Partida Rol por web

Dragon Age: Las Cenizas de la Ruina

20. La Expedición

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31/10/2013, 13:48
Narrador

Llevábais ya tres días recorriendo la misma galería interminable y una semana bajo tierra. Aquel camino parecía no tener fin en cuanto a adentrarse más y más en las profundidades y tenías la molesta sensación de no estar moviéndote del sitio pese a que sabías con certeza que habíais recorrido kilómetros.

Aquél día habíais acampado en una cavidad a la diestra del camino, hacerlo en medio de éste siempre porque no había más remedio os producía la sensación de ser patos de feria para tiradores invisibles... Aunque la verdad es que no tenías ni idea de si era de noche o era de día en el exterior. Lo único que os impedía perder la cuenta del tiempo era la cantidad de antorchas consumidas. Había sido un invento de Parholl: según él, cada una duraba, exactamente, dos horas.

Por lo que habíais traído una auténtica barbaridad.

Mientras continuabas estudiando a vuestro peculiar prisionero genlock (el cual te observaba con una mirada poco menos que venenosa tras los barrotes de su jaula) pensabas en el tiempo que había transcurrido desde la última escaramuza. ¿Dos días más o menos? Desde entonces no habíais vuelto a ver un solo engendro tenebroso, lo cual por una parte era bueno pero por la otra también aumentaba la sensación de encontraros parados en el tiempo.

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31/10/2013, 14:55
Parholl Hierroardiente

—Park dice que en cuanto los exploradores vuelvan del nivel inferior, avanzaremos—Parholl apareció como por ensalmo a tus espaldas, refunfuñando aquello —. Pero ya han pasado dos días, empiezo a preocuparme, por no mencionar que casi se me ha olvidado ya por qué hemos venido aquí. ¡Y para colmo me ha tocado a mí encargarme del maldito mapa!

Se sentó a tu lado con un gruñido y se puso a rebuscar algo en su mochila. Desvió un instante la vista para mirar ceñudamente a Siestecitas, suspiró y volvió a centrarse en el interior de su mochila.

—Ya estás de nuevo tratando de comunicarte con esa cosa por lo que veo—comentó mientras metía prácticamente la cabeza para mejorar la búsqueda—. No sé qué pretendes exactamente, chico, pero sigo diciendo que deberíamos haberlo arrojado por la sima más cercana... No logro quitarme de encima la sensación de que en cualquier momento se va a escapar y va a hacernos trizas.

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01/11/2013, 20:11
Trasus

Trasus miraba al genlock a los ojos. El genlock miraba a los suyos. Un observador exterior hubiera afirmado sin dudar que había gran pasión entre esos dos. La mirada del genlock era intensa, como si quisiera salir de los barrotes y echar los brazos alrededor del cuello del joven humano. La de Trasus era tierna, como si las atenciones del engendro tenebroso fueran bienvenidas. Por desgracia, los barrotes de la jaula se interponían entre los dos.

Trasus echó un trago de la petaca. Un trago de aire, porque ya no quedaba dentro ni las gotas. No tardaría en volver a estar sobrio. Una tragedia sin parangón.

—Siestecitas —dijo, sorbiendo por la nariz—, no hay hombre más desgraciado que yo en todo Thedas.

»Sin mujeres, —giró la petaca entre los dedos y la dejó colgando boca abajo—, sin bebida. Y tú no quieres hablarme. ¿Sabes cuánto me hace sufrir tu actitud, cariño?

Ya llevaba tiempo con el genlock. Tener a una criatura asesina sedada, encerrada e indefensa provocaba que se perdiera la perspectiva. Al menos se lo provocaba a él. Le había cogido cierto cariño, como a una mascota, e incluso le había puesto ese apelativo.

El genlock no estaba en silencio siempre. Cuando los efectos del sedante remitían, emitía aullidos y chasquidos inarticulados. Nada que pudiera identificarse como un lenguaje. Trasus hubiera querido identificar patrones tras los gritos, pero no podía negar la evidencia. Lo que sí podía hacer era no rendirse; no tenía mucho más que hacer de momento. Cualquier podía realizar una vivisección o una disección y anotar los resultados.

Parholl se dejó caer a su lado y volvió a quejarse de Siestecitas. Algunos saludaban cuando llegaban; el enano volví a proponer despeñar al genlock. Los engendros tenebrosos habían llevado a cabo el exterminio de buena parte de la especie enana, y los genlock eran producto de madres de camada de origen enano. Trasus se daba cuenta de que no debía ser agradable para su amigo, pero el conocimiento exigía sacrificios, y ese no era particularmente gravoso.

—Imagina conseguir la paz con los engendros tenebrosos —dijo con seriedad—. Podemos hacerlos retroceder bajo tierra, y dejar que vuestro pueblo lidie con ellos hasta que aparezca el siguiente archidemonio.  O podemos estudiar su fisiología, su sociedad, comunicarnos con ellos. Comprenderlos.

»Y si se escapa —añadió—, dame un grito para que pueda ponerme a salvo mientras te ocupas de él.

Trasus entrelazó los brazos tras la cabeza y se recostó en la dura tierra, mirando las estalctitas que colgaban sobre sus cabezas.

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02/11/2013, 16:54
Parholl Hierroardiente

¡"Cariño"!—exclamó el enano haciendo un aspaviento con los brazos y poniendo una expresión de asco similar a la de alguien que acaba de escuchar la receta de un tónico a base de bilis de murciélago y ojos de tritón—. Por las barbas de mis ancestros, nunca creí que diría esto pero creo que ya has bebido bastante por hoy.

Te arrebató la petaca pero al agitarla y comprobar que estaba vacía (echando un ojo a su interior, de hecho) resopló y te la devolvió.

Esas cosas están corrompidas hasta la médula. Son cascarones vacíos que bailan al son de un monstruo mayor, no me cansaré de repetírtelo—dijo. Luego añadió melodramáticamente:—. Aunque supongo que tú tampoco te cansarás de no hacerme caso.

Finalmente terminó por encontrar lo que buscaba en su mochila: un mapa y un trozo de queso. Sacó el mapa y lo estiró sobre la piedra mientras le daba un generoso mordisco al queso.

En cualquier caso, tenemos problemas más importantes que tu novio genlock—añadió con la boca llena mientras señalaba un punto concreto—. Park ha enviado a Sarkee y a Sila junto a un pequeño grupo de guardias a explorar el piso de abajo, cree que estamos sobre un thaig y que la Ruina me lleve si se me ocurre qué narices piensa encontrar ahí que no sea otro nido de engendros.

Tragó ruidosamente el queso para poder hablarte sin llenarte de perdigones.

Sarkee es mi hermana y hace dos días que no sé nada de ella, puede que a Park le importe una mierda ese detalle pero a mí no—expuso—. No sé qué pensarás tú pero esto me huele a cuerno quemado; si no me dice de una vez por qué estamos haciendo esto exactamente pienso bajar ahí a buscarla.

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03/11/2013, 01:57
Trasus

Trasus asistió, impotente, a las manipulaciones de Parholl. La petaca abandonó su mano durante un instante, pasó por las del enano y regresó repentinamente. Acercó el ojo al agujero, esperanzado, pero seguía tan vacía como unos bolsillos agujereados. ¿Por qué juegas conmigo, providencia?

—Disiento, querido amigo —dijo, apartándose unos rizos de la frente—, me encuentro en un momento de absoluta consciencia, lo que quiere decir que no he bebido lo suficiente.

Parholl le caía bien, pero era serio e inflexible. No tan serio e inflexible como otros enanos, como su hermano, o incluso Sarkee, que no quería saber nada de un rato de diversión cuerpo a cuerpo con él si no había armas y armaduras de por medio. Quizás por eso Siestecitas se negaba a comunicarse; estaba hecho de carne y sangre enana, al fin y al cabo. Debían de haber atrapado un hurlock en su lugar.

—No me cansaré —afirmó—. Poseen órganos vocales funcionales, y por lo que hemos podido comprobar, estructuras sociales potencialmente complejas. Puede que la influencia del archidemonio sea abrumadora, pero con este eliminado siguen activos, manejan sus hilos por sí mismos.

Pero a Parholl no le interesaba la investigación. Estaba allí, con sus hermanos y su compañía, para guiarles y protegerles. Y para evitar que su gente acabara de vuelta a la piedra antes de tiempo.

Sarkee… A Park sí le preocupaba su hermanita; precisamente por eso la había mandado abajo. Era cuestionable, empero, el sentido común que demostraba al jerarquizar las fuentes de su preocupación. Poner a un humano lujurioso por encima de una horda de engendros tenebrosos sociópatas era, cuanto menos, una estupidez. A menos que lo que le quisiera proteger de verdad Park era su apellido. Creía que lo que había leído sobre la cultura enana era producto de observaciones sesgadas antropocéntricas, pero el maduro hombretón parecía sacado de una enciclopedia.

—Veo dos posibilidades —dijo Trasus, con calma—. Una, están a salvo, en cuyo caso nos ponemos en peligro al bajar. Dos, no lo están, en cuyo caso, no somos suficientes como para desnivelar la balanza a su favor. Ya sabes que no quiero que le pase nada a tu hermanita, pero te recuerdo que Sila podría ser un magíster si le interesara más la política que el conocimiento; si se encuentran con algo a lo que él no pueda hacer frente, nosotros no podemos hacerle frente.

»Nota que estoy hablando en plural —añadió—. Si me quedo solo y surge cualquier peligro, soy hombre muerto. Si te sigo y encontramos cualquier peligro, soy hombre muerto.

Trasus era el único miembro de la expedición que no se había molestado en cargar con armas o armaduras. Era cierto que tales implementos hubieran multiplicado sus posibilidades de superviviencia, pero estimaba que sus posibilidades de sobrevivir a una escaramuza eran nulas, por lo que el resultado final era en cualquier caso el mismo.

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06/11/2013, 14:33
Parholl Hierroardiente

Claro, y los nugs también emiten sonidos porque tienen cuerdas vocales—refunfuñó Parholl—. Diablos, la única estructura social que yo le he visto a estas cosas es que siguen a la que más alto chilla. Aunque no sepan ni adónde van.

Mientras hablaba miraba el mapa. De hecho, lo había mirado ya desde casi todos los ángulos posibles pero no parecía encontrar algo que le convenciese, fuera lo que fuera lo que buscaba.

Razón de más para hacer algo al respecto, ¿no?—añadió—. No pretendo menospreciar a tu maestro, amigo mío, pero un thaig lleno de engendros tenebrosos come magisters para desayunar. No porque sean más listos, ni porque estén mejor organizados, ni nada remotamente similar... sino por pura y abrumadora superioridad numérica.

Terminó suspirando y estudiando la ruta que ya estaba marcada en el pergamino, incapaz al parecer de hallar otra posible forma de bajar.

—Y yo por lo menos voy a terminar subiéndome por las paredes como siga aquí sentado haciendo hipótesis sobre lo que puede ser o lo que no puede ser—confesó—. Así que voy a añadir una tercera posibilidad: ¿por qué no agarramos a Park de los talones, le damos la vuelta y lo sacudimos hasta que nos diga de una vez qué narices se supone que estamos buscando?

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07/11/2013, 15:29
Park Hierroardiente

—Porque luego te caerás de la cama y te despertarás.

Una mano (manaza) palmeó la cabeza de Parholl de un modo que no te quedó muy claro si era una simple palmada amistosa o un capón. El enano gruñó y se frotó la coronilla mientras Park aparecía también como por ensalmo. Últimamente no paraban de aparecerte enanos por todas partes como por ensalmo.

Intenta no hacer ninguna estupidez que eche a perder todo el trabajo de la expedición y trata de confiar un poco en tu hermano—añadió sacudiéndose los brazos para quitarse el polvillo de tierra que ya venía siendo una constante en el ambiente de aquel lugar. Después os miró—. ¿Qué problema tenéis por aquí?

Perdona el pequeño retraso.

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10/11/2013, 18:15
Trasus

Siguen a la que más alto chilla aunque no sepan a dónde van… como una turba enfurecida. Se había encontrado con más de una de esas muchedumbres durante su estancia en Val Royeaux. En una ocasión había sido absorbido por una, mientras deambulaba en estado de estupor poco después del amanecer. Quizás podía integrarse entre los engendros tenebrosos de esa forma. Sería, sin lugar a dudas, un método eficaz para aprender sobre ellos.

Archivó la idea para reflexionar más adelante sobre ella. Seguro que pasaba algo por alto, y estaba demasiado sobrio como para pensar apropiadamente. Además, Park había llegado. No tenía ni idea de cómo se las había arreglado el corpulento enano para aparecer sobre Parholl sin hacer ruido, pero ahí estaba, su mano desmesurada sujetando la cabeza de su hermano pequeño como si fuera una manzana. No hace falta, a ese hermano no lo quiero en la cama, y quiero decir cama como metáfora de coito, porque lo más parecido a camas que tenemos aquí son esos catres portátiles en los que es necesario práctica para dormir. Trasus trató de mirarle a los ojos, pero era demasiado complicado; estaban tan cerca el derecho del izquierdo, que tenía que cruzar los suyos, y eso le mareaba.

—Problema... —repitió Trasus la palabra clave de la pregunta de Park, sin esperar respuesta. Parholl no tiene paciencia, Siestecitas no habla conmigo, estoy perdiendo mi valioso tiempo, mis compañeros están perdidos el Hacedor sabe dónde, llevo una semana sin cambiarme de ropa… Pero en realidad, el único problema verdaderamente acuciante era uno que, al solventarse, haría desaparecer todos los demás. Levantó la petaca hacia Park, le dio la vuelta, como había hecho momentos antes, y la sacudió suavemente, mostrando que no albergaba ni una gota.

Sin problema. Por cierto, ya te aviso de que los fines de semana, viernes incluido, puede que tenga todo el tiempo del mundo, o al contrario, que desaparezca casi completamente.

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12/11/2013, 18:08
Park Hierroardiente

Bien, y ahora que tu amigo el bibliotecario con faldas ha dejado de hacer el payaso... —repitió Park con un gruñido. Se volvió hacia su hermano—. En serio: ¿Cuál es el problema? ¿Has revisado bien la ruta?

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12/11/2013, 18:10
Parholl Hierroardiente

He revisado la ruta. He revisado un millón de veces la ruta. ¡En los últimos dos días no he hecho más que revisar la ruta tantas veces que podría dibujártela con un carboncillo atado al dedo gordo del pie!—protestó Parholl haciendo un aspaviento con los cortos pero robustos brazos—. Por las bragas de Branka, Park ¿Podrías decirnos de una maldita vez qué hacemos aquí parados como pasmarotes mientras nuestro grupo de exploradores todavía no ha regresado?

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12/11/2013, 18:12
Park Hierroardiente

Querido hermano, la última vez que supe de tus credenciales no eras un erudito en reliquias enanas—contestó el mayor de los Hierroardiente—. ¿Exactamente de qué serviría que te hablase de algo que no sabes ni lo que es?

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12/11/2013, 18:14
Parholl Hierroardiente

Claro—resopló Parholl girando los ojos en redondo—. Y tu eres el fundador del Modelato, ¿verdad? No me tomes por idiota, Park, sabes tanto de la historia de Orzammar como del ritual de apareamiento del bronto salvaje.

Aquellos dos se pasaban el día así pero ya te habías acostumbrado a la "fraternidad" enana. Si realmente estuviesen furiosos, haría tiempo que andarían rodando por el suelo dándose de puñetazos.

No sé a qué viene tanto secretismo pero yo quiero saber qué rábanos de las profundidades hemos venido a buscar aquí que tantas reservas te ha hecho mostrar con el contrato. No será algo peligroso, ¿no?

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12/11/2013, 18:19
Park Hierroardiente

Park sopló por la nariz, cosa que hizo que sus bigotes flotasen como los pendones de las torres de un castillo. En algo que no tenías muy claro si era un cambio de tema o no, te miró a ti.

¿Y tú?—preguntó—. ¿Sabes algo del tema o me voy a tener que resignar a hablarle al trozo de piedra con barba de mi hermano y a un abrazaengendros?

No problemo.

Si quieres improvisar o directamente decirle que a tomar por culo y te lo cuente, ok. Si por el contrario quieres intentar quedar cool, haz una tirada para saber hasta qué punto estás pez o no en reliquias enanas de los Caminos de las Profundidades (Saber Dungeons CD 15) Si la haces ya te pongo la información en el off en referencia a lo que saques para que puedas editar.

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12/11/2013, 19:46
Trasus

Mantener interesantes conversaciones con engendros tenebrosos, abrirlos en canal para comprobar si son tan bonitos por dentro como por fuera, y cosas así.

Si había otro propósito tras la expedición, lo desconocía. Si hurgara lo bastante en su memoria, probablemente encontraría algo, pero no lo tenía en las capas superiores de la memoria, y estaba demasiado cansado como para buscar más profundamente. En realidad, a él le importaba poco; su propósito en la expedición era descubrir lo que pudiera sobre la idiosincrasia de los engendros tenebrosos. Algo distinto a lo que Parholl había descrito.

Por supuesto, no iba a responderle eso a Park.

—Lo cierto —dijo con cierta solemnidad—, es que no hemos sido del todo sinceros. Además de los intereses filosóficos de la expedición, esperábamos encontrar un artefacto legendario de la cultura enana: el Largo y Rígido Bastón de Caridin. Y lo encontramos, de hecho, lo hemos tenido cerca todo este tiempo. Nuestras investigaciones demuestran que se encuentra profundamente enterrada entre los glúteos de un enano de nombre Park, líder de la Compañía Hierroardiente. Nadie se ha atrevido a sacarlo de ahí.

- Tiradas (1)
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16/11/2013, 16:10
Park Hierroardiente

¿Eso era un intento de insulto?—resopló Park—. ¡Mi abuela tiene más imaginación!

Se cruzó de brazos.

—Aún no sé ni para qué hemos traído a este mequetrefe lenguaraz.

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16/11/2013, 16:10
Parholl Hierroardiente

Parholl soltó una carcajada con tu ocurrencia y te dió una palmada de aprobación en la espalda que hizo que tus costillas tocasen música entre sí. O si no lo hicieron, te dió la sensación.

¡Para dejarte en ridículo cada vez que sea posible, por supuesto! ¿Hay algo más divertido?—abundó. Luego volvió al tema—. Deja de hacerte el interesante, Park. No es lo tuyo.

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16/11/2013, 16:13
Park Hierroardiente

El mayor de los Hierroardiente resopló.

Está bien. Todo sea porque dejéis de cotillear como viejas de escorial—accedió finalmente—. Quien nos contrató busca una cabeza.

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16/11/2013, 16:44
Parholl Hierroardiente

—Toma ya.

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16/11/2013, 16:45
Park Hierroardiente

Una cabeza de bastón—gruñó Park—. Buscamos parte de un bastón de mago. Una reliquia que se perdió hace tiempo junto al nombre del thaig.

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19/11/2013, 00:31
Trasus

La cabeza de un bastón, claro.

Y déjame adivinar,  no es la cabeza de un bastón con un importante valor histórico, o si lo tiene, no es la razón por la que lo están buscando. Trasus suspiró ruidosamente, gesticulando con histrionismo. No te quejes, al menos se han desviado algunos fondos para tareas realmente importantes, por escaso que sea el fruto que están dando.

—¿La cabeza del Rígido y Largo Bastón de Caridin? —preguntó, estirando un poco más su suerte, antes de añadir, por si acaso—: No es mi campo, de todas formas. Yo he venido a estudiar los engendros tenebrosos, y no han compartido otros propósitos de la expedición conmigo. Unasabiaposturaenmiopinióndeboañadir.

La última frase salió de su boca como una fila de críos abandonando la escuela, cada palabra empujando a la siguiente, intentando al mismo tiempo hacerla moverse más rápido y sobrepasarla. O lo hacía así, o no lo hacía.

La tos se abrió camino desde sus pulmones, poniendo  fin a su intervención. Trasus se arrodilló y se dobló sobre sí mismo, permitiendo que los espasmos escaparan sin obstáculos de su interior. No fue un acceso largo, no más de un minuto, y por fortuna todavía tenía la garganta anestesiada por el cognac.

Tosió un par de veces más, suavemente, y escupió un salivazo rosado antes de volver a ponerse en pie.

—¿Qué más sabes de ese bastón? —preguntó, con menos ganas de bromas que de costumbre—, ¿y de mis compañeros, Sarkee y tus hombres? Parholl estaba preocupado.