Partida Rol por web

[DW] Oblivion

[Preludio] Al Borde del Olvido

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15/03/2015, 22:52
Director

...Silencio

...un profundo y perturbador silencio... Porque en el espacio...

...nadie puede oír los gritos.

Nadie sabe cuál es el sonido que hace un planeta al nacer. Pero la Humanidad sí sabía qué sonido hacía un planeta al morir. Desde aquellos engullidos por la Disformidad a aquellos bombardeados hasta su completa destrucción, los seres humanos habían visto morir muchos planetas, de muchas formas. Si alguien hubiera estado allí flotando en el vacío, un observador anónimo y atemporal... no habría escuchado nada. El espacio era un juez inmutable y severo, que hacía que aquel evento que parecía de enorme importancia, que aquella cantidad desmesuradamente grande de muertes, se perdieran en el olvido. ¿Qué era un mundo? Apenas nada. ¿Qué eran billones de seres vivos? Cifras nimias, probabilísticamente despreciables. Y por eso debía contemplarse en silencio, porque no merecía llamar la atención.

Aquel silencio pegajoso e incómodo, aquella espera desesperanzada lo hacía mucho peor. Cada segundo parecía alargarse, como dilatado por una atracción desorbitada. Porque allí no había bombas de plasma ni cañones de iones. Aquel mundo agonizaba despacio, de una forma primitiva, primigenia. Avalos, lo sabíais, estaba siendo devorada por dentro, por un parásito implacable con un hambre infinita, y su población, lo imaginábais, siendo acechada, acorralada, cazada y devorada. Cuando el el depredador acabase, sólo dejaría tierra baldía. Rocas desnudas. Un mundo muerto y desolado, como antes de que la vida lo invadiese. Allí no había ideologías enfrentadas. Allí no había odio ni venganza. Allí, al borde del olvido, solo existía evolución.

Quizá, solo quizá, aquello ocurría en silencio para que fuera humanamente soportable.

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15/03/2015, 23:38
Director

Crucero estelar Divina Providencia. 70 h desde el inicio de la invasión.

Las gruesas cristaleras de la Divina Providencia permitían ver con claridad el planeta agonizante. Desde allí arriba, tan lejos de la masacre, nada permitía discernir lo que ocurría allí, pero todos lo sabíais. Podíais sentirlo. Era casi como que se te congelase el corazón en el pecho. Aquel mundo pedía auxilio mudo, pero en el vacío estelar nadie lo escuchaba.

El ambiente era incómodo, y el tiempo parecía haberse detenido para resaltar esa incomodidad. Las horas se habían sucedido, extrañas y carentes de significado desde que habíais llegado. El éxtasis inicial por haber logrado sobrevivir había sido sustituido por una mezcla de melancolía e incredulidad. Estábais, relativamente, a salvo, pero eso no parecía mejorar nada, porque nada podíais hacer, salvo mirar por las cristaleras.

Habíais charlado poco o nada desde que llegásteis y la tripulación, incluido los altos mandos, parecían haber respetado vuestra decisión y vuestro comportamiento huraño. Habíais dormido, resultaba difícil decir cuánto, y todo había seguido igual cuando despertásteis: silencio, miradas furtivas y calma tensa.

La Divina Providencia flotaba en órbita alta sobre la cara oscura de Avalos, junto con los cruceros ligeros Lanza del Emperador e Ira de Drusus, el crucero de batalla clase Overlord Silencio Estelar y una docena de naves menores que hacían las veces de escolta. La flotilla se encontraba en el lado opuesto a donde se producía la invasión y las bionaves tiránidas, al menos las que podían suponer una amenaza, no parecían haber mostrado interés ninguno por esa zona. La Divina Providencia, el crucero que os había recogido y que era la que hacía las veces de nave insignia, había hecho honor a su nombre apareciendo en el momento crítico para salvaros de la más segura de las muertes. Formaban parte, os habían dicho, de una de las muchas patrullas de reconocimiento en el extremo oriental del saliente y eran las únicas naves que habían llegado a Avalos hasta el momento. ¿Habría más en camino? Poco importaba. Había poco ya que pudieran hacer por aquel mundo maldito.

Os habían convocado al puente. Todos sabíais que había llegado el momento de hablar y tomar una decisión, la que fuera. Todo parecía indicar que os iríais de allí antes de que la flota tiránida decidiera aventurarse hacia aquella cara del planeta. Quedaba poco que hacer allí, y sin embargo había algo que parecía reteneros, que os hacía mirar obsesivamente al planeta moribundo a través de las cristaleras, a contemplar su agonía inaudible. Sabíais bien por qué era. Sabíais que Avalos no merecía morir. Sabíais, de algún modo, que alguien lo había condenado a ese destino aciago.

Notas de juego

¡Empezamos! Os dejo poner un post vuestro introductorio que actúa como puente entre el fin de la otra partida (La Caída de Avalos y el escape en la lanzadera) y el inicio de ésta. Únicas condiciones, no habéis tratado mucho con el personal porque no estábais para chácharas. Ellos tampoco han intentado requeriros hasta ahora, por lo que apenas conocéis a la tripulación. Solo sabéis que hay un capitán, habéis visto a un Táctico y poco más. No hay más Marines en la nave.

Podéis estar juntos/separados como deseéis.

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16/03/2015, 05:03
Hermano Lucian

¿Como afrontar la derrota cuando solo se vive para ganar? ¿Como mirar el fracaso propio cuando un mundo completo es borrado por ello? Somos miembros de la Deathwatch y no debemos flaquear al momento de oponernos a la amenaza Xeno, pero esta vez perdimos. Esta vez luchamos con todo lo que pudimos dar y perdimos de todas formas. ¿Debo mirar el resultado, entender que di todo lo que tenía, que era inevitable a pesar de todo y consolarme en lo imposible de la victoria? No lo sé. Se me entrenó para reflexionar y vencer, no para reflexionar mientras veo a un mundo consumirse por algo que no pude detener. Es como revivir Macragge, como si hacerlo en mi mente una y otra vez no fuese suficiente, ahora lo viví nuevamente en mi propio ser.

Nos subimos a la Divina Providencia juntos y todos los supervivientes nos hemos mantenido juntos. Luchar codo con codo une a los hombres tanto como la muerte los separa, pero existe un punto pequeño, un instante efímero en el destino en el cual la muerte pulula alrededor y ves caer a todo el mundo pero, contra todo pronóstico, unos pocos lo consiguen. Ese es un lazo más fuerte que ningún otro que pueda forjarse entre compañeros de armas. Miras a los hombres a tu alrededor y sabes que cruzaste el infierno y saliste con ellos. Los miras y sabes que confías en ellos tanto como para hacerlo otra vez.

Aun así, las palabras no fueron dichas. Nadie quiso romper el silencio pues no teníamos nada que decirnos. Sabíamos lo que había ocurrido ahí y sabíamos que nada podría haberse hecho. No tenemos explicaciones que darnos y ni dudas que resolver con ellas. Solo vivimos, nos reponemos de las heridas y nos preparamos para seguir luchando. Quizás en distinto escenario, quizás en los fantasmas del mismo.

Mis horas pasaron entre descanso y oración. Tenía mucho que hablar conmigo mismo y busqué consuelo en mi Fe y en el Códex Astartes, que guía mis pasos. Pregunté al Dios-Emperador por mis actos, por mis decisiones y recibí la paz en el alma que solo él puede brindarme. Mi Primarca luchó con devoción y cada uno de los miembros de mi Capítulo lo hace durante su vida mientras reza por hacerlo en el momento de su muerte. Pero para un líder no es tan simple como servir y morir en ello. No solo el éxito de la misión es mi responsabilidad, sino la vida de cada uno de mis hombres. Ninguno de mis Hermanos de Batalla se ha perdido pero son muchos los hombres de Avalos que si. No miro con dolor la muerte de los supervivientes comunes más que la muerte de cualquier víctima, miro con dolor la muerte heroica en combate de todos quienes lucharon por defender un mundo que se perdió de todas formas. Incontables mártires anónimos que nunca serán recordados.

A pesar de ello, me mantengo firme en mi devoción y lucho con todo mi espíritu por mantenerme a mí y a todos a mi cargo en el camino de la Fe y la entereza. Tengo todo lo que necesito, mi Capítulo me enseña que los Ultramarines tenemos todo lo que necesitamos para prevalecer. Con el entrenamiento, la disciplina, la devoción y el estudio acabado del Códex, no hay pregunta alguna cuya respuesta no tenga. Aparte de eso, como líder, tengo el valor para morir luchando y la templanza para no hacerlo a la ligera. Por mí, por mis hombres y por el Emperador.

Finalmente el mensaje llega y es hora de reportarnos a los mandos de la nave. No habíamos sido molestados y no nos habían hecho las preguntas cuyas respuestas no deseábamos dar, pero ahora debemos hacerlo y estoy dispuesto a cumplir con mi deber, como siempre.

Me pongo de pie y miro a los Hermanos a mi lado: El Hermano Skold, el espontáneo y poderoso Lobo Espacial, mi mano derecha. El Hermano Elyas, el valeroso e implacable Ángel Oscuro, nuestro sentido común. El Hermano Sepheran, el destructivo y furioso Ángel Sangriento, el humor más oscuro y letal conocido. Todos ellos son mis soportes, mis Hermanos. Sin ellos no soy nada y es solo por ellos que conseguimos nuestras pequeñas y efímeras victorias. Agradezco al Dios-Emperador haber puesto junto a ellos y me comprometo para guiarles con todo lo que soy capaz de dar, tanto en vida como en mi último aliento.

Avanzo en dirección al Puente, primero de todos, decidido a realizar todo lo que se demande de nosotros y todo lo que sea necesario para conseguir una nueva victoria para la Humanidad.

Notas de juego

Maldita copia de seguridad, me hizo perder todo mi post!!!!

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16/03/2015, 11:59
Hermano Elyas

Aquellas horas las había pasado Elyas en profunda meditación y oración. Envuelto en el sudario monacal característico de los hermanos de su Capítulo, reflexionaba sobre lo sucedido en Ávalos. La palabras de aquella astrópata con aspecto de niña, el extraño artefacto que encontraron junto a lo poco que quedaba de la Inquisidora, el hecho de que aquella vez habían tenido que retirarse en vez de continuar luchando en una batalla avocada al fracaso... Pero sobre todo, aquella imagen que la criatura xeno había proyectado en su mente en el momento de morir. Hordas y hordas de bionaves tiránidas, avanzando hacia la galaxia en completo silencio, engullendo un planeta detrás de otro en una cosecha sangrienta e interminable, transformando a sus habitantes en alimento para crear más tiránidos. Y detrás de todo ello, una presencia ominosa, inmensa, omnipresente y omnisciente, conectada a todos y cada uno de aquellos organismos, desde la bionave más gigantesca al gante más insignificante. Elyas no sentía miedo; los marines espaciales no conocían el miedo. Pero si empezaba a albergar una semilla de duda. La duda de que, quizás, no hubiese esperanza contra la amenaza tiránida. De que podrían resistir hoy, pero mañana vendrían muchos más.

Elyas apartó esos pensamientos de su cabeza; dudar era blasfemia. Los Marines Espaciales no dudaban de su propósito. Además, ¿que sentido tenía dudar de la victoria ante aquella amenaza? Si tan inmensa era, no había lugar para esconderse de ella, y los tiránidos no ofrecían piedad ni cuartel. Así que si no había esperanza, ¿que otra opción quedaba sino luchar hasta el amargo final?

No era un hombre iracundo, pero en aquel momento se sentía furioso. Furioso consigo mismo por haberse permitido dudar, y sobre todo furioso con los xenos que le habían hecho dudar. Pidió perdón al Emperador por su flaqueza, y se levantó. Su equipo de combate había sido entregado al entrar en la nave, pero sus efectos personales habían sido trasladados allí. Colgada de la pared sobre un blasón de madera estaba su espada ceremonial de los Ángeles Oscuros, un obsequio que le había sido entregado en su nombramiento. Era un símbolo de honor y lealtad, el arma de un caballero, pero no era un mero adorno. Su hoja, forjada artesanalmente, estaba bien afilada, y muchos Ángeles Oscuros la utilizaban en sustitución de la clásica espada sierra. Elyas sabía utilizarla; formaba parte del entrenamiento básico, pero nunca la había usado en combate. La cogió por la empuñadura y contempló su filo. Vio sus ojos reflejados en el metal pulido; brillaban con furia y determinación.

En aquel momento, sonó el aviso de que debía reunirse en el puente con sus compañeros de escuadra. Elyas contempló un instante más su espada, y la enfundó en su vaina. Aquella arma probaría la sangre xeno por primera vez. Abandonó su habitación, y se dirigió al puente de mando, más determinado que nunca a afrontar cualquier cosa que la amenaza tiránida lanzase en su camino. Incluso la mismísima muerte.

En el puente de mando se reunió con sus tres compañeros de escuadra. Era curioso; hace tan solo unas horas los había considerado una carga. Había insinuado que eran más estúpidos que los orkos cuando se empeñaron en tomar aquel puente sin apoyo, pero en aquel momento no se le ocurría nadie mejor junto a quien luchar y quien morir. Se permitió esbozar una tenue sonrisa cuando pensó en aquello.

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16/03/2015, 13:44
Hermano Sepheran

Sepheran llevaba mirando la invasión tiránida varias horas, casi desde que había llegado a la nave y se había separado de su Escuadra. Sus hermanos de batalla se habían retirado a meditar, pero el Ángel Sangriento prefirió quedarse a contemplar el exterminio. Mientras examinaba la muerte del planeta, sus manos temblaban. No de miedo o tristeza por el planeta, aquel trozo de roca y sus habitantes no eran más especiales que los de cualquier otro planeta, no podían importarle menos. Temblaba de ira por el deber incumplido, de frustración por no poder continuar luchando ese día y, sobretodo, Sepheran temblaba de ansiedad. Ansiaba bajar enfrentar a los enemigos del Dios-Emperador, mostrarles cuan osados eran por intentar reclamar lo que no era suyo y a demostrarles lo poderosa que era la Furia de aquel por el que luchaban. La flota enjambre era gigantesca, casi incontable, pero la Ira del Dios-Emperador en su Trono Dorado de la Sagrada Terra era ilimitada. Y él debería estar ahí abajo demostrándolo, y no a salvo en una nave mirando como el enemigo campaba impune. En alguna parte de su mente había preocupaciones, obviamente. Sabía que el mensaje de la astrópata era perturbador y que auguraba un destino funesto con nuevos y formidables enemigos. Sin embargo, eso era exactamente lo que buscaba, enemigos. Y eso era lo que le pedía en sus oraciones al Emperador, que le permitiera enfrentarse a sus enemigos, que le dieran permiso a bajar para demostrar porque todo ser viviente debe tener miedo de los miembros del Adeptus Astartes y de aquel a quien representan.

Sin embargo, cuando los mandaron a llamar, el marine supo instintivamente que el alto Mando de la Armada Imperial no se arriesgaría a un combate honorable ni a una demostración digna de poder. Los muy cobardes destruirían el planeta y redirigirían a los tiránidos a otro mundo, que volverían a destruir y así sucesivamente. No se daban cuenta de que la mejor manera de demostrarles a esos malditos xenos que no tienen nada que hacer contra la fuerza del Imperio era trabarlos en una gloriosa batalla y derrotarlos, un pulso de pura fuerza entre dos oponentes dignos. Pero así eran los generales y almirantes de la Guardia Imperial, temerosos e indignos.

 A medida que el Astartes avanzaba por los pasillos con paso poderoso sumido en sus pensamientos, el resto de miembros de la tripulación se apartaban y huían de su aura violenta y homicida. Así que llegó al puente de mando sin contratiempos, dispuesto a escuchar la perorata de los almirantes y su estúpida conclusión. Lo único que lo tranquilizaba un poco era que allí estaría sus hermanos y que, al menos, no tendría que escuchar las sandeces del Alto Mando solo. En sus hermanos confiaba tanto en el campo de batalla como en esta clase de eventos y, con un poco de suerte, lo frenarían para que no hiciese algo de lo que no se arrepentiría si alguno de los generales o almirantes los acusaba de no cumplir con su deber. 

 

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17/03/2015, 18:38
Skold

...Silencio

...un profundo y perturbador silencio... Porque en el espacio...

...nadie puede oír los gritos.

Y tampoco los escuchó Skold, sólo tenía oídos para la desvalida niña que llevaba de la mano.

Las últimas horas de su estancia en Avalos las había pasado junto a ella, viendo como jugaba, escuchando sus infantiles comentarios a preguntas sin importancia que Skold formulaba, o tratando de encontrar la solución a algún acertijo que ella le planteaba. No le importaba demasiado el destino del planeta, de los miles o millones de personas que morirían. Sólo le importaba Elysharna, el mismo, y sus hermanos. Sí, sus hermanos también le importaban.

Skold se había autoimpuesto una doble tarea, de una parte salvar a la pequeña Elysharna, quien no merecía otra cosa que no fuera disfrutar de su niñez en paz, y de otra erigirse en el guardián del xénico objeto que habían encontrado en la refinería.

Ningún niño debería observar con sus ojos la crueldad de la raza humana, la guerra eterna en el espacio infinito, que no era sino un derroche de vidas. Pero aquella niña había visto demasiado... Quizá incluso más que el propio Skold, seguramente más – Qué injusto – Un ser inocente en el interior de la interminable lucha entre el bien y el mal – ¿Entre el bien y el mal? – sopesó el lobo durante un instante, y miró por la escotilla a continuación – No hay bien en el exterminio de un planeta, no hay bien en el exterminio de la población... – Quizá fuera una blasfemia. No le importó lo más mínimo – No hay bien en la masacre de una criatura viva...

Skold pensó que ya tenía superadas estas preguntas, estas dudas sobre la contienda en la que estaban inmersos. Pero por primera vez había visto... Todos ellos habían visto. Habían visto con los ojos de sus enemigos. Habían sentido el dolor causado por ellos mismos. Habían comprendido las consecuencias de sus actos – Esas criaturas sienten como nosotros. Piensan. De algún modo razonan como lo hacemos nosotros. Y sin embargo nos exterminarían como nosotros queremos hacer con ellos... ¿Qué bien hay? ¿Qué sentido tiene? Esta guerra nunca acabará... La Armada haría desaparecer el planeta, con todo lo que hubiera sobre su superficie, con toda la vida – Sí. Somos capaces de hacer desaparecer planetas enteros. ¡Qué poder! Pero no hemos inventado el modo de crearlos...

Posó su vista en el objeto roto que descansaba en el suelo en el rincón opuesto al catre de su camarote. Parecía algo de importancia vital, lleno de respuestas. El objeto que la inquisidora perseguía y que le llevó a la muerte – Hay que llevarlo a Erioch para su estudio. Allí sabrían qué hacer...

Pero el lobo no se hacía a la idea de volver a casa. Había partido con unos desconocidos que se habían convertido en un abrir y cerrar de ojos en su familia, eran las cosas de la supervivencia, no se regían por la lógica común, no podían explicarse – Quizá sea esta la explicación a tanto sufrimientos. Al constante enfrentamiento. La supervivencia... – Aletargado por sus propios pensamientos el lobo se durmió.

Al despertar, sin importarle el tiempo que había pasado, observó los ojos de la pequeña. Se encontraba sentada sobre su catre, con la cabeza del lobo sobre las piernas, por lo que lo primero que observó Skold fue su inocente sonrisa.

Skold se incorporó, furioso. Había descansado y tenía la mente lúcida, siendo capaz de analizar con mayor profundidad la situación, los cabos sueltos, los problemas que se acumulaban y que serían complicados de resolver. El objeto debería ir a Erioch sin duda alguna, este parecía el problema de menor complejidad. Distinto era el hecho del exterminio del planeta, algo que Skold se había propuesto detener no sabía muy bien cuando, y que ahora tenía claro. Temía la dureza de las palabras de Lucian, pues había estado en Macragge y no le temblaría el pulso en apoyar la destrucción de un planeta condenado. Pero Skold debía evitarlo – Sería ahorrar tiempo a los xenos – Ese sería su argumento. La cuestión que más le importaba sin embargo era la de la niña, debía protegerla, alejarla de esta situación, y encontrar un sitio seguro para ella. Era su principal problema y no había encontrado aún la respuesta, aunque debía ser rápido, el tiempo apremiaba.

Habían sido convocados al puente – Quédate aquí. Volveré enseguida – Susurró a la niña al tiempo que cerraba la puerta del camarote. Era el momento de analizar la situación en grupo, guardar las cartas y observar la baraja. Ver en qué terreno se movían. Confiaba en sus compañeros, aunque no esperaba recibir apoyo para sus propios planes, lo cual era una verdadera pena pues pensaba llevarlos a cabo...

Al comenzar a andar en dirección al puente reparó en el hecho de que había abandonado uno de sus hábitos más personales. Una tradición que había mantenido desde que tenía recuerdo, elevar una plegaria en su idioma. No le importó en exceso – Vi er slaver af vores ord ... og ejer vores tavshed ...* – Y sonrió mientras caminaba

Notas de juego

*Somos esclavos de nuestras palabras... y dueños de nuestros silencios...

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24/03/2015, 23:53
Director

Como salidos de un mal sueño, os reencontrásteis reunidos en el puente. Recordábais vagamente haber pasado por allí en algún momento, pero estábais tan extenuados que la orgullosa visión del puente de mando de un crucero estelar os había pasado casi inadvertida. Casi, porque los enormes pantallas holográficas, el destello de millares de diodos luminosos que parpadeaban indicando a saber qué diablos y la grotesca diversidad (porque no había otra palabra) que siempre poblaba los navíos no podían ser del todo ignorados.

Hasta donde recordábais, la composición del mando de la Divina Providencia, amen de subalternos, técnicos y apuntadores diversos, contenía al menos al capitán (vuestra mente evocó el nombre de Arastus Cobb), un táctico imperial (hasta ahí todo normal) y al astrópata, al navegante y a un sacerdote de Marte o algo parecido. También estaban allí Ascote, con el permanente puro entre los labios y su inseparable media sonrisa, Perian Thorsholt, ahora ex-gobernador de lo que parecía que se convertiría pronto en un ex-planeta, y un tipo de metro noventa que destilaba soldadesca por los poros. Y por la armadura de caparazón. Y por el rifle de plasma*.  Sin embargo, cuando echásteis un primer vistazo alrededor os extrañó no ver al psíquico. Era muy probable que se encontrase en las salas y cubículos destinadas habilitadas para que hiciera su labor de brújula y mensajero del crucero, pero algo en el ambiente silencioso, pesado y denso del puente de mando os hizo dudarlo un instante. Los demás se encontraban allí, haciendo un semicorro alrededor del strategium, y parecían a la vez intimidados e impacientes por hablar con vosotros.

Sonaba a malas nuevas. Siempre sonaba a malas nuevas

Notas de juego

*No pistola de plasma. No hay pistolas de plasma en esta partida.

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25/03/2015, 00:05
Arastus Cobb

Arastus Cobb, el capitán de la flota, parecía la persona más normal en medio de esa fauna de asesinos mutados, sacerdotes con implantes, psíquicos y semihumanos unidos a máquinas. Sin cicatrices visibles, vestía el uniforme azul de una Escuadra de Reconocimiento de la Flota Imperial con los galones propios de su rango, visibles pero no ostentosos. Edad media aparente, ceñudo, barba, bigote y cabello cuidadosamente peinado. No era muy alto, apenas os llegaba a mitad del pecho, y parecía permanentemente sumido en una especie de observación reflexiva. De algún modo imponía respeto. O mejor lo emanaba, porque no parecía que tuviera que alzar la voz para exigirlo. A todas luces, su equipo le respetaba voluntariamente por los que fueran sus actos pasados. Todo aquello era como un pequeño rayo de esperanza, teniendo en cuenta la situación.

Apreciados Astartes —comenzó, con voz calma—, me alegra que nos reunamos al fin. Me temo que no podíamos esperar mucho más, debemos tomar una decisión importante en las próximas horas. No puedo ni imaginar lo que han visto y soportado, y me encantaría decirles que una flota viene de camino, pero me temo que eso no va a ser posible. Seré conciso en las presentaciones. El militar es el capitán Ariakus, archimilitante* de la nave —el militar pareció confirmarlo con un pequeño gesto de cabeza—. Orseo Mlvaar, magus biologis y, durante este trayecto, sabio y consejero de la Divina Providencia —dijo, refiriéndose al tecnoadepto. Un tecnoadepto algo peculiar—. Maese Hadros, de la Tactica Imperialis y Dictae Phalangis, navegante —comentó, sin pararse a señalarle, pues su condición resultaba evidente por el sinnúmero de conexiones neurales repartidas por lo poco de su fisionomía que resultaba visible—. En seguida les haremos un resumen de la situación y responderemos a cualquier pregunta que tengan, pero antes nos gustaría recibir un informe de lo que vivieron allá abajo el cual, pueden imaginarse resultará de vital importancia para nuestro próximo debate.

Y, como para ceder la palabra de forma manifiesta, se llevó una pipa pulida a la boca, mientras echaba una mirada de reojo a Ascote.

Notas de juego

*El responsable de las tropas y el poder armamentístico de la nave

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25/03/2015, 02:45
Hermano Lucian

Entro en la sala y veo a los presentes, a quienes saludo con un gesto de mi cabeza. Veo como mis Hermanos de Batalla llegan conmigo y les sonrío como una muestra del sincero aprecio que les tengo. Escucho las palabras del Capitán de la nave, Arastus Cobb y asiento finalmente a su necesidad, cosa que sabía debía hacer. No me tiembla la mano al luchar así como no me tiembla la boca al hablar, sabiendo que cada una de mis palabras es tan verdadera como mi fidelidad al Dios-Emperador:

 - "Llegamos a Avalos para detener una posible infestación Tiránida pero al llegar, nuestra nave fue atacada por bestias del espacio y tuvimos que descender presurosamente. Hicimos ingreso en la superficie con poco equipo pero fuimos informados de la situación por el Capitán Ascote, que nos dijo que el planeta ya estaba en la fase de infestación en que los Genestealers se habían infiltrado en la población y había una rebelión en curso y ayudamos a las Fuerzas de Defensa Planetarias a controlar la situación del Distrito de Portica, donde vencimos algunas oleadas y recuperamos unos almacenes de la FDP para poder obtener suministros tanto para nosotros como para los soldados. Así nos aseguramos de que las fuerzas leales al Emperador no fuesen derrotadas."

Hago una pequeña pausa al recordar el asunto del Teniente que luchaba con honor a pesar de ser un híbrido. Decisiones duras son la prueba constante que el Emperador le pone a nuestro temple y devoción. Luego continúo:

 - "Después de eso viajamos al Distrito Magistria, donde nos aseguramos de que la Astrópata estuviese sana y salva, quien nos indicó que había un bloqueo psíquico que no permitía enviar mensajes, que primero debíamos acabar con el líder de los Genestealer. Esa posición era asegurada por la Guardia Sin Sombra y la dejamos para luego a constatar la salud del Gobernador. Cuando logramos asegurar su posición y obtener datos acerca de la posible localización del enemigo, nos dirigimos al Distrito Fabrica. Lo asaltamos y acabamos con el enemigo a la vez que constatamos la muerte de la Inquisidora Kalistradi. Completamos nuestra misión con éxito pero no pudimos evitar la invasión. En ese momento comenzó la invasión de parte de la flota enjambre y pasamos todo el tiempo hasta nuestro rescate manteniendo la Casa de los Ecos, hogar de la Astrópata con el trabajo conjunto de todas nuestras tropas. Así fue como pudimos enviar el mensaje para llamar refuerzos y como logramos resistir los ataques hasta vuestra llegada."

No menciono el asunto del artefacto ni los detalles de nuestra misión pues en verdad no sé si este hombre o los otros oyentes tienen el grado de permiso para ello. Es un asunto de la Inquisición y de la Deathwatch que podría considerarse altamente secreto. Miro al resto de mis Hermanos por si alguien quiere aportar algo mientras yo guardo silencio.

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26/03/2015, 12:18
Hermano Elyas

Elyas puntualizó algo que parecía que se le había olvidado al apotecario

- También recuperamos algunos restos de la criatura xeno que lideraba a los genestealers. Creímos que resultaría útil para que el desarrollo de un arma contra los tiránidos, como ya se hizo en Macragge. Tal vez el magos Mlvaar quiera examinarlos.
 

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26/03/2015, 12:47
Orseo Mlvaar

El magus biologis era una figura imponente a su manera. No era especialmente grande ni alto, aunque sí extrañamente delgado. Sus ropajes, de un verde turbio y cercanos a los harapos, le hacían parecer a la representación clásica de la muerte, solo que en vez de empuñar una guadaña, utilizaba un brazo mecánico. No se le veían los ojos, más allá de un brillo rojizo que parecía provenir de un diodo luminoso o alguna clase de láser o visión infrarroja. Olía a aceites refinados, pero estos tenían un deje carnal, cálido, vivo y almizclado.

Un siseo bajo una capucha fue cuanto hizo para dar a entender que deseaba hablar:

SSSS El maguss Mlvaar ya loss ha exxaminado, sss —se trataba de un silbido muy desconcertante, como aquel que produce una corriente de vapor al escapar de una olla a presión. Solo que sonaba algo menos metálico y algo más.... biológico. Esse ess uno de loss principaless motivoss por loss que noss hemos reunido aquí. Creo que tenemoss algo. Algo muy útil. Pero ussarlo ressultará muy peligrosso. Inclusso para vossotros, Asstartess.

Os miraba fijamente, podíais sentirlo incluso bajo la capucha. Era un tipo verdaderamente extraño, ese Mlvaar, y es que dentro de la secta de los Adeptus de Marte, eran los menos los que se decidían por una orientación biológica, habida cuenta su fascinación y reverencia por las máquinas. Todos estaban bastante locos, más cuanto más arriba, se decía que porque iban desprendiéndose de las emociones humanas al tiempo que se desprendían también de sus tejidos. Había quien decía que estaban próximos a la herejía, pero también había quien lo decía de casi cualquier capítulo de los Marines Espaciales. Y su servicio al Emperador era indiscutible.

Verann, me dedico a esstudiar a la flota enjambre sss, ess por esso que me encuentro en essta nave de exxploración o, ¿cómo dice ussted capitán? SSS. Reconocimiento. Creo que ess necessario comprender qué hace a essta... cepa tiránida tan letal, qué la ha hecho imponersse y exxpandirsse tanto, hassta llegar a sser la amenaza que ahora ssuponen. Sss. Exxploro ssu material genético en bussca de fortalezass y debilidadess. Y creo que ssu esspecimen noss ha ahorrado mucho trabajo. Sss.

Había un tono de satisfacción patente en sus palabras. Algo cercano al orgullo. Casi podía decirse que estaba contento.

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26/03/2015, 14:02
Hermano Sepheran

El tiempo de las palabras era tiempo de sus hermanos. Sepheran se cuadró, miró al frente y dejó que sus hermanos hablaran. Por supuesto atendió a cada una de sus palabras y fue rememorando el justo castigo que impartieron a los enemigos del Dios-Emperador a medida que el Ultramarine fue relatándolos.

Cuando el Magos respondió al hermano Elyas y empezó a divagar, el Ángel Sangriento comenzó a desesperarse un poco.

-Entonces ¿han encontrado la manera de combatir a la amenaza Tiránida?- Preguntó algo impaciente- Si es así ¿porque no se esta probando ya mismo? Hay un planeta a punto de ser engullido por el enemigo, es el sitio perfecto para probar la eficacia de esta nueva arma. El planeta se convertiría en un mártir en la lucha contra los Xenos, sí, pero podría determinar el futuro del resto del sector.

El planeta tenía los días contados, asi que ya puestos a destruirlo, usarlo como campo de pruebas le parecía de lo más lógico. Esperar a que los tiránidos siguieran reclamando y mancillando los dominios del Emperador, eso si que era una estupidez.

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26/03/2015, 14:25
Skold

El lobo entró en la sala malhumorado, quería resolver los problemas en los que se encontraban y pretendía hacerlo rápido, evitando tediosas reuniones sin sentido.

Saludó a sus compañeros con una leve palmada en la espalda, excepto a Seph, a quién golpeó el hombro con el puño en señal de amistad. Observó como la asesina también se encontraba en la mesa y se preguntó si alguien más además de los Astartes sabría quién era en realidad el capitán Ascote. Imaginaba que el magus lo sabría e intuía que también el capitán de la nave, no obstante sólo eran conjeturas, de modo que evitó el tema. Tan sólo realizó un breve contacto visual y un asentimiento de cabeza, un gesto de reconocimiento. Ignoró por completo al ex-gobernador y al resto de los presentes, quería terminar cuanto antes...

El capitán había comentado que iban a informarles de la situación tras escuchar el relato de lo que había ocurrido en Avalos, por lo que Skold fue directo al grano – Ya han escuchado el informe de nuestra actuación en el planeta. Ahora infórmenos usted de la situación. – Dijo mirando al capitán. Quizá si no tuviera tan mal humor hubiera preguntado de otro modo, pero el lobo empezaba a impacientarse.

No había sido maleducado, pero quizá sí algo bruco. Se dio cuenta enseguida, pues cambiado el tema de conversación que estaban discutiendo, y este era también relevante. Motivo este por el que trató de corregir el comentario anterior – Explíquese, ¿qué tienen? ¿qué ha descubierto? – Ahora en vez de malhumorado también daba la impresión de que estaba ansioso por respuestas... – Que se jodan, estoy malhumorado e impaciente... Y tengo un bólter pesado en el camarote - Su impaciencia empezaba a parecerse mucho a la de su colega sangriento... Y los dos tenían un bólter pesado.

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03/04/2015, 02:18
Hermano Lucian

Las palabras del extraño adorador de Omnissiah me parecen extrañas pero me recuerdan lo que finalmente nos brindó la victoria definitiva en Macragge. No estuve en aquella parte del desastre sino que resistí con mis compañeros en las batallas planetarias hasta resistir finalmente en el polo norte. Se me escapan los detalles de la forma de utilizar la hostil biología del Enjambre en contra de si mismo, pero es algo que no debe ser desaprovechado en caso de entenderse.

Espero con paciencia a que el hombre se explaye pero su silencio me descoloca y le pregunto, más por impaciencia que otra cosa:

"¿Qué es lo que ha descubierto y como puede ayudarnos ahora?"

Como Apotecario que soy, creo ser quien está en mejores condiciones de entender los avances pues tengo estudios de biología y Medicae, conociendo harto sobre los humores del cuerpo y bioingeniería, todo lo que un humano puede conocer sin caer en la herejía. Espero su respuesta a ver si obtengo sentido de aquello que parece ser una buena noticia.

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05/04/2015, 15:36
Orseo Mlvaar

El magus os miro de uno en uno, durante un instante, antes de continuar.

No ess demassiado lo que sse ssabe de esstos, SSS, Tiránidoss. Ssí, sson un enjambre. Ssí, sson ssalvajess y primitivoss. Pero sson complejoss, y mucha de essta complejidad, de esta sss... diverssidad, aún esscapa a nuesstra comprenssión. Cada encuentro con elloss noss ayuda a esstudiarloss, a comprenderloss mejor, pero también noss dessconcierta, puess avanzan, evolucionan máss rápido de lo que ssomoss SSS capaces de esstudiarloss.

Miro al resto de los presentes en el puente de mando como esperando una confirmación o algún comentario. Sus ropajes crujieron cuando se llevó las manos a la espalda.

Essta cepa, mmm, Dagón, ressulta esspecialmente interessante. Tienen ssuss órganoss ssinápticoss esspecialmente dessarrolladoss y tienen una complejidad ssuperior a ninguna otra que haya examinado —su extraña voz parecía expresar admiración, o al menos gran interés—. Creo que por esso less fue tan ssencillo bloquear lass comunicacioness planetariass... pero también por esso fueron tan ssenssibles al golpe pssíquico generado por la agonía de ssu líder. Ess una ventaja evolutiva, pero también... una debilidad. Díganme, Asstartess, demuésstrenme que son máss que herramientass de desstrucción de nuesstro amado Emperador —su diodo ocular destelló con más fuerza. No sabíais de nadie hasta el momento que pudiera sonreír con los ojos—, ssi tuvieran que elucubrar sss... ¿qué función dirían que cumple el artefacto que encontraron?

Y la sala quedó momentáneamente en un silencio tenso, expectante.

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24/03/2016, 13:02
Hermano Elyas

Pensar en ese tipo de cosas no era el fuerte de Elyas, pero como casi todos los miembros de la Deathwatch, había recibido algo de formación acerca de la naturaleza de los xenos. No podía saber que origen tenía aquel extraño artefacto (aunque casi todas las cosas brillantes y estilizadas solían ser cosa de los Eldar), pero si intuir que quería hacer la inquisidora con él.

- ¿Tal vez bloquear la señal del líder tiránido para aislar el enjambre? Eso explicaría por que la inquisidora se arriesgó tanto como para llevarlo al centro de la colmena.

No le gustaba la idea de que el Ordo Xenos jugueteara con artefactos alienígenas, en vez de limitarse a destruirlos como se suponía que era su función, pero no se opondría al criterio de un inquisidor.

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25/03/2016, 17:55
Hermano Sepheran

El devastador se pasó una mano por una inexistente barba, frotándose repetidamente la barbilla. Era evidente que no estaba muy acostumbrado a pensar para que funcionan las cosas, si no mas bien como se destruyen.

-Quizás sea más sutil que eso, quizás permita dominar a los tiránidos cercanos- Dijo con gesto concentrado y el cejo fruncido- tal vez el artefacto sea capaz de sincronizarse con las mentes de esos xenos e interferir en sus pensamientos. Quizás esos dos genestealers que estaban allí no estaban para destruir el artefacto, sino que el ser que controlaba el artefacto los haya puesto allí para "defender" su tecnología. Puede que un Eldar, son poderosos psíquicos y les atraer la idea de interponerse en cualquier plan que el Imperio tenga para crear confusión.- terminó haciendo un gesto con la mano. Había dado una explicación que le parecía razonable. A lo mejor estaban buscando en la dirección equivocada y este nuevo enfoque los dirigiera hacia el auténtico enemigo.

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25/03/2016, 19:28
Hermano Lucian

Escucho con calma las palabras del Magus y luego las de mis compañeros. Finalmente, ante las palabras del Hermano Sepheran, doy un paso adelante mientras niego antes de hablar:

 - "Claramente es un artefacto de manufactura no humana. Podría ser Eldar o Tau por el diseño aunque me inclino a pensar más en la primera opción pero dudo mucho que su poder sea controlar a los Tiránidos. Si realmente hiciese eso y los Eldar tuviesen el poder de controlar a esas bestias, ya las habrían usado para borrar nuestros mundos y defender sus flotas. No, eso es más un intento de defensa que de ofensiva así que creo que tiene que ver con expandir señales psíquicas, como alguna clase de repetidor. Probablemente el Tiránido líder entendió como usarlo y así fue como bloqueó todas las emisiones de los astrópatas, usando su poder pero aumentándolo con este hereje artilugio."

Miro luego al Magus y le hablo directamente:

 - "Aunque probablemente usted pueda decirnos más de ello."

Le miro de frente para que sea quien nos cuente las cosas pues estamos perdiendo el tiempo y eso es precisamente lo que no tenemos si deseamos acabar con esta infestación y recuperar Avalos.

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30/03/2016, 00:41
Orseo Mlvaar

El magus hace un lento gesto de asentimiento algo dudoso ante vuestras palabras y su diodo ocular centellea de un modo que da impresión de aceptación:

SSSorprendido me hallo. Buenass teoríass, Asstartess, podría sser cualquiera de ellass... —abre las manos hacia fuera—...o una mezcla de todass. Dessde luego no ess un artefacto humano ni SSS tiránido. Como decía, esstoss sseress son demassiado primitivoss para controlar o... disseñar un artefacto como esste, pero también sson lo ssuficientemente complejoss para no sser SSS controladoss tan fácilmente. Ssu conciencia, sse cree, ssi ess que acasso posseen algo como esso, ssolo ressponde a un organissmo líder que pienssa por todoss elloss.

Orseo se acerca con pasos pesados y arbitrarios a Sepheran, como si se dirigiese a él.

Ssin embargo, creemos que lass pautass de información que essta "Mente" less SSS proporciona pueden sser emuladass, para transsmitirless órdeness, o quizá ssenssacioness ssimpless, de un modo ssimilar a como actúan lass féromonass —el olor a aceites almizclados que el tecnosacerdote emanaba pareció hacerse más intenso, como si pretendiese respaldar sus afirmaciones—. "Peligro", "venid aquí", "alimento", essa sserie de cossass SSS, quizá inclusso algo más complejass. Y esso ess lo que creo que hacía el artefacto. Atraerloss aquí.

Su voz se hizo algo más viva, retazos emocionales de humanidad escapando a través de la máquina para explicar sus teorías:

¡Imaginen lass possibilidadess, Asstartess! Esste planeta no esstá dentro del arco de invassión primario de Dagón, Hadrosquienquiera que sea ese— puede decírsselo. Ha ssido marcado, ha ssido elegido. Dagón ha ssido desviado hacia aquí, porque el patrón de invassión no tiene nada de esspecial...

La voz se apagó, hasta convertirse solamente en un susurro reflexivo, incluso algo culpable.

Y ssin embargo, quienquiera que lo haya hecho esstá loco. Porque ¿quién podría dominar a billoness de sseress? ¿quién podría tan ssiquiera SSS assimilarlo? No...—bajó la cabeza, la luz del diodo casi se apagó—ssolo puede dirigir a la besstia pero no controlarla.

 

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30/03/2016, 08:37
Hermano Sepheran

El cuervo sangriento sintió una breve punzada de satisfacción personal al escuchar las conjeturas del Magos. Siempre era agradable saber que los instintos de uno estaban afinados. La sensacion el arranco una leve y macabra sonrisa.

-Magos Mlvaar, las implicaciones de lo que este artefacto puede hacer podrían cambiar el curso de nuestra guerra contra ellos. Decís que no os cabe en la cabeza para serviría dirigir a una flota enjambre entera. Imaginad que pudiesemos desviar el curso de ataque de nuestro enemigo, podríamos dirigirlo a algun planeta especialmente fortificado y atacarlo alli con toda la fuerza de la Armada Imperial. O llevarla hasta nuestros enemigos... Imaginad la flota de enjambre en el Ojo del Terror engullendo los planetas del Archienemigo.- expuso a los presentes. El hermano Sepheran lanzaba las palabras una a una cuando mencionó los ejemplos, como si quisiera enfatizar todas y cada una de ellas para que todos pudieran entender la magnitud de lo que se estaba hablando en el puente de aquella nave- sin embargo, me preocupa más que hace el artefacto aquí. Evidentemente es tecnología eldar, son los únicos que tienen el conocimiento psíquico y tecnológico para crear algo así. Los Tau no cuentan con psíquicos lo suficientemente poderosos y dudo mucho que esto sea cosa del las Legiones Traidoras y mucho menos de los Pielesverdes. Lo que deberíamos preguntarnos es el porque? Para que traer a este planeta una flota enjambre? Que tiene de importante este planeta? Quizás sea que quieren distraernos o que pretenden proteger algo que estaba en el curso de de la invasión. Sea lo que sea, deberiamos averiguar que es lo que esta pasando realmente. Debemos saber donde esta el corazón de un enemigo antes de poder apuñalarlo.-sentenció el astartes