Partida Rol por web

Tras asegurarme que el fuego no pasará a otras estancias y se ha consumido finalmente, me acerco de nuevo hacia dónde se encuentran mis compañeros e interrogan al ladrón.

Este robo que cometido tenía. Y no me digas que habéis venido 6 tíos a robar a una mansión, sin motivo alguno. Habéis entrado por el muelle y ni siquiera habéis accedido al interior de la casa. Digo llevando mi mano a la espada dejándole ver que no escatimaremos en esfuerzos para conseguir la información necesaria.

Escuché las preguntas que una a una iban lanzando mis compañeros. Era verdad, no nos había dicho cosas importantes, como la identidad del jefe o la cantidad de bandidos que se movían por la costera ciudad. Sin embargo, confié en que la situación brindaría sinceridad a sus palabras.

Aprovechando que los demás se acercaban, aleje mi arma definitivamente del cuerpo del individuo, y me moví a un costado para que continuase hablando. De cualquier modo, me aposté de tal forma que nos encontrásemos rodeándolo.

Las palabras de Ted resultaban serenas, pero las de Eadar mostraban la rabia que la contienda había producido. Observé su gesto con el arma y moví mi cabeza negando, fijando mi vista en la de él, para que evite tal cosa. El ladrón había empezado a hablar, era mejor aprovecharse de ello y evitar que se sintiese en peligro de nuevo.

"- También es importante saber quienes se encuentran aliados con tu banda... mercaderes, la guardia de la ciudad, ¿quiénes?- pregunté".

Una vez ha comenzado a hablar, ya casi lo que cuenta da igual, si lo encuentran igualmente morirá - Pues aquí vinimos algunos menos de la mitad, quedarán unos diez en la base… nuestro jefe se llama Gontran, es un hombre poderoso…

Ahora responde a Eadar – pues teníamos orden de saquearla y conseguir todo lo de valor que hubiese, Gontran quiere hacer todo un ejército de ladrones y dominar toda la zona… y eso requiere mucho dinero

- ¿Por el muelle? No, no, entramos por la puerta, pero el… - baja la mirada ante Gabbon - … el dueño se atrincheró y provocó el incendio para que no lo alcanzásemos, entonces tuvimos que dar un rodero y los perros, los perros… - dije un poco sofocado pero ya os hacéis una idea del resto de la historia

A la pregunta de Angainor nueva con la cabeza - ¿Aliados? Que yo sepa no tenemos ninguno… compramos las cosas de la forma más discreta posible y nos construimos nosotros mismos muchas de las armas, nuestro jefe es muy hábil…

…

Gabbon que había permanecido callado unos segundos se dirigió a vosotros - ¿Pensáis lo mismo que yo? Si hay que acabar con esa gentuza dejadme ir con vosotros, hay una buena recompensa por esa banda ¿sabéis? En Erech podemos hablar con las autoridades, aunque bien pensado no lo haría por dinero, con machacarle la cabeza a ese tan Gontran tendría suficiente satisfacción

Escucho las palabras del ladrón y medito brevemente lo que voy a decir. Es preciso que detengamos a esta banda de ladrones, ataques como este son demasiado directos y logran causar víctimas. No es bueno para la región.

- Compañeros...deberíamos hacer algo con este problema... - digo seriamente a todos los presentes

Se que si me dedico a cazar bandidos mi viaje se retrasará pero realmente no creo que haya problema en unos días o semanas más de tardanza. Al fin y al cabo siempre hay cosas más importantes y creo que los dioses nos pusieron en este mundo para hacer algo concreto, puede que esta aventura sea mi grano de arena en la eterna lucha entre el bien y el mal.

- Tendremos que someterlo a votación pero creo que todos ganaríamos algo si terminamos con esa banda de rufianes...la gente de esta región quedaría libre de su yugo y nosotros dispondríamos de algo de dinero y sobre todo reputación...además tengo ganas de emular a mi padre como aventurero... - añado al final sonriendo

Me sorprendí en cuanto escuché el relato del bandido y dirigí, nuevamente, mi mirada a Gabbon, había sacado conclusiones muy rápidamente con respecto al incendio.

Mis pensamientos acerca de ir a donde este Gontran no ivan mal encaminados...ahora querían hacer una votación.

Mi expresión se tornó en una de duda, ¿Qué hacer? - me dije a mí mismo mientras daba un largo suspiro -

No me agradaba la idea de provocar una sangrienta batalla con esos bandidos, pero no había otra manera de detenerlos...quizás si lográramos acabar con su líder, que tanto adula el bandido, los otros desistirían.

Esperé a escuchar las opiniones de mis compañeros, aunque estaba bastante seguro de lo que responderían.

Escuché al ladrón mientras nos brindaba cada uno de los detalles solicitados. "¿Así que unos diez u once hombres incluido el líder?... Por la historia que escuché del bardo, me resulta un poco extraño una banda con tan pocos adeptos", pensé al momento.

Comencé a mellar mi barba un tanto desconcertado, repasando en mi mente todo lo que el joven nos decía. "Hay algo que no me cierra aquí, algo que no llega a cuajar... nos son una gran cantidad de hombres, lo que no supondría un problema tan grave para la guardia... y si se suma la ausencia total de aliados... hay algo que no anda bien", cavilaba.

Miré a Ted una vez presentó la moción de decidir qué haríamos.

"- Sería preferible que nuestra decisión se tome sin que esté presente- le dije señalando al bandido".

Apreté la maza con mi mano y lancé un golpe al suelo con un poco de rabia por el extraño presentimiento que me invadía.

"- ¿Me estás diciendo que un pequeño grupo se las ha arreglado para llevar tantas molestias a una población y sus alrededores, sin que haya podido ser frenada de modo alguno?- le esputé con un deje de ira en mi voz-. ¡Dime qué no nos estás diciendo, maldita sea! No te aproveches de nuestro honor, maldito ladrón- le grité al individuo".

Observando la mirada del enano decido que el principio del filo de mi espada que salía hacia fuera, vuelva a esconderse en su vaina. No será necesario. ¿Qué podría hacer un ladrón herido contra 6 hombres?. Sin embargo mi mirada parecía intentar atraversarlo. Si surtió efecto o no, sólo los Valar pueden decirlo. El caso es que conseguimos la información que necesitábamos.

Deje al desdichado que contase todo lo que sabía sin importunarlo. Finalmente, cuando ha concluido su relato, giro la cabeza y miro al basto océano. El viento hace ondular mi melena y despeja mis fosas nasales. Cierro los ojos unos breves momentos mientras mis compañeros exponen sus decisiones. Vuelvo a gira la cabeza, abro los ojos y observo unos momentos la situación.

Apartándome un poco del lugar y haciendo señales a mis compañeros para que se acerquen y quedemos lejos de oídos extraños expongo mi opinión: Mi filo os acompañará dónde vayáis, compañeros. Y si vuestro deseo es poner solución a este problema, no seré yo quién os lo impida. Tras unos segundos de reflexión continúo. Ese pobre desdichado no tiene opción. Si se enteran que les ha traicionado, le matarán. Quizás su única opción es huir.... No seré yo quién rompa vuestra promesa maestro enano y no querré verlo yacer. Pero sí que podríamos forzarlo a que nos acompañe y nos guíe. Quizá conozca alguna forma de acceder sin ser descubiertos. Actualmente no tiene opción y quizá nos sea útil. Si es descubierto morirá a manos de sus antiguos aliados, así que quizá quiera asegurarse que no vean un nuevo día...

Que nos guíe parece una buena idea pero realmente no me fío de un ladrón que ya ha traicionado a los suyos contándonos lo que queremos saber. 

- O de llevarnos a una trampa... - digo con amargura - ...no sabemos si nos teme más a nosotros o a lo que pueda hacerle su jefe...deberíamos comprobar su lealtad de alguna forma... - añado acariciando el filo de mi cuchillo

No nos podemos fiar de la palabra de un ladrón, necesitamos un hecho fehaciente de buena voluntad, si nos demuestra que es de fiar entonces podrá ser nuestro guía y salvar su cuello. Puede que reciba una segunda oportunidad si los dioses quieren pero no soy yo quién lo decidirá.

- Si va a ser nuestro guía debería dibujarnos un mapa antes...o las indicaciones...luego iremos comprobando si lo que nos ha contado y escrito es cierto... - es una forma rápida aunque no del todo fiable de comprobar su lealtad, si lo escribe y luego dice algo diferente significará que está mintiendo aunque claro puede mentir en lo escrito y luego querer rectificar. Aunque es posible que ni siquiera sepa escribir...

Hador observaba al ladrón con ojos gélidos. Era un sucio traidor, que si bien había optado por lo correcto, su motivación era egoísta y cobarde. Le hubiera gustado terminar con él en el momento, pero aún le quedaba mucho por contar. Manteniendo un silencio sepulcral, aunque sin quitarle la mirada de encima al criminal, el rohir se alejó junto al resto, y oyó las propuestas.

El enano no se fiaba del traidor, y con razón. Aún así, Hador dudaba que estuviese mintiendo, pues se le veía sumamente aterrado y desesperanzado. -Ten en cuenta, Angainor, que aún estamos alejados de Dol Amroth. No tenemos idea de como están las cosas allí, y de cuanto tiempo tiene este problema. Por lo que veo, esta banda recién está estableciéndose. Creo que si atacamos ahora, la erradicaremos de una buena vez-

Ahora el ladrón parece muy abatido – No miento… - comienza a decirle a Angainor – tenemos un sistema de defensa, la base está en lo alto de una colina y esa colina es especial, no sabemos porque está siempre rodeada de una espesa niebla, hasta el momento nunca han encontrado nuestra base

A las palabras de Eadar, parece dudar pero finalmente dice – Si así me vais a dejar libre dejad que os acompañe, yo mismo os ayudaré a acabar con él, si la banda cae ya no vendrán a por mi…

- Si, si – le dije a Ted, cogió un palo y comenzó a dibujar un mapa improvisado en el suelo

Examino el mapa y escucho las palabras del asustado ladrón. El problema de los traidores asustados es que si ve que vamos perdiendo cambiará de bando y eso puede perjudicarnos. Habrá que tener cuidado y vigilarlo cuando lleguemos cerca de su base. Lo de la niebla no me gusta nada de nada, si siempre la rodea una espesa capa será por algo.

- Así que la colina es especial...siempre rodeada de niebla...¿entonces como la encontráis?...¿tenéis una senda secreta o algo así? - le pregunto al ladrón

Una cuerda puede marcar el camino, bien escondida entre los matorrales sería un buen cable guía. Puede que tengan algo así para encontrar el camino.

-Considéralo una oportunidad de expiarte de tus crímenes- dijo Hador con gravedad, justo antes de que el aterrado ladrón comenzase a dibujar el mapa. Mientras Ted inquiría, el rohir se distrajo por breves segundos para ver a su montura, que se encontraba a cierta distancia. Al comprobar que estaba tranquila, devolvió su atención al ladrón.

Esta no es manera de tratar a un prisionero...

-Levántate- le dijo, una vez hubo terminado su boceto. -Ahora dinos, ¿cómo es esa base exactamente? Habla con tanto detalle como puedas, pues nuestra suerte, y por ende la tuya, depende de ello. También explica el sistema de guardias que tiene tu banda. ¿Qué clase de puestos de vigilancia poseen, que turnos tienen organizados...?

Miré a Hador ante sus palabras y, apretando mis dientes con fuerza, asentí a sus dichos. Me tranquilicé un momento y escuché lo que los demás le preguntaban. "Cierto es que si el lugar se encuentra rodeado de niebla, es un terreno difícil para una batalla... debería, como dice Ted, haber algún lugar por el cual acceder con facilidad", pensé mientras mis compañeros hablaban.

"- Dices que el lugar se encuentra rodeado por la niebla. Sin embargo, ¿qué visibilidad brinda la posición de la torre... pueden ver lo que sucede abajo, podrían percatarse de cualquiera que se acercase por el camino?- pregunté".

Me acerqué a Hador, haciéndole señas para que se agache un momento para hablar con él.

"- Sería prudente solicitar la ayuda de algunos soldados en Dol Amroth. Contando con información del lugar, sería incluso un golpe de suerte y una ayuda para ellos sacarse de encima a esta banda- le dije en susurros".

El rohir se interrumpió, dejando los detalles de su pedido a libre interpretación del ladrón, aunque con cierta intención.

-Por un momento pensé en lo mismo- comentó, algo alejado, junto a Angainor -pero me preguntaba si no nos tomaría demasiado tiempo dirigirnos a Dol Amroth para luego regresar... Aunque, teniendo en cuenta que la banda no puede crecer mucho más en unos pocos días, el tedio del viaje vale la pena si logramos que esos asesinos y ladrones terminen encerrados. Te apoyo, amigo- asintió, su rostro teñido de seriedad.

Esta vez no cometeré los mismo errores, pensó, recordando la batalla en la ladera de las Ered Nimrais y una sucia bota de uruk como último recuerdo de su patria. No más sacrificios imprudentes

Asiento ante las palabras de Ted, indicando que los acompañaría.

Hay que hacer algo con estos bandidos y, además, si Ted va, hay que protegerlo, después de todo para eso fuimos contratados.

Presté un poco más de atención ahora, observando el mapa y escuchando las palabras del bandido. Sin duda alguna apoyaba a Angainor, sería una buena idea pedir la ayuda de la guardia en Dol Amroth...

Me gusta la idea - dije acercándome al enano - Sin embargo, este hombre ha dicho que su banda no es muy conocida, quizás no se dignen de ayudarnos. No obstante, apoyo la idea de intentarlo, no se pierde nada al hacerlo.

Además, mucho mejor si logramos que encierren a los bandidos y que esto resulte un poco menos sangriento - me dije a mí mismo -

Observe a mis compañeros y parecia estar de acuerdo con ellos. Sin duda alguna tenemos que terminar con la amenaza y cuanto antes, mejor. Cuanta mas ayuda tengamos mucho mejor. Quiza el padre de Ted pueda ayudarnos a encontrar voluntarios, si es tan querido en Dol Amroth como lo era en Erech, seguro que no sera complicado conseguir refuerzos.

Acercandome al ladronzuelo le digo: Mas te vale que nos des toda la informacion que tengas y no trates de engañarnos. El maestro enano ha prometido dejarte con vida, pero no recuerdo haber hecho yo dicha promesa. Asi que si intentas engañarnos puedes dar por sentado que tu vida acabara. Si nos ayudas, quiza pueda verse como un acto de buena voluntad.

- Porque sabemos que colina es… - le dijo a Ted como si fuese obvio, al menos para él lo era

Ante las palabras de Hador se incorporó, el Rohir tenía el gesto imponente aunque sus palabras parecían justas – Pues está en lo alto de una colina, en la parte más alta, no, como bien suponéis igual que no nos pueden ver no podemos  ver si hay algún merodeador por la zona… la instalación consta de varios edificios, puentes y escaleras, como mucho hay un vigilante, el jefe no ha considerado necesario más pues la niebla nos protege… el edificio principal es la torre y el la que habita Gontran, el resto dormimos en un barracón, lo ideal sería atacar de noche pues es facil saber donde está todo el mundo, menos el vigilante, claro…

- El vigilante no puede ver mucho, la visibilidad es de unos diez metros, pero se puede escuchar, eso si – responde al enano

- si, si, lo comprendo señor – dice a Eadar, parece que están punto de que se le salten las lágrimas – no les miento, les estoy contando todo

- Eso espero... -  digo como respuesta a su "lo estoy contando todo" - ...si no alguno de los presentes puede que quiera probar el filo de su arma en vuestro cuello...

Atacar de noche y con niebla. Es prácticamente imposible que nos vean, en eso tiene razón aunque lamentablemente será difícil que nos veamos nosotros mismos.

Me giro hacia mis compañeros de viaje y ahora parece que de aventuras y les digo:

- Deberíamos descansar aquí esta noche y partir mañana con el alba...necesitaremos estar descansados para realizar esta tarea...

No sería mala idea descansar aquí, si a Gabbon no le importa. Mañana podríamos dirigirnos a Dol Amroth y desde allí podríamos planear mejor la estrategia a seguir. Propongo a mis compañeros.

Como bien dice Ted, el día ha sido duro y necesitamos descansar adecuadamente. Miro a mis compañeros esperando sus reacciones.

Observo al desdichado ladronzuelo. Quién sabe cómo ha podido terminar con un destino cómo aquel. En verdad que parece arrepentido o acorralado. Y sinceramente creo en sus palabras. ¿Qué otra opción le queda al pobre? Parece demasiado joven para perder la vida tan prontamente.

¿Qué edad tenéis?Le pregunto. Mis palabras son una mezcla de sentimientos.

"- Descansar en este lugar sería sensato, es verdad. Sin embargo, no sé cuánto tiempo nos tomará llegar a Dol Amroth y menos cuánto hasta la guarida de estos ladrones- contesté a mis compañeros".

Guardé mi maza e hice lo mismo con el escudo. La promesa que hice no pretendía romperla, así que no sentí la necesidad de mantener la guardia por el momento.

"- Por otra parte, si el grupo que estaba encargado de saquear este lugar debía volver hacía allí, ¿qué sucederá si se percatan del hecho de que están tardando en demasía?- agregué".

Comencé a mellar mi barba y observé el lugar. Conté el número de bandidos caídos... eran suficientes para lo que estaba pensando.

"- Necesito saber cual era el plan a seguir que ustedes tenían en caso de salir victoriosos del robo... con todo el detalle posible- le esputé al ladrón-. Cada vez que vuelven a la base, ¿tienen algún saludo especial... una frase... movimiento... alguna marca en especial que muestran o dibujan?- agregué".

Me di un poco la vuelta para hablar nuevamente con Hador.

"- Si bien el muchacho se enterará porque nos acompañará, quiero que veas si hay cordura en mi idea- le susurré-. La cantidad de bandidos es suficiente como para que nos vistamos como ellos... eso facilitaría la entrada al lugar. Si sumamos que sabemos la forma en que se presentan y demás, contaríamos con una buena posibilidad de adentrarnos sin levantar sospechas- concluí".