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[DM 23/06] Dragonlance - El asedio de Palanthas

Capítulo III - La visita del emperador

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19/08/2023, 01:35
Dungeon Master

16 H'rarmont 433 AC

Sin los coches de caballos, los que viajáis a pie tardáis unas tres horas en desandar el camino por el paso de montaña que lleva de regreso hasta Palanthas; usando el caballo que encontrasteis atado en las proximidades para cargar el botín y el cadáver de Flechas de Muerte y de uno de vuestros asaltantes.

Para cuando alcanzáis vuestro destino, os encontráis cansados e indudablemente desanimados a pesar de haber sobrevivido a la emboscada y no haber sufrido nuevos sobresaltos durante la caminata nocturna.

La muralla del casco antiguo está cerrada ya a estas horas y no conseguís llegar al barrio noble donde reside lady Coryn, de modo que buscáis alojamiento en una de las posadas extramuros, en el Paseo de los Eruditos. Sin embargo, vuestra apariencia y especialmente el hecho de que viajéis con dos cadáveres no tarda en atraer la indeseada atención de una patrulla de la guardia de la ciudad.

Tratáis de explicarles que sois agentes de James Markham cumpliendo una misión para él, pero los centinelas no se creen ni una palabra de lo que decís. ¡Un enano, un gnomo y una kender al servicio del emperador! Buscáis el salvoconducto firmado por él, pero ninguno de los tres lo lleváis encima. ¿Lo tendrá el elfo?

Conscientes de que enfrentaros a la guardia en vuestro actual estado es una locura, acabáis pasando la noche en los calabozos, exigiendo que os saquen de allí y preguntándoos qué habrán hecho con el cuerpo de vuestra amiga.

Los quejidos de los prisioneros en las celdas adyacentes y los chillidos de las gordas ratas que corretean a sus anchas, os impiden conciliar el suelo y atender convenientemente vuestros deberes espirituales. El hambre tampoco ayuda y os negáis a comer los platos de dudosa procedencia y contenido que os lanza uno de los carceleros a la hora del almuerzo.

La paranoia comienza a apoderarse de vuestras mentes y empezáis a temer si saldréis de aquí algún día. No tenéis contactos en la ciudad más allá del puñado de individuos a los que habéis estado interrogando estos días, pero no parece que vuestros celadores vayan a atender a vuestras peticiones de traer a alguno de ellos que confirmen vuestra historia.

- Tiradas (1)

Notas de juego

No habéis podido descansar, ni preparar conjuros para la nueva jornada.

Ulfgar → 102/109 [fatigado2]
Bugambilia → 23/31 [soportar los elementos1, fatigado2]
Kylian → 59/69 [fatigado2]

1: Soportar los elementos [permanece confortable entre -10ºC y 60ºC; durante algo menos de 10 h]
2: Fatigado [no puede correr, ni cargar, -2 FUE y -2 DES hasta que descanse 8 horas]

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19/08/2023, 02:04
Dungeon Master

16 H'rarmont 433 AC

Terciopelo despierta dolorido, atado, amordazado y desorientado en un lugar desconocido. No son ni de lejos las condiciones ideales, pero está vivo y eso es mucho más de lo que él mismo esperaba.

Está en una habitación con media decena de camas, tendido sobre una de ellas. Dos elfos con lanzas y arcos colgados a la espalda le contemplan con gesto impasible mientras un tercero abandona la estancia en cuanto el agente de la legión abre los ojos.

Ailaserenth no tarda en recibir la noticia de que su prisionero ha despertado; está claro que los primeros auxilios y el bebedizo que le hizo tragar anoche, mientras todavía estaba inconsciente, han evitado que muriese. Pero esa no es la única noticia que recibe el mago silvanesti: contra todo pronóstico, los miembros del Vendaval de la Muerte no han regresado todavía aun cuando se espera la visita del emperador a la fortaleza mañana mismo.

Notas de juego

Ailas → 37/37
Terciopelo → 4/46

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19/08/2023, 12:23
Ailaserenth Sëlanar

Son muchas las preguntas que tengo para el traicionero espía de la Legión de Acero, pero todas ellas deberán esperar por el momento.

Flechas de Muerte está muerta y es muy probable que Ulfgar también. Incluso Bugambilia. ¿Pero dónde está la goblin? Aun a pie, debería haber llegado hace horas. ¿Sufrió un nuevo percance durante el camino hasta aquí? ¿Una nueva emboscada tal vez? Parece más probable que haya decidido hacer noche en campo abierto, pero quién sabe.

Lady Coryn tenía grandes esperanzas puestas en este grupo tan singular y se suponía que yo debía ayudarlos a mantenerse con vida, pero está claro que he fracasado estrepitosamente en esa tarea. Esa sensación es nueva y repugnante para mí. Yo no fracaso, nunca, con independencia de cuán complicada sea la tarea encomendada.

Agradezco a Ilthalas que haya venido a informarme del estado de salud del prisionero y le doy indicaciones para que garantice su integridad física, empezando por conseguir que Agapanto le prepare algo de comer. Yo, a diferencia de lo que él pretendía hacer conmigo, no le deseo la muerte. Le necesito con vida y respondiendo por sus crímenes.

Notas de juego

Voy a lanzar "escudriñamiento" para ver dónde demonios se ha metido Kylian.

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19/08/2023, 12:40
Dungeon Master

Te lleva más de una hora realizar el complicado ritual de adivinación y detectar a la sacerdotisa goblin.

No puedes oírla, pero sí ver que se encuentra en un oscuro calabozo. Tu sorpresa es grande y grata al descubrir que no está sola, sino en compañía de Ulfgar y Bugambilia.

Tratas de emplear tu magia para ponerte en contacto con ellos, pero no lo logras. Parece que ellos no escuchan tus palabras del mismo modo que tú tampoco puedes escuchar lo que dicen.

- Tiradas (2)
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19/08/2023, 13:28
Ailaserenth Sëlanar

Mi alegría se mezcla con mi incredulidad en cuanto soy consciente de la desesperada situación en la que se encuentran mis compañeros. Ulfgar y la kender todavía están vivos, aunque me cuesta imaginar cómo han acabado encerrados en una celda.

Desconozco el emplazamiento exacto de su prisión, pero solo puedo conjeturar que lo más probable es que se encuentren en algún lugar de Palanthas. Yo carezco de influencia para sacarlos de allí pero confío en que lady Coryn sí la tenga, por grave que sea el delito que han cometido.

Tampoco dispongo por hoy de más conjuros de escudriñamiento con los que tratar de comunicarme con la Jefa del Cónclave, pero temo que los torturen o algo peor si espero hasta mañana para comentarlo con el emperador. Así pues, no dudo en teleportarme a Villa Rosad con la esperanza de encontrar allí a la lideresa de los Túnica Blanca para que me ayude a sacar a mis compañeros de prisión.

- Tiradas (1)
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19/08/2023, 17:47
Bugambilia

Bugambilia estaba acurrucada en un rincón con la mirada aparentemente perdida. Llevaba así desde que la arrojaron cruelmente a la celda. Otra vez igual. Al menos en esta no venían a darles latigazos periódicamente. Su estómago rugía, pero ella no se inmutaba. Casi no parpadeaba. Era como si estuviera catatónica.

Pero en realidad Bugambilia lo que hacía era observar fijamente la cerradura de la celda. No pensaba en nada más que en sobrevivir.

Notas de juego

Entiendo que nos han despojado de todo a la hora de encerrarnos y no dispongo de las herramientas de ladrón para abrir cerraduras. ¿Se puede intentar con un huesecillo de rata o algo así? Alguno fino, tipo la costilla. Lo vi en un juego una vez xD

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19/08/2023, 18:23
Kylian Brickstone

Se lo repito una vez más... - Dijo aquel gnomo feo con voz chillona. - Somos agentes del Emperador, fuimos emboscados por cultistas zebomitas y... - Suspiró. 

Era totalmente imposible. Aquellos carceleros eran muy estúpidos, tanto que no podían razonar ante la verdad cuando la tenían delante. No obstante, no estaba seguro de que el hecho de estar allí encerrados no fuera cosa del propio Emperador y de su compinche, aquel elfo traicionero. 

Ailas nos traicionó. - Le dijo en voz baja a Ulfgar. - Enrielle está muerta por su culpa. Nos abandonó a nuestra suerte y ahora estamos presos. Si no ha intercedido por nosotros es porque no ha querido. Ya llevamos un tiempo aquí. La fortaleza, la dragonlance... - Atenuó todavía más el volumen cuando habló sobre la reliquia de Huma. - ...todo nos ha sido confiscado. Creo que es el final de la senda... - Resopló hundida.

Se acercó a Bugambilia y se sentó a su lado tratando de abrazarla. Sin duda estaba asustada y triste pora pérdida de Enrielle. A saber dónde estaría ella en esos momentos...

Lo siento amiga. - Le dijo de forma sentida. - No pude intuir que ese elfo estaba infiltrado entre nuestras filas, como tampoco que el Emperador era un mentiroso y un ladrón. - Tomó aire profundamente. - Esperemos que el enano de barro esté bien...

- Tiradas (1)
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19/08/2023, 21:01
Dungeon Master

Armada con los huesecillos de pollo (ojalá que sean de pollo) que encuentra tirados por la celda, Bugambilia trata de forzar la cerradura. Y, aunque la kender es realmente buena en esta tarea, los frágiles restos se parten dentro de la cerradura, inutilizando así el mecanismo de apertura e imposibilitando utilizar otras herramientas para abrirla.

Resignados a permanecer allí encerrados hasta que alguien decida qué hacer con vosotros, os lleváis una sorpresa cuando veis aparecer a Ailaserenth acompañado de lady Coryn y del alcaide de la prisión en persona.

El individuo, un hombre sudoroso, orondo, calvo y con una frondosa barba entrecana, se deshace en disculpas con vosotros mientras forcejea inútilmente con la cerradura de vuestra celda. Tiene que ser la poderosa hechicera Túnica Blanca quien termine abriéndola haciendo uso de su magia.

Según os cuenta la propia lady Coryn, vuestro compañero elfo usó su magia para localizaros esta mañana y después se teleportó directamente hasta su mansión para solicitar que intercediera por vosotros.

Por supuesto, todas vuestras pertenencias os son devueltas y se os informa de que los cadáveres que trajisteis con vosotros están en la morgue del templo de Mishakal a la espera de identificación. Si nadie reclama su desaparición en un plazo de dos días, serán enterrados en una fosa común y sus posesiones, subastadas para hacer frente a los gastos de la institución religiosa.

La Señora de Wayreth se despide de vosotros afirmando que tiene asuntos importantes que atender, pero espera veros mañana en la fortaleza del Vendaval coincidiendo con la visita del emperador. Asegura que está deseando escuchar lo que habéis descubierto.

- Tiradas (1)

Notas de juego

La idea de Bugambilia era buena y factible, ¡qué pena de dados umbrianos!

Le doy un poco de vida a la escena, porque si no este chupito no va a acabar nunca :P

Volvéis a ser libres para hacer lo que queráis en Palanthas.

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19/08/2023, 23:38
Ailaserenth Sëlanar

Una vez más, mi oportuna intercesión ha salvado a mis compañeros de sí mismos y, una vez más, lo hago sin esperar ninguna gratitud por su parte. Al contrario, estoy tan contento de encontrar a Ulfgar y a Bugambilia con vida que siento ganas de abrazarlos.

Por supuesto, no lo hago. Los elfos silvanesti no somos conocidos por mostrarnos afectuosos con nadie y menos con otras razas distintas de la nuestra.

Tampoco me importa por qué motivo terminaron aquí encerrados, aunque puedo imaginar infinidad de ellos. Lo importante es que este desafortunado incidente no llegue a oídos del emperador antes de que nos hayamos granjeado su confianza con nuestra investigación.

—¿Descubristeis la identidad de nuestros asaltantes? —pregunto, una vez que nos encontramos fuera de la prisión y me he cerciorado de que todos están bien.

No me atrevo a preguntar qué hicieron con ellos después de interrogarles porque realmente no deseo escucharlo.

Notas de juego

Ailas 3 - Kylian 0 xD

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20/08/2023, 01:11
Ulfgar Eisbart

El regreso a Palanthas había sido, cuanto menos, laborioso. Tedioso, también. Cargados con los dos cadáveres y el botín de guerra, lamiéndose las heridas, el grupo de héroes no conversó demasiado entre sí. La pena les embargaba, la sensación de que podrían haber hecho las cosas mejor, que podrían haber acabado antes con los emboscadores, que podrían haberse ahorrado muertes, les rondaba como un ave carroñera. Cosa que pronto pasaría si no ponían medios para evitarlo, físicamente, pues llevaban dos cadáveres que pronto empezarían a mostrar signos de descomposición. Bien lo sabía el enano, la experiencia propia de los veteranos de guerra.

Por fortuna llegaron sólo en unas pocas horas a la ciudad, pero por desgracia no por ser una gran y cosmopolita urbe iba a tener una guardia menos lerda que las de otras ciudades más humildes. Llevando dos cadáveres y constituyendo un grupo sin un solo humano entre ellos, solámnico o no, de poco sirve tratar de convencerlos. Apenas hubiera sido más eficiente llevar un cartel con la palabra "culpables" colgado del cuello. Seguramente menos, dado su nivel cultural.

Sin ánimos o verdaderas razones para iniciar un altercado con la guardia, el enano se resignó y dejó que fuera la aguda voz de la goblin la que taladrara los oídos de los tercos e insolentes representantes de la ley de la ciudad. Triste representación, la verdad. Resignado, Ulfgar dejó que le despojaran de sus pertenencias, sólo advirtiéndoles que no se apresuraran a venderlas o, cuando les sacaran de la cárcel, cosa que sucedería probablemente al día siguiente, no sólo tendrían que devolvérselas, además podrían perder su empleo... o quizás algo más, según decidiera lady Coryn, su protectora. No lo decía por decir, como pronto se demostraría, aunque los carceleros no lo supieran ver hasta que fuera demasiado tarde.

─Kylian, yo no llegaría a ese tipo de conclusiones tan a la ligera, sin tener pruebas que lo corroboren. Mi experiencia, que excede en muchos años a la tuya, me dice que un elfo piensa de otra manera y que un túnica blanca no dejaría atrás a sus compañeros, y que si lo hace, lo hará por una buena razón, volviendo con ellos en cuanto tenga oportunidad. Y hablar mal del emperador no es muy sensato, menos en los calabozos de su capital, además de que bajo su mando Solamnia ha vuelto a ser un bastión de la ley y el orden en Ansalon. Así que... ten fe... y contrasta tus historias antes de escribirlas, bibliotecario ─zanjó al fin.

El enano tenía claro que esas últimas palabras eran, quizás, un tanto hirientes, pero no por ello no merecidas. Aquel clérigo de un dios del conocimiento pecaba de impulsivo, un rasgo que al enano a veces sacaba de quicio, pese a su gran paciencia. Pero aquel había sido un día largo y al clérigo de Reorx no le quedaban fuerzas para ser amable. No con la chillona goblin.

─Bugambilia, no sólo saldremos de aquí, además Kylian puede revivir a Flechas, al menos eso creo. Y conducir el interrogatorio a otro muerto más, nada menos. En cuanto nos saquen, que no creo que se demore demasiado ─todo lo que le costaba ser amable con Kylian, no le costaba serlo con la kender, una criatura que había sufrido tanto.

Ahora que Bugambilia por fin empezaba a salir de su coraza mental en la que se aislaba del mundo y se limitaba simplemente a tratar de sobrevivir, tener un revés como aquel debía ser casi insoportable. Pero bien sabía Ulfgar que las cosas no pueden salir mal todo el tiempo. Al final lo que cuenta es lo que haces tú mismo para enderezar la situación, cómo tú mismo la afrontas. Y eso hizo al fin la kender, tratando de forzar la cerradura. El enano no se vio con fuerzas de detener sus intentos. Ni de decirle que era harto improbable que pudiera abrir una cerradura metálica con unos huesecillos. Aunque no era una cerradura enana...

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20/08/2023, 01:36
Ulfgar Eisbart

─¡Loado sea Reorx! ─exclamó Ulfgar al ver cómo aparecía el dignísimo trío, levantándose como si tuviera un resorte.

O dúo, más bien. El alcaide era un saco de nervios. No era para menos. El enano guardó un respetuoso silencio, cruzado de brazos, hasta que finalmente fue la propia Señora de Wayreth la que utilizaría magia para abrir la cerradura y no tener que esperar más a que el inútil y sudoroso humano hiciera su trabajo de una condenada vez.

─Mi señora Coryn, os estamos muy agradecidos ─dijo hablando en representación de los ex-prisioneros, haciéndose portavoz de sus sentimientos─ Si está en vuestra mano, aunque han tenido la decencia de no ponernos apenas la mano encima (no nos hemos resistido), quisiera que se amonestara a los guardias que nos apresaron. En ningún momento hicieron el más mínimo esfuerzo para corroborar nuestra historia, pese a que la nombramos a usted y al mismísimo emperador ─lo justo era justo y no podía mirarse hacia otro lado porque el desenlace hubiera sido feliz.

En el fondo sabía que el elfo no habría perdido el tiempo y se habría dedicado a lo que él considerara verdaderamente importante, como volver a la fortaleza y darse un baño. Y luego, claro está, tratar de averiguar dónde estaban sus compañeros para ir a ayudarles, una vez que éstos hubieran hecho el trabajo sucio por él. No cabía duda que el trabajo duro, manual, no casaba nada bien con las delicadas manos de un mago, o un elfo para el caso.

─Sabía que nos localizarías y volverías con nosotros, Ailaserenth ─dijo cuando la Túnica Blanca les abandonó para atender sus asuntos.

Y lo dijo sinceramente, haciendo a un lado sus reproches infantiles por las incomodidades pasadas. Hacía tiempo se había dado cuenta que era siempre mejor remarcar las cosas positivas que pasaban antes que las negativas, porque lo positivo llamaba a lo positivo, mientras que echar en cara algo, por mucho que se tuviera razón, rara vez llevaba a algo bueno.

»Me alegro de no haberme equivocado.

Bien podría haber sido el caso y la opinión sesgada, visceral y no contrastada de Kylian no ayudaba, pero por fortuna el enano era de cabeza más dura, poco influenciable y con una considerablemente mayor cantidad de sentido común. O al menos eso creía, uno a veces se sorprendía.

─No, todavía no. Contábamos con llegar a Palanthas y descansar antes de poder invocar el poder de los dioses para ayudarnos en esos cometidos, Ailas, seguro que podéis entenderlo. Por desgracia pasar por los calabozos no nos ha ayudado en absoluto y estamos perdiendo un tiempo muy valioso. Sobre todo para Flechas de Muerte, a quien deberíamos revivir a la mayor brevedad, ¿verdad, Kylian? Luego podemos proceder con las preguntas, aunque no serán demasiadas, ¿estoy en lo cierto? ─preguntó de nuevo a la goblin/gnomo, para corroborar la información sobre los hechizos divinos necesarios, dado que no había hecho uso de ninguno de ellos con anterioridad y confiaba en el buen hacer de la clérigo de Gilean.

»Necesitaremos una valiosa gema para traer de vuelta a Flechas. Tengo en la fortaleza un lingote de acero que podría intercambiar por dos de ellas, creo, como mínimo una. Mientras tanto, recuperamos una serie de objetos (diez) de nuestros asaltantes que identificamos como mágicos, pero haría falta una identificación más exhaustiva. Si os parece, podríais proceder a la identificación con las perlas que quedaban en la fortaleza y comprando las que hagan falta con los fondos comunes. Seguro que podemos conseguir un buen precio por los objetos y reponemos sobradamente el coste de la identificación. Sólo si os parece bien, por supuesto.

Su beneplácito, obviamente, era absolutamente necesario. Nadie más en el grupo sería capaz de identificar los objetos. Tampoco se le ocurría que fuera a negarse, pese a su rigidez y aparente arrogancia Ailas había demostrado sobradamente su buen corazón. Aunque tal vez pesaban sus interesantes y plácidas conversaciones a deshoras en la fortaleza, entre sus múltiples ocupaciones para conseguir que la fortaleza voladora avanzara con éxito hacia su objetivo.

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20/08/2023, 10:35
Bugambilia

Bugambilia empezó a sentir algo parecido a la esperanza cuando el señor Ulfgar le dijo que podían traer de vuelta a su mentora. Lo desechó enseguida. No volvería a albergar esperanzas para nada. Nunca jamás. La esperanza sólo servía para que doliese todo más cuando se rompiera en mil trocitos pequeñitos, pequeñitos, pequeñitos.

Por eso cuando se cargó la cerradura metiendo los huesecillos que se encontró, ni siquiera suspiró. ¡Qué tonta! Sin darse cuenta había vuelto a poner esperanzas en salir de allí. Volvió a acurrucarse en el suelo a ver la vida pasar.

Entonces fue que apareció el señor Ailaserenth y levantó ligeramente la cabeza. Las palabras de Kylian todavía resonaban en su mente. ¿De verdad que era un traidor? Si lo era, era uno muy raro, porque los salvaba para traicionarlos y salvarlos después otra vez. Tal vez la señora Kylian estuviera equivocada. El señor elfo era raro, pero no parecía malo. La convertía en hidra, y eso le gustaba mucho.

Se levantó mientras el gordo intentaba abrir, escondiéndose convenientemente detrás del señor Ulfgar, no fuera que alguien la acusara de haber llenado la cerradura de porquería.

Tras las explicaciones se acercó al señor elfo mirándose los pies.

Gracias señor Ailaserenth por encontrarnos. No nos dio tiempo a hacer nada. Estaba todo cerrado, y unos guardias nos pillaron con el caballo con el que llevábamos a Flechas de Muerte y a uno de los bandidos, el que estaba más entero, y pensaron que habíamos hecho algo malo y nos metieron aquí y no nos dejaron salir, aunque la señora Kylian les insistió mucho y el señor Ulfgar los miró muy serio. —le informó.

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20/08/2023, 11:46
Avon Sheyl - "Terciopelo"
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Terciopelo abrió los ojos, contemplando en derredor sin lograr recordar demasiado bien lo que había ocurrido. La cabeza le palpitaba con cada latido del corazón, cada pequeño rincón del cuerpo le dolía. Las imágenes se sucedían en fogonazos, mientras contemplaba cuanto le rodeaba con confusión. 

Miró a los silvanesti. ¿Qué hacían allí? Enlazó con la imagen de otro elfo, un mago, que le atacaba haciendo uso de sus terribles conjuros. El elfo traidor. ¿Porqué no le había matado? Terciopelo se estremeció, recordando las horribles historias sobre los magos, y los engendros que creaban usando sus poderes. ¿Le habrían llevado allí para torturarle? Recordaba vagamente el rostro del túnica blanca. Pensó en el Emperador, y en todo cuanto había pasado por su cabeza en el momento en que el mago le atacó por la espalda, apareciendo de la nada mientras sus compañeros caían muertos a su alrededor.

Ese cerdo ambicioso va a conseguir lo que se proponía. Tendrá su maldita fortaleza voladora y podrá al fin dominar los mares y los cielos.

El plan estaba finamente urdido. Los zeboimitas serían sus peones, quizá involuntarios, orquestando aquel ataque. Sus propios agentes le habían advertido de él poco antes, llevándole a exponerse peligrosamente. ¿Porqué no había enviado a alguien en su lugar? Quizá no había tiempo, pero debía reconocer que no había pensado bien las cosas. Se había inmiscuido en la batalla confiando en la fama destructora de aquellos aventureros, pero no contaba con que uno de ellos, seguramente el más peligroso de todos, era parte de la emboscada y de la traición. Todo lo demás había venido solo, y él, Terciopelo, como único testigo, había sido apresado. Seguramente sufriría todo tipo de tormentos para obligarle a confesar. O quizá el mago se valdría de su magia para retorcer su mente o su voz. Le usarían de cabeza de turco, y, de paso, acabarían con la molesta presencia de la Legión de Acero en Palanthas. Markham debía estar riendo a carcajadas en su ostentoso trono.

Maldito seas, elfo.

Ojeó en derredor. Tenía las manos atadas y estaba amordazado. Sus armas estarían lejos. Escapar en aquellas circunstancias parecía improbable, pero más valía no descartar ninguna opción. Quizá los elfos se distrajesen en algún momento.

Notas de juego

Escudriño a ver si veo mis armas (u otras armas). Mira que tengo habilidades, pero no puse nada a Escapismo xD. Entiendo que podría intentarlo, con mi valor base. 

Si en algún momento los elfos se distraen, intentaría soltarme las ataduras.

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20/08/2023, 19:19
Kylian Brickstone

Ver llegar al estúpido elfo con afan de rescaterles, le hirió el orgullo profundamente. Se estaba dejando llevar por sus instintos y no por la razón, hecho totalmente reprochable a un bibliotecario y a un clérigo de Gilean. Debía ser más frío, aunque tras lo que había vivido en el último combate, le iba a ser complicado.

¡Maldita sea su madre! - Maldijo sólo para él. - ¿Es un traidor o no lo és? Esa es la cuestión. Desde luego no se comporta como un amigo, pero un traidor tampoco les rescataría a no ser que... deseara seguir a nuestro lado para averiguar más cosas acerca de ellos y su divina misión. - Reflexionó unos instantes mientras sus compañeros parloteaban. - Tendré que vigilarle de cerca... - Se resignó.

Fuera como fuera, Ailas había logrado su liberación, gracias sin duda a la intervención de lady Coryn. Podían volver a sus asuntos e incluso era posible que pudiera recuperar su medallón ya encantado, antes de volver a casa y esperaba que abandonar Palanthas por mucho tiempo. Identificar los objetos que habían saqueado era también algo que podían hacer antes de regresar, pero lo más importante de todo era resucitar a Enrielle e interrogar a un cadáver.

- Gracias por regresar a por nosotros... - Dijo de forma algo forzada, aunque no del todo, pues realmente agradecía salir de esa pocilga. - Supongo que te debo una... - Añadió con desgana. - Como han dicho Bugabilia y Ulfgar, no hemos podido averiguar nada. Aquí dentro ha sido imposible. - Confirmó. - Necesito rezar para obtener los dones de Gilean. Con ellos podré interrogar el cadáver. Hasta cinco preguntas creo poder formularle antes de que el conjuro expire. Y puedo devolverle la vida a nuestra querida Flechas de Muerte. Pero necesito un diamante por valor de unas quinientas piezas de acero. Es el precio. Puede que Enrielle regresa con sus aptitudes algo mermadas, pero aún así la quiero con nosotros. Ya la echo de menos. - Hizo una breve pausa. - ¿Podría descansar un poco y os encargáis vosotros del diamante y de identificar los objetos? - Sugirió. - Si alguien pudiera ir a recoger mi símbolo sagrado también se lo agradecería...

Notas de juego

No se si alguien más usa coraza, pero si es una coraza mejor que una coraza +1, podría quedársela Kylian... es una sugerencia también XD.

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20/08/2023, 21:14
Ailaserenth Sëlanar

Me causa una gran impresión escuchar la naturalidad con la que mis compañeros hablan de traer a la vida a los muertos. En toda la historia de Andalon no se sabe de ningún Mago de Alta Hechicería capaz de semejante prodigio, ni tampoco entre los más afamados magos renegados. Ni Galan Dracos, ni Fistandantilus, ni Raistlin Majere...

Y tampoco lo ha habido jamás entre los adoradores de los dioses. Ni la Hija Venerable Crysania, ni su predecesor Elistan, ambos Sumos Sacerdotes de E'li. Ni siquiera la heroína de la Lanza Goldmoon de los Que-Shu, quien trajo de vuelta la fe a Ansalon trescientos años después del Cataclismo.

Tales prodigios llevados a cabo por un mortal no se escuchan desde los tiempos del Príncipe de los Sacerdotes, Beldinas Pilofiro. E incluso ese es de dudosa credibilidad. Solo los dioses pueden llevar a cabo un milagro semejante y me sorprendería descubrir que precisamente Gilean, el dios de la Neutralidad, interviene de forma tan decidida en los asuntos de los mortales.

Si tal cosa ocurre, no cabe duda de que Kylian se habrá ganado mi respeto.

—Por supuesto, contad conmigo para cualquier cosa en la que pueda ayudar al regreso de Flechas de Muerte. Identificaré esos objetos que habéis recuperado y os ayudaré a obtener el mejor precio posible por ellos si con eso podemos pagar lo que haga falta para costear los gastos necesarios. Venderé lo que no sea mágico y compraré con ello el material que necesito para llevar a cabo las identificaciones, pero son demasiados objetos y necesitaré al menos un par de días para conocer la naturaleza de cada encantamiento.

»El emperador llegará mañana a la fortaleza y dudo que pueda tener memorizados para entonces los conjuros que necesito. Nos encontraremos allí cuando hayáis terminado vuestros quehaceres, pero no olvidéis la cita que tenemos. Sospecho que Su Majestad Imperial disfrutará más de la visita guiada si eres tú quien se la ofreces, Ulfgar.

Notas de juego

Creo que me vendría bien un poco de ayuda para cargar con el botín, así que veré si puedo alquilar una bestia de carga por la zona. También me da miedo ser asaltado en el camino de vuelta sin escolta, porque no me quedan más conjuros de teleportar por hoy, así que buscaré una posada respetable donde pasar la noche y teleportarme por la mañana. 

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20/08/2023, 23:53
Dungeon Master

Conseguir la ayuda de algunos porteadores para cargar el sangriento botín de los asaltantes no resulta nada complicado en Palanthas y tampoco deshaceros de las armas. Cualquiera puede ver que son de buena manufactura y también que tenéis prisa por deshaceros de ellas porque su procedencia seguramente no sea demasiado legítima. Vosotros no queréis contar cómo las conseguisteis y el armero que os las compra no desean saberlo si puede obtener un buen margen por la reventa.

Con lo que os dan por ellas compráis un caro collar de perlas y cuatro buenas botellas de vino que, según afirma Ailaserenth, necesita para llevar a cabo su ritual de identificación. Si alguno sospecha que sería posible realizarlo con vino más barato, ninguno se atreve a decírselo.

Por el momento, hasta que el mago elfo no tenga ocasión de preparar sus nuevos sortilegios, las armaduras encantadas viajan de acá para allá con vosotros. Están ensangrentadas y han sufrido algunos desperfectos, pero nada que Ulfgar no pueda arreglar con algo de dedicación en su forja.

Recorréis las joyerías del casco antiguo primero y del distrito mercantil después, buscando un diamante como el que Kylian os ha descrito para que sirva de faro para que el alma de Flechas de Muerte pueda regresar a su cuerpo. Por desgracia, no encontráis ninguno que os satisfaga. En todos los comercios que visitáis, pedís que manden recado a la Universidad de Palanthas en cuanto se hagan con uno y prometéis pagar lo que os pidan.

Personarse en el convento de Mishakal para reclamar los cadáveres que os requisaron anoche tampoco es plato de buen gusto. El llanto desconsolado de Bugambilia y el donativo bastante generoso que les hacéis a las religiosas, ayudan a que ninguna de ellas os pregunte cuál de todos vosotros está emparentado con esta pareja de humanos. No seréis conscientes, hasta muchos días después, de que alguna de las pertenencias de vuestra amiga se ha "extraviado" durante su periodo en el convento.

Recuperar el medallón sagrado de Kylian, en cambio, le resulta a Bugambilia mucho más sencillo. Salvo por las miradas recelosas del propietario, a la kender le basta con personarse en la tienda del artífice con el resguardo y recogerlo, puesto que la sacerdotisa goblin ya lo dejó pagado por adelantado.

Salvo el mago elfo, a quien no hay manera de convencer de que una segunda emboscada nocturna en el camino dos días consecutivos es improbable, el resto os marcháis a última hora de la tarde en una carreta alquilada.

A pesar del cansancio, tenéis tantas cosas de las que poner al día a Klunurig que no os marcháis a acostar hasta bien entrada la noche. El afligido druanti insiste en velar el cadáver de su pupila y, si no fuera porque le faltan los ingredientes para llevar a cabo su ritual, a ninguno os cabe la menor duda de que al amanecer descubrirías a Enrielle viva y coleando quién sabe bajo qué forma.

Notas de juego

NOTA: las armas y armaduras de gran calidad (no mágicas) se han vendido y con el dinero obtenido se han comprado las perlas (más que suficientes) y el vino. El dinero para el convento y para la carreta ha salido del fondo común.

NOTA 2: El cristal de mejora del arco de Enrielle le ha "desaparecido". Me costaba mucho acordarme cada turno de que hacía +1 de daño por fuego :P

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21/08/2023, 00:51
Dungeon Master
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El mayor tormento al que te ves sometido durante tu cautiverio es el dolor de espalda que te provoca estar tendido sobre una cama durante tantas horas sin apenas poder moverte.

Por lo demás, nadie acude a torturarte o a practicar embrujos en tu castigado cuerpo. Si ha sido Ailaserenth quien te ha traído hasta aquí después de atacarte (donde quiera que sea aquí), ni siquiera se toma la molestia de pasar a visitarte en tu cautiverio.

Quienes sí están presentes en todo momento son al menos dos elfos, aunque cuentas un total de cuatro relevándose a lo largo de la jornada. Si hay más ahí fuera, no lo sabes porque no te han dejado salir de la habitación ni para hacer tus necesidades. Se han limitado a darte un orinal y a mirarte fijamente mientras aliviabas tu cuerpo.

Tus armas no están a la vista, pero conservas tus ropas, tus brazaletes y tu anillo encantado. No te han desvalijado, ni maltratado, ni insultado e incluso han desatado tu mordaza y tus muñecas el tiempo suficiente como para que pudieras comer por ti mismo y estirar un poco tus extremidades.

En otras circunstancias tal vez hubieras aprovechado la ocasión para intentar escapar pero, en tu estado actual y con los tobillos engrilletados, sabes que no llegarías muy lejos antes de que tus vigilantes te abatieran de nuevo con sus lanzas y sus arcos como a un animal herido.

No han hablado contigo, ni respondido a ninguno de tus intentos de comunicarte con ellos. De hecho, la mayoría del tiempo es como si fueran estatuas y tú poco más que un mueble.

En tu ociosa cautividad, alternas periodos de duermevela en los que te preguntas qué harán contigo y cuándo acudirá tu verdugo a torturarte.

- Tiradas (1)
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21/08/2023, 00:51
Dungeon Master

17 H'rarmont 433 AC

El estruendo de clarines y cornetas os despierta con sobresalto. Tardáis un buen rato en reconocer que el sonido procede del patio de la fortaleza, de la campanilla encantada que cuelga del árbol mágico que los Qué-Shu regalaron a Klunurig. Allí, bajo su sombra, reconocéis a Ailaserenth vestido con su impoluta túnica blanca. Cuándo ha llegado es un misterio, pero hace ya un buen rato que el amanecer y la hora del desayuno quedaron atrás.

Afortunadamente para todos, el diligente Agapanto ha preparado un auténtico festín para agasajar al emperador en su primera visita al hogar del Vendaval de la Muerte.

Cuando la fanfarria sobrenatural cesa, podéis escuchar los cascos de dos caballos acercándose con tranquilo paso de paseo. Los guardias silvanesti les han abierto las puertas de la barbacana a ellos y a sus monturas, a las que reconocéis como lady Coryn y James Markham, con su aspecto de mercenario y su enorme mandoble a la espalda.

En el cielo, la pareja de dragones plateados proyectan grandes sombras sobre el patio empedrado, dejando claro que protegen a los recién llegados desde el aire al tiempo que os vigilan a vosotros.

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21/08/2023, 19:53
Ailaserenth Sëlanar

Conseguir perlas en la rica ciudad costera de Palanthas es casi más sencillo que hallar las plumas de búho que también me hacen falta para mis conjuros de identificación. Preparar los materiales y estudiar los encantamientos me lleva buena parte de la noche y me alegro de no haber perdido el tiempo viajando a la fortaleza.

Estoy tan enfrascado en lo que hago, que no pienso en la petición de Kylian hasta muchas horas después. Trasnochado como estoy.

Yo sí tengo un valioso diamante, uno que reclamé como parte de mi botín del dragón cuando hicimos reparto. Mis compañeros vendieron casi todo para que Ulfgar pudiera forjar encantamientos para sus equipos de batalla pero yo traté de salvar aquellas piezas que me parecían más singulares y hermosas: una corona de plata, una pálida aguamarina de talla oval y un pequeño diamante negro que no recuerdo haber obtenido de la cueva de Gurmoil. Sospecho que lo encontraron en otro lado, pero nunca pregunté dónde.

Que los demás se me hayan adelantado en su regreso a Mem no me preocupa. Terciopelo se encuentra bajo la custodia de mis leales compatriotas, nadie más que ellos sabe que está allí y los Héroes de la Desolación no tienen ningún motivo para invadir la privacidad de mi santuario en mi ausencia. Y, si así lo hicieran, mis conjuros protectores actuarían contra los indeseados intrusos.

Cuando el sol comienza a asomar en el horizonte, más allá de las montañas que rodean Palanthas, me encuentra ojeroso y somnoliento. Apenas he tenido ocasión de echar una cabezada y temo que a lo largo del día de hoy no encuentre un momento para hacerlo hasta bien entrada la tarde, o la noche tal vez.

En ningún momento he olvidado que esperamos la visita del emperador y de lady Coryn a alguna hora indeterminada de hoy, de manera que me teleporto a mis aposentos tan temprano como puedo para darles la bienvenida.

Para cuando la destacada pareja hace finalmente acto de presencia, yo estoy preparado para recibirlos desde hace horas. En nuestra ausencia Klunurig no ha hecho precisamente limpieza, pero al menos Agapanto ha preparado un tentempié que ofrecer a nuestros huéspedes mientras visitan las instalaciones.

—Sed bienvenidos, lady Coryn, milord... —saludo a ambos con una respetuosa pero no servil inclinación de cabeza—. Lamentamos profundamente no poder ofrecerles la recepción que merecen, pero hemos estado muy ocupados llevando a cabo la investigación que Su Majestad Imperial nos confió.

Notas de juego

Yo tengo el diamante negro de uno de los espectros del caos. Menos mal que me lo quedé en lugar de venderlo para comprar hechizos o encantar objetos mágicos... ¡Qué bueno soy yo, qué bueno soy yo, B-U-N-O!

Creo que un diamante que es la esencia de una criatura de sombra del castillo de Tantallon puede ser mi pequeña aportación a la epicidad del momento. No es lo típico que uno compraría por ahí en cualquier joyería. Me sale caro, pero todo sea por nuestra Flechas de Muerte (la tía encantadora que le ha dicho su auténtico nombre a todos menos a mí :P)

Me considero Fatigado durante la jornada por haber estado preparando conjuros de noche, aunque como elfo solo necesito dormir 4h/día.


Conjuros arcanos preparados (NL 10)
- Nivel 0 [4+A/día. CD 16]: leer magiaAdetectar venenoA, mano de mago, prestidigitación, remendar
- Nivel 1 [6+A/día. CD 17]: identificarx4, alarmasirviente invisible, sirviente invisible
- Nivel 2 [6+A/día. CD 18]: detectar pensamientosA, armadura de mago (prolongada), imagen múltiple, invisibilidad, fuerza de toro, protección contra las flechas, ver lo invisibleA
- Nivel 3 [4+A/día. CD 19]: clariaudiencia/clarividenciaA, acelerar, bola de fuego, heroísmo, sugestión
- Nivel 4 [4+A/día. CD 20]:  escudriñamientoA, esfera de invisibilidad (prolongado), globo menor de invulnerabilidad, polimorfar, tentáculos negros
- Nivel 5 [3+A/día. CD 21]: ojos fisgonesA, cofre secreto, teleportar y espejismo arcano
A: Adivinación [+1 conjuro diario/nivel; +1 CD; +1 NL; +1 TS]

Habré gastado "prestidigitación" y "remendar" en adecentar mi túnica blanca. Un "detectar veneno" para asegurarme de que la comida preparada por Agapanto esté en buen estado. Un "sirviente invisible" para barrer y adecentar por lo menos el comedor y cuando nos sentemos a la mesa gastaré el otro para que nos sirva. Una "alarma" y un "espejismo arcano" en la entrada de mis aposentos, como siempre. El "teleportar" por razones obvias y el "cofre secreto" para poder traerme todas las armaduras encantadas. "Armadura de mago" y "protección contra las flechas", por si las moscas.

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21/08/2023, 23:37
Ulfgar Eisbart

Agotados por la pequeña pero sangrienta batalla, deshechos moralmente por la pérdida de la arquera humana (una amiga y compañera fiel) y abrumados por el regreso tedioso, pesado, los héroes acabaron la jornada con sus huesos en una indigna prisión. "Agotado" no describía su sensación ni de lejos. Y nada más salir de entre rejas resultaba que tenían montones de cosas que hacer.

Ulfgar se afanó a llevar a cabo sus quehaceres, eficiente, educado y fiable, como era costumbre. Apenas si se había permitido el lujo de arreglarse un poco la barba y limpiarse apresuradamente en una fuente pública antes de comenzar con ello. Dormir en condiciones vendría mucho más tarde.

Joyería tras joyería, el corazón del clérigo de Reorx se fue encogiendo proporcionalmente a la cada vez más improbable posibilidad de encontrar la gema que necesitaban. Hubiera sido demasiado fácil disponer de ella en la fortaleza y poder conjurar el beneplácito de Gilean para traer de vuelta con ellos a la muchacha humana. Se esforzaron para conseguir la joya, no obstante, aunque tal vez debieran tirar una vez más de favores para conseguirlo. Pronto se vería.

Pronto podía ser, perfectamente al día siguiente, pues la siguiente jornada el mismísimo emperador de Solamnia se personaría en el lugar al que el enano se había acostumbrado a llamar hogar. El más extraño, caótico y encantador hogar en el que había residido. No lo cambiaría por ningún otro. Y, sin embargo, podían perderlo aquel mismo día. Todo dependía de la voluntad y parecer de un solo hombre: el emperador James Markham.

Aplicado, sereno y disciplinado, antes de acostarse el Yunque Poderoso de Reorx se había arreglado correctamente la barba, se había aseado en profundidad (librándose de sangre seca y piel quemada producto de la emboscada) y había dejado preparada su armadura y ropa para la siguiente jornada. Nada más despertar, tras un corto pero reparador sueño, arregló lo arreglable y limpió lo limpiable. Incluso preparó una breve oración para remendar1 su ropa y mejorar su apariencia. Aún sin ser nadie, aquella mañana parecía una persona digna y entera, con ese aura que sólo los clérigos de cierto nivel son capaces de proyectar, sea cual sea su situación.

El son de clarines y cornetas sorprendió al enano ya despierto y en marcha, masticando algo de cecina. Se enjuagó la boca con algo de cerveza, se limpió con una servilleta de tela y marchó automáticamente hacia el patio para reunirse con Ailaserenth.

─Os veo bien, maese Ailaserenth. ¿Preparado para hacer cambiar de idea al hombre más poderoso de Ansalon?

Notas de juego

Truco de Remendar, nivel 0. Este seguro que lo puedo preparar en un momentito, pero, ¿tenemos posibilidad de preparar el resto de hechizos?