Partida Rol por web

Sune continuó de momento sentado a la mesa. Escuchando a los demás, y muy pendiente de lo que ocurría alrededor. Allí estaba claro que algo estaba pasando, temblores, desapariciones, problemas que estaban creciendo y cuyo origen aún era un misterio. Y tal vez una posibilidad de trabajo.

Garland suspiró, sabiendo que posiblemente aquellos guardias tuvieran una predisposición negativa para con él, por haber librado a Garland de su cepo. Sin embargo, poco había que hacer, por lo que resolvió acercarse.

— Bien hallados, caballeros —saludó, cortés—. Me preguntaba si por casualidad sabíais algo de los terremotos y las desapariciones, y también si se ha informado de alguna recompensa por el descubrimiento del origen de los primeros o el paradero de los segundos —el elfo esbozó su mejor sonrisa.

Garland tras hablar con el tabernero va hacia una mesa de cuatro hombres con cara de pocos amigos.

Se puede ver cómo dos de ellos se levantan mal mirando al atrevido elfo con intenciones tal vez violentas

Eso es lo que se ve a la distancia.

Notas hostilidad.

El cuarto hombre te observa, parece distinto a los otros tres.

Parece analizar tu aspecto con una  mirada penetrante y calculadora, tu instinto de Picaro te dice que es un tipo Astuto y demasiado empático para tu gusto. 

-¿Quién lo preguntar  y por qué estaría interesado en asuntos del pueblo?. - el hombre parecía acostumbrado a liderar con la muchedumbre. y escuchas que añade. - Te voy hacer una sola pregunta y quiero que me respondas con toda la sinceridad que sepas Elfo, tú respuesta será vital para continuar con esta conversación y para que te tenga una mínima confianza para dialogar con un forastero sea elfo o humano. - hace una pausa y te llega la pregunta. ¿ Cuál es tú profesión y en que te sueles ganar la vida?.

Se escucha a fuera un perro ladrar desesperado, y a los segundos la taberna entera y parte de la calle exterior comienzan a temblar, cae polvo y tierra de las paredes y techo los cimientos se resienten, las mesas vibran y las bebidas se salen de las  jarras, las llamas de los fogones parpadean  y  la lampara del techo se balancea. La gente se sujeta por instinto o permanece callada sobre las sillas.

Dura unos instantes, se deja de escuchar a los perros y los temblores paran. 

Todo vuelve a estar tranquilo, y unos segundos en silencio luego vuelve poco a poco los murmullos y suena música y canciones de borrachos, la gente parece que se calma al ver al resto actuar con normalidad.

El suceso ha durado apenas unos instantes 

Aprovechando el desconcierto generado por el temblor del suelo, Sune pone a mano su arco, ya que ha visto la mala cara con la que unos tipos sentados estaban mirando a Garland. Parece que se aproximan los problemas, y seguro que tras este temblor hay alguna otra desaparición, o tal vez la aparición de alguna nueva amenaza. Y aún esta pendiente de lo que Caleb les pueda decir que contiene la nota que ha recibido.

Al recoger la nota que me entrega la camarera, miro al tipo que nos estaba observando. Éste me hace un gesto y sale a la calle. Abro la nota disimuladamente y veo lo que en ella está escrito. Entre los pliegues, un pequeño silbato cae en mi regazo. Lo identifico inmediatamente. Miro otra vez al tipo, pero éste ya ha desaparecido de la sala común.

Los demás están apurando sus comidas y bebidas, sobre todo el elfo que se ha sentado invitado por Garland. Meda se levanta al poco y se dirige hacia la mujer apenada de la puerta. Garland también se marcha, pero hacia la barra, para hablar con el posadero. Sune y yo, seguimos sentados a la mesa, junto a Draw. Le susurro a mi amigo:

-"Debo salir un momento afuera. La nota es del tipo que nos observaba minuciosamente y sabe algo de mi, el silbato así lo demuestra. Puedes seguirme o esperar aquí." Dije.

Justo en ese momento pasaron varias cosas. Hubo un pequeño temblor, en el que todo se movió durante unos momentos y unos tipos se levantaron cuando Garland pasaba a su vera. Al parecer no tenían buenas intenciones con respecto al elfo.

-"Será mejor que avise a la enana, su amigo se ha metido en algún lío con esos individuos." Dije levantándome.

Me fui hacia la puerta para avisar a Meda de lo que podría ocurrir en unos instantes. Tal vez el elfo había intentado robarles y le habían pillado in fraganti, quién sabe, pero el caso es que iba a haber problemas.

Meda se despidió de la mujer, creyendo no poder sacarle más información. Se levantó de la silla y buscó a su compañero con la mirada, frunciendo el ceño al ver que no estaba en la mesa del arquero y el misterioso Caleb, quien se había levantado.

Pensando que Garland ya volvería, hizo ademán de regresar a la mesa, cuando vio la actitud de aquellos tipos hacia el tuerto. Meda estrechó la mirada y se acercó a ellos, pero antes de llegar hasta Garland, sucedió lo del terremoto. La altura de la pelirroja le otorgaba un centro de gravedad más bajo y estable, así que con quedarse quieta bastó. Luego llegó hasta Garland y apoyó una mano en e hombro del tuerto.

—Buenas... ¿Todo bien?— preguntó la enana, mirando al elfo y luego a los tipejos, dejando claro que estaba con el orejas de punta.

Garland estaba acostumbrado a aquello, tanto por ser elfo, como por ser tuerto, y además por las... malas tendencias que tenía de tanto en tanto. Puso su mejor y más distraída e inocente sonrisa.

— Mi nombre es Garland —respondió, tranquilo. No era la primera vez que hablaba con algún soldado o guardia, más de una vez había tenido que librarse—. Sinceramente no estoy tan interesado en los asuntos de pueblo —reconoció con honestidad—, pero si es un asunto serio quizás haya una recompensa por resolverlo, y la verdad es que eso sí que me interesa. Podría decirse que soy una especie de cazafortunas, aunque a diferencia de muchos, a mí si me gusta trabajar por ellas —se encogió de hombros.

Los ladridos llamaron la atención del elfo, pero ignoró aquello, enfrascado en la conversación con aquellos hombres. Sin embargo, el temblor sí que lo tomó por sorpresa, no tardando en perder estabilidad, y sujetándose a lo primero que encontró, en este caso uno de los hombres. Cuando todo acabó, se separó con rapidez, sacudiéndose el polvo de encima.

— L-Lo siento, lo siento —se excusó—. Como decía... ¡Ah!, ¡Meda! —el pícaro se sacudió las manos, complacido, y palmeó un par de veces, de forma zalamera, la mano de la enana—. Justo estaba explicándole a estos buenos hombres que nos dedicamos a recorrer los caminos, buscando maneras de ganarnos unas cuantas monedas con el sudor de nuestra frente —dependiendo del clima eso era cierto, pues intenta tú robar a alguien a pleno sol de mediodía—. Por eso nos gustaría... tratar de investigar el extraño origen de estos temblores, ya que... nadie parece estar haciendo nada al respecto —carraspeó.

La pelirroja miró de soslayo a Garland y sonrió sutilmente.

—Sí, tengo bocas que mantener]/B]— replicó algo brusca.

Atendió las palabras del elfo mientras se amasaba la barba.

—[B]Precisamente hablaba con la madre del crío desaparecido con esto de los extraños sismos— comentó para reforzar los argumentos del tuerto —. Pero necesitaríamos el permiso del Bann para registrar la zona, parece.

Desde lejos sune y CaLeb ven que la cosa parece que no va a peor.

Mi nombre es Varabart y Suelo  visitar estos territorios  y más si están en fiestas, estos hombres van con migo.

NOtas que es tan sincero como ... Cómo has sido tú Garland no dicen en ningún momento quiénes son.

Conozco bien a la gente de aquí y saben que las autoridades de aquí son eficientes y que descubrirán lo sucedido. Pero Añado. No obstante toda ayuda fructífera sería recompensada a proporción por los servicios prestados a la comunidad.

Las autoridades no buscan a un fugitivo dando una recompensa por el. Este asunto se trata de desapariciones de niños y personas.

El chico termina de comer y se marcha diciéndote.

- no se quien son esos, pero mira fíjate están todos los que son del pueblo mirando de reojo hacia esa mesa me da la nariz que si hay problemas se pondrán en medio media taberna. Yo me tengo que ir, esto no pinta bien.

Y me marcho.

Me quedé a medio camino de la enana, que ya había visto lo sucedido e iba hacia Garland. Parecía que al final no habría problemas, así que volví a la mesa y le hice una señal a Sune para indicarle que iba a salir afuera para encontrarme con el tipo de la nota. Si mi compañero venía, mejor, dado que uno siempre estaba en peligro por lo que era.

-"¿Vienes?" Le dije.

Empecé a salir, empujando a la gente, para encontrarme con el extraño individuo. Tenía que darme prisa, no fuera a irse al ver que no salía. De vez en cuando miraba para ver si Sune me seguía.

Parecía que las cosas se estaban tranquilizando en el interior de la taberna, tal vez los temblores había actuado a modo de recordatorio de que había mayores peligros y amenazas en el exterior, sin tener que ir a la búsqueda de nuevos problemas. El joven elfo termino de comer y beber, y antes de levantarse e irse, me dijo que me fijase en aquellos tipos sentados en una mesa, el resto les miraban de reojo, ya me había fijado en ellos, pero ahora me daba cuenta de que posiblemente serían los guardias de la ciudad que iban de paisano, a la caza de algún forastero que quisiera dar problemas. 

En esos momentos Caleb regreso a la mesa y me dijo que iba al exterior a ver si podía hablar con el tipo de la nota, este probablemente si tenía algo que decir, prefería hacerlo lejos de tantos ojos y oídos indiscretos. -Te sigo Caleb, no es seguro que vayas tu solo. Y ahora parece que las cosas aquí dentro están mas tranquilas. Así que ausentarnos unos minutos, no creo que vaya a suponer ningún problema.-Recogí mis cosas, di un último traga para acabar con la cerveza de mi jarra, y seguí a Caleb al exterior, alerta y preparado por si aquel tipo nos la quería liar. Y de paso cunado salí de la taberna, comprobé que la enana y el elfo, no estaban en problemas, No iba a dejarles solos, si necesitaban ayuda, pero tal y como me había parecido, los ánimos se habían calmado, o eso me pareció.

Al salir no se ve al tipo.

En la parte de atrás si que se ve cubos de basura recién tirados, desgarrones de ropa de una capa y asi a primera vista no se ve nada más.

La sonrisa de Garland pareció desfallecer al escuchar que no había recompensa, o que por lo menos no tenían conocimiento de alguna, así como también cuando dijeron que no eran hombres del Bann. Sin embargo, se esforzó por mantenerla, dentro del papel que ya había asumido.

— ¿Conocéis de alguien que pueda ayudarnos a conseguir dicho permiso? —preguntó, casi rechinando los dientes—. Nos encantaría poder ayudar —logró que aquello le saliera sin atisbo de arrepentimiento o duda.

Sincermaente no tenía ganas de ayudar a la gente de a gratis, pero... bueno, ya había llamado la atención de aquellos hombres, y si habían estado siguiendo a Draw, seguramente no tardarían en seguirlo a él. Lo mejor sería seguir con la fachada.

Meda ladeó la cabeza, casi sin dar crédito a lo que decía aquel tipo. Puso la mejor de sus sonrisas antes de hablar:

—No os ofendáis, pero por lo que he escuchado, la autoridad no está haciendo nada por averiguar sobre estas desapariciones, así que tan competentes no son o, tal vez, no preocupe tanto el niño de un aldeano como el de un noble— miró fijamente al hombre, dando a entender que no creía del todo sus argumentos —. Pero ayudaremos de forma altruista, ya que seguro que los guardias estarán muy ocupados manteniendo la seguridad durante este Annum— miró a Garland y asintió, antes de volver a mirar al tal Varabart —. Decís conocer bien a estas gentes, ¿con quién necesitamos hablar para poder echar un par de manos y ojos?— señaló al elfo con el pulgar —En su caso, sólo uno— dijo picajosa, con media sonrisa en los labios.