Partida Rol por web

-Me temo que un rifle no servirá de mucho -dice Van Helsing. -Para que así fuese debería tener balas de plata, o de madera, cosas que simulen pequeñas estacas y que sean despositadas en el corazón de estos seres maléficos. Lo cierto es que nos embarcamos en un viaje de tres días, señores... Tres días hacia los Cárpatos, hacia el mismo castillo del jefe de esta damisela que ha encantado a nuestro querido doctor.

Van Helsing calla y Zhiara hace un gesto. Unos sirvientes entran en el recinto y dicen que la mesa está servida. Todos pasan a un gran comedor. Puestos sobre el mantel hay bandejas con pollo, papas, verduras y algunas jarras con vino y con agua completan el almuerzo.

-Prefiero seguir hablando mientras comemos algo -dice el doctor. -Por cierto, señor Kngihtley, usted debe comer aunque no sienta apetito... sino será peor la influencia que ejercerá su vampiresa.

Todos se sientan y se les sirve un plato y una copa con vino, y otra con agua.

-Bien, así que... ¿alguien más que prefiera irse? Es totalmente comprensible el hacerlo.

-No se ría señor Hardee. - digo bastante ofendida por su comportamiento. - Ninguno de nosotros creía en estas cosas hasta que las hemos visto aquí, y ver a nuestro compañero así a todos nos asusta lo suficiente como para que llegue usted de la nada a poner en duda y reírse de lo que hemos visto.

¿Porqué tiene que irse un caballero para dejarnos aquí con estos dos proyectos de hombre. A ver si en este pequeño viaje se les pega algo del señor Helsing que hace notar su educación.

Lástima no haberlo sabido de antemano, Doctor van Helsing, porque podríamos haber encargado esas balas a un armero cualificado. O habría traído mi viejo Sharp matabúfalos de avancarga.

En fin, ahora solamente podemos utlizar lo que tenemos a mano y si ese conde tiene esbirros mortales serán ellos quienes prueben mis balas... el tejano frunce el ceño un instante, como si pensara, y añade Aunque luego, tras la comida, me gustaría comentar con usted un par de ideas...

Roy se sienta a la mesa y se pone a comer demostrando un muy buen apetito. Sus modales no son exquisitos -de hecho queda claro que trinchar el pollo no es lo suyo-, pero tampoco es el bárbaro que la prensa y las novelas pintan como el prototipo del cowboy

El tejano ríe de nuevo ante las palabras de Van Helsing, y niega con la cabeza He atravesado media Rumanía para responder a su carta, doctor. Sería de tontos marcharse ahora ¿no? contesta en cuanto acaba lo que tiene en la boca

Entonces su mirada se dirige a Darma y le contesta, aunque su tono sigue siendo tan relajado como hasta el momento

Señorita, reírse ante el peligro sea del tipo que sea es un sano ejercicio, créame. Si esa criatura inmunda ha conseguido que usted se asuste, usted le está dando de entrada una gran ventaja, tal vez letal...

Al enemigo se le ha de valorar, respetar, incluso temer dentro de un orden. Pero el miedo es el peor compañero es una situación de peligro. Entiendo que lo que ha podido ver la haya sobresaltado y hasta angustiado, pero utilice ese sentimiento a su favor, como si fuera un arma.

Mientras habla, Roy sigue comiendo, como si tal cosa, hasta que llegado a este punto se detiene, con una patata pinchada en su tenedor

Todos y cada uno de ustedes tienen cualidades y facultades que, bien usadas, pueden convertirles en personas muy peligrosas. Hasta para una criatura maléfica como la que se encuentra detrás de todo esto... y prosigue comiendo, esperando las opiniones del doctor y de los demás

Me siento en la mesa aún no teniendo demasiado apetito, llenándome mi copa de vino (a falta de whisky...) mientras escucho impasible el intercambio de opiniones entre Darma y el recién llegado número dos.

- El miedo te mantiene vivo -Comento, distraídamente-. Cuando no hay miedo, hay relajación. Y entonces es cuando apareces desangrado. Sólo los inconscientes y los que quieren morir no tienen miedo o se burlan de él. Sin embargo -añado con una medio sonrisa-, sólo las mujeres se paralizan cuando tienen miedo, claro.

Poco a poco voy decidiendo que este no es un tema que me guste para hablar mientras se come, así que no medio palabra hasta que siento que he comido lo que necesitaba comer para mantenerme activa y que echaré de menos si me sienta mal.
Lo demás que pincho con el tenedor y paso con agua es complementario.

Desgraciadamente estoy de acuerdo con la opinión de Raymond, que el miedo es lo que mantiene a uno alerta...pero lo destroza todo con su comentario final.

-Lo mismo los hombres preferirían que las damas nos retiráramos de esta pequeña excursión.-intento moderar mi tono cínico, porque estamos comiendo y eso no se hace.-Pero claro, yo al menos me sentiría muy ofendida.-me miro las uñas.-Y yo no quiero ponerme histérica, por Dios, nadie quiere eso...

Van Helsing ve con suma atención el intercambio de opiniones del grupo. Después de todo la funcionalidad de sujetos tan dispares es parte del éxito de su cruzada. No dice nada por un momento, simplemente come y deja que los demás hagan otro tanto.

Zhiara es la que entonces se para y se dirige a la comitiva; como siempre sus palabras son pocas pero precisas.

-Partiremos mañana al amanecer. Os daré provisiones y armamento, el que sirva... no es que tenemos demasiado. Pero bien, si vais a divertiros, hacedlo esta noche. Quizás esta sea vuestra última noche como personas normales. Dios nos proteja y no lo permita.

Luego, mira a Knightley y le asegura:

-Señor, usted irá encadenado. Lo siento si no le parece correcto pero está bajo la influencia de la vampiresa. Le sacaremos las cadenas cuando la matemos, que supongo será pronto.

Se sienta y da un sorbo a un vaso de vino.

-O no...

Señoritas, si el Dr Van Helsing, que sin duda es el más inteligente de todos nosotros, considera que ustedes deben venir, no hay discusión alguna por mi parte afirma contundentemente el tejano, tras dar un sorbo a su copa de vino

Por tanto, no hay motivo para que la Señorita Susanna se ofenda y mucho menos para que se ponga histérica añade, con una galante inclinación de cabeza y una brillante sonrisa dedicada a ella. Tras eso come el último pedazo de su ración de pollo y, apuntando a Raymond con el tenedor vacío comenta, una vez termina su bocado

Vamos a ver. Según usted sólo los inconscientes y los suicidas no tienen miedo... y las mujeres se paralizan en cuanto lo tienen -poca utilidad le veo pues a que lo tengan, señoritas- Y afirma que el miedo le mantiene vivo. No suena a un discurso muy consistente, ni muy valiente tampoco. Aunque como usted parece ser todo un experto en el tema, seguro que le ve alguna lógica termina riendo de nuevo el cowboy, aunque muy suavemente, al mismo tiempo que estudia con más detalle las reacciones del aludido

Una vez ha terminado con el postre escucha las palabras de Zhiara y sonríe ¿Divertirnos? Bueno, yo más que cantar grazno como un cuervo y lo más cerca que he estado de un instrumento musical es de los de la banda de Fort Stockton, así que... por ese lado la diversión sería verme intentarlo. Bailando me defiendo, pero para eso hace falta música y una pareja de baile

Roy saca su bolsa de tabaco y, antes de liarse un cigarrillo, pregunta educadamente a las damas si les molesta que fume

Así pues, mientras alguien propone cómo divertirnos un rato, me gustaría comentarle ese par de ideas al doctor en privado. Y así dejamos que las damas y los demás caballeros charlen civilizadamente termina diciendo al mismo tiempo que se levanta y hace una cortés reverencia hacia las señoritas allí presentes...

-¿¡Encadenado!?- Respondo amargamente exhaltado ante la imposición de la señorita Zhiara. -¿¡acaso me toman por una especie de animal!?, ¿¡de amenaza!?- Mi rostro y mis manos cruzadas sobre el pecho muestran mi disconformidad -¿¡Porqué no me encierran directamente en una mazmorra!?-

Me encuentro bastante alterado, con el rostro desencajado y mis ojos emanan una furiairracional. Se trata de una extraña sensación, una furia desconocida que crece en mi interior, que me quema y me exaspera. Me levanto súbitamente de la mesa y me alejo a un rincón para tranquilizarme. Jamás me había sentido tan alterado. Es como si la agresividad de un animal salvaje me poseiera por minutos.

Finalmente consigo relajarme e imponer mi autocontrol frente a tal sensación. Respiro hondo varias veces y vuelvo a acercarme a la mesa. -Siento mi reacción- me disculpo ante los presentes mientras tomo asiento de nuevo -No sé que me ha sucedido... Tienen razón, si consideran que es lo mejor para el grupo, así se hará... Sólo espero que funcione, la verdad es que no me imagino como puedo resultar útil encadenado...-

Creo que no merece ni la pena contestar a según que caballeros - le digo a Susanna.

Cuando noto la desesperación en la voz del doctor Knightley me acerco a él y poniéndole una mano en el hombro le digo con calma - No es porque usted pueda ser una amenaza. Solo intentan que no se haga daño. Confíe en el señor Helsing y su sobrina, solo ellos pueden ayudarle.

Terminaron de comer y Van Helsing le dijo a Roy que podían hablar en el estudio, así que el tejano lo acompañó para decirle sobre ciertos asuntos que solo competían a su persona.

En el comedor quedó Zhiara junto a las chicas, Géorge (que había tenido que aceptar que quizás mañana llevara cadenas) y Raymond quien por lo pronto estaba tranquilo.

Quedaba el resto del día para que hiciese cada uno lo que le viniese en gana: desde hablar de prepararse hasta holgazanear, puesto que nadie les había dado ninguna orden. Lo único cierto era que, para bien o para mal, estaban todos metidos en el mismo asunto.

Y mañana... empezaba una nueva etapa, algo que sería todo un desafío para cada una de estas personas.

El tejano entró en el estudio y, tras liarse un cigarrillo y encenderlo, procedió a comentarle el par de ideas que habían pasado por su mente

Una pena no haber sabido antes lo de esas balas especiales, pero algo a lo mejor podemos intentar. No para el rifle, ya que un pequeño error de calibre podría causar una explosión en la recámara bastante perjudicial para el tirador, pero sí que me atrevería a intentarlo con algunas balas de revolver.

Si dispone de una buena madera, dura y que no arda con facilidad, y unos alicates y tenazas, puedo intentar hacer alguna de esas balas de madera que comentaba...

Y después comentó usted algo de estacas de madera... A lo mejor estoy diciendo una tontería, pero con paciencia podría tallar un mango a una de esas estacas y afilar la parte superior, de forma que tuviera hasta corte. Puede hacerse con una madera de calidad, y sería más manejable en combate que una estaca normal y corriente... porque la idea es clavársela ¿no? propone el cowboy

Y tras ello le pide a Van Helsing que le ponga al corriente, con más detalles, de los puntos fuertes y débiles de su enemigo...

Me acerco a Susanna y le susurro - Querida, no merece la pena contestar a según que especímen de varón - mientras susurro mis ojos están clavados en el recién llegado.

-Si quiere hacer esas balas yo no lo detendré mi amigo -contesta Van Helsing -pero tiene hasta mañana pues partimos a primera hora de la salida del sol. Zhiara tiene tablas de cedro y roble, usted puede pedirle, a mi sobrina no le faltan ingresos para reponerlas y a decir verdad, no es que tampoco importe eso.

El doctor llena nuevamente de tabaco su pipa y le da unas cuantas fumadas más, antes de decirle a su compañero texano.

-Sobre Drácula, bueno le diré que es el ser más despreciable que ha conocido la humanidad. Tiene muchas habilidades entre las que se cuentan la de convertirse en niebla, en animales... sobre todo lobos y murciélagos e incluso en la de convocar las tormentas para que lo protejan si tiene que levantarse antes de la puesta de sol.

El hombre mira a la distancia, como si recordara algo.

-Él me quitó a mi hija, mi bien más preciado... y ahora voy a devolverle al infierno del cual salió. Y le prometo que será bien recompensado por ello. Bueno, si quiere entonces, lo habla con Zhiara... ¿algo más en lo que pueda asistirle? No dude en preguntarme.

El cowboy escucha las revelaciones del doctor, y entonces comprende la gran sintonía que hay entre ellos dos

Comprendo sus sentimientos tal vez más de lo que usted cree. Y aunque el dinero siempre es bienvenido porque ayuda a pagar gastos, en esta aventura me voy a embarcar más por compañerismo que por otra cosa

Los ojos de Roy se encuentran con los de Van Helsing y se explica Usted y yo hablamos el mismo idioma, porque ambos hemos sufrido una gran pérdida. Yo acabé con el monstruo que me robó lo más preciado, y tenga por seguro que daré hasta mi último aliento si es necesario en ayudarle a hacer lo mismo a usted...

Mientras habla, el tejano se saca el reloj y se lo pasa al doctor, al mismo tiempo que le explica toda la historia de la muerte de Samantha y Diablito. Es la primera vez que la cuenta al completo en años, y no se la había contado a nadie salvo a su padre y hermano. Pero nota que Van Helsing puede entenderle y comprender los rescoldos que aún bullen en el interior de su alma

Ese tal Drácula parece una criatura mucho más peligrosa que aquel hijo de mala madre, pero si se le puede matar, esté seguro que lo haremos! añade en tono confiado y decidido, mientras recupera su reloj y acaricia la correa hecha con la cabellera del mestizo. Tras ello rebusca entre su camisa y saca la crucecita de Samantha, y termina diciendo, con una sonrisa agridulce Los recuerdos son siempre buenos, te ayudan a vivir para vengarte, y a sobrevivir después. Haga lo mismo, doctor y seguro que venceremos... 

Y después de esto le estrecha calurosa y firmemente la mano, como sellando un pacto privado entre ellos, y sale de la habitación en busca de Zhiara

El tejano sale del estudio tras hablar con Van Helsing y, tras saludar educadamente a los presentes, busca con la mirada a Zhiara

Su tío me ha dicho que usted puede proporcionarme madera de cedro y unas herramientas dice con una brillante sonrisa y, mirando a los demás, añade zumbón Me parece que mi diversión va a consistir en hacer manualidades. Les deseo que ustedes lo pasen bien, decidan lo que decidan hacer

Y tras estas palabras marcha tras Zhiara para que le dé todo lo que necesita y ponerse manos a la obra...

- ¿Qué podemos hacer nosotras? - digo mirando a Zihara

Espero, más tranquilo ahora, en el salón cerca del fuego, dejando que el aroma a madera quemada y el calor me envuelvan cual manto reconfortante.

Cuando el señor Roy aparece de nuevo y marcha tras Zhiara, un pensamiento relampaguea en mi mente. Como reacción instantánea me incorporo y me dirijo a la señorita Dharma. -Disculpeme, cuando me he recuperado me ha parecido entender que el señor Paul ha muerto. ¿Podría explicarme en qué circunstancias se ha producido? En esos momentos estaba indispuesto y no me he percatado de nada...-

- Por desgracia, los que le persiguen a usted lo han matado durante la noche - digo lentamente al señor Knightley - Parece que no estaban tan interesados en él como en usted - digo a modo de consuelo.