Partida Rol por web

[DM] Equipo-A & 13th Age - Madera de fresno dorado

Madera de fresno dorado - segunda parte

Cargando editor
13/08/2020, 10:44
Bosque Dragón

Écedor amigo de los fresnos había dado indicaciones a Ralfinder para llegar al Refugio. A lo largo del trayecto había marcas en troncos de árboles y piedras para señalar el camino. Señales sutiles de montaraces que resultaban invisibles salvo para el ojo entrenado de Ralfinder y que les guiaban siguiendo veredas apenas distinguibles y el curso de riachuelos, evitando las zonas más densas del bosque a través de las cuales el avance era imposible.

La mayor parte del tiempo, solo la seguridad que mostraba Ralfinder convencía a los demás de que estaban avanzando hacia su destino y no dando tumbos a ciegas, completamente perdidos en la espesura.

Al atardecer del cuarto día llegaron al Refugio, que consistía en tres cabañas de madera situadas a la orilla del remanso de un riachuelo que formaba una pequeña balsa de aguas cristalinas. Próximo a las cabañas había un montículo cubierto de césped dorado y un gran fresno de hojas también doradas.

Aunque en el montículo no había otro árbol a parte de aquél fresno. El bosque se extendía espeso en torno al conjunto de remanso, cabañas y montículo. Entre los árboles más próximos al montículo, había fresnos, algunos de los cuales tenían varias ramas de un color más claro que el resto y algunas hojas de un color entre verdoso y dorado.

Écendor dio la bienvenida al grupo y les ofreció una cena compuesta por truchas asadas, verduras y bayas.

- Bienvenidos. Vuestra visita me llena de esperanza. Quizá vosotros, que sois aventureros experimentados, podáis llevar la carga y disuadir a los asaltantes para siempre. Si es que os asaltan. Si no, la última carga, dará algo de alivio económico a Chakta Ren, cuya situación es desesperada.

Cargando editor
13/08/2020, 23:42
Mosco “Goodfire” Murdock

- Wow! – Mosco parecía gratamente sorprendido – Bonitas chozas… - reconoció asintiendo con la cabeza – y gracia por ocuparte de la comida. Podría acostumbrarme a pasar una buena temporada aquí tranquilo… - seguro que en la parte de atrás podría montar una destilería de alcohol y con los cálculos el enano hacer el mejor aguardiente que tumbara a un troll en el segundo chupito.

- ¿Dónde está la madera? – quería evaluar cuanta había, como de voluminosa era y cuanto podría pesar – Y para transportarla usaban ciervos, ¿cierto? ¿Hay que entrenarlos para que transporten la carga o con cazar unos cuantos y engancharlos saben lo que hay que hacer?

Cargando editor
14/08/2020, 00:10
Balaudrin

Balaudrin llegó al refugio algo molesto, aunque no particularmente cansado. Sus piernas eran mucho más jóvenes que su rostro, y sus pasos mucho más ágiles de lo que cualquiera esperaría de un anciano. Por otro lado, su ánimo era menos alegre, ya que el paseo por aquel bosque resultaba cansino. Sus piernas, cortas y gruesas, se enganchaban con frencuencia con zarzas y raíces, que arrancaba a su paso con gruñidos de molestia pese a las miradas inquisitivas de Ralflinder. No es que el enano tuviese interés en destruir la flora del lugar, pero esta parecía empeñada en engancharse en sus botas, o en sus pantalones, o en la infinidad de cachivaches que llevaba colgados a la espalda, en su pesada mochila. De todos modos, lo que le ponía de peor humor era tener que pasar tanto tiempo prestando atención a su entorno, en vez de poder dedicar ese tiempo a reflexionar sobre los muchos diseños que tenía pendientes de construir.

La llegada a Refugio no le sorprendió gran cosa: el lugar parecía cualquier cosa menos un refugio, según los estándares enanos, que para temas de construcción eran esencialmente los de Balaudrin.

- No sé quién se va a refugiar en esas casetas. - gruñó, con un mal humor inusual en él, salvo por los últimos días - No aguantarían el soplido de un par de trolls.

Después vieron a Écedor, y Balaudrin quiso presentarse según los estándarse de otros pueblos, pero los de los semielfos se le escapaban, así que dijo lo que se le ocurrió.

- Buenas tardes, señor Écedor, un placer conocerle. - miró a su alrededor - Dicen que transportáis la madera con ciervos, aunque yo tenía entendido que los ciervos solo servían para hacer guisos. La curiosidad por ver este peculiar fenómeno me ha permitido arrastrar mis piernas hasta este lugar tan profundo.

No lo dijo explícitamente, pero a Balaudrin el tema del transporte de la madera le traía sin cuidado. Chakta Ren no había querido negociar un precio razonable (¿qué son doce monedas de cada cien de un negocio que produce cero monedas?) y aquel Écedor no parecía ser de los que aflojaban la bolsa. Pero el interés en saber qué eran aquellos "orcos" le mantenía motivado.

Cargando editor
14/08/2020, 07:21
Ralflinder

Estaba claro que el Bosque Dragón tenía personalidad propia. Ralflinder se daba cuenta de que sus compañeros no lograban apreciarlo realmente y lo tomaban cómo un apiñamiento más de árboles, pero él podía ver y sentir mucho más que las señales de comino seguro dejada por sus habitantes.

Había árboles muy ancianos, mucha historia que vivia debajo y encima de la tierra; se preguntaba si su gente podría prosperar en esos parajes.

Luego de probar las vituallas que les había convidado el dueño de casa, sintió que algo del lugar lo conmovia, por lo que se puso de pie, dejando que el resto siguiesen descansando y hablando con Écedor, y con pasos ligeros se acercó al montículo dónde habitaba aquél majestuoso árbol de hojas doradas.

Se arrodilló sobre el suave césped y susurró unas palabras en su idioma natal, pidiendo permiso a quienes eran los habitantes originales de ese lugar, y comenzó a entonar una antigua melodía que había aprendido con los sanadores de Bosqueprofundo.
La canción duró unos pocos minutos. Cuando su voz se apagó, se puso de pie y retornó a la mesa, con la capucha echada atrás, los cabellos sueltos y el rostro radiante.

- ¿Hay cavernas bajo estas raíces y viejas rocas? - preguntó al semielfo y al mismo tiempo lanzando una mirada picarezca al enano - Quizá valdria la pena buscar eso Balaudrin, los rastros de los asaltantes no eran nada claros y desaparecían en la espesura. Descartar que tengan alguna guarida subterránea suena bien, después de todo es un modo ideal para moverse en los bosques - mostró una sonrisa ancha - Se los aseguro por experiencia -

Cargando editor
15/08/2020, 00:00
Augusta

No disfrutaba Augusta de aquellos paseos por la naturaleza.

Había crecido con un terror místico al bosque, inculcado cada maldito día por cada maldito pueblerino de su aldea. Años antes de que naciera ella, los duendes del bosque habían matado al señor y su familia, habían desollado y colgado sus cuerpos en el porche de su mansión. Todo el que atravesaba los límites de la floresta desaparecía para siempre, hasta que llegó un día que nadie más se atrevió a hacerlo. Hasta que lo hizo ella. Y probablemente, se decía, nada había cambiado en la aldea, porque ella tampoco había vuelto.

El bosque había sido su crisol, y le devolvía a la mente la precoz ordalía. No era aquel bosque este bosque, por supuesto; uno lejano, al sur del Imperio, pero para alguien como ella, todo bosque era uno mismo.

Lo peor, sin embargo, no era la desazón que le traían los recuerdos, sino el dolor que le producía recorrer los desniveles. Tras largas jornadas de marcha por las pistas de tierra, sorteando maleza, rocas y ramas caídas, se sentía como si le estuviesen creciendo dientes en la rodilla, y cojeaba como si tuviese una pierna más larga que la otra.

Alcanzar el refugio fue un alivio en todos los sentidos.

Me llaman Augusta, señor Écedor, se presentó. Mucho gusto. Particularmente, el gusto de dejar caer en una esquina las piezas pesadas de su armadura, el hacha y el arcabuz, y sentarse con la pierna estirada, apoyada sobre una silla.

Ya durante la cena, la conversación se dirigió con rapidez hacia el tema que les había traído allí.

Mejor manera sería volar como las aves, replicó Augusta, sin un atisbo de sorna en el tono. Si no han encontrado rastros hacia los asaltantes ustedes que son expertos, se refería a Ralflinder y Écedor, más nos vale que encuentren ellos rastros hacia nosotros. Humo y jaleo hasta que estemos satisfechos.

Cargando editor
16/08/2020, 16:58
Bosque Dragón

A petición de Mosco, Écedor les llevó a una de las cabañas organizada como almacén para mostrarles la mercancía.

- Los listones de madera que veis, provienen de los fresnos dorados que crecen en torno al montículo adentrándose en el bosque. Evitamos cortar los árboles enteros y nos conformamos con ramas gruesas de las que obtenemos listones no muy gruesos. De vez en cuando, si algún pedido demanda alguna pieza más grande, cortamos uno o dos de estos árboles.

- Luego están estas ramas- Écedor mostró varias ramas de una madera marrón que emitía un sutil brillo dorado. Algunas gruesas como un brazo y otras delgadas como dedos. - Estas las tomo del árbol del montículo y son verdaderamente poderosas. Se utilizan para fabricar báculos y varitas.

Pero la madera no era lo único que transportaban. Balaudrin pudo reconocer ingredientes muy poco frecuentes que eran necesarios para elaborar determinadas pociones como ciertas setas, bayas, musgos. Tanto él como Augusta pudieron reconocer unos saquitos de azufre del que se usa para elaborar pólvora negra y que, según les comentó Écedor, tenía la propiedad de facilitar el uso de hechizos pirotécnicos.

En pequeñas cantidades había otros elementos tan exóticos como crines de unicornio y pequeños fragmentos de escamas del dragón que habitó esta región del bosque en una era anterior.

 

Atamos los listones de madera a los costados de ciervos y los demás ingredientes van en alforjas. Mi amistad con los ciervos y la protección que les brindo bastaba para que se prestasen a ello. Pero después de los ataques, utilizo algo de magia para sugestionarlos. Además uso una pizca de láudano en el abrevadero para que estén relajados y distraigan su atención del hecho de que sus compañeros no vuelven. No es que los ciervos sean muy listos, pero tampoco son ciegos ni tontos. - Era evidente que Écedor se avergonzaba de manipular de esa manera a los animales sin su consentimiento. - Usamos una docena de ciervos cada viaje.

- ¿Hay cavernas bajo estas raíces y viejas rocas?

Conozco esta región como la palma de mi mano y os aseguro que en tres días de camino a la redonda no hay más cavernas que las madrigueras de los pequeños animales del bosque. Más allá, es posible, aunque yo no conozco ninguna.

Cargando editor
16/08/2020, 22:25
Mosco “Goodfire” Murdock

- Hum, creo que me podría quedar con una de esas ramas para una varita que ponga en su sitio a la mía… - dijo Mosco pensativo - ¿Tú que dices, Balaudrin? ¿Te vendría bien también una varita nueva? – ya le dijo a Chakta que ellos sacarían su parte.

 

Había algo en el relato que no le cuadraba…

- Esta bien eso de ser amigo de los ciervos y que transporten la madera de buena gana… - comentó pensativo.

- ¿Qué pasó con los ciervos en el ataque? Los chicos dijeron que los cosieron a flechas. ¿Qué hicieron después con sus cuerpos? ¿Los dejaron allí o se los llevaron? – que unos orcos dejasen allí carne buena de ciervo para comer si que no se lo creería; no veas si estaban ricos los condenados… y si se habían llevado los cadáveres, tenían que haber dejado un rastro que hasta Mosco mismo hubiera sido capaz de seguir. ¿Cómo era posible que el explorador no lo hubiera encontrado?

Cargando editor
17/08/2020, 01:59
Ralflinder

- No creo que los atacantes hayan sido criaturas aladas - respondió a Augusta y su insinuación, aunque a estas alturas cualquier cosa era posible.

Se volteó hacia Mosco - Los cadáveres de ciervo quedaron en el lugar dónde cayeron, excepto un par de ellos que fueron carneados a la usanza de los cazadores - se encogió de hombros - Si se hubiesen llevado los ciervos enteros es porque pedían a gritos que los encuentren, ¿no? - finalizó con una mueca.

Lanzó una poderosa carcajada, doblándose con ambas manos sobre el vientre - Definitivamente en tu vida de quarterling necesitas pasar más tiempo con los hechiceros y artesanos de La Corte, para aprender que los artefactos maravillosos no se crean de un día para el otro - se secó la lágrimas - O te lo puede explicar Balaudrin aquí mismo -

Cargando editor
17/08/2020, 22:02
Mosco “Goodfire” Murdock

- A eso me refiero. ¿Los orcos se paran a descuartizar solo a algunos de los ciervos? ¿Te parece el comportamiento típico de orcos? Nah… demasiado refinado. Una banda de orcos errante no habría dejado atrás comida fácil para varios días. – le aclaró.

Su sonrisa se ensanchó ante la pulla de la corte élfica. Aún seguía cayendo en la fachada de borracho estúpido.

- ¡Claro que no se crean de un día para otro! Jajajajaja Pero todo viaje comienza con el primer paso, primo. – le dijo sonriendo y enarcando las cejas en aspecto cómplice.  

Cargando editor
18/08/2020, 00:05
Balaudrin

- Que no hay cavernas cerca ya lo sabíamos. - dijo con indiferencia - Ya lo calculé.

Balaudrin observaba con interés y ambición aquellos trozos de madera, pensando en los arreglos que podría hacerle al Haul con ellos. Podría sin duda mejorar el tren delantero, haciéndolo más flexible y dinámico, reduciendo el traqueteo. Eso sería interesante para poder trabajar sobre él. Llevar aquellos maderos de vuelta a Ciudad del Río Púrpura sin duda sería un desperdicio.

Indiferente a las rencillas entre Ralflinder y el quarterling (con el que aún tenía cierto mosqueo por haber querido intervenir en su ritual de camuflaje... cómo se atrevía), sopesó algunas de aquellas ramas, pensando que iría mucho mejor si talasen uno o dos de aquellos fresnos dorados. Al fin y al cabo, eran árboles, y si alguna costumbre tenían estos era la de crecer donde nadie los llamaba. Pero desistió de decir nada.

- No parece que tengamos mejor opción para atraer a los atacantes que esta. - movió un leño con la derecha, lanzándolo brevemente al aire para recogerlo con soltura - Aunque, si lo que buscan los asaltantes es la carne de ciervo, poco importará que la carguemos de leña.

Balaudrin se encogió de hombros. A Ralflinder y su amigo Écedor no les gustaría la idea, pero estaban usando a los ciervos como carnada.

- Y yo me pregunto, buen Écedor. ¿Esos ciervos accederían a llevar algo aparte de la leña?

Notas de juego

Por mí podemos pasar a día siguiente, aunque ayudaría si en la escena previa podemos echar un vistazo por la zona del asalto anterior.

Cargando editor
18/08/2020, 00:21
Augusta

Toda esa madera decía muy poco a Augusta. Era madera como cualquier otra madera. Podrían fabricar con ella una buena culata de arcabuz o empuñadura de hacha. Un escabel de patas recias en el que reposar las piernas después de otra maldita caminata. El esqueleto de un catre que le durara más de unas semanas.

Muy diferente hubiese sido su opinión si, en lugar de ser madera de fresno dorado, se hubiese tratado de un metal de propiedades superiores: mithril, oricalco, adamantita… No le hubiese venido mal para reforzar su armaduran.

Le sorprendió ver, hasta que Écedor explicó para qué los empleaban, los saquillos. No necesitaba mirar su contenido para identificarlo, tan característico era su olor.

Su propio tabaco tenía una pequeña cantidad de azufre, un pellizco en cada libra, lo justo para darle aroma. Aspirarlo en aquella caseta avivó la necesidad del vicio, y Augusta sacó su pipa, su petaca de tabaco y su lata de yesca.

Los orcos son gentes primitivas, aventuró. Puede que no sepan cómo conservar la carne sin que se pudra. O que no quisiesen hacerlo. Golpear, llevarse lo esencial y desaparecer. Los cruzados del Inquisidor no los encontraron cuando peinaron el área, así que deben moverse rápido. O que pueden volar, añadió, mirando a Ralflinder. O que en realidad no son orcos.

No le seducía la idea de regresar al día siguiente con el cargamento. Demasiado precipitado. Por otro lado, Ralflinder no había sido capaz de encontrar el rastro de los asaltantes, como no lo habían sido los cruzados meses atrás. Pocas alternativas veía.

Tres ataques espaciados en cuatro meses, les recordó. Raro será que nos den problemas tan pronto. Pero podemos llevarle el cargamento a Chakta Ren como muestra de buena voluntad.

Cargando editor
19/08/2020, 11:18
Écedor amigo de los fresnos

Y yo me pregunto, buen Écedor. ¿Esos ciervos accederían a llevar algo aparte de la leña?

Algo ¿Cómo qué? Los ciervos son buenos amigos y accederán a llevar cualquier cosa que no les resulte amenazante o penoso de cargar. 

Mañana al amanecer puedo tener todos dispuesto para vuestra partida.

Cargando editor
19/08/2020, 23:47
Mosco “Goodfire” Murdock

- No saben conservarla sin que se pudra, pero si saben llenarse el estómago con ella para saciarse durante tres días por si no encuentran más piezas que cazar en ese tiempo. Sin embargo, estos sabían cortar las piezas buenas de los ciervos, y dejaron la madera y los componentes que transportaban, ni persiguieron a los muchachos.

- Eso quiere decir que sólo querían la carne de los ciervos, por el motivo que fuese, o simplemente dañar a Chakta, pero eso tampoco tiene sentido porque simplemente había que regresar al lugar del ataque a recuperar la carga que dejaron allí mismo.

- Yo pregunto, ¿qué tienen de especiales esos ciervos para hacerlos valiosos? No puede ser simplemente que fueran una caza más sencilla.

- ¿Supiste reconocer el tipo de flechas que usaban? ¿Eran refinadas como las de los humanos? ¿Elegantes como las de los elfos? ¿O toscas como las de los orcos?

Cargando editor
20/08/2020, 23:11
Augusta

Querían a los ciervos y dejaron la mayor parte... dijo Augusta, poco convencida.

Más probable parecía que el objetivo fuera dañar a Chakta. Era lo que pensaba desde que Ralflinder había regresado y les había descrito el escenario del asalto. Habían dejado atrás las valiosas mercancías, tomando solo lo justo para alimentarse un par de días.

¿Qué hay de lo demás, señor Écedor? preguntó al semielfo. ¿Echó en falta alguna de las otras mercancías?

Tampoco podían descargtar que hubiese fuerzas en el bosque interesadas en expulsar a los hombres que trataban de usar sus recursos para sus propios fines. Que tal vez no entendiesen que la empresa de Chakta evitaba esquilmar esos recursos. O que entendiesen demasiado bien la naturaleza de la ambición...

¿Habitan en esta zona seres del bosque? La flaura y fauna autóctona eran seres del bosque, pero a lo que Augusta se refería con torpeza era a criaturas inteligentes, a fatas, dríadas o espíritus del bosque.

Cargando editor
22/08/2020, 23:03
Écedor amigo de los fresnos

- Yo pregunto, ¿qué tienen de especiales esos ciervos para hacerlos valiosos? No puede ser simplemente que fueran una caza más sencilla.

Ojalá tuviera respuestas a tus preguntas. No sé porqué nos atacaron. Si hablaste con los muchachos o con Chakta, ya te habrán contado todo cuanto saben. Yo sólo puedo añadir que he rastreado la zona sin éxito. No he encontrado a esos orcos.

- ¿Supiste reconocer el tipo de flechas que usaban? ¿Eran refinadas como las de los humanos? ¿Elegantes como las de los elfos? ¿O toscas como las de los orcos?

Las flechas eran toscas. Como la de los orcos imagino. No he tenido contacto anterior con ellos. Si alguien ha querido engañarme con flechas de imitación, ha podido hacerlo.

¿Echó en falta alguna de las otras mercancías?

No eché en falta nada en concreto. Todo estaba destrozado y desperdigado. No parecía un asalto motivado por robar la mercancía.

¿Habitan en esta zona seres del bosque?

No en esta exactamente, aunque si te adentrás en el corazón de Bosque Dragón, seguro que las encuentras. Yo mismo he sido capaz de acercarme a un unicornio y cortar mechones de sus crines. Pero para eso tuve que internarme aún más en el bosque. Aunque os parezca que estamos en lo más frondoso, esto es solo la periferia del verdadero Bosque Dragón.

Cargando editor
23/08/2020, 22:05
Mosco “Goodfire” Murdock

- Entonces, ¿qué? ¿Vamos a ver si conseguimos rastrearlos otra vez o preparamos la zona para defendernos en el nuevo transporte? – pregunté sin darle más vueltas.

Cargando editor
24/08/2020, 16:58
Balaudrin

- Tomemos el camino, y que la fortuna provea.

Notas de juego

Por mi parte podemos pasar al transporte de la madera.

Cargando editor
24/08/2020, 17:08
Ralflinder

- Coincido, es mejor prepararnos y viajar. Rastrear una zona tan extensa, luego del tiempo que ha pasado, sería una tarea ardua incluso teniendo varias patrullas de rastreadores locales -

- Es que nos quedan ahora dos opciones: o nos atacan y nos ahorran rastrearlos, o llevamos el cargamento sin problemas y tenemos que pensar en un segundo plan -

- Yo me encargo de organizar las guardias -

Notas de juego

Opino lo mismo que Balaudrin

Cargando editor
25/08/2020, 10:58
Augusta

La respuesta de Augusta fue un murmullo ronco, inarticulado. El elfo no había encontrado el rastro jornadas atrás con sus dos agudos ojos, y no iban a encontrarlo cuando había pasado tanto tiempo, aunque contasen con seis ojos más. Era el momento de dormir y recuperarse lo que pudiese, que no sería suficiente. El viaje de vuelta sería doloroso y miserable, y no confiaba en que la suerte les concediera más que el regreso sin incidentes que, por una vez, no necesitaban.

Cargando editor
25/08/2020, 23:18
Mingxia

--- El sueño de Augusta ---

 

Aquella noche Augusta tuvo un sueño inquietante. En él se mezclaban el bosque de sus recuerdos y el bosque actual. Todo era confuso.

En un momento dado estaba muerta, enterrada bajo el montículo y un fresno extendía sus  raíces por su cuerpo, nutriéndose de su carne descompuesta y extendiéndose entre sus huesos, rodeándolos como el ataúd que no llegaron a construir para ella, Mingxia la antigua heroína que en una edad pretérita luchó en nombre del Wyrm Dorado contra los demonios y que murió en combate en ese mismo punto donde más tarde se levantó el promontorio y sobre el que creció el freno. Al pasar su esencia al árbol, este asimiló también su historia y el poder que hacia ella manaba del Gran Wyrm Dorado cuando estaba viva. Así fue como aquel fresno se convirtió en el árbol encantado y fabuloso que coronaba el promontorio y en menor medida algunos de los fresnos del entorno estaban tocados también por la esencia del icono.

En algún momento Augusta se hizo consciente de que no era ella la muerta, sino una antigua campeona del Gran Wyrm, cuya imagen fantasmal ahora se sentaba a su lado, meditabunda y perdida.

- Presiento que se cierne una amenaza sobre el bosque. La oscuridad crece en el oeste. - Permaneció en silencio un rato. ¿Acaso ni siquiera veía a Augusta?. Pero luego la miró. - Se te ve frágil. No creo que seas lo bastante fuerte para hacerle frente. - Alargó la mano para coger del suelo una pluma del suelo. Era de un cernícalo o un milano y tenía algo de polvo. - Toma, llévala contigo. No es gran cosa, pero bueno, la fuerza debe salir de dentro. - Hizo un gesto inspirando y expirando acompañando el movimiento con las manos. - La fuerza está en el interior.

Se levantó para marcharse y antes de desvanecerse mientras se alejaba dijo.- Tampoco tu problema es gran cosa. Pero la sombra crece más allá del bosque.

Notas de juego

Talismán de protección

Pluma vieja de ave de presa. ¿Milano?¿Cernícalo?... +1 a todas las defensas (física y mental).

Peculiaridad: Te apetece comer pequeños roedores, como conejos pero también ardillas o ratones y arrancarles la carne a tirones con los dientes.