Partida Rol por web

Cuando el enano sigue dando órdenes a diestro y siniestro ordenando avanzar me río con voz baja cuando nadie le hace caso. El plan era que el pequeño y sigiloso Fivo y Dailena se acercaran a explorar, algo que hemos decidido entre todos y que los cuatro  estamos siguiendo pues aparentemente todos lo tenemos claro, excepto él, que persigue al gnomo y a la elfa arruinándolo todo. Que sea un prepotente tiene un pase, pero que ignore las decisiones que tomamos entre todos y ponga en peligro a los que están intentando avanzar con sigilo…  es de una estupidez solo digna de él.

Al escuchar el rugido levanto las orejas alarmada tratando de escuchar algo más, pues un simple rugido no significa nada, podría ser una bestia enjaulada o podría ser cualquier cosa. Permanezco en silencio queriendo escuchar más, porque al parecer soy la única del grupo que no considera a Fivo un inútil y cree en sus capacidades. Espero por si escucho a Fivo pedir ayuda, gritar o algo, pero nada de eso sucede o al menos no puedo escucharlo porque de inmediato los enanos se lanzan a la carga arruinando, si no lo habían hecho ya, todo el plan y ahogando con el sonido de sus armaduras cualquier sonido.

¡Tsk! – Chasqueo la lengua con disgusto - ¿Que parte de “Puedo ir allí, ver lo que hay y escapar sin problemas” es la que no han entendido? Aunque haya algún bicho, si Fivo dijo que podía hacerlo, es porque puede hacerlo, seguro que el gnomo a parte de ser sigiloso tiene un sinfín de trucos, como hacerse invisible, para escapar de situaciones como esta. Pero nada, por lo visto era un plan demasiado complejo para un enano.

Resignada y obligada por la estúpida reacción de ambos enanos desenvaino el mandoble. Ahora ya no hay otra opción que enfrentarse a lo que sea de forma caótica e improvisada, eso si Fivo no está tranquilamente oculto y gracias a ellos le descubren.  Brillante estrategia de mierda. Comento avanzando a grandes zancadas, pero no tras los enanos sino rodeando el altar, buscando sorprender por la retaguardia, de haberlo, al hipotético enemigo.

Durante un instante Fivo se quedó paralizado por la sorpresa y el miedo. Menuda suerte la suya, andar directamente y a plena vista hacia los magos a los que quería espiar. Por un momento pensó que tal vez podría convencerles de que se había perdido, pero la declaración del mago para sus intenciones hacia el gnomo y el gruñido de los lobos fue suficiente.

Antes de tener la oportunidad de arrepentirse de haber formado parte de aquél plan de "sigilo" Fivo volvió corriendo por donde había venido mientras intentaba con desesperación desatar su flauta de pan para llevarla a sus labios, al tiempo que gritaba - ¡Ay mamá! ¡No quiero ser un sacrificio! -

Parece que algo Fivo había llamado la atención de algo... y por el sonido no era de nada pequeño. Pero... que podría ser, no nos dijeron nada de que hubiera otras criaturas de las que tener cuidado salvo los magos y sus guardias. Agito mi cabeza para sacarme los pensamientos de la misma, desenfundo mi ballesta y corro siguiendo al resto. Sea como sea debemos permanecer juntos para defendernos, aunque exponernos así, todos... 

El grupo de mete de lleno a toda prisa en busca de Fivo, abandonando toda cautela (y al pobre burrito), cuando el gnomo pasa en dirección opuesta, huyendo entre medio de los dos enanos, asustado como alma que lleva el diablo. A su paso, grita.

 - ¡Ay mamá! ¡No quiero ser un sacrificio! –

Queda claro el porque lo dice, cuando de la parte Este, a la sombra del muro del valle, notan a un nuevo grupo de thayanos! Dos soldados como los de antes, un alto mago rojo, y la razón indudable de aquel ruido…, tres lobos de ojos rojos, pelambre aguzada y colmillos afilados.

- Más presas. A ellos! +exclama el mago, mientras los soldados le cubren.

Los lobos que ya corrían tras Fivo, sin detenerse saltan sobre Thorstein y Glavra, mordiendoles fieramente en las piernas e intentando derribarlos!!! Los dos guerreros dispares reciben el ataque sorpresa sin tiempo a reaccionar... 

Mientras un tercero que eligió subirse sobre el altar se dirige hacia el centro del grupo... al parecer indeciso si devorar a Daren o a Melrone primero.

Sabía que esto era una mala idea, pero no sabía hasta que punto hasta recibir el sorpresivo ataque del perro y ver al fondo al mago y más soldados tayanos.

Grrrr - Gruño rodando por el suelo mientras intento ocuparme del problema más acuciante, el chucho que tiene ganas de jugar. Trato de mantener mi cuello lejos de sus fauces mientras busco el mandoble con la otra mano, cuando siento el tacto del arma la agarro con fuerza y traspaso al animal.

Melrone se ve sorprendido ante la acometida de los lobos. Piensa en ir a socorrer a su compañero enano cuando un tercer lobo se sitúa en el centro del altar y les mira a ellos. El anciano decide caminar y colocarse enfrente de este para llamar su atención, e intenta golpearle con su pesada maza.

Todos fuimos corriendo a socorrer a Fivo, cuando de repente nos pilló por sorpresa un ataque, un ataque de aquellos a los que debíamos haber emboscado. Allí estaba el mago rojo, posiblemente deberíamos fijarnos en él como objetivo principal, pero ver a aquel lobo dirigirse hacia mi me hizo olvidarme de las prioridades que habíamos hablado con anterioridad.

Apunto con la ballesta que ya tenía preparada y disparo...

Thorstein era consciente de su error, se había dejado llevar por su instinto de protección había omitido su instinto táctico, haber tan solo avanzado un poco menos le habría permitido iniciar mejor aquella batalla, pero era ya tarde, había que terminar con esos lobos pronto para luego hacerse con el mago, pues era imposible que fuesen por el mago en aquel momento, salvo que Dailena pudiese encargarse de él desde la distancia.

-Concentremos los ataques- gritó Thorstein intentando alentar a sus compañeros para que no dispersasen sus esfuerzos, sino que se concentrasen en eliminar a uno o dos enemigos a la vez. El por su parte, intentando reparar las cosas, se acercó al otro lobo para atacarle.

Me muevo ligeramente hacia mi izquierda para tener más a tiro al soldado más cercano y lanzo con seguridad una de mis flechas.

"Vamos, vamos, vamos, vamos" pienso mientras la veo volar.

El aterrorizado Fivo ni se había dado cuenta de que había pasado corriendo por entre sus compañeros hasta que los aullidos y los gritos tras de él se lo advirtieron. Los lobos se habían ensañado con Glavra, con la que se había encariñado ya antes de que Knox les hubiera asignado al mismo equipo, y con uno de los enanos con quien casi no había hablado, pero aún así se sintió de inmediato terriblemente mal por lo que había provocado por su culpa.

Sin detenerse a pensarlo, Fivo se llevó la flauta a los labios y comenzó a tocar una música rápida que intercalaba con versos de su propia cosecha. En una ocasión había sido capaz de confundir a un conejo hasta que se puso a dar saltos en círculos haciendo algo parecido, y en aquél momento intentaba a la desesperada hacer lo mismo con uno de aquellos lobos. - ♪ Lobo, lobito. ♬ Aquí estoy. ¿Donde vas, ♫ te has perdido? ♬ ¡Cuidado, a tu espalda! ♪♬ Oh no, no era nada. ♪♫♬ -

Thostein arremetió con sus fuerzas contra aquel lobo en un intento de finiquitarlo, aunque de momento no estaba teniendo suerte. Al menos la orca estaba haciendo su trabajo limpiando el terreno, y Dailena por su parte mostraba ser letal con el arco.

Iba a quitarme el lobo muerto de encima pero sorpresivamente este desaparece - ¿Eh? ¡Maldito chucho fantasma! -Exclamo indignada - Con lo bien pagadas que están las pieles de lobo… 

Me levanto limpiándome la boca con el dorso de la mano mientras examino el campo de batalla. Dailena parece haberse cargado a uno de los guardias, los enanos siguen con su incompetencia habitual.

Estoy tentada de cargar contra el lobo más cercano pero decido ignorar las absurdas ordenes de Thorsteinn. Obviamente el peligro más grande es el mago, no los chuchos, cada vez tengo más claro que el enano tiene de estratega lo mismo que yo de sacerdotisa Drow.

Negando con la cabeza y sin hacerle caso cargo contra los dos humanos confíando en que la elfa se cargará a alguno de los dos, antes de que yo les de alcance.

Melrone ve como el lobo se abalanza sobre su compañero humano intentando arrancarle un trozo de carne. En esta ocasión el lobo parece estar distraído con el mago y el anciano no pierde la ocasión para golpearle. Da un paso a un lado para tener en mejor ángulo su lomo, y levanta su pesada maza esperando golpear lo suficientemente fuerte al peludo animal como para dejarlo K.O.

- ¡Grrr! - Gruñe mientras deja caer su maza con todas sus fuerzas.

Al ver cómo el último lobo también se arrojaba contra otro de sus compañeros ignorando la música, Fivo podría haberse echado a llorar de desesperación. Aún tenía la flauta en las manos, y a falta de otra cosa continuó tocando, esta vez con unas potentes y estruendosas notas que pudieran ser escuchada incluso por encima del alboroto general - ¡Va.. Vamos chicos, que estos no son nada! Acabásteis con los de antes en un periquete; no me digáis que solo fue suerte. - gritó Fivo con fuerza intentando disimular que le temblaba la voz, alternando sus palabras con fragmentos de melodías que interpretaba con su flauta.

Sin pensarlo vuelvo a sacar una de mis flechas y se la lanzo al lobo que tiene al lado el anciano pues parece que tiene problemas.

Me cae bien y no quiero verlo caer, así que descargo toda mi rabia en esa flecha que espero de en el blanco acertado.

Solo espero haber acertado y haberlo destruido, sino lanzaré otra flecha que envíe a ese pobre lobo al lugar del que vino.

Jefe, he estado mirando y remirando la ficha y no he sido capaz de saber que he de tirar para una prueba de fuerza. El daño 4 me lo acabo de apuntar. Lo del CD 6 tampoco se de que va. 

Por no retrasar más a la gente acción si tanto si soy derribado como si no es seguir en posición defensiva hasta que me quiten al lobo o lo maten.

El +4 a CA entiendo que se suma a mi CA de 10. Por lo que tendría una defensa de 14 (igual si me derriban no puedo mantenerme en defensa total)

Como el fiero enano que era, Thorstein resistió con ferocidad y determinación el ataque de aquel lobo. Si bien no estaba logrando vencer a aquella creatura por su aun poca experiencia en combate, su aprendizaje como paladín de Clangeddín Bargênta si estaba dando frutos y el enano estaba resistiendo como una montaña.

Cuando el lobo cae gracias al trabajo en equipo suelto una medio sonrisa. Luego sin pararme a pensarlo me muevo para tener a tiro al mago rojo. Glavra parece haber ido sola y necesita refuerzos.

"Esta bien que seas rebelde, pero eso no ayudará a que salves el culo. ¡Maldita sea!" pienso mientras me coloco para apuntar al mago rojo.

No tardo ni un segundo en apuntar y lanzar la flecha sintiendo una extraña fuerza dentro de mi.