Partida Rol por web

Cuando desaparecieron, me quedé aún un rato más agachada, por si se daban la vuelta o venían otros. No me gustaba la violencia, aunque me gustara el rock, el heavy y demás, odiaba el uso de la violencia, las guerras, etc. Ver a gente armada, solo me hacía pensar en lo que la gente podía llegar a hacer por cualquier cosa. En la tele solo aparecían asesinatos, conflictos y desastres por todo el mundo.

El tema de la cinta cambió...

Me fui levantando lentamente, pegada a mis dos amigos. Un ligero tembleque en las piernas me avisó de que estaba cansada y con el susto, se me habían consumido el resto de fuerzas que me quedaban por hoy. Cuando llegara a casa, comería algo.

-"¿Quién creéis que eran? ¿Y por qué irían armados?" Pregunté a ambos.

Empezamos a andar velozmente hacia nuestra guarida. Yo llevaba el monopatín bajo el brazo, pero los otros se habían dejado la bici allí. Un escalofrío me recorrió la espalda e hizo que me pusiera recta.

-"Han dicho algo así: ¡Brigadistas de la 57, rápido, los Nacionales están atacando el Baluarte! ¿No? ¿Qué significará? ¿Tú lo sabes Borjius?" Dije mirándole.

Era ya de noche y estaba refrescando.

Una vez en lo alto del árbol y dentro de nuestro refugio, consulté la hora en mi reloj. Quedaba poco para las diez y si no me daba prisa no llegaría, habría que pedalear rápido. 

-Pues no lo se -les comenté a mis dos amigos- Eran disfraces viejos, sí. -Me quedé pensando, me rasqué la cabeza, respondiendo a Ana la pregunta dirigida a Borjius.

-Esto es muy raro. Veréis, mi abuelo paterno luchó y murió en la guerra civil, esa del año 36. Y estuvo en la Brigada 57. En la biblio del pueblo he leído que aquí, en Laguna Alta, hubo varias batallas de esa guerra. En el Baluarte. ¿Es posible que estén ensayando alguna representación de esas, de pasajes de hechos sucedidos en el pasado? Una obra de teatro o así.

No lo tenía nada claro. Desde luego era un misterio.-No temas, Maiden, serían armas falsas. Tiene pinta de eso. Bueno, que nos tenemos que ir. Va, vámonos juntos. 

Quedaba poco para que dieran las diez, pero aún os preguntábais qué había pasado allá atrás. Maiden preguntó a Borjius, pero este no tenía ni idea. Por contra, Torres pareció dar algo de luz, al menos con cierta anécdota, a lo que acabábais de ver minutos antes. Su abuelo, según él, luchó en un grupo armado llamado de igual manera (Brigada 57), y había habido batallas de la guerra civil en Laguna Alta. Teatro o no (como se manifestó en la casa árbol), puede que fuera algún tipo de función para la feria (¿quién sabía?), pero había que regresar a casa. Por ello, tras bajar de la casa árbol, cada uno de vosotros despareció, diseminándose en la oscuridad de las calles, no sin antes quedar en la casa árbol de nuevo y a la misma hora para volver todos juntos a la feria. Mañana sería un día nuevo, una nueva y divertida jornada de feria.

* * *

"¡Atención! Se hace saber, por orden municipal, que la feria del recinto industrial de las fiestas patronales quedan suspendidas en el día de hoy. Se espera que para mañana domingo la feria retome su actividad"

                       Bando municipal a través del megáfono del ayuntamiento.

Torres se enteró nada más levantarse, escuchando el bando municipal, pues vivía cerca del Ayuntamiento, lugar donde el megáfono era bien audible. Iron Maiden estaba a punto de ducharse cuando escuchó a unos chavales hablar cerca de su casa, en la calle, contándose el uno al otro la noticia; y a Borjius le informó uno de sus hermanos mayores...: ¡La feria de hoy estaba clausurada!

La ducha, un buen cepillado y apenas un vaso de leche con unos dulces y a vestirse. Al menos podríais idear algo en la casa árbol, o tal vez dar un voltio por la ciudad para pasar el día. Quizá la fiesta de la espuma de esa tarde noche podría suplir la diversión de las atracciones... en parte claro. En fin: salísteis disparados hacia la casa árbol.

El mechero.
La navaja.
Un paquete de clines y los tampones.
También el monedero, aunque no con todos los ahorros para la feria.
Y el walkman claro, ahora ya estabas lista...

...un momento... ¿Y el Walkman? Miraste aquí y allá, bajo los cojines del sofá, en la mesilla de la habitación, en la cocina y el salón... La noche anterior no habías escuchado nada antes de dormirte (dado lo cansado del día), por lo que no habías reparado en él. ¿Dónde estaba? No lo encontrabas. Joder... ¿Y si se te cayó en la feria? ¡¡Nooo!!

Entonces recordaste dónde lo dejaste.

¡En el mostrador de la caseta, justo al lado de la vitrina de las distintas salsas! Sabías que, sin darte cuenta, lo habías dejado allí encima para coger el perrito y la Coca Cola... ¡Mierda! ¡No volviste a reparar en él! (Sobre todo tras los sustos de la casa del terror y tras sentir la adrenalina resto de atracciones). ¿Se lo habría llevado alguien? ¿Y si tal vez lo guardó el vendedor de perritos de la caseta?

Torres llegó con su bici, con la cara un poco larga por la noticia; Borjius con la suya, pedaleando como cansado, con un poco de bajón por la cancelación; y Maiden con su monopatín, unos veinte minutos tarde.... Ella también llevaba una cara muy larga. Parecía preocupada.

Me quise morir con la horrible noticia. Casi que me saltan las lágrimas por la impresión. No podía ser. No podía ser. Era una broma, una broma sin gracia ninguna. Me tiré de nuevo en la cama, boca abajo, sin ganas de nada. Por norma yo era un chico alegre, optimista, pero no sabía cómo enfrentar esta desgracia. 

Casi no desayuné, abatido. Mi padre trató de animarme, total, solo era un día de cierre, y además no iba a tener dinero para todo el fin de semana. No pasaba nada. Y qué sabrá él lo que necesita un chaval de casi trece años.

No tuve muchas ganas de hablar en el refugio.

-Qué mala pata, Borjius. Qué asco. No es justo.

Al menos la presencia de Ana me animó un poco. Por su música sobre todo, claro, me engañé a mí mismo. Pensé que su cara era debida al enfado que llevaba encima.

-¿Cómo habéis dormido? Yo a medias, impaciente por el día de hoy, y luego va y se anula, cerrada. ¡No me lo puedo creer! Todo el año esperando y nos arruinan las fiestas. ¿Qué habrá pasado? ¿ Nos pasamos a preguntar?

Todo el año esperando las fiestas y ahora nos vienen con esto, podían darme peor noticia, un día de feria es como una semana normal. Desayuno a toda pastilla y me preparo, me despido de mis padres y marcho para el Refugio, esto era un tema serio que teníamos que ver entre los tres.

Llegué al Refugio con la lengua fuera, ya de lejos vi la bici de Torres, me tranquilicé un poco, seguro que entre los tres encontrábamos una solución a esto. - Hola, ¿Ya lo sabes verdad? - Saludé subiendo por las escaleras. Torres me lo confirmó. - Ya te digo, yo al principio pensaba que era una trola de mi hermano, pero mis padres me lo han dicho también. ¡No nos pueden hacer esto!

Al poco rato y mientras comentábamos la noticia del año llego Maiden. - Buenos días ¿Te has enterado verdad? - Por la cara de pocos amigos que traía seguro que sí.

Había pasado una mala noche, con alguna pesadilla. Aunque ayer lo había pasado pipa y estaba cansadísima, cayendo bajo el influjo de Morfeo nada más cerrar los ojos, el tema de los brigadistas, la historia de Torres, los apagones y la niña del exorcista, no me dejaron dormir bien. Y para colmo escuché a unos chicos en la calle hablar de que se había suspendido la feria. ¡Imposible! Era un día horrible y más que lo sería.

Nada más ducharme y peinarme, odiaba peinarme durante media hora todos los días, me vestí e iba a salir pitando de keli, cuando... ¡La peor tragedia que podía pasarme hoy, me pasó! ¡No encontraba el walkman por ningún lado! Haciendo memoria, desesperada, recordé dónde lo dejé. El enfado conmigo misma se convirtió en un volcán. Echa una furia, cogí mi monopatín y fui a la Guarida. Allí ya estaban Torres y Borjius. En mi cabeza sonaba un tema de los Deep Purple.

-"Hola chicos. Sí, ya me he enterado. Es una faena, pero más faena es que me dejé ayer mi walkman en el puesto de perritos. Hay que ir allí, a ver si hay algún feriante y nos dejan pasar. Tengo que ir al puesto para ver si guardaron mi walkman o si alguien se lo llevó. Así nos enteraremos de qué ha pasado y por qué ha cerrado la feria hoy." Dije bastante alterada.

Llegásteis con la noticia en la mente y en la boca, pero los tres ya sabíais lo que pasaba. Menudo fastidio: un sábado clausurado. ¿Tendrían que ver algo esos apagones del pueblo con la feria o su suministro eléctrico? ¿Se disponían a arreglar las atracciones y por eso no podía hoy acudir nadie? En fin, muchas preguntas para tan poca respuesta...

La verdad que es un fastidio pero tampoco podemos estar todo el día aquí lamentando que no abran la feria - Buena idea, la de dejarse el walkman en la feria. - Pincho a Maiden para ver su reacción. - Así hoy tenemos excusa para pasarnos por ahí, igual hay alguien que nos deja pasar a buscarlo.

Me muerdo las uñas mientras le sigo dando vueltas a los tíos esos disfrazados de militares. Torres dijo algo de que su abuelo estuvo en la brigada esa del 57, menuda casualidad. Iba a preguntarles a mis padres si sabían algo sobre eso, pero llegué tan cansado a casa que me fui directo al sobre. - ¿Oye os parece que luego nos pasemos por el Baluarte? A lo mejor están preparando una representación y por eso han cerrado la feria yo que sé. Podemos echarle un ojo, digo por hacer algo hoy, pero lo que queráis.

Una vez que supísteis porqué Ana venía así (aparte de la cancelación ese día de la feria), Borjius animó a sus compañero a retornar a la feria... Bueno, colarse, más bien. Total, ¿qué más podría hacerse ese día en Laguna Alta? Después apuntó a lo de ir al Baluarte, por si se estuviera dando una representación.

El caso es que, dejando las bicicletas allí, salísteis de la casa-árbol y marchásteis hacia el recinto industrial, donde aguardaba la feria. Sin embargo, no lo hicísteis por la cuneta de la carretera que acudía a ella directamente, sino que recorrísteis las vías del tren (ver mapa, 16), hasta llegar a la zona de intercambio de vías de la vieja zona industrial. Desde allí, tal vez sería más fácil internaros en el recinto sin ser vistos que si acudíais a plena vista.

Podíais ver que ésta tenía vallas metálicas del ayuntamiento bordeando todo el recinto, como para que nadie accediera (aunque pasar a través de ellas era automático).

Eso del olvido del walkman era una putada. Torcí la cara. Iba a decir algo para consolar a Ana, cuando Borjius de adelantó, y, muy pícaro, le dio la vuelta al asunto. Era un tío y un colega. Sonreí y le seguí el juego.

-Es que Maiden solo hay una. Y sus ideas son de las mejores.

Ya en las cercanías de la feria, no veía claro eso de colarnos.- ¿No será mejor preguntar en la entrada? Quizás nos miren lo del walkman y también informen de lo que sucede o nos digan algo.- O pasan de tres críos y nos mandan a casa. -¿Qué os parece?

Estaba bastante cabreada por lo del walkman. Lo de la feria era una putada, pero la pérdida de mi querido reproductor no tenía comparación. A saber cuándo podría comprarme uno nuevo si no lo recuperaba. Cada vez que lo pensaba, me entraban los siete males. ¡Ojalá lo hubieran guardado en el puesto de perritos! Esa esperanza me daba fuerzas. En mi cabeza iba rememorando los temas que había grabados en la cinta que estaba dentro del walkman.

-"¿Buena idea? No me vaciléis, que no estoy de humor. Vayamos a ver qué ha pasado en la feria y a recuperar mi walkman. Preguntemos a ver si nos dejan pasar, si no, me colaré e iré a ese maldito puesto de perritos a ver si está mi walkman. Luego, no me parece mala idea ir al Baluarte a echar un ojo, a ver qué vemos."

Ya en la valla de la feria parece que no hay nadie cerca y Maiden no se va a dar por vencida. - Bueno parece que toca colarse. - Antes de pasar el cerco hago unos estiramientos dignos de video promocional de la teletienda.

- Ya te vale Torres, que nos estamos colando, no nos tiene que oír nadie. - Una vez dentro hago un gesto a mis amigos para que no se muevan e intento escuchar a ver si alguien nos ha descubierto.

¿Pero cómo era que ni un guardia, un vigilante, alguien, no estuviese por la entrada? En fin, pues a colarse. Se me daba bien, con mi espíritu aventurero y habilidades de sigilo.

Bueno. Normalmente sí.

Tiré una valla al suelo. Al intentar recogerla tropecé, me apoyé en otra y acabé junto a ella en el suelo. 

-E...Ya, vale, sí, Borja. Qué bien que me lo recuerdes...

Miré con ojos asustados alrededor, por si había delatado nuestra presencia -seguro que más gente ha pensado en venir a ver qué pasa.

¡Clank! ¡Prrrr!

El estruendo momentáneo provocado por la valla (caída por Torres al intentan pasarla levantando una pierna sobre ella y luego otra), hizo que los pájaros del árbol más cercano echaran a volar rápidamente. Torres cayó sobre la valla también, mientras Borjius y Maiden pasaban sobre otra de ellas justo a su lado.

Torres miró de acá para allá, justo después de levantarse, como tratando de comprobar si alguien se había percatado de aquel mal paso. El caso es que no vísteis a nadie. Eso sí, tras un acceso limpio, Borjius y Iron Maiden se quedaron observando algo que el propio Torres no se había percatado (quizás por el traspiés).

Por un lado, el vacío de la feria (lógico y de esperar), acompañado de gran cantidad de basuras (latas, recipientes de cartón, y otros desperdicios arrojados por el recinto industrial), por lo que tal vez la idea de colarse sólo se os había ocurrido a vosotros en toda la ciudad...; Y por otro, las principales atracciones de la feria (el Pulpo, el Barco Pirata, los Auto de choques y el Wild Mouse) estaban conectados entre sí por unos gruesos cables eléctricos, incrustado en cada atracción (como cuando alguien empalma unos cables de una manera torpe... o no). Y toda esa red de cables parecían converger en el Pulpo... Estaba claro que eso no estaba ayer, pues os habríais dado cuenta como usuarios de la feria.

Sin más preámbulo, pusísteis pies rumbo a la caseta de perritos. Iron Maiden iba la primera, caminando rápidamente, pues quería recuperar cuanto antes su walkman. La lista de canciones obtenidas de la radio era amplia, y les guardaba un cariño especial. Enseguida os pusísteis delante de la caseta, blanca y con remates rojos, pero ésta estaba cerrada (la puerta frontal de la misma estaba clausurada). Incluso la parte trasera, donde estaba el acceso para los cocineros, estaba cerrado también. No es que allí no estuviera el walkman, sino que allí no podíais preguntar por él a nadie, por el momento.

¡Eh, vosotros! ¡Quietos ahí! -una voz que os gritaba muy a lo lejos (¿tal vez alertado por el ruido que hizo Torres con la valla?)-. Y allá, no muy lejos de la caseta de la balinera, un tipo con camisa azul, gorra roja y vaqueros simples andaba hacia donde estábais, sin dejar de miraros, como queriendo saber "quién diantres érais y qué hacíais allí"-. Parecía un feriante.

Al parecer no había nadie por los alrededores, ya que con el ruido que hizo Torres, no había venido ningún vigilante o feriante.

-"¿Estás bien Torres? Ten un poco más de cuidado, se supone que estamos colándonos..." Dije coon una sonrisa pícara.

Avanzamos entre la suciedad del sitio para llegar al puesto de perritos. Algo raro pasaba, ya que unos cables eléctricos colgaban de una atracción a otra, convergiendo en el pulpo.

-"¿Qué diantres será eso? ¿Creéis que están haciendo algo raro?" Dije sin decírselo a ninguno en especial.

Enseguida me volví a lo que realmente importante era: recuperar mi walkman. La música seguía en mi cabeza, cada vez más alta. La ansiedad me podía. Pero para mi desgracia, el puesto estaba totalmente cerrado y no había forma de entrar.

-"¡Maldita sea!"

Justo en el momento que estaba maldiciendo, un feriante apareció de entre unas casetas y se dirigió hacia nosotros. No le tenía miedo y le iba a esperar a que llegara para preguntarle por mi walkman, y ya de paso por el cierre de la feria y esos cables que habían montado.

-"Yo no me muevo de aquí chicos. Tal vez obtengamos respuestas de ese tipo."