Partida Rol por web

Estaba escuchando al señor Chester, y me estaba quedando asombrado, la trompeta de Armstrong, que gracia tenía el tío.

-¿Y por que no es muy popular en el gremio? Yo cuando lo escuche me gusto mucho la partitura y la manera en que la tocaba.

Tomó otro sorbo de la taza de café, el sabor del café era intenso, no como el de muchas cafeterías que había por el barrio. 

Yo también tengo curiosidad sobre eso, ¿quizá la envidia sea el motivo?, ¿algún problema con los vecinos?, pregunto al recapacitar y notar que parecía que no solo eran los músicos a quienes no les caía bien.

- Leroy Turner es un gran músico - responde - el problema es que cuando aceptaba participar en una función , al cabo de una semana se había olvidado pues se va de juerga, se dice que es un informal, pero en realidad lo que le pasa es que tiene el corazón roto.

Me sorprendo al escuchar las palabras sobre Leroy, al fin ya al cabo, no sería muy raro en ese negocio que le pasara eso a los músicos, también pasaba en otros trabajos que no tenían ninguna relación con la noche, me acuerdo de un ex compañero que tuve....

Dejo de divagar sobre otro tiempos y continúo preguntando: - El corazón roto por una mujer supongo ¿no?

- Ah, así que de eso se trata, no hay nada como un profundo dolor en lo mas profundo de tu interior para que la genialidad salga a la luz. - miro a mis dos acompañantes, los miro y digo. - Es un hecho. 

Y bien, y ¿esa damisela quien es?, ¿no ha podido volver a conquistar su corazón?

- Sí fue hace dos años cuando llegó con su amante, Marnie Maston, de Nueva Orleans - responde el músico cambiando el registro de su voz y adoptando un tono fúnebre - murió atropellada por un coche gris que se dio la fuga y, que según se cree, iba conducido por unos niños ricos de la universidad.

Mick se quita el sombrero como a modo recordando a la difunta.

- Ese chico no volvió a ser el mismo - responde - alcohol, juergas...y luego lo de la trompeta rara esa con la que toca.

Mientras escucho las palabras del jefe de la banda, me estremezco primero al escuchar la historia y saco mi libreta y mi bolígrafo para apuntar el nombre de la mujer y que no se me olvidará, podía ser una línea de investigación a seguir.

- Y consiguieron detener a esos niños o ¿salieron impunes? No era lo mismo saber que los asesinos de tu pareja estaban sueltos o dormían en una prisión.

- ¿Y de la trompeta que sabes? ¿Dónde pudo conseguirla?

- Oh, que tragedia,  - solo puede decir mientras escucha junto con su compañero, lo ocurrido con Leroy, la pobre muchacha perdió la vida, la impotencia por su condición debe de haberlo llevado hasta el limite, piensa intentando ponerse en su lugar.

-Seguro que donde yace su amada, sea donde pase gran parte de su tiempo- dice pensando en alto, cuando repara en las miradas hacia él - .. perdón solo  pensaba en alto. 

-Es una historia trágica, pero no consigo comprender que tiene que ver con su trompeta, ¿qué es lo que tiene de especial ese instrumento?

Mitch emite una carcajada ante las preguntas de sus interlocutores.

- ¿Detener a esos mal nacidos,dice? - contesta ante la pregunta del investigador privado - la ley no funciona igual para los negros que para los blancos y por supuesto, tampoco funciona igual para el rico que para el pobre.

El músico hace una pausa para apurar su bebida y comienza a liar otro cigarrillo con las amarillentas puntas de sus dedos.

- La trompeta, ¿dice que tiene de especial esa trompeta? - vuelve a reír - se la dio ni más ni menos que el propio Louis Armstrong, se lo cuenta a todo el mundo, pero como dije antes mintió pues se lo pegunté yo mismo y lo negó, además Louis no entregaría ninguna trompeta ni mucho menos una que tenga cuatro pistones.  

No me acordaba de lo de Louis Armstrong, nos lo había dicho antes y lo había olvidado.

- Tienes razón en cuanto a la ley, pero en algún momento esto cambiará, y todos seremos juzgados de la mism manera. Ante mi desconocimiento le pregunto de nuevo. - Y que es eso de que la trompeta tiene cuatro pistones, ¿cual es el número normal?

Mick miró al detective como si hubiera dicho un disparate. Luego emitió otra sonora carcajada y explica:

- Todo el mundo sabe... - mira a Jack y rectifica - no todo el mundo...que los instrumentos de metal tienen tres pistones menos la tuba que lleva 4, es algo insólito.

De repente su mirada se vuelve distante y observa como si una idea le viniera a la cabeza.

- Lo extraño...la forma que me explicó, parecía decir la verdad pero no puede ser.

Arthur escuchaba con atención lo que decía el músico, su ignorancia respecto al detalle de los pistones había hecho que no reparara él. Era sin duda un objeto único al parecer, extraño que lo poseyera alguien de su posición social.

- Continúe, por favor, ¿qué es lo que le dijo?

- Me dijo que el Sr Amstrong le dio la trompeta con una mirada extraña, "dos pozos negros por ojos" había dicho textualmente y le dijo: "Toca esta trompeta chaval y despertarás a los muertos" - hizo una pausa y añadió: - esa trompeta es muy rara, además de llevar cuatro vávulas, tiene un acabado en plata muy peculiar, agrietado - su mirada parecía ausente - me recuerda a la piel de una serpiente.

Su mirada denotaba una especie de mezcla entre fascinación y miedo. Mick volvió a reír y ofreció la mano como despedida.

- No hagan caso a este viejo chiflado - se levanta - preguntarle a él mismo vive en una pequeña habitación en el primer piso de la calle 174, os dirá: "Esa trompeta es mi vida - imita el acento de Nueva Orleans - "hacen que se unan mi cuerpo y mi alma. No he visto trompeta mejor".

Cuando escucho la frase que dice sobre despertar a los muertos, no me lo podía creer, es lo mismo que habíamos vivido hace unos días, tanto en el bar como en el cementerio, ¿tendría poderes especiales esa maldita trompeta?

- Claro que le haremos caso, nos ha servido de gran ayuda. Dije mientras tomaba nota de la dirección dónde vivía Leroy. Creo que esta conversación poca cosa más nos iba aportar

-Al escuchar las palabras del músico, "...y despertarás a los muertos", Arthur dió un respingo, intentó mantener la compostura, aunque el interlocutor estaba demasiado abstraído contando la historia como para darse cuenta. 

Al terminar, le estrechó la mano al músico negro - Gracias por su tiempo, Mick - dijo a modo de despedida.

Volvió a sentarse con la mirada un poco perdida, pensando en esas palabras, ... como iba a ser posible, que la trompeta tuviera algo que ver con que los muertos volvieran a caminar? no no podía ser, pero lo que era claro es que en los dos extraños sucesos ese éra el nodo, en los dos momentos lo que era igual era la música de Leroy, la música de ésa trompeta. Algo empezaba a retorcerle el cerebro, era algo inconcebible, solo algo que como mucho alguien hubiera escrito algun cuento para asustar niños ....  de pronto se dió cuenta de que estaba hablando y no pensando, ... Oh, perdón a veces me pasa, ya sabes ... creo que debemos de ir a hablar con Leroy. Aunque creo que antes no me vendría mal algo más fuerte que un café. 

- De nada amigos.

Tras despedirse del músico los tres investigadores se dirigen hacia la calle 174 en taxi. Una vez allí, justo en el momento en que el taxi se detiene y se disponen a bajar, pueden ver como un pontiac blanco está parado en medio de la calle junto a un decadente edificio. Del portal salen tres individuos arrastrando a un afroamericano que parece Leroy. Lo arrastran a la fuerza al interior del pontiac.

Con sorpresa, Arthur contempla el suceso, ¡Ese hombre parece Leroy! , dice agitado a sus compañeros, Deberíamos seguirles, se dirige al conductor, Siga a ese pontiac blanco, desde lejos sin que nos vea y te ganaras un buena propina. Se vuelve hacia sus amigos, sin saber si están de acuerdo, quizá lo saquen del taxi a empujones. Esa reacción no era normal para Arthur, había leído algo sobre eso, quizá no haber tomado alcohol en todo el día le estaba afectando a su juicio.

Después de despedirnos del músico y coger un taxi, nos dirigimos a la dirección que nos había dado, donde vivía Leroy. Lo malo que parece que lo han pillado otros "matones" antes, pero ante la reacción de Arthur de seguir al coche, secundo la moción, y empezamos una persecución sigilosa.

El taxista sonríe. Un tipo con una gorra de béisbol y una cicatriz en la mejilla habla con voz cascada pero melodiosa.

- Mi nombre es Bernie - saluda - es un placer, ya veréis lo buen conductor que soy.

El Pontiac gira la calle con un giro rápido pero sinuoso y el taxi va detrás. Al principio el camino la persecución es tranquila, pero llega un momento que el coche blanco acelera y emite unas cuantas maniobras arriesgadas dejándolos detrás.

- Parece que se han dado cuenta de que lo seguimos, chicos - sonríe satisfecho y realiza unos cuantos giros supuestamente abandonando la persecución - Tenéis suerte chicos, por el camino que ha tomado tengo una ligera idea de a donde se dirige, tomaremos un atajo señores. 

El taxi comienza a tomar por una serie de calles hasta llegar a una serie de calles estrechas. A unos diez metros pueden ver como el Pontiac blanco se dirige a un callejón sin salida.

- Aquí os dejo señores, la calle termina en un garaje - tras cobrarles los deja en la entrada del callejón.

La puerta del garaje se cierra dejando a los tres investigadores solos en el callejón.