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Dragon Age: Las Cenizas de la Ruina

19. Lo que Siempre Estuvo Ahí

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25/09/2013, 18:14
Dabona

No los metas ahí—se apresuró a intervenir Dabona. Cuando Nolan fué a decir algo, se le volvió a adelantar—. Puedes atarlos al travesaño de la entrada que para eso está. El alero de la posada debería ser suficiente parapeto.

Corrigió algo de lo que había escrito en el libro mientras el orlesiano se encogía de hombros.

Es sólo un poco de lluvia. Los animales salvajes viven bajo la lluvia y demás inclemencias del tiempo y no les pasa nada—una vez terminó, dejó la pluma en el tintero y entrelazó las manos sobre la empuñadura de su bastón observándonos cual lechuza posada sobre una rama—. ¿Necesitáis algo más?

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25/09/2013, 22:18
Gabrielle

Quizá otra persona más honorable hubiera visto su dignidad herida por el comentario de Dabona, y no le hubiera quedado otra opción que batirse en duelo contra la anciana. Pero lo cierto es que según hablaba más y más, lo único que le inspiraba era compasión. Lo más probable es que Dabona estuviera destrozada por el fallecimiento de su esposo. Cada vez resultaba más obvio que no se había recuperado de ello, y la amargura con la que trataba a los clientes le nacía del corazón hecho pedazos.

—Me gustaría... —hizo una pausa, y se colocó los rizos detrás de la oreja—. Pedirle disculpas si la he molestado, y darle mi más sincero pésame por la muerte de su marido. El pequeño homenaje que le ha hecho en la entrada es realmente conmovedor. No puedo devolverle a su marido, pero querría ayudarla de algún modo. Tal vez con algo de dinero para contratar a alguien que le ayude a reparar el tejado del establo.

Gabrielle sacó soberanos y los puso sobre la mesa.

—Espero que sea suficiente.

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26/09/2013, 01:56
Sion

Era una niña única, o vivía en un mundo aparte en donde el pesar no existía o realmente tenía tal bondad que la empapaba el desasosiego de sus semejantes. Ofreciendo consuelo a una total y completa desconocida. Los pésames solían traer muchas problemas, únicamente era capaz de decir "lo siento" y un montón de tópicos similares, nada podía consolar perder un ser querido.

Dejó las monedas en un montón ordenado sobre el mostrador y preparó el saco por si tenía que pagar más.

- Algo de comer estaría bien, y preguntar si nuestro mabari puede dormir con nosotros, es lo bastante inteligente para no manchar nada y saber comportarse, por descontado, limpiaría cualquier cosa que manchase. -

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28/09/2013, 17:38
Alexei

-Por otro lado.-Digo adelantandome al resto.-Sería util saber si un hombre ha pasado por aqui hace poco... él o una mujer con ojos dorados y un temperamento algo... ardiente.

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29/09/2013, 14:18
Dabona

Hijo, esto es Ferelden—respondió la anciana a Sion mientras agitaba una mano en el aire como quien desestima la relevancia de algo—. Aprendí hace tiempo ya que aquí los mabaris no son simples "mascotas".

Acto seguido, miró a Alexei y frunció ligeramente el ceño con gesto pensativo, cosa que provocó que las arrugas de su rostro se hicieran algo más profundas.

¿Que si ha pasado un hombre? Hombres por aquí pasan muchos... ahora mismo uno me está haciendo una pregunta absurda, a su lado hay otros dos, y a la altura del mostrador hay otro—escuchásteis un gruñido de Belgar y una maldición mascullada en lo que debía ser lenguaje enano—. Tendrás que ser más específico.

Cerró el libro, cosa que provocó una tenue nubecilla de polvo, y lo volvió a guardar bajo el mostrador mientras Nolan y Balaena se dirigían afuera para estacionar bien la carreta y atar a resguardo los caballos.

En cuanto a mujeres con ojos dorados, sólo he visto una y bastante huraña—añadió—. Llegó, chafardeó, dijo algo sobre que prefería no llenar de demonios este lugar y se marchó.

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29/09/2013, 14:27
Lynn

Más o menos de nuestra edad—intervino Lynn englobando a Gabrielle y a ella con una mano—. Moreno, delgado, va vestido con una túnica de Tranquilo y tiene unos tatuajes azules muy peculiares en la cara.

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29/09/2013, 14:34
Dabona

No—contestó lacónicamente la anciana, como si el tema no le interesase gran cosa. Aquello hizo que la expresión de la muchacha cambiase a una a medio camino entre la amargura y la frustración.

Por otro lado, en cuanto Gabrielle hizo el ofrecimiento, volvió a levantarse dando una palmada con ambas manos en la mesa.

¿Tengo cara de mendiga? Creo que ya he hablado suficiente con unos completos desconocidos sobre cosas que no me interesan como para continuar hablando con unos completos desconocidos de cosas que no les interesan—gruñó—. Las habitaciones están por la puerta del fondo, hay dos camas en cada una. Que paséis buena noche.

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29/09/2013, 14:49
Narrador

El rotundo fin de conversación en todos los sentidos de la posadera no podía ser más inapelable así que decidísteis pagar los sesenta halcones de plata, seguir la sugerencia y dirigiros al pasillo de habitaciones.

El lugar estaba silencioso y envuelto en la penumbra ya que sólo la vela que ardía en el interior de los pequeños farolillos que aparecían colgados en la pared cada cinco metros hacía de fuente de luz. Alexei, Sion y Belgar debían escoger dos habitaciones (uno de los tres dormiría solo) mientras que, por motivos obvios, Gabrielle y Lynn estarían en otra.

Ahora mismo y en cuanto a jugadores se refiere, Sion y Alexei están por una parte y Gabrielle está por otra (marcad los destinatarios en consecuencia si queréis hablar o planear algo) de lo contrario, si simplemente queréis acostaros ya, decidlo por el offtopic. Decidme también, de los hombres, quién es el que se va a quedar solo.

La pasta hay que pagarla de verdad por cierto. Supongo que lo hacéis entre todos así que os sale a 12 halcones de plata por cabeza. Descontároslo.

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29/09/2013, 15:08
Dabona

Eras a quien peor le había sentado la brusquedad por razones evidentes de modo que fuiste la última que abandonó el recibidor en pos del pasillo de habitaciones.

O lo intentaste porque cuando ibas a recoger las monedas, viste que las manos de la anciana se ponían encima de la tuya. Eran unas manos curtidas y surcadas de arrugas pero eran cálidas.

Fué hace mucho tiempo, y fué culpa mía—la escuchaste murmurar—. Normalmente los andrastianos de Ferelden no ven del todo bien nuestras tumbas. Te lo agradezco.

Te soltó en cuanto quedó claro que no te ibas a marchar. Pese a que la forma de hablar de la mujer era seca, percibías en aquellos inusuales ojos tan llenos de vida el dolor que subyacía bajo el caparazón y tuviste la certeza de habías dado algo de comprensión a un alma que la necesitaba desesperadamente.

No te preocupes por mí, niña, si no he arreglado el tejado del establo aún es porque no he querido, no por falta de dinero—esbozó una sonrisa triste—. Janus dijo que lo arreglaría él mismo. Si dejo que lo hagan otros, se enfadará.

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29/09/2013, 15:21
Gabrielle

Gabby esbozó una sonrisa comprensiva y le tomó las manos entre las suyas, más jóvenes y suaves.

—El fallecimiento de su marido nunca podrá borrar los años que pasaron juntos. Puede recordar los años que lo tuvo consigo y apreciar ese regalo que le ofreció la vida sin hundirse en un abismo de desesperación y culpabilidad por su muerte —dijo Gabby, y lo sentía de veras. Dabona le había llamado niña, y era cierto que aún no había experimentado muchas cosas, entre ellas el amor verdadero—. Creo que el modo más hermoso es recordarlo en sus mejores momentos. La muerte no puede despojar a nadie de sus recuerdos. No es deseable ni necesario que se encierre de forma permamente en el dolor.

Le dio unas palmaditas.

—Janus está ahora en un lugar mejor —le dijo Gabby, evitando hablar del Hacedor para respetar sus creencias—, y creo que le gustaría ver su trabajo al fin terminado. Y aún más si usted está contenta.

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29/09/2013, 16:12
Dabona

No lo está. No por culpa de aquella cosa... —suspiró la anciana negando con la cabeza como quien no le encuentra sentido a darle vueltas a algo que no tiene solución—. Pero no te preocupes por mí, hija, hazlo por ti. Yo ya no tengo nada que perder.

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29/09/2013, 16:18
Gabrielle

Gabrielle entrecerró los ojos. Su sexto sentido de experta en asuntos del Velo se disparó.

—¿A qué se refiere exactamente?

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29/09/2013, 16:31
Dabona

Dabona se lo pensó unos instantes. Bien porque eras la primera persona que se atrevía a hablar de ello o bien porque eras la única persona con la que había podido hablar en mucho tiempo de ello, pareció decidirse.

En este lugar antes había un pueblo, ¿sabes?—dijo—. Se llamaba Khebel... hace unos cuarenta años.

Se sentó de nuevo en la silla, frotándose la frente, y de pronto pareció mucho más vieja y cansada.

Teníamos un río incluso, un acuífero que venía de una cueva más al norte y sólo salía a la superficie aquí. Un día llegó un forastero al pueblo, dijo que era un erudito que había oído relatos misteriosos de esta parte del bosque y quería explorar la zona. Lo recuerdo porque al principio me pareció lo más estúpido que había oído en mi vida: nuestro pueblo era normal—te contó—. A la mañana siguiente ocurrió algo extraño... nos dimos cuenta de que las aguas bajaban rojas. No sabíamos por qué pero todos teníamos miedo.

Negó con la cabeza.

—Al día siguiente habían vuelto a la normalidad pero el vinatero del pueblo amaneció escandalizado porque no encontraba a su hijo. Nunca lo volvimos a ver.

En aquel punto, el único sonido que se escuchaba era el repiqueteo de la constante lluvia en el exterior.

A partir de ese día, volvía a ocurrir lo mismo sistemáticamente... cada semana. Un día las aguas bajaban rojas, al día siguiente, alguien del pueblo no estaba. Todos empezaron a decir que aquella cueva estaba maldita, otros le echaban la culpa al erudito diciendo que había traído la maldición consigo—suspiró—. Para demostrar que no tenía nada que ver, fue a la cueva a tratar de averiguar qué estaba ocurriendo.

La anciana cerró los ojos en un descorazonador gesto de pena.

Mi Janus... él nunca había soportado las injusticias. Dijo que no teníamos derecho a acusarle y que aquello era como una condena a muerte. No era un aventurero avezado en el combate, sólo era un estudioso. Por más que protesté... decidió ir a buscarlo a la cueva para sacarlo de allí no sin antes obligarme a jurarle que no le seguiría, pasase lo que pasase—la voz se le rompió—. Si me hubiese negado... si hubiera insistido más, si se lo hubiese impedido...

Se cubrió los ojos con una mano.

No volví a saber de él. De ninguno de los dos. La gente comenzó a irse del pueblo pero yo... esta posada siempre ha estado aquí, la construimos entre los dos, "que el viajero nunca se sienta solo, que tenga un lugar en el que descansar" era nuestro sueño. No tenía la menor intención de abandonarla. Fuera lo que fuera aquel fenómeno al final... el agua no volvió a bajar roja, simplemente dejó de hacerlo. Pero para entonces sólo quedaba yo.

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29/09/2013, 17:18
Gabrielle

Gabrielle se quedó pensativa, con el ceño vagamente fruncido. Miró por una ventana, y un relámpago restalló a lo lejos. Sintió un escalofrío.

—Soy un maga colegiada del Círculo de Ferelden —dijo con resolución—, si me señala esa caverna en mi mapa investigaré ese fenómeno. Tal vez no sea tarde para averiguar qué sucedió realmente... ni para dar descanso a los restos de su marido.

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29/09/2013, 17:35
Dabona

Dabona se te quedó mirando con cara rara, como si estuviese sopesando si lo decías realmente de verdad.

Ocurrió hace más de cuarenta años—dijo—. Sea lo que sea lo que había allí, ha desaparecido. Y dudo que la propia cueva no se haya derrumbado.

Suspiró y volvió a taparse los ojos.

—Lo último que deseo es enviar más gente a ese lugar. No quiero más pesos sobre mi conciencia.

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29/09/2013, 17:45
Gabrielle

—Bueno, si ya ha desaparecido entonces no hay nada que temer. Al menos podría intentar recuperar los restos de su marido para que pueda darles una adecuada sepultura —ofreció—. Se lo propondré a mis amigos, y si están de acuerdo iremos a echar un vistazo. No debería llevarnos mucho tiempo.

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29/09/2013, 19:03
Dabona

Dabona suspiró apesadumbradamente y se volvió a poner en pie.

Supongo que una anciana no puede hacer nada por impedíroslo—dijo—. Al menos descansad esta noche antes.

Se puso en pie de nuevo haciendo crujir la silla y se dirigió hacia la parte trasera del mostrador. Viste entre las sombras una puerta y dedujiste que de ahí era de dónde había salido antes, seguramente fuera su habitación.

Ojalá esa maldita cueva se haya derrumbado... —murmuró mientras se adentraba en ella.

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29/09/2013, 19:07
Narrador

Una vez sola, te dirigiste al pasillo de habitaciones.

El lugar estaba silencioso y envuelto en la penumbra ya que sólo la vela que ardía en el interior de los pequeños farolillos que aparecían colgados en la pared cada cinco metros hacía de fuente de luz. Alexei, Sion y Belgar debían haber escogido dos habitaciones (uno de los tres dormiría solo) mientras que, por motivos obvios, tú y Lynn estaríais en otra.

De hecho, viste que la clériga te estaba esperando con expresión sombría en la puerta, al haberse dado cuenta de que tardabas en volver.

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29/09/2013, 19:09
Gabrielle

—Ya estoy aquí —dijo Gabby—. Perdona, me he quedado hablando con Dabona un rato. Pobrecilla, necesitaba que alguien la escuchase.

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29/09/2013, 19:11
Lynn

Pues me alegro porque no parecía muy contenta... —respondió tu amiga. Luego pareció dudar y se mordió el labio inferior—. ¿Oiste... lo que dijo sobre Ayla?