Partida Rol por web

Thespia se reunió nadando a su pequeña corte. Su pequeña victoria de traerse a un guardia real, no le había salido como quería, le veía que prestaba más atención a lo que la princesa decía que a lo que ella decía. El destino siempre se le escurre entre los dedos y tergiversa sus deseos. Eso le saca una sonrisa, pues le encuentra la gracia amarga a ese hecho. Nadie puede ver el futuro con claridad.

- Vamos a atacar con fuerza y rapidez. Shae y Palzigun entrarán en el barco por la popa, la parte de detrás, nosotras 3 entraremos desde la proa- hace un gesto de las dos manos enfrentadas- nos da igual los elfos bastardos que hayan- le dice respondiendo Kalandri- en el primer momento del asalto*, cuando todavía estén confundidos quiero que todos rompáis todas las cuerdas, aparejos, velas y cualquier cosa que parezca que pueda entorpecer la gobernavilidad del velero. Nosotros podemos fallar, pero ese barco no puede ir a nigún lado, pero para fallar, esos elfos traidores tendrán que pasar por encima de nuestros cadaveres.- señalo al barco con mi baculo- A POR ELLOS-.

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Sildara vio que Thespia se disponía a dar las órdenes, y escuchó con atención. La hidromántica habló de que unos entrarían por la popa del barco. Sildara no tenía ni la menor idea de qué era eso de la popa del barco, así que agradeció en silencio la explicación que dio después de que era la parte de atrás, de lo que dedujo que la proa debía de ser la parte de delante. Eran unos nombres un poco absurdos, pero se mantuvo callada. 

Por desgracia, Thespia no se paró a explicar los otros términos que usó: velas y aparejos. Sildara solo había visto un barco en dibujos, y no tenía ni la menor idea de lo que eran las velas o los aparejos, así que tampoco sabía qué era lo que tenía que cortar. También había dicho cuerdas, así que Sildara se centró en eso. Llevaba dos dagas al cinto, y confió en que sus compañeros cortasen las velas y los aparejos, fueran lo que fuesen, mientras ella cortaba las cuerdas o mataba a los tripulantes, los malditos elfos usurpadores. La sangre le hirvió en cuanto pensó en ellos, en todo lo que les habían quitado y que ahora estaba al alcance de la mano recuperarlo. El discurso de Thespia, como antes, inflamó los ánimos y les dio fuerzas, y Sildara notaba el poder latiendo con fuerza en su sangre ante la venganza tan largo tiempo esperada. 

Diez mil años, y por fin iba a correr la sangre de elfo. Se aseguraría que fuese tanta que tornara el mar rojo, para que su tía pudiera verlo desde sus estancias submarinas. Alzó una de sus manos, mientras se posicionaba hacia la proa, y cantó:

-Mar abisal, fondo inescrutable, oscuridad eterna. Proteged a vuestra hija, cubridla con vuestro poder. Es la hora de la sangre. 

Inmediatamente el agua tembló y vibró a su alrededor, mientras un campo de fuerza translúcido la recubría como una armadura, apartando el mar a su alrededor. El agua se llenó súbitamente de burbujas, como si hubiera entrado en ebullición, y el mar se agitó en un pequeño remolino que la lanzó, atravesando la superficie y cortando el aire, hasta la cubierta del navío, donde aterrizó agitando con su ráfaga de aire todo lo que hubiese a su alrededor. Se irguió en sus dos metros de estatura, rodeada de la armadura de fuerza y con sus exquisitas ropas agitándose al viento mágico, y alzó sus cuatro manos, preparada para conjurar. 

Kalandri, se aproxima a la princesa y dice -He aquí un regalo de la reina si me lo permite- por lo que toca su hombro y al toque se crea una luz tenue debajo de la palma que hacia contacto con la piel de su princesa.

Hecho esto, se alejo con mirada deseosa de accion.

"Como ordene mi ssseñora" digo cuando oigo las ordenes de la Hidromantica, me tocaba ir con shae, pero si mi señora me lo ordenaba, había que cumplirlas.

Todos subieron al barco para encontrarse frente a la tripulación élfica sorprendida, jamás habían visto monstruos marinos como vosotros y mucho menos subiéndose a su navío. La pareja que se encontraba en la proa estaban abrazados contemplando el mar y no fue hasta que Sildara apareció a su lado junto a Kalandri y Thespia que comenzaron a girar sus cabezas. Una llevaba una armadura ligera, el otro pieles pesadas.

Palzigun y Shae se lanzaron directamente sobre una elfa mejor engalanada cuyas manos aferraban un instrumento anclado al barco.

-Si rompemos eso no podrán navegar- le hizo saber Shae.

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Kalandri no espera ordenes o reacciones, ya que inmediatamente ve a su presa, el odio inculcado en el palacio y bajo su arduo enrenamiento, permite realizar un potente taque que busca mandar a mejor vida al infeliz que portaba las pieles.

Es correcto, es más, esa elfa ha sido derrotada

El de las pieles, golpeado

Añado: A las 23.00 CEST pongo turno.

ya estabamos en la parte en la que nos había ordenado, y había una elfa bien vestida, por lo que esta sería una oficial o algo parecido, por lo que arremeto conta ella sin dudarlo ni un momento.

Thespia coge velocidad desde las profundidades y salta sobre la cubierta con un grito desafiante, su instrumento agarrado con correas a sus hombros pronto estuvo en sus manos y tocó las notas secretas de la Balada del Coral.

De su voz salió danzarina y pronto creó entre los dos elfos más cercanos un cubo de agua que se arremolinaba sobre si misma y dentro afilados corales giraban a toda velocidad, cortando carne y huesos por igual.

Al otro lado sus fieles guerreros han entrado a la misma vez.

-No me falles Palzigun- le digo con toda la intención.*

Turno: 1 - Hasta 23:00 CEST 22/09

El shock por el ataque fue completo, ninguno de los tripulantes se lo vio venir y el elfo de pieles tan sólo pudo mirar horrorizado cuando las monstruosidades que a sus ojos parecían tumbaban a la elfa que se encontraba a su lado y asaltaban el navío por proa y popa. Sildara provocando explosiones mágicas sobre el pecho del elfo, Thespia conjurando un torbellinos de afilado coral y Kalandri trinchando con su tridente parecieron despertar algo en su interior, el comienzo de un gruñido a medida que los pelajes que vestía se fusionaban con su cuerpo y su altura aumentaba.

La capitana a penas tuvo tiempo para girarse y encarar a los asaltantes, desenvainar su espada curva y llamar a la tripulación a las armas. Palzigún asestó un tajo lento que, sin embargo, la capitana fue incapaz de esquivar y Shae apareció a su espalda asestando terribles puñaladas con sus armas filosas. Herida nada más comenzar aquel asalto, sus ojos brillaron en la noche cuando apretó los dientes y se dispuso a defender su barco.

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Kalandri ve que a pesar de todos los ataques este pudo resistir, por lo que sin perder tiempo pretende realizar otro golpe contundente, buscando dejar sin vida su pequeño cuerpo.

Mientras mueve violentamente su Martillo, este brilla con energía divina y como si el mismo fuera hecho de luz, el fuerte golpe es realizado.

Era su primera acción de ataque real, y Sildara estaba algo nerviosa, algo temerosa ante lo que se fuera a encontrar. Sin embargo, todo ese nerviosismo y temor habían quedado aplastados, enterrados por la inspiración de Thespia y por el orgullo de su raza, y también por el odio, el odio terrible y negro como el fondo abisal que lleva gestándose y pudriéndose diez mil años. 

Diez mil años de batallas y la guerra todavía continúa. Solo que esta vez, ellos eran los que golpeaban, y los advenedizos elfos los que morían. Iban a pagar por todo, por todas las afrentas y por atreverse siquiera a existir en el mundo en el que los naga eran los legítimos gobernantes. 

La elfa cayó a los pocos segundos, su cuerpo débil no había soportado nada más que los primeros ataques. El hombre cambio y se volvió más alto, más corpulento, pero aun así herido. Sildara se situó tras Kalandri, y alzó una de sus manos conjurando de nuevo. 

-¡Ilda virnaden!- gritó, y lanzó otro proyectil de fuerza era contra él. 

el combate contra la capitana del barco seguía, y la teníamos Shae y yo rodeada, "No tenéisss ninguna oportunidad" digo en Nazja a la capitana, aunque sabía que no iba a escuchar.

La hidromántica seguía conjurando al coral que roía hasta los huesos a aquel que se quedaba allí o lo intentaba atravesar. Los elfos ya no estaban sorprendidos y ahora seguro que la cosa se ponía complicada. Alienta a Shae para que no flojee, su presencia es aterradora.

-Shae traeme la cabeza de todos mis enemigos- le pide mientras con una mano mantiene los acordes secretos de la Nube de Coral, con la otra le lanza unas notas hacia sus brazos.

Turno: 2 - Hasta 23:00 CEST 23/09

Sildara hizo estallar de nuevo sus hechizos contra el pecho del elfo que iba creciendo en tamaño antes de alejarse de él.

Aquello provocó una risa sardónica por parte de la Hidromántica Thespia, una risa con un timbre especial que pareció desconcertar al elfo. A la vez mantenía la concentración del torbellino de coral y animaba a Shae a proseguir con la matanza.

Palzigun intercambió estocadas con la capitana del bardo antes de que ella se girase para dar una orden que jamás llegó a formular, su cuerpo cayendo al suelo bajo el certero filo del mirmidón.

Una de las elfas extrajo su arco y apuntó contra la Hidromántica Thespia al creer identificarla como líder de aquel ataque, antes de que nadie pudiera interponerse la flecha salió disparada derecha hacia ella, perdiendo las plumas en pleno vuelo y clavándose en el suelo. Antes aquello la soltó un alarido de incredulidad y se retiró al centro del barco.

Otra de ellas apuntó contra Palzigun, su flecha rebotando contra su pesado y ornamentado caparazón. Tras esto siguió a su compañera.

Kalandri elevó su martillo sobre su cabeza para golpear con fuerza sobre el druida, la cabeza del martillo desprendió luz por el camino hasta reventar en un porrazo contra las pieles y apagarse de nuevo.

Finalmente la transformación del elfo se completó, convirtiéndose en un enorme oso marrón que rugió con fuerza y lanzó sus garras contra Kalandri, la habilidosa Guardia Real protegiéndose con su armadura y evitando todo daño.

Shae quiso cumplir cuanto antes con el cometido asignado, de manera que energías violáceas se concentraron entre sus ojos para propulsarse hacia el frente y arponear a una de las elfas congregadas, quien pese a parecer tener algún tipo de resistencia contra la magia, no pudo evitar salir volando en dirección de vuelta hacia la abominación. Los gritos de sus compañeras helarían la sangre de cualquiera... Que no fuera ya de sangre fría.

Brava frente a la muerte, la elfa arrastrada soltó su arco, desenvainó su sable y cruzó el pecho de Shae con su filo, haciendo saltar chispas pero ni una sola gota de sangre.

Mapa: https://natilla.comunidadumbria.com/tableros/ver/608/2

Observo que su golpe habia llegado demasiado tarde... el druida se termino transformando en aquella bestia desconocida. Kalandri se exalto por un momento al ver la potencia de sus golpes, pero sin dejarse amedrentar por el desconcierto dijo -Mi reina, que se haga su voluntad y présteme su poder para castigar a nuestros enemigos!-

Dicho eso, su armadura y arma inician a brillar con la intensidad del sol, provocando mayor dificultades para asestar golpes contra ella. La naga sonrie y dice -Veamos cual de nuestros dioses posee la fuerza verdadera- y sin mas inicio a dar surcos con su Martillo.

Grito -Prueba a lo que sabe nuestra ira!- al mismo tiempo que el martillo se dirigia violentamente contra la criatura.

Ante sus ojos, y en apariencia sin notar los poderosos ataques de Kalandri, el elfo se convirtió de pronto en una gigantesca bestia, un animal extraño lleno de pelo y de enormes garras. Sildara no sabía qué clase de aberración era aquella, pero se tragó su miedo, que le había hecho retroceder un poco, y alzó de nuevo una de sus manos. 

-¡Tus aberraciones no son nada contra nuestro poder! -Dijo, más para convencerse a sí misma que otra cosa- ¡Ilda virnaden!

Sin embargo la bestia no paraba de moverse y rugir, y Sildara no pudo evitar perder la concentración un instante y que el tiro saliera desviado.