Partida Rol por web

Esta vez golpeas en la cabeza a la criatura rata. El golpe produce que sus sesos se esparzan por la habitación. LA otra rata se mantiene alejada de tu mangual mientras te sisea.

- ¡He matado a una, Hans! ¡He matado a una! ¡Por Sigmar, aguantad! -temía por la vida de su compañero y cada instante que se demoraba más posible se volvía el que estuviese tumbado en el suelo y le estuviesen apuñalando una vez tras otra hasta que dejase de moverse. Así es como las había visto actuar en el pasado y esa visión jamás le había abandonado.

Con furia volvió a lanzar tajos y puntadas contra la rata que quedaba con él, los dioses intervinieron permitiéndole dirigir un buen golpe contra el brazo derecho. En su corazón rezaba porque aquello fuese suficiente para amputárselo.

Una de las ratas está desarmada pero la otra aprovecha ese lapsus para atacarte mientras su compañera intenta recuperar el arma.
 

Usando una táctica que parece que les funciona, una de ellas efectúa un amago de ataque mientras la otra es la que realiza el verdadero ataque por el flanco.

Ante la carga del roedor, procedió a evadir al mismo rápidamente y recomponerse para ver al roedor desarmado como intentaba recoger su arma.

Sin dar descanso a su mente, ya estaba atento lo que pudiera pasar a continuación.

Satisfecho por el resultado del ataque sonrío y sin dejar de balancear el mangual me voy acercando al bicho que queda.Creo que has mordido más de lo,que puedes tragar digo antes de volver a lanzar un golpe descendente.Si tuvieras algo más de cerebro ya estaríaa corriendo..pero supongo que veremos si tienes sesos cuando te abra la cabeza

La rata no es capaz de detener tu brutal ataque que impacta en su pecho, a la par que se oye el crujir de costillas rotas. La criatura queda sin aire, con tan solo una dificultosa respiracion que emite un ruido extraño parecido a pompas de aire.

el ataque del bicho que estaba a punto de darme, pero consigo esquivarlo y darle un golpe al bicho ocicudo con mi estoque.

Sin meditar mucho sobre su siguiente acción, procedió a atacar rápidamente a la alimaña, pero como pudo ver para su mala suerte, no pudo asestar.

Se mordió el labio en represaría a sí mismo, como se permite actuar tan a la ligera en una situación tan desventajosa.

Ante tal realidad, procedió a recoger su escudo y alzarlo para poner en disposición el mismo ante cualquier ataque.

La rata chilla cuando, en un arco horizontal, la fina hoja de tu estoque le rebana una oreja. Y aunque la otra no se deja intimidar, los chillidos de su compañera hacen que pierda también la concentración.

era mi oportunidad, tenía que aprovecharla para poder eliminar a esas savandijas de una vez por todas.

Inexplicablemente la rata gigante se recupera lo suficiente como para seguir el combate. Pero la falta de fuerzas hace que sus ataques sean lentos.

La rata desvía el ataque con su daga. Parece que comienza a comprender tu estrategia y se mueve por un costado esperando que la largura de tu arma sea un inconveniente a la hora de parar.

Las ratas se ven con superioridad y siguen acosándote por los flancos.

Sin poder ver un carajo le faltaba luz para atinar y para defenderse. Vasile estaba dependiendo demasiado en su suerte y muy poco en su habilidad como soldado, de manera que allí, frente a aquel roedor sobrealimentado, puso su sesera a bullir. Una estocada, dos, nada; una parada, una esquiva, nada; lo que necesitaba era luz, el Sol---

- ¡Fuego! -gritó cuando por fin la idea cuajó en su cabeza, miró a su alrededor y echó la sábana sobre la vela de la rata caída para que prendiese. Quizás peligrase la taberna pero por Sigmar que al menos podría ver a esas endemoniadas bestias antes de empalarlas.

Cuando ya cantaba victoria mi enemigo parece negarse a morir .tus oscuros dioses no te protegerán más tiempo de la ira de los justos y aunque tenga que golpearte mil veces acabaré contigo