Partida Rol por web

Tras repasar todo el pueblo Jack Horne se decantó por uno de los edificios más cercano a la iglesia y por extensión a su campanario. Optó por el único que tenía la posibilidad de subir a la azotea desde la que podía ocultarse de los desgraciados que pasarían por debajo.

Lo tenía claro, la estrategia sería disparar y ocultarse, y vuelta a empezar hasta que hubiera conseguido los 500 dólares o la bolsa gorda de la partida —como diría el ludópata del grupo—. Con ello en mente se arrebujó en aquel tejado acompañado de un petate de comida y un odre de agua, y aguardó dejando las horas pasar.

De pronto, oyó caballos a lo lejos.

Desde tu posición podías ver perfectamente el campanario, lo que significaba que sin duda Goody también podía verte a ti y donde podía poner el ojo podía poner la bala... esperabas que no tuviera demasiadas ganas de quedarse con todo. 

En el establo apenas habría media docena de caballos, si eso era todo lo que tenían en el pueblo quizá no fuera la mejor de las distracciones. 

Un buen puñado de barriles, un montón de pacas de hierba y algunas herramientas de granjería: no parecía que hubiera nada por allí que te pudiera ser de especial utilidad ¿o si?

Goodnight llegó a lo alto del campanario y se agachó durante unos segundos. En cuanto volvió a la vista observó la dirección de la que tendrían que venir los bandidos. Agitó el sombrero en dirección al establo, donde debía estar Cosecha Roja y en cuanto se fijó en él lo señaló, para posteriormente hacer un gesto con la mano indicando con el pulgar hacia abajo.

Vas a perder. Hasta un shoshoni lo entendería.

Horne se apretujó contra su parapeto mientras sentía cómo el gran momento se avecinaba, estaba visiblemente incómodo y nervioso.

Desde el este (acceso D) pudisteis ver como una nube de polvo se levantaba, quizá fueran una media docena de hombres... sus monturas parecían descansadas y ellos bastante seguros de sí mismos. 

Cosecha Roja se movía hábilmente entre los caballos, procurando que estuviesen sueltos por si había que espantarlos para realizar alguna emboscada. El muchacho aprovechó para, con disimulo, cortar todas las bridas, de modo que tranquilizarlos fuese misión imposible. Seis caballos podían parecer pocos, pero eran suficientes para distraer si era necesario. Después, llenó a toda velocidad uno de los barriles con paja. No le sería complicado utilizarlo para ocasionar un pequeño incendio. Para cuando subió al tejado, bastante más bajo que el del resto, los demás ya habían alcanzado posiciones e incluso Goody le hizo un claro gesto. El bueno de Goody... Cosecha Roja sonrió mentalmente. Lo que aquel tipo no sabía era que tanto ganar como perder le vendría bien. En un gesto claramente socarrón, el jovenzuelo respondió a su mirando hacia los lados y señalándose a sí mismo. "¿Hablas conmigo?"

En aquel momento, se acercó la banda. Sería media docena, y tenía que ser el doble. Eso no le gustó, pero además, algo más le hizo ponerse alerta. Sin dudarlo un segundo, al fin y al cabo, hasta que se matasen entre ellos eran compañeros, levantó el puño como aviso de que algo no marchaba*

Y claro que algo llamaba la atención además del número, y eran las estrellas que se dejaban entrever en las pecheras de algunos ¿eso de las estrellas no era cosa de la "Ley"? O algo no habías entendido bien de esa gente... o los hombres que entraban al pueblo por la entrada "equivocada" no eran los que estabais esperando exactamente. 

Con el ceño fruncido, el shoshoni se llevó la mano al corazón e hizo un gesto con la mano que en la distancia, parecía una triangulación o algo con puntas. No estaba muy seguro de que pudiesen ver la forma que estaba dibujando, de modo que señaló al cielo y se llevó la mano al pecho semidesnudo, haciendo como que cogía algo de él. Repitió el gesto un par de veces, haciendo hincapié en el pecho y señaló a los recién llegados.

Mirad ahí

Llevaba un rato con los ojos cerrados aguardando cuando de pronto lo escuchó, primero como un suave murmullo que con el tiempo fue haciéndose más y más audible.

Cargó su fusil Henry y aguardó a que avanzasen más, para iniciar la emboscada.

¡Ya estaban aquí!

Goody sonrió, tocándose el ala del sombrero a modo de afirmación. Entonces a lo lejos, por la calle principal vio aparecer un grupo de hombres a caballo y les hizo una señal con las dos manos abiertas mostrando los dedos, 10, tal vez 15, ya estaban allí. Por otro lado por la calle del banco venían 6 hombres, y la reacción del shoshoni le hizo quedarse mirándolo. ¿Que le estaba pasando? ¿Estaba invocando a Manitú? ¿Había perdido el juicio? Empezó a hacer cosas raras en su pecho y Goodnight empezó a cargar el arma con prisas. Les iba a descubrir, iba a hacer alguna cosa de indios e iban a morir todos. Descorrió el cerrojo y apuntó con manos temblorosas. Podía disparar, aquello no era un hombre, solo era un indio, solo un maldito y bastardo indio que les iba a descubrir.

Se tocaba el corazón haciendo formas raras, y luego señalaba al cielo, y luego al pecho. Indios, negros, todos eran iguales... negros... puntas, pecho, estrella, pecho...pecho.... Estaba demasiado lejos, pero parecía como si el shoshoni estuviera diciendo que esos hombres llevaban estrellas en el pecho. Refuerzos? Podía ser, pero si llegaba la diligencia tan malos como los que llegaban desde el otro lado del pueblo.

No había visto las estrellas, y estas podían ser falsas, pero teniendo tantos blancos en la calle principal no iba a molestarse a atacar en primer lugar a los de la calle del banco.

Al ver que Goody le apuntaba el indio hizo un gesto llevándose las manos a la cabeza y luego bajándolas que claramente venía a decir "tu estás tonto". Y a pesar de todo, no parecía asustado. No porque fuera compañero o porque pensara que fuese a fallar, sino porque el destino estaba fijado. Haría lo posible por sobrevivir, pero no se comportaría como un cobarde por ello. 

Cosecha Roja sacó el arco. Si venían diez personas por el otro lado serían los "visitantes". Pero claro, aquella gente de la estrella en el pecho ¿eran los guardias de la diligencia o los que iban a enfrentarse a los intrusos? Ciertamente, el muchacho no lo sabía... pero lo cierto era que el sheriff no les había advertido. Solo había dicho que había que matar a los que entraban en el pueblo. En silencio, tensó el arco, esperando una señal.

Conforme el grupo de jinetes avanzaba un poco más, cruzando frente al banco, al otro lado del paso y entre el polvo levantado podíais ver la diligencia que accedía a Bannak escoltada por otros dos jinetes a la cola además del conductor.

Goddy volvió a rezar. No es que creyera, para él todo eso eran monsergas de viejas, pero la petaca estaba vacía y las manos seguían temblándole. A un lado 6 guardias y una diligencia que se acercaba, al otro una docena de hombres, todavía algo lejos. El plan estaba claro, en cuando los de una calle estuvieran más a tiro haría el primer disparo, dejando que el sheriff y los novatos empezaran a disparar, mientras él dirigía el disparo al conductor de la diligencia

Iban a apostar a lo grande, y quien sabe, con suerte los disparos harían que se mataran entre ellos. Solo esperaría a que la diligencia se detuviera, y entonces, dispararía.

Jack se sorprendió al ver a los recién llegados, ¿han llegado antes los de la diligencia? O es que el Sheriff quería disputarles el gordo... No lo tenía claro así que aguardó apuntando al que tenía más a tiro, no sería el primero que disparase pero si empezaba la fiesta tampoco se achantaría.

Despacio, Red abrió del todo el arco, pero en lugar de apuntar a la caravana, apuntó a los caballos. Estaban listos para correr sin control, tan solo necesitaba que uno se asustase para que los seis caballos saliesen corriendo en manada. No eran muchos pero unos cuantos caballos en la carretera obligarían a parar a la diligencia y a alejarse a alguno de los alguaciles para increpar al dueño. En el fondo, Cosecha Roja tenía un corazón enorme y no le gustaba matar... a los caballos, de modo que procuró no arriesgar demasiado. Con disparar a un poste cercano, valdría.

Cuando la diligencia se acercó lo suficiente, dejó volar la flecha para espantarlos: se lo estaba poniendo en bandeja a Goody, pero no le importaba. Aún había mucho combate.