Partida Rol por web

Por algún motivo Duncan pensaba en lugares lejanos y en alienígenas. Nunca había sido fan de las revistillas pulp donde había historias absurdas sobre criaturas que venían de marte pero aquella trampilla ¡era claramente algo de fuera de nuestro planeta! ¿Cómo podría explicar si no lo sucedido? Él era un policía ignorante, de pueblo, pero había una verdad mucho mayor más allá de las estrellas. Estaba completamente seguro de eso: la trampilla que se había disipado ante sus ojos era una prueba irrefutable. Pero ¿qué relación había entre los extraterrestres y el Klan?

La cabeza se le estaba llenando de ideas, de conjeturas. De chorradas que jamas tendrían sentido para él.

La cabeza le dio vueltas durante un par de segundos.

En el momento en que más rápido giraba todo en su mente, decidió anclarse a la imagen de su padre. Su padre en un bar, sentado, día y noche, gastando hasta el ultimo penique.

-Esto mantiene a los demonios a raya, Duncan, no me quitaras este whisky-

Esas fueron las ultimas palabras que hablo con su padre, murió meses mas tarde atropellado. Y por primera vez tenían sentido. Para escapar de aquella insidiosas imágenes, de esa certeza absurda de algo poderoso en el borde de su realidad, en lo mas profundo de la noche, tendría que nublar su juicio hasta no saber si estaba sentado o de pie.

Tendría que convertirse en el borracho de su padre. Una idea desagradable en extremo, pero que le ayudo a centrarse.

Una escalera de mano. Varios hombres secuestrados. Trabajo por hacer.

El agente miro con más curiosidad que temor la trampilla y espero a que su compañero actuara. Él no tenía intención de arriesgar su vida con algún tipo de ritual de protección o algo parecido, lo había leído en los libros, pero ahora todas esos escritos esotéricos parecían mucho más reales y no simples desvaríos de una mente perturbada.

Cuando la trampilla estuvo abierta, dejo caer descuidadamente una piedrecilla que había encontrado en la casa. –Haber cuánta profundidad tiene esto-. Comento mientras esperaba escuchar el revote de la piedra.

La caída de la piedra no fue excesiva. Así que Bushemeyer alumbró con su linterna y comprobó que realmente el sótano estaba una planta por debajo. Lo normal. Claro que nadie podría recriminarle haber hecho aquella prueba ¡había visto como se desmaterializaba una trampilla delante de sus narcies! A partir de ese momento cualquier otra cosa que pudiera parecer 'lógica' perdía su peso.

Por su parte McRae sacudió la cabeza como quitándose un mal pensamiento. Después de todo había unas víctimas que encontrar.

Bushemeyer le seguía dando vuelta a la trampilla y a las palabras de su padre: un arma capaz de recuperar lo perdido en la Guerra de Secesión. ¿Con qué fuerzas estaban jugando los suyos? Lo que acababa de ver era increíble. ¿Qué tipo de ceremonia se produciría esa madrugada? ¿Qué implicaría realmente? Un escalofrío le recorrió la espalda.

- ¿Pero qué?- Loretta se sorprendió cuando al tocar el oficial  se abrio la puerta  y en ese momento le miró tocandose la cabeza lo que hizo que se alertara - ¿esta usted bien?

Mira el hueco profundo

- ¿No pretenderan meterse ahí?, esto  parece una trampa.

Miro a la  teologa a ver si responde la pregunta que le hizo antes, pero era evidente que sí en algun lugar estan los secuestrados es dentro de ahí.

De repente Loretta pensó en la palabra "fuego" , se dió cuenta que el sitio era peligroso, así que  busco dentro de la cabaña  a ver si encontraba gasolina, o algun liquido inflamable que  ayudara más adelante por si debian quemar todo.

.- Estaré bien cuando rescatemos lo que quede de esos pobres hombres. Y me haya dado unan ducha. Como siempre, ustedes pueden marcharse cuando gusten-.

Ducan sabia que las mujeres eran cabezotas como mulas, así que se quedarían. Pero al menos que les quedara claro a qué habían venido.

El viejo policía resoplo, y empezó a bajar por la escalera de mano. Cuando llego abajo comprobó que el túnel era estable y no se vendría abajo con facilidad.

Sorprendentemente aquella construcción subterránea parecía lo suficiente estaba para aguantar un poco de bronca. Y seguro que habría bronca más pronto que tarde. 

En realidad Loretta aunque temía por su seguridad  tenia un tema pendiente con la legion negra, y si entraba ahí y podía de alguna forma  destruirla lo haría, así que no dudaria en ir detrás si era necesario.

Mejor que bajara el policía negro, si había alguna trampa el seria en recibir el daño. Después de ver los perros esperaba que hubiera algo más medidas de seguridad.  Aun así, él se preparó para bajar también. No iba a permitir que su compañero se llevara todo el mérito del caso.

Cuando había visto el símbolo brillar con aquella luz roja se quedó estupefacta y cuando la trampilla se desintegró, sabía que fuera lo que fuese que esperaba encontrar, estaba ahí abajo. Sentía un impulso irrefrenable por avanzar, necesitaba ver que había en aquel sótano. La periodista la hablaba, la hacía preguntas.

- No… yo. No conozco el símbolo –

Y mientras todos se pensaban si descender, Eva se aproximó a la abertura y comenzó a descender, sin poder dejar de mirar a la negritud que parecía devolverle una sonrisa mientras la tentaba a seguir avanzando.

¡Aquello era el colmo! Antes siquiera de que Duncan pudiera acabar de declarar sus intenciones Eva se precipitó a bajar por las escaleras de mano. Al viejo policía le llevaban los demonios mientras se apresuraba a alcanzar a aquella entrometida en el descenso¹.

Por su parte Loretta buscaba por la casa algo con lo que poder prender fuego a aquella choza. Bajo el fregadero de la cocina encontró algunos productos de limpieza que podrían servir como acelerantes en un incendio. El lugar era de madera así que la cosa podría funcionar pero desde luego no sería tan rápido como un bidón de gasolina².

Bushemeyer se limitó a alumbrar con su linterna desde arriba mientras Duncan hacía lo propio al final de los escalones. Habían llegado a un sótano excavado y húmedo, de unos ochenta metros cuadrados. A diferencia del resto de la cabaña sí que parecía que esta estancia había sido usada recientemente.

En el suelo y las paredes se mezclaba la piedra y el barro. También ser podían encontrar algunas comodidades repartidas a lo largo de la caverna: un camastro, una gran librería, un escritorio y un pequeño armario. Pero no tenía pinta de celda. Todo estaba demasiado bien cuidado como para servir de prisión, aparte de que había una única cama aunque el espacio llegaría  para albergar a varias personas. Parecía más bien un estudio secreto.

El agente se acercó a la cama para comprobar si en ella había dormido alguien recientemente, luego fue al escritorio para rebuscar entre los papeles y después comenzó a buscar meticulosamente en toda la sala.

-Puede que encontremos otra de esas trampillas, por ahora esto parece un zulo para mantener a gente secuestrada-.

Todo aquello le resultaba extraño, no entendía que alguien dejara unos perros guardianes cuando no había nada que guardar. Había que seguir buscando.

Loretta fue la última en bajar,  se mostró supremamente sorprendida al ver que la mujer  joven era la primera.

-Esta loca- pensó- o tiene algo que ocultar...

El sitio era más pequeño de lo que pensaba, en su interior creía que iba a encontrar una larga hilera de pasillos, pero un cuarto estudio era lo que menos imaginaba. Habia encontrado esos líquidos en la cocina, solo era pensar en   que momento era  necesario usarlos.

Entonces al bajar Loretta pensó en su padre, y vió  que posible en ese lugar podía haber información sobre él, o sobre los secuestrados, ¿posible otra puerta secreta?, no lo sabía. Así que  exploró visualmente los documentos, para ver si encontraba algo de interés, o veía si acaso algo distinto.

El agente de color estaba que echaba humo por las orejas, aquella petulante universitaria con más conexiones que el metro de new york se había lanzado ella sola a la carrera.

Cuando llegaron a la sala, Duncan la cogio por el brazo y la retuvo con fuerza.

.-No idea de dónde la educaron, pero esta claro que el sentido de autoconservación no estaba entre las prioridades, no. No se le ocurra meterse a la carrera en un lugar que no conoce-.

Los nudillos de la mano con la que no agarraba a la chica se le blanquearon un poco, estaba claro, que de ser otra la situación, la bofetada que se había ganado no sé la hubieran quitado de encima. 

.-Si vuelve, aunque sea, remotamente a pensar en hacer una insensatez como esa. Tenga presente, que ya puede ser hija del presidente, o del papa. Se vuelve a su casa- La tensión se podía cortar con un dedo si hiciera falta - Ahora haga algo de provecho y deje de comportarse como una niña malcriada-.

Normalmente hubiera medido sus palabras, y sobre todo no la hubiera agarrado por el brazo. Pero el dolor de la pierna, por el “oportuno” disparo de su compañero, acompañado con lo estresante de la situación hacia que se “pasara” ligeramente.

Luego dio un vistazo a la sala. Aquello estaba mal. Debía de esconder alguna otra cosa, seguramente a simple vista. Otro pasillo, otra habitación.

Quizás detrás del armario…

Eva ignoró por completo al agente mientras le hablaba pues poco podía interesarle lo que tenía que decirla, sin embargo, cuando sintió su enorme mano sujetándola del brazo, su rostro se giró hacia el suyo y pudo ver que este estaba encolerizado, con el rostro contraído por la ira. Con fuerza, se sacudió de la presa del agente.

- ¡No se atreva a tocarme negro de mierda! –

Y dio varios pasos atrás mientras intentaba controlar la respiración y centrarse. Estaba buscando algo ¿Qué era? Eso es lo que había venido a averiguar conocer el secreto, el significado de aquella frase. El odio fue sustituido rápidamente por excitación y una sonrisa macabra se dibujó en su rostro.

- Tiene que estar por aquí. Siiiiiii –

Y empezó a moverse por toda la habitación buscando como una loca.

Duncan y Eva examinaban las paredes y el suelo buscando alguna salida secreta en aquel lugar mientras que George y Loretta revisaban los enseres de la habitación.

Bushemeyer encontró restos de sangre seca en las sábanas de la cama. No parecían proceder de grandes cortes sino de heridas más bien superficiales.

Loretta mientras tanto revisaba la estantería donde había ejemplares de literatura de distintas temáticas. De pronto se detuvo en un tomo concreto que parecía encuadernado en la piel de un animal. Al abrirlo encontró un montón de runas escritas, pero también había varias notas manuscritas en medio de algunas páginas. Ojeando las notas Loretta llegó a la conclusión de que hablaban de hechizos contenidos en aquel volumen y de como descrifrarlos¹.

Cuando Duncan abrió el armario mientras buscaba algún pasadizo secreto se encontró en su interior varias túnicas negras colgadas, además de unos garrotes, algunas navajas y un par de fustas. Las apartó para ver si encontraba algún pasadizo secreto sin tener éxito alguno.

Eva tampoco había tenido suerte pero de pronto sintió un escalofrío al ver un libro abierto encima del escritorio. Su mirada se posó directamente en un símbolo que había dibujado con sangre en un papel grueso y amarillento, que casi parecía más bien un pergamino. En la hoja de al lado había un texto manuscrito.

Eva palideció al ver el símbolo. Sentía como le llamaba, como pretendía ser parte de si misma. Era el Símbolo del Extraño. La Legión Negra, sin duda, querían convocar a aquella entidad que la atormentaba en sus sueños para que llegase a la Tierra. La idea la aterrorizaba tanto como la atraía... era una sensación extraña.

La mirada de Bushemeyer releía una y otra vez aquella línea en concreto: 'sólo espero que el estupido crío pueda mantener a la policía alejada hasta que Él rompa el cielo y nos honre con su presencia'.

Al joven policía no le cabía duda alguna que el 'estúpido crío' era él mismo. Pero ¿qué era Él? ¿Qué tipo de ritual querían hacer los de la Legión Negra? Luego se fijó en otro párrafo: 'John acaba de llamarme. Tiene al último tributo. ¡Pero parece perturbado!'. ¿John? ¿Se estaban refiriendo a su padre? ¿A John Buseyemer?'

Loretta leyó lo que decia el libro y dijo:

-Para la legión negra no importa si eres católico, judió, negro o creyente de Dios, todos son enemigos, el odio por el odio, eso es lo que muchos profesan, dudo que los hombres esten vivos, según esto los ha quemado, y habla algo de control mental, ¿a qué hará referencia?

Miro a los demás y dijo:

-Sí aquí no hay nada más posible sea mejor, irnos de aquí, este sitio esta maldito, los oficiales pueden llevarse este libro de prueba, pero no sé donde estarán los secuestrados, puedo intentar decifrarlo pero llevará tiempo.

Loretta  sabia que ese lugar debia ser destruido, así que una vez terminaran los demás de actuar, regaría los líquidos inflamantes en la cama, y los documentos y lo quemaría todo.

Para ella ese sitio esta maldito.