Partida Rol por web

El crujir de una vieja reja y la luz cegadora de una lámpara que tambalea sobre ustedes, es la primera imagen que cruza sobre sus adoloridas cabezas; las nauseas y mareos, que trae consigo el término de los efectos narcóticos, les hace saber que aun siguen con vida.

Al pasar los minutos sienten el frio tras sus espaldas y las marcas ensangrentadas que han dejado los grilletes en sus muñecas y tobillos, el esfuerzo de salir de ellos es vano y mas con sus voluntades mermadas por el hambre; un guardia descansa en una silla al parecer a estado mucho tiempo vigilando vuestro sueño, si giráis la cabeza podrán ver a un compañero de celda en la misma su misma condición, nunca os habéis visto antes.

hey chico...y tu quien eres?...le digo a mi compañero mientras recobro el conocimiento...volteo a ver al guardia y hago una mueca de odio...y que demonios hiciste para merecerte esto?

 John se incorpora lentamente y observa a su compañero. Tras otear detenidamente la totalidad de la celda y en especial al guardia, empieza a hablar. - Mi nombre es John -. El hombre guarda silencio de forma abrupta, como si algo le impidiera hablar, quizá el mal recuerdo de algún antiguo compañero de celda. Su semblante es serio e impasible.

si no quiere hablar no tienes porque hacerlo...me froto la frente para limpiarme el sudor...miro al guardia de nuevo y recargo mi cabesa contra la pared...eh guardia!...donde demonios estamos?...aun sigo aturdido por los narcoticos...pero pasara en unos cuantos minutos...donde demonios estoy

 John observa disimuladamente a su compañero, casi desaprobando su ímpetu. Tras un momento de duda dice: - Más te vale mantener la boca cerrada si no quieres que nos maten, eres un charlatán -. Tras eso, agacha la cabeza y pasa se pasa la mano por su recién afeitada cabeza. - Debemos tener paciencia, pronto vendrán por nosotros.

El Guardia se despierta y los observa con los ojos entreabiertos.

Mira, Mira, si parece que estos dos van a ser bueno amigos…

El soldado se levanta de su silla y suelta una carcajada al verle las caras delgadas por el hambre y sucios por el tiempo que llevan allí.

Seguro, “Mami” debe estar por llegar a recogerlos, más vale estar tranquilos si no quieren meterse en problemas.

miro al guardia con cara seria sin decir nada...volteo a ver a mi compañero y recargo mi cabeza contra la pared de nuevo...justo como en casa...

Escena detenida hasta que regrese un ausente...

Esperemos que no demore mucho si no, lo voy a Pnjtizar un poco.

John no parece preocupado por las palabras del guardia, permanece sentado, meditabundo y callado. A veces exhala un suspiro de resignación. Poco después echa un vistazo a toda la estancia, buscando algo que le pueda ser útil o que le de más información.

Jhon, solo ve unas paredes mohosas y al guardia apoyado en su silla con su rifle al lado, parece que las instalaciones donde esta prisioneros ya tienen varias décadas encima.

Al parecer el guardia tiene "algo entre manos", pero los observa bien antes de actuar.

John se acerca a su compañero y le suurra disimuladamente que sospecha del guardia. Incluso entabla una superficial conversación entre tanto para no levantar las suspicacias de éste. Ante todo le recomienda que esté atento a lo que pueda pasar.

me quedo quieto viendo como Jhon observa al guardia...

me quedo sin decir nada esperando que vengan por nosotros como dijo el guardia

El soldado parece algo intranquilo y sale de la habitación, parece que hay ruidos afuera en el pasillo.

Al pasar los minutos el silencio se vuelve perturbador.

- ¿Cuál es tu nombre chaval? - Pregunta John sin quitar la mirada de lo que hay al otro lado de la reja. - ¿Cómo has llegado hasta aquí?.

John intenta otear lo que pasa al otro lado y se prepara para cualquier cosa que pueda ocurrir.

sin hacer caso de mi compañero...me levanto y observo hacia afuera...para ver que ah sido del guardia

Soldados apresad al prisionero, no lo dejen escapar!…

Se escuchan el sonido de disparos y los destellos de las linternas se cuelan por las oscuras celdas a lo largo del pasillo.
Los casquillos de los cargadores revotan contra las paredes y el suelo al ser disparados; al pasar los minutos los guardas parecen haber abandonado la zona.

Vuestros grilletes electrónicos son abiertos como por arte de magia, no oís ni un solo ruido fuera. Sus adoloridas cabezas se van recuperando lentamente, podéis observar 2 botiquines a vuestro lado.

Ni bien desciendes por las escaleras las luces se apagan, no podéis observar con claridad a lo largo del pasillo.

Voces extrañas recorren tu cabeza, irreconocibles y difusas...

observo a mi compañero de celda...sin decirle nada tomo uno de los botiquines y salgo con cautela...