Partida Rol por web

El efecto sorpresa os ha ayudado a darles un buen susto: pero la cosa no está pasando del susto. Si bien han caído 3 jinetes y algunos otros han acabado heridos*... al menos media docena siguen intactos. Los supervivientes han conseguido cobertura y algunos de ellos ya buscan rodear las casas y muy probablemente agradeceros la cálida bienvenida. 

Os superan en número y el tiempo corre en vuestra contra... vuestros compañeros no parecen estar dándoos apoyo... 

Eso es un sí, pensé. Sonreí mientras soltaba plomo. El oro era el mejor acicate para terminar este trabajo. Pero no puedes descartar a una chamaca como esta. Diablos, en qué estaba pensando. Si nuestro objetivo era la diligencia. Las faldas me perdían en ocasiones.

No te distraigas. 

-Eso no sucederá, Sarah. -Me moví hacia el otro lado de la ventana- ¿Puertas traseras? ¿Ventanas? ¿Hay alguien arriba? 

Busqué un objetivo apropiado y disparé en cuanto lo tuve a tiro.

No fallaba. Mi pulso y mis vista seguían como siempre, excelentes. Una puntería excepcional. Disparaban y caían. Aunque los muy cabrones reptaban por la polvorienta calle en busca de salvar su culo herido. ¿Y dónde cojones estaban el puto indio y el loco de las cabras? 

Me temía que los muy mamones se apoderasen de la diligencia y el oro. Esos dos eran capaces de jugárnosla con el rollo de tez pálida y piel roja que se traían entre manos.

Noté el sudor en la espalda y en las sienes, el olor a pólvora se acumulaba en derredor. Bueno, yo a lo mío. Que había trabajo para dar y vender. A ver si esos hijos de la gran chingada tenían dos dedos de frente y se largaban. 

Joder. Menos mal que tenemos alguna ayuda extra, pero aún así me faltan balas, o flechas. ¿Qué coño están haciendo el viejo y el indio?

Mientras se quejaba, cosa que le salía natural, disparó de nuevo eliminando a otro de los cabrones que habían llegado. Aún así, Faraday sabía que no caían lo suficientemente rápido. O al menos no lo rápido que a él le gustaría.

Más les vale no estar pillando la pasta de la diligencia. No serían tan cabrones. ¿verdad? Vale que yo lo haría pero...

Sus cabilaciones fueron interrumpidas al tener que ponerse a cubierto.

Los forajidos empezaban a responder al plomo recibido, y el mexicano fue el primero en verse afectado por ello... al menos, de momento, parecía que ninguno de los forajidos había accedido al interior de ningún edificio.

- Estamos solos, sin puertas traseras pero ventanas... si, de eso nos sobra - te advirtió

Lo bueno de las ventanas es que si alguien entraba por ellas solía tener la necesidad de romperlas y eso alertaba a cualquiera. Apenas desvió la mirada hacia ti un instante cuando recibiste el impacto, aunque la devolvió rápidamente a la calle 

- ¿Puedes seguir disparando? - y hasta había un deje preocupado en su pregunta, más allá de saber si podía seguir contando con que quitaras a algún desgraciado de en medio

- ¡Le he dado! - festejaba, después de que el forajido al que acababas de disparar cayera 

El chico estaba fatal de la azotea o realmente habíais disparado al mismo tipo... pero le habías acertado tu ¿no? 

Goody estaba disparando hacia el banco cuando una bala le impactó, desapareciendo momentaneamente de la vista, agazapado en el campanario. No tardó demasiado en salir, devolviendo el fuego con fiereza.

Finalmente aquellos malnacidos estaban devolviendo los disparos. Lo que hacía más dificil que les pudieran matar.

-Serán desgraciados. Pues no se quieren morir y listo. Hay gente que no colabora lo más mínimo.-

Al tener que cubrirse, el disparo de Josh dio en la cobertura. Por lo que otra vez se salvaban. Y el que el chaval loco de la habitación de al lado estuviera gritando de júbilo no le ayudaba tampoco a concentrarse.

-Muy bien chaval, muy bien. Pues sigue disparando, a ver si acabamos con alguno más.-

No sabía cómo les estaría yendo a los demás, pero esperaba que mejor que a él. Lo cuál suponía que no era dificil.

Apreté los dientes y me eché para atrás, ocultándome a la calle -Hijos de la gran chingada...-Escocía. Me miré el brazo izquierdo, la bala había entrado y salido, un dispar limpio- Soplé y levanté la vista hacia Sarah. -He recibido peores. 

Me agaché y corrí hasta su posición. -Rasga un paño y me lo lías, que corte la hemorragia. Y no te la juegues demasiado asomándote. -La sangre se deslizaba hacia el antebrazo. De refilón mi vista se fue hacia la parte trasera de la casa- Atenta a cualquier ruido de cristales. Ve y echa un vistazo. 

Así, de alguna manera, la apartaba de las ventanas principales. Si es que a veces era un blando.

El siguiente disparo de rifle desde la casa ocupada por Vásquez se lleva por delante la cobertura de uno de los forajidos y lo hace pedazos. 

Vásquez también parece tener buen tino pese al disparo recibido, están empezando a despejar la calle.

- Que no se la jueguen ellos - respondió cortante, estaba claro que no estaba por la labor de darles descanso

Atendió tu herida en una zona a cubierto de las ventanas, apretando con ganas pero con bastante celeridad

- Ya atenderemos esa herida cuando se hayan ido con el rabo entre las piernas - algo en su gesto te pareció amable ¿cuánto hacía que una mujer no te trataba "bien" sin que hubiera dinero de por medio? ¿cuánto hacía que una persona no te miraba por encima del hombro?

Recuperó su rifle de inmediato sin ninguna intención de abandonar aquella habitación

Parecía que los forajidos habían dado con la localización de Faraday... la suerte se le estaba acabando al jugador o eso parecía hasta que uno de ellos alzó la voz 

- ¡Esto es una ratonera! - advirtió uno de ellos, viendo a la banda destrozada y emprendiendo la retirada. Sus compañeros mejor posicionados se disponían a retirarse con él

Sarah los tenía bien puestos. Miré a sus ojos y por un segundo me perdí en ellos. Luego, la observé vendando a toda prisa la herida. ¿Qué me estaba sucediendo? Esto era absurdo. Agité la cabeza como para despejarme. Luego regresé a mi posición.

No tenía motivos para desconfiar de ella, pero ¿por qué esta mujer iba a estar interesada en un sucio y bastardo pistolero? Claro, que mi mamaita decía aquello de que las cosas pasan, como cuando mi papá la raptó y se casó con ella en las montañas de Guadalupe. 

-Buen tiro. ¿Todo lo haces igual de bien, señorita? -sonreí y yo mismo apunté, observando la situación de la calle. -Sabes que vienen a por el oro de la diligencia, ¿no? A pesar de no gustarte el sheriff, le has ayudado. ¿También te interesa ese oro? -dejé caer, como si fuese una broma.

Miré hacia el campanario y enfrente, hacia Josh. Estaban en su lugar, pero desconocía su estado. Y tampoco tenía idea de cómo iban las cosas en la otra entrada. Me rasqué la barba, pensativo.

-Se están largando, eso parece. Tienes razón, esconden el rabo. 

Disparé de nuevo. Esperando las respuestas de la mujer, y considerando que era hora de salir de la casa y comprobar la otra zona. No me fiaba de mis camaradas.

Qué suertudo XD

Faraday se había asomado demasiado, y lo había pagado muy caro. Aquellos cabrones no sólo no se morían si no que además les devolvían el fuego. Y claro, al final alguna bala siempre te da.

-Mierda.-

Cuando escuchó que se iban a marchar se cabreó aún más.

-Joder. Cabrones, ahora se marchan. Ya podían haberlo hecho antes, hijos de puta.-

Disparó una vez más con el rifle, pero la herida le dolía demasiado y no pudo apuntar bien. Y al rifle no le quedaban más balas, por lo que lo tiró y sacó una de sus pistolas.