Partida Rol por web

Según volvía hacia los guardias, escuchó la propuesta de Bethel y decidió que sería mejor dejarles un tiempo a los guardias, tratar de buscarles luego y bromear sobre Jaali a ver si conseguía sacarles algo más.

Se giró y se dirigió hacia su compañero. Buena idea, amigo.

¿Alguno puede decirnos dónde está ese tal Dashki? pregunta a los guardias.

Sinbad tenia intención de ir a preguntar a los mercenarios pero suspiró y decidió acompañar a Bethel. Por poco cohesionado que estuviera el grupo al menos lo tenia que intentar e ir todos a la una.

- Lo siento, pero no puedo hacer una reprimenda pública a uno de mis guardias por no dejarse leer la mente. Hizo correctamente su trabajo. Sobre el segundo punto sin embargo estamos de acuerdo, si hay indicios claros de culpabilidad, y siempre tras mi aprovación, utilizaremos sus habilidades con las mentes. - continua hablando haciendo un gesto a Garavel para que se calle- Y no habrá más intromisiones en la dinámica interna del grupo, siempre y cuando esa dinámica no afecte a la moral del resto de la expedición.

Deja unos segundos para que Jaali asimile la respuesta y pregunta.

- ¿Estamos de acuerdo?

Cita:

Los guardias señalan a un hombre que cena en su propia fogata, algo alejado del resto del campamento.

A medida que Bethel, Dorwas y Sinbad se van acercando al experto en gnolls pueden ver a un hombre muy moreno, vestido con ropas destrozadas y sucias. Come llevándose la comida con las manos a la boca a puñados, de una forma que recuerda más a un animal que a una persona.

Cuando el grupo se acerca el hombre se levanta, apoyándose en un cayado de madera que tiene a su lado, cojeando se aproxima al grupo que rápidamente descubre, gracias al olor que desprende, que su verdadera relación con la higiene es peor de lo que aparenta.

Mira fijamente, con unos ojos que recuerdan más a un animal que a una persona, os examina con hostilidad, pero pronto debe encontrar algo, ya que el respeto sustituye a la hostilidad en su mirada.

- Sois más duros que esos mercenarios de ciudad - dice a modo de saludo - Quizá tengamos una oportunidad.

Sinbad enarcó una ceja al ver al hombre.

Desde luego no le parecía alguien que fuera a trastear con alquimia para hacer estallar un carro. Ni tan solo imaginaba que fuera a saber que era la alquimia.

Pensó en la posibilidad de pasar de el e ir a preguntar a otros, pero en una investigación no se podía descartar a nadie o te llevabas desagradables sorpresas.

Dorwas estuvo a punto de suspirar al alegrarse de que no hubiese ido Jaali con ellos. Probablemente le hubiese preguntado si conocía las teorías de Guat'ter sobre la higiene corporal y si sabía cuántas clases de piojo y garrapatas había, porque quizá encontrasen una clase nueva...

Curtidos en el desiert con cambiaformas. respondió al saludo el enano. Si estuviésemos en la ciudad, te pagaría un trago pero mira alrededor para dar a entender que es algo dificil ¿te importa que te acompañemos? Estamos preguntando por el incendio por petición de Almha.

Dahki no se mueve de su sitio, poco dispuesto a actividades sociales.

- Preguntar - ordena de pie.

Tras haberse manchado de porquería Bethel no tiene inconveniente en acercarse, a mucho peor no puede ir, mejor comprar ropa nueva y mandar lavar esta, o quemarla.

- Estamos investigando la muerte de Eloais, - a Bethel le parece que una entrada directa es lo mejor, sin embargo, prefiere guardarse de momento la información que le dió el guardia - aparentemente se debió al fuego, pero dado que es el único muerto por el incendio hay quien podría pensar que el fuego sirvió para ocultar un asesinato.

- ¿Sabes si tenía algún problema con alguien o enemigos? ¿Viste a alguien entrar en su carromato o merodear cerca antes del incendio?

Jaali reflexiona unos segundos

Que mas da? Todos esos guardias moriran en el ataque al pueblo

Celebro el dia en que nos hemos encontrado, por fin, con alguien que utiliza la cabeza para algo mas que para pensar, princesa. - dice sin dignarse a mirar a Garavel - Estamos de acuerdo.

Dicho esto, se marcha de la tienda. Ve como sus compañeros hablan con un tipo sucio y desagradable, pero decide no unirse a ellos. Le aburren. A cambio, va a ver el carromato quemado y los restos de las posesiones del adivino, a ver si descubre alguna traza magica o pista

Dashki se gira hacia Bethel y simplemente contesta:

- No.

En el carromato encuentras aparatos de alquimia, restos de velas, material del Harrow, cartas astrales, poca cosa más.

Bien, vale, colega, no te gusta la gente y todo eso. dice Dorwas con el tipo que parece necesitar Jarabe de Jaali. Pero los mandamases nos han dicho que solucionemos todo este desaguisado y estoy seguro que Almah agradecería cualquier ayuda posible... ¿viste cualquier cosa, como empezó el fuego o similar?

Dashki se gira hacia Dorwas y simplemente contesta:

- No.

Vale, vale. dijo Dorwas levantando las manos. Luego pasará otro compañeros a hacerte un par de preguntas, nada importante.

Miro a Sinbad y a Bethel. Que luego pase el follaviales a preguntarle al señor expresividad. Bien, nos quedan los camelleros y los mercenarios por ver si saben algo, ¿no?

Este tipo hace que parezca que incluyo yo tengo labia. Un tanto irritado el elfo se desase de la mano del enano que ya parece dispuesto a volver junto al resto del grupo y se encara con Dashki.

- No me tomes por imbecil, un guardia nos ha dicho que estabas escondido ahí detrás de ese arbol - lo señala - si es cierto algo tuviste que ver, y si no lo es, seguramente piensan hacer que te comas el marrón, con lo que no te sobran amigos. - va dandole golpecitos con el indice en su pestilente ropa - y a mi me están dando ganas de dejar que se salgan con la suya don elocuente.

Las palabras de Bethel parecen afectar a Dashki, que ruge:

- Yo no he hecho nada. Ni siquiera sabéis si el incendio fue provocado. Ese imbécil encendía un centenar de velas en su carreta. Quizá tuvo mala suerte. - cuando parece que va a callarse añade con una inesperada elocuencia - Además estamos en territorio gnoll. Seguramente fueron los pugwampis.

Despúes de calla mirando fijamente a los ojos de Bethel. Al elfo la mirada del experto en gnolls le recuerda más a Jareel que a un ser humano.

A Diegen le gusta el tipo éste: duro, curtido, y de pocas palabras. Por supuesto, esto no significa que se fíe de él... Diegen sabe muy bien que los tipos demasiado duros son capaces de cualquier cosa... pero le gusta. Casi incluso le cae bien. Tal vez se le pueda reclutar...

- Pugwampis? 

Dorwas estaba a punto de saltar a coger al tal Dashki por el chaleco y levantarlo y zarandearlo hasta que se le cansaran los brazos cuando el tipejo se encaró a Bethel.

Pero por esta vez se contuvo, Bethel le estaba echando un pulso al tipo y merecía terminarlo, para bien o para mal.

Así pues, se cruzó de brazos y esperó la resolución del conflicto.

- Si, pugwampis, criaturas terribles que vienen de las Darklands, debajo de la tierra. Algunos les llaman "ratas-chacal" por sus orejas puntiagudas - Dashki parece complacido por cambiar de tema - Adoran a los gnolls e infectan sus comunidades como ratas. Allí donde van les sigue la mala suerte. Los gnolls los odian y los matan nada más verlos. Pero siempre vuelven.

- ¿Quizá su mala suerte haya hecho que los juguetes del vidente se incendiarán? - el experto en gnolls no espera a la respuesta, rápidamente añade - Si, claro. Estoy seguro de que fueron los pugwampis.

- "Pugampis" ¿Qué coño son los "Pujampis"? Ratas-topo - Sacude la cabeza, suspira y empieza a hablar más despacito - Vamos a ver, el guardia con el que hemos hablado antes decía que te habías escondido tras ese arbol a espiar a Almha.

Se toma un respiro para que cale la idea y continua - En circunstancias normales, me importaría un pimiento esa actitud de acosador si no va a mayores. Pero me gustaría aclarar como se ha originado el incendio. Desde allí - señala al arbol - tenías una buena vista de la carreta, así que si no quieres que la princesa se entere, más vale que empieces a contarnos que paso... ¿nos entendemos ahora?