON MI PEINADO! ¡ VAMOS!

Dice haciendo un gesto a las peluqueras para que continúen. No piensa moverse ni un centímetro, que se las apañen los demás, por nada del mundo se le va a estropear el peinado/maquillaje/vestuario.

Mira a Juliet como diciendo... ve tú si quieres bonita, que yo de aquí no me muevo.

- SE PUEDE SABER DÓNDE COÑO LO HABÉIS ESCONDIDO?!

- Señor, no puede estar aquí.

- A MI NO ME ENGAÑÁIS, SE QUE LO TENÉIS VOSOTROS.

- ¡Márchese ahora mismo!

- TU! DONDE ESTÁ EL CHICO RUBIO?

- Qué dice? ...no se de qué me habla. ¡Está loco!

Entras detrás del tipo sin ninguna dificultad. El tipo de seguridad sigue algo conmocionado y el otro puede creer que acompañas al de los tatuajes por la presteza con la que te has metido en el local sin pensarlo dos veces.

- SE PUEDE SABER DÓNDE COÑO LO HABÉIS ESCONDIDO?!

Talley levanta las sillas que se cruzan a su paso y estira la cabeza detrás de la barra del local completamente remodelado con un peculiar estilo sesentero muy chick.

- Señor, no puede estar aquí.

Interviene otro miembro de seguridad que distingues por el uniforme y el pinganillo en el oído. Está muy tenso y su mano se posa sobre el bulto de su americana a la altura del pecho.

- A MI NO ME ENGAÑÁIS, SE QUE LO TENÉIS VOSOTROS.

El Lasombra, fuera de sí sigue buscando por los rincones mientras los camareros y un grupo de 4 jóvenes lo observan desencajados.

- ¡Márchese ahora mismo!

El jefe de seguridad insiste introduciendo ahora su mano en la sobaquera y sacando un arma corta. Pero Talley pasa por completo y coge a uno de los niños que tiene cerca por el pescuezo y le ruge a la cara.

- TU! DONDE ESTÁ EL CHICO RUBIO?

- Qué dice? ...no se de qué me habla. ¡Está loco!

Empiezan a formarse lágrimas en los ojos del chico que desconcertado no sabe cómo reaccionar ante el salvaje antiguo que le amenaza.

Aprovechando que nadie había prestado atención mientras entraba al lugar, me agache y me lancé por detrás de la barra, donde solía pasar el tiempo Eve. Como conocía el lugar, me fui moviendo detrás de la barra sin que el grupo me notara, oculto completamente. Cogí de allí el soplete con el que Eve hacía los tragos de “llamarada”, cogí unas botellas de los alcoholes más fuertes que encontré, y usando servilletas, me puse a intentar armar unos cocteles molotov, pero notoriamente no era lo mío. Tendría que intentarlo nuevamente. Esperaba que la escena que estaba ocurriendo detrás de mí se demorara lo suficiente como para poder hacerlo de nuevo.

Juliet se acercó al guarda de seguridad al chaval alterado, alterada ella misma también. -¿Que cojones está pasando aquí? ¿Que chico rubio ni que niño muerto?

Suspira

Ni maquillarse tranquila puede una

Hace un gesto a la maquilladora -espera... luego seguimos. Déjame -dice poniéndose en pie -vamos a ver qué ocurre. Vaya nochecita que llevamos. Venga ¿SE PUEDE SABER QUÉ OCURRE? -pregunta entrando en el salón.

- ¿Que cojones está pasando aquí? ¿Que chico rubio ni que niño muerto?

reconoces la voz de Juliett

- Venga ¿SE PUEDE SABER QUÉ OCURRE?

indiscutiblemente ésta es Milady

Te escurres detrás de la barra procurando no llamar la atención. En el sitio donde te escondes hay un camarero de pié que te ve de reojo, pero está demasiado ocupado viendo como Talley levanta a su cliente por el cuello.

Rebuscas entre las botellas y te jode ver que todas llevan esos dispensadores de plástico insertados en la punta que impiden poder introducir la servilleta que has cogido de una de las mesas de camino.

Frustrado, mojas la servilleta en una de las pocas botellas sin dispensador que encuentras pero éste líquido no prende con el mechero.

Te llegan las voces de tus compañeras, Juliet y Milady entrar en el salón.

Las dos organizadoras salís de los camerinos y encontráis un salón caótico. Varias sillas han sido volcadas y un tipo delgado de pelo blanco y un tatuaje que baja por su calva tiene agarrado del cuello a uno de los chavales de antes.

Sus tres amigos miran la escena horrorizados, mientras el jefe de seguridad saca una pistola de la sobaquera y apunta al tipo de los tatuajes.

Otro miembro de seguridad alto y fornido, de tez oscura entra al salón y se acerca con precaución.

El camarero tras la barra no se mueve ni un milímetro y en algún lugar del local escondido, se encuentra Eduard; per eso es algo que las dos caínitas todavía desconocen.*

 - Por fin aparecéis.

suelta al niño que se aparta frotándose el cuello y tosiendo.

- ¿qué coño le pasa? se le ha ido la olla...

El vampiro no presta la más mínima atención al chico, en lugar de ello os mira a los ojos a ambas tratando de discernir una verdad escrita en vuestras miradas.

 - ¿Sois las responsables de la subasta y permitís que secuestren a la mejor pieza? No me lo trago y sospecho que habéis tenido algo que ver. ¡Ese Eric es mío! ¿¡Dónde está?!

El vampiro da unos pasos hacia Juliet

- ¡QUIETO O DISPARO!

El chico negro saca otro arma y apunta también al vástago.

Se oyen más voces pero ya no están gritando y aunque tus sentidos de audición se expanden, lo hacen hacia todas las direcciones y los graves de la música que hay por todas partes se mezclan y no te dejan escuchar con claridad.

El tipo negro de la entrada le comenta a su compañero que va a ir a ver qué ocurre dentro.

El otro portero que se ha percatado de tu presencia, se dirige a ti.

 - ¿Cómo te llamas?

¿Niño rubio? ¿Escondido? Lo que Eve estaba escuchando no tenía mucho sentido. El antiguo sonaba muy enfadado, pero de momento no parecía que se hubiera iniciado ninguna pelea. En ese momento Eve escuchó las voces de Juiet y Milady. "¡Así que también están aquí, genial!" pensó.

Eve vio como uno de los seguratas entraba al local y aprovechó para acercarse al que se había quedado fuera.

-Buenas noches, me llamo Eve. Trabajo aquí -dijo con serenidad. -Si me lo permite, he quedado con mi jefa, Juliet, en el salón del pub.

Eve trató de sonar convincente. De una forma o de otra, lo que decía era verdad. 

Se planta con los brazos en jarra. No le importaba lo más mínimo la salud de aquellos estúpidos, ni el mobiliario, ni el resto pero qué demonios pasaba -¿SE PUEDE SABER QUÉ COJONES DICES MANÍACO? La subasta no ha empezado así que largo. O ya sabes lo que te espera -dice señalando a los seguratas uno por uno.

Juliet parecía sorprendida al principio, y más aún cuando escuchó el nombre de Eric. (¿Tan valioso es ese chaval?, pensó para si misma). El ambiente en el local se iba caldeando, la tensión se podía cortar con un cuchillo y esto podría estallar en cualquier momento, echando al garete todo lo planeado. Pero Juliet debía mantener la calma, debía demostrar que estaba a la altura de la situación. Claramente aquel chico rubio estaba haciendose el chulito, intentando intimidarlas, de modo que Juliet, con el rostro serio, se fue acercando al chaval al que estaban apuntando los guardas-Con que quieres saber dónde está Eric-Juliet rió.-Hay que reconocer que le echas huevos chaval-Mantuvo un contacto visual con él y, en un acto inesperado,le cruzó la cara con un bofetón.-A ver si tienes los mismo huevos para hacer algo ahora-.

Viendo que en la situación ya habían demasiados testigos, eso, incluyendo a las compañeras que conocía, me escurrí por detrás de la barra, completamente agazapado, en dirección a los camarines, para así salir por la parte trasera y luego volver al evento principal, como si nunca hubiera estado en el lugar.