Partida Rol por web

La suerte estaba echada y no era el momento para echarse atrás –Intenta darle cobertura Caeli; Vaan, muéstrate y finge que das ordenes en diversas direcciones-
Ajuste mis sistemas para modular mi voz con alto volumen y un sonido claramente mecánico.
-Ultima advertencia, suelten sus armas y entréguense, están completamente rodeados. Ultima advertencia-

Wilian permanecia callado sobre lo que le habia confesado su compañero Hugh, pese a que en un principio no le habia caido muy bien y que su origen era practicamente contrario (el era de noble cuna y Hugh habitante de la subcolmena) se llebaban extrañamente bien, como si fueran las dos caras de la misma moneda.
Fieles devotos del Dios Emperador y con algun desliz. Wilian por su parte ahogaba sus penas y fracasos con el alcohol, pese a que nunca lo a llegado a reconocer y Hugh consumia drogas. Despues de estar meditando unos minutos Wilian dice con su caracteristico vozarrón.

No te preocupes Hugh... por mi parte no consumo nada. Pero estoi acostumbrado a ver el consumo de drogas entre mi familia, ya sabes... Las casas nobles que no tienen nada que hacer se dedican a satisfacer en sus placeres mas oscuros. Eso a veces llama al esceso y a ya sabes quién.... Mira hacia el suelo recordando a cierto familiar suyo.... Mientras controles tus vicios y no te excedas lo respetare. yo tambien tengo cierto gusto al amasec y de joven fume la hierva de la risa Suelta una carcajada dicho esto. Que quede entre nosotros, no le haria mucha gracia a mis colegas eclesiarcas lo del amasec.

Vaan terminó de sacar de su mochila su rifle y ajustó la mira con paciencia.-Tranquilo kennard se cual es mi trabajo...-Respiró mas lentamente y se llevó el rifle al hombro,giró un poco el cuerpo y apuntó al interior del edificio mientras caminaba casi en cuclillas,su brazo derecho se alzó cerrado en un puño a las espaldas de Arianne para extenderse dos de ellos e indicar hacia la derecha,alzó el puño cerrado mirando la palma hacia el frente y extendió los dedos girando la muñeca hacia el otro lado.-!Vamos Vamos Vamos¡...-Caminó rápidamente los pasos que faltaban para alcanzar la espalda de arianne y gritó.-Suelten todas las armas en el suelo y levanten las Putas manos o serán agujereados cabrones....-Tomó posición con la rodilla en el suelo y apuntó con la mira.

La rápida actuación de Vaan la sorprende un poco, pero enseguida asiente complacida- Ni yo lo habría dicho mejor... -susurra mientras saca la pistola con cierto desinterés. No tiene muy claro si alguno de los que les rodean todavía se puede tragar que son agentes de la ley, así que por si acaso decide adoptar una actitud que no desentone completamente.

¡Tú! -se dirige al que ha hablado, señalándole durante unos instantes con el cañón de su arma- Nos mostrarás el interior de la fábrica: quiero conocer cada agujero, cada rejilla de ventilación o servidor destrozado que haya ahí dentro -su voz intenta permanecer autoritaria mientras da instrucciones- Los demás os quedaréis aquí en espera de que volvamos por vosotros.

     Notas con desagrado las formas contrahechas de los individuos bajo sus sobretodos. Algunos tienen articulaciones con juegos extraños, cojeras u otras deformidades. Fijándote un poco mas, ves que algunos tienen caras malformadas y otros signos de corrupción física. Te das cuenta por todo ello de que son mutantes...

     El tipo os echa un vistazo de arriba a abajo como si tuvieseis la misma mala pinta que él tiene. Es un hombre de metro setenta mas o menos, de color y vestido con gastadas ropas de colmena media. Tiene aspecto de peligroso.

     - Eso depende. Cuando se tiene dinero todas las noches son buenas para buscar diversión... Dice con un tono que denota incredulidad.

     Vaan y Arianne avanzan hacia el interior del recinto, con sus pisadas resonando mientras salpican sobre los charcos de agua sucia, mientras que Rebekah y Kennard les cubren atrincherados desde la entrada.

     El grupo de encapuchados se miran de reojo entre ellos como sopesando su siguiente acción y sus posibilidades de éxito. Parece que se han tragado el cuento de la redada, pero eso no os garantiza cooperación en una zona así y, de hecho, no sueltan las armas. Al contrario, parecen mas tensos que una cuerda de guitarra...

     De vuestros siguientes movimientos puede depender que toda la situación estalle.

Rebekah se prepara para lo peor, dispuesta a liquidar al primero que dispare. Mientas reza para que sus compañeros sepan salir del embrollo que se han metido.

Hace su presencia visible, aunque parapetada en la entrada, para que los encapuchados sepan que los "arbitres" tienen cobertura.

Con un gesto Kennard les indica a todos que esperen. Y de nuevo modulando su voz como la ultima vez lanza una nueva advertencia –Arrojen sus armas ahora y entréguense. De no hacerlo nos veremos obligados a proceder a ejecutarlos, pueden salir de aquí con solo unos pocos días de prisión o salir en una bolsa sucia y oscura, ustedes deciden. Esta es su última advertencia-.

Música frunce el ceño con desagrado por algo que sólo ella parece haber percibido, pero enseguida recupera su papel de arbites inflexible. Mientras su mirada recorre a los presentes intentando adivinar si cumplirán las órdenes, una nueva idea va tomando forma en su mente y la impulsa a coger el vox con la mano libre.

Sin embargo, antes de que pueda siquiera encenderlo, las palabras del tecnoadepto resuenan en el aire Mierda es lo único que puede pensar al ver destrozada toda esperanza de salvar la situación. Resignada, alza el arma antes de que nadie pueda contestar a la advertencia de Kennard y abre fuego contra la multitud.

¡Mutantes en la antigua fábrica! -grita por el vox, intentando hacerse oír por encima del estruendo de los disparos- ¡Envíen refuerzos!

Ante la imprudencia (ya vamos por la tercera) de Arianne, Rebekah se parapeta en la puerta y se prepara para disparar a cualquiera de los ¿mutantes? que atacase a sus compañeros. Obviando a los que huyan.

-Muchachos, retroceded a la puerta... aquí podemos contenerles...- murmura.