Partida Rol por web

[PNJTIZADO]

Sinbad también se aproxima al borde y dispara contra los gnoll del otro lado, pero aunque sus disparos logran impactar en las armaduras de los gnolls, no logran dañar a ninguno.

PNJTIZADA

Jonova se une al grupo que intercambia flechas en el borde del precipicio, saca su arco rápidamente y una flecha, pero con tanta prisa no hace mucho más que precipitarse y disparar la flecha al revés ante el estupor de los gnolls.

El único gnoll libre de la confusión de Jaali decide optar por la mejor táctica dadas las circustancias y empieza a correr ladera abajo desapareciendo pronto de la vista del grupo.

Sinbad se pone a murmurar palabras, seguramente agradecimientos a algún dios por salir vivos del combate. No es que se viera muerto, pero era de educación dar gracias cada vez.

Después de guardar el arco se dedica a comprobar el estado de sus compañeros.

-¿Alguien ha perdido alguna mano?- Dice mientras con cierta calma se va a buscar sus flechas para ver cuantas se pueden salvar.

Dorwas se apoyaba en Morbo, la punta de su cimitarra rozando el suelo, mientras respiraba trabajosamente.

Joder, ¿alguno de éstos sabrá limpiar bien las heridas? le pregunto al guerrero lo bastante alto para que el eco hiciese llegar su voz al resto del grupo.

 Jonova ve a la distancia como el íltimo de gnolls que podía representar un peligro huye para salvar su malogrado pellejo. La muchacha tiene en sus manos la lanza y el escudo, que de poco le han servido en esta ocasión.

 No es ahora el momento de correr a por más sangre, sinó la de detener la de los compañeros.

 La joven se gira para ver el estado del desquiciado siervo de Sarenrae, con un gesto se cuelga de nuevo la lanza por la correa a su hombro y se acerca a este, con gesto apaciguador, mientras Jarael, con el peludo morro goteando sangre fresca, se pone a su vera.

 - Deja que vea esa herida en el brazo... es sorprendente que no hayan sido seccionados los tendones.

 La muchacha saco de su zurrón un puñado de arena dorada, reluciente bajo la luz del sol del atardecer. Y la esparció por la profunda herida que hay en el brazo, para soplar sobre la arena y que esta se vaya, llevándose con ella el dolor...

Las heridas de Diegen se cierran al contacto con la arena de la druida.

[turno A: el gnoll que huye es alcanzable y empieza la persecución]

Diegen observa por unos segundos el cuerpo desmembrado que cae, e inmediatamente se da la vuelta para ir a por los gnolls del otro lado del barranco. En su ímpetu se choca con Jonova, que se le ha acercado:

- Deja que vea esa herida en el brazo... es sorprendente que no hayan sido seccionados los tendones.

Impaciente, saltando sobre sus pies, Diegen aguanta la carrera unos segundos mientras la muchacha esparce por su herida un puñado de arena dorada, reluciente bajo la luz del sol del atardecer. Cuando la druida sopla sobre su herida, Diegen no puede más y sale corriendo en dirección a los tres gnolls supervivientes con la clara intención de que no quede ni uno.

Jaali mira satisfecho al otro lado del barranco, donde todos salvo uno de los gnolls han sido inutilizados por su poder. El mago se mantiene en el borde del barranco, con la tunica negra ondeando al viento mientras los simbolos dorados lanzan destellos bajo el sol del atardecer. Levanta un brazo y apunta hacia los gnolls con un conjuro en los labios, en caso de que intenten huir como su compañero.

Vuestra capacidad de huir es insignificante comparada al poder de mi Magia. Ni lo intenteis. - Grita en direccion a los gnolls. Hace una seña a sus compañeros de al lado, salvo a Jonova - Apresadles, a todos. Quizas tengan algo interesante que decir sobre el pueblo o los movimientos de su clan

Mira de reojo hacia abajo y ve a Dorwas apoyado en el brazo de Morbo.

Se esta haciendo viejo. Hace dos años Morbo no habria llegado a esos gnolls antes de que muriesen - piensa

Jonova, puedes bajar e intentar curar al enano, por favor? - Jaali no ha olvidado que si no llega a ser por ella no hubiese salido del Refugio. Teniendo en cuenta que no la ha visto en todos estos años, la sigue respetando - Si pierde demasiada sangre, habra que llevarle a cuestas. Entre que esta gordo, que se queja y que si se le infecta la herida y le sube la fiebre, pierde el control de sus esfinteres, no creo que el viaje seria agradable para nadie.

Mira al jaguar y le va a decir algo a la druida pero el animal le enseña los dientes y Jaali, despues de alejarse un par de pasos, se concentra en los gnolls.

Ese bicho sabe mas de lo que aparenta.

Los gnolls que quedan al otro lado tiran sus arcos al suelo, mientras lanzan miradas de reojo a la masacre de la pared norte. No parecen enterarse de las palabras de Jaali, pero comprenden que el combate se ha acabado.

Diegen mientras corre detras del gnoll que huye lanza un golpe con su cimitarra a otro que simplemente se limita a mantener sus distancias.

Sinbad miró como uno de sus compañeros salia solo tras la caza de un gnoll, lo que le pareció una soberana estupidez. Si se distanciaban lo suficiente y el gnoll se daba cuenta que era un 1 vs.1 las cosas se le podían complicar muy rápidamente.

Miró como se iba mientras se ponía al lado de la ondulante figura del mago antipático.

Realizó un grotesco sonido con su garganta y escupió un moco del tamaño de una nuez y color enfermizo.

-Iré a por Yessef.-

Mientras Yassef y Diegen se alejan el resto del grupo pasa al otro lado, reduce y desarma a los gnolls.

Turno 1

El gnoll corre lo más rápido posible saltando de roca en roca e intentando ir por las partes más irregulares del terreno, Diegen le sigue a duras penas hasta que en un salto tropieza, logra mantener el equilibrio, pero pierde al gnoll de vista, a pesar de lo cual sigue corriendo en la misma dirección en general. De repente el gnoll aparece bajo el escondido en una depresión y le lanza un ataque con su cimitarra. El elfo reacciona rápidamente interponiendo su escudo, pero el gnoll continua huyendo.

Turno 2

Sindab se una a la persecución, pero el gnoll continua moviéndose entre pequeñas gargantas rocosas donde no puede aprovechar la velocidad del camello, y usando los accidentes del terreno para perderse de vista.

Turno 3

El gnoll no esta a la vista.

 Tras ver como el impaciente muchacho, Diegen, está ansioso por partir a pos del gnoll piensa en si mandar a Jarael a por la criatura, finalmente niega con un gesto mudo.

 No estaría mal que regresara con un rasguño que le sirviera para aprender que no es bueno separarse. Tiene que mejorar su disciplina si quiere llegar a la madurez. Y no comportarse con un insensato.

 Entonces Jaali le comentó ir atender a Dorwas. La silenciosa mujer del desierto miró al mago de ropajes negros y dorados.

 - Iré a ver que se puede hacer por él. Por cierto, Jaali, veo que te ha sido útil encerrarte en bibliotecas y estudios. Celebro verte de nuevo.

 Sin añadir más, chasqueó la lengua y emprendió un cuidadoso descenso hacia el oasis donde aguardaban Morbo y Dorwas, con Jarael a la zaga.