Partida Rol por web

Alain intenta cortar a la araña con su espada, pero debido a la oscuridad falla estrepitosamente. Él sólo desea que sus compañeros no se hallan dado cuenta de su error.

Saeko, viendo que con sus compañeros al otro lado, quedaba sola ante la bestia, desenvaina sus hojas para tratar de herir a la gigantesca araña. Errando en sus dos intentos...

Nadir observó cómo caía la criatura del techo y al principio, pensó que no podía durar mucho al enfrentarse a todo el grupo, pero estaba resistiendo. Él trató de cambiar la suerte a favor, pero al intentar atravesar la dura piel con su lanza ésta impactó mal y resbaló, sin causar ningún daño más allá de una pequeña molestia.

Damiel saco su estoque y se lanzó contra la araña a grito de "Muere, bicho!", hiriéndola en una de las patas

La araña sufre los ataques y trata de esquivar la mayoría, aunque no puede con todos y al final, con la movilidad reducida, recibe una certera aunque débil punzada por parte del alquimista élfo, y intenta apresarlo antes de que vuelva a acertarle, aunque acostumbrado a los accidentes de laboratorio reacciona rápido y lo evita cortando la red en el aire.

Saeko veía como la mayoría de los ataques que lanzaba, tanto ella como sus compañeros, fallaron, se concentró en su siguiente golpe a la bestia. Cuando vio que la araña ponía sus ojos en su último agresor, Damiel, la ninja realizó dos ataques con sus hojas gemelas, haciendo bastante daño a la araña gigante.

Nuevamente Xanorin se concentró y envió un rayo de fuego en dirección a la araña, acertando esta vez en ella.

-¡Já, Vas a acabar hecha a la brasa!

Dos golpes maestros de Saeko y respaldados por los rayos de fuego que lanzaba el hechicero fueron suficiente como para terminar con la vida de la araña gigante, que se desplomó en el suelo. Ahora, os quedáis en silencio en el ala, que parece haber sido la guarida de la araña por un tiempo, ahora completamente vacía obviando las telarañas, capullos de tela que parecen contener a sus anteriores víctimas y vosotros.

Otro pasillo se abre en la lejanía, pareciendo que conecta este ala (norte) con el ala oeste.

- Vaya, Saeko, menuda matanza has hecho. Ya veo que le tenías ganas o algo por el estilo.

Dijo con una ligera sonrisa a la ninja, que se había lanzado como una loca a acuchillar. El combate había ido bastante bien. La araña prácticamente se había suicidado al atacar a tantos a la vez. Nadir se dedicó a mirar en los capullos, mirando si había algo, pero también si los cuerpos eran de humanos o razas similares que hubiera que enterrar.

- Quizá haya que dar sepultura, luego, a alguno de estos cuerpos.

Dijo en voz baja, mientras se fijaba en todo aquello.

Asintiendo ante las palabras de Nadir, la joven ninja aguantó una leve sonrisa que, cualquiera que pudiese ver bajo su capucha, adivinaría que estaba sonriendo.

- No era nada personal, Nadir. Pero esa bestia me dió un gran susto cuando apenas tuve tiempo de saltar y quitarme de su trayectoria. Le dimos su merecido.

Por otra parte, Saeko se acercó al cuerpo de la araña, para examinarla, al tiempo que avisaba con un ademán de su mano a su compañero elfo, Damiel.

- Perdona, Damiel. ¿Podrías prestarme uno de tus viales? Quizás podría intentar obtener algo del veneno de esta criatura y usarlo en nuestro beneficio...

El alquimista se apresura a sacar dos viales de su manga, y se los entrega a Saeko con una ligera sonrisilla divertida. 

Si pudieses sacarle unas cuantas gotas para mí también, no te cobrare por el vial.  

 El tono de Damiel no deja claro si esta de broma o no. Sus ojos enrojecidos y su sonrisa tampoco dejan adivinar nada, ya que el elfo siempre parece estar riéndose de una broma privada. En cualquier caso, Damiel se queda plantado observando como la ninja saca el veneno de la araña.

Saeko tiende la mano para recoger los viales que le acerca Damiel. Acto seguido, los acerca con cuidado a uno de los colmillos del arácnido gigantesco, esperando que pueda atrapar algo de veneno en ambos viales.

La ninja consigue hacerse con 4 dosis de veneno de la araña gigante, dejando repartidas dos dosis en cada vial. Tras hacerlo, tiende uno de los viales a Damiel, como acordaron.

- Aquí tienes Damiel. Dará para un par de dosis por vial, pero menos es nada. Ahora, continuemos avanzando si os parece...

Damiel asiente a Saeko y agarra el vial colocándolo delante de su rostro, observando el liquido de su interior mientras la sonrisa se ensancha en su cara. Siempre le emociona tener nuevos elementos con los que experimentar y juguetear, y su mente ya esta trabajando e imaginando formas de usar el veneno tanto para sus pociones beneficiosas como para sus bombas

Me pregunto si tendrá buen sabor... - murmura en voz baja mientras se guarda el vial, pensativo. Tras eso mira a su alrededor, fijándose en las telarañas y en los capullos y cadáveres casi por primera vez. - Algo interesante, Nadir?

Xanorin había estado observando la sala en busca de posibles compañeras.
 

- Chicos, avancemos lo antes posible. No me gusta nada este lugar.- No sabía porque, pero Alain estaba nervioso.

Mientras Damiel y Saeko preparaban los viales de veneno, Nadir y Xanorin inspeccionaban la sala, uno observando los capullos y el otro buscando posibles enemigos; mientras Alain apresuraba a que el grupo empezara a moverse.

La sala en sí estaba ya libre de enemigos y sorpresas. Entre los cadáveres disueltos que encuentra Nadir, hay una placa con una joya engarzada que probablemente valga algo: un ojo más experto podría estimar un precio para ella, aunque es evidente que es valiosa.

Ahora sí que podríais asegurar que la sala está vacía. 

Tras guardar las dosis de veneno, Saeko aprecia como sus compañeros están dispuestos a seguir. Así, se aproxima al pasillo que conecta con el ala oeste.

- bueno, es hora de continuar. Veamos si encontramos algo por aquí...

nuevamente, mientras se adentraba en el nuevo pasillo, la joven ninja vigilaba todos los lugares, en busca de posibles trampas. Además, iba con todo el sigilo que podía.