Partida Rol por web

El bosque en llamas (Leyenda Élfica)

Escena Pheredil

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05/12/2021, 16:41
Narrador

Miedo y silencio bajo los altos árboles de Shalanest. El gran reino élfico respiraba intranquilo durante el frío otoño y los habitantes de la bella raza murmuraban acerca de las últimas noticias llegadas al bosque. Se hablaba de ejércitos de negros orcos salidos de las montañas del norte, crueles hordas dedicadas a saquear y destruir los pueblos y asentamientos que encontraban a su paso. Guerra, guerra, susurraban con temor los elfos e incluso las altas copas de los árboles se estremecían nerviosas bajo el azote del viento.

El último rumor mencionaba la caída de Teshaner, la gran urbe humana que apenas distaba cien millas al norte del bosque de los elfos. Miles de muertos, edificios calcinados hasta los cimientos y las murallas derruidas piedra a piedra. No había nada seguro en estas historias, pero sí era cierto que últimamente se había incrementado el número de incursiones orcas dentro del bosque. No eran más que pequeños grupos de merodeadores, pero cada vez eran más frecuentes, y las patrullas de exploradores elfos que vigilaban la frontera no daban abasto para defender el territorio. El eterno reino élfico volvía a revivir las tristes historias de antaño, los tiempos del alzamiento del malvado Rey Dios y la posterior batalla contra los caballeros de Stumlad. De nuevo, la terrible sombra de la guerra se alargaba por el bosque.

Durante el último siglo de paz y tranquilidad, el poder de la nación élfica había menguado a pasos agigantados. Lejos quedaban los tiempos en que los elfos poblaban hasta el último rincón del gran bosque, cuidando con mimo árboles y animales. La destrucción de Shalanest Oeste y la guerra contra los caballeros de Stumlad había reducido drásticamente su número, el cual seguía disminuyendo desde entonces. Muchos murieron en las guerras, y muchos otros se desvanecieron después, sumidos en el pesar y cargados con una losa de desdicha demasiado pesada para sus frágiles corazones. Año tras año, los elfos se fueron replegando hacia el interior del bosque, buscando refugio en Litdanast, la mítica capital del reino, y cortando cualquier lazo con el exterior. Vastas regiones fueron abandonadas y la cuidada naturaleza del bosque se perdió, dejando lugar a incendios, plagas y otros males que borraron la belleza anterior. Aislados de las demás razas, los elfos se sumieron en la penumbra de la tristeza, sabedores de que quizás su tiempo en este mundo llegaba a su fin.

Tú eres el menor de los hijos del Rey elfo Gerahel. Tu infancia discurrió tranquila entre juegos y canciones, pero al llegar a la edad adulta debiste empezar a cumplir con tus obligaciones. Como noveno príncipe, lejano en la línea de sucesión, te alistaste en las patrullas que vigilan las fronteras del gran bosque, con objeto de convertirte en un explorador hábil y diestro, digno príncipe de tu raza. Tras unos meses sirviendo en la patrulla, has encontrado veteranos instructores que te han enseñado las artes del arco, la espada o la exploración y también has logrado el respeto entre el resto de tus compañeros.

En vuestra última expedición, dejasteis la capital Litdanast hace nueve días y habéis vagado por el límite meridional del reino en misión de vigilancia. Es un trabajo agotador, recorrer los abandonados senderos buscando rastros de enemigos o eliminando alguna de las malignas criaturas que cada vez abundan más en el bosque. Al ver el estado de abandono del reino élfico, te preguntas más de una vez si no será ésta otra señal del fin de vuestra raza, una prueba de que vuestro tiempo en este mundo ha expirado y que como pueblo estáis condenados a desaparecer.

Al atardecer del décimo día encontráis un nuevo rastro, las claras huellas de pies calzados con botas de suela de hierro. Orcos, no hay duda, pero no más que un pequeño grupo de guerreros. Enseguida partís a la carrera para dar caza a las malvadas criaturas mientras el bosque permanece en un extraño silencio.

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05/12/2021, 18:25
Narrador

El atardecer se cierne lentamente sobre el bosque de Litdanast como un pesado manto. Sigues el rápido paso de tus compañeros y alzas la mirada para descubrir un cúmulo de espesos nubarrones que surca el plomizo cielo otoñal. El boscoso paraje se oscurece por momentos y las sombras de los árboles se alargan en espectrales formas. Dejas de mirar a lo alto y te concentras en el accidentado lecho del bosque y tratas de no tropezar con las gruesas raíces que cruzan el sendero.

La compañía de exploradores elfos se abre camino ágilmente entre la espesura. Diez altos y estilizados exploradores, vestidos con ropajes pardos, finas capas y pantalones de tonos verdes. Los afilados rostros yacen ocultos bajo capuchas por las que aparecen largas cabelleras rubias. Cada explorador carga a su espalda con un arco de bella factura y un carcaj repleto de larguísimas flechas. De sus cinturones penden espadas cortas y afilados puñales.

Abre la marcha Elean, capitán de la patrulla, veterano guerrero cuyo rostro imberbe contradice la vasta experiencia que se refleja en sus clarísimos ojos azules. Trota con rapidez, el cabello recogido en una larga trenza rubia que danza sobre sus hombros con cada zancada. En su mano izquierda agarra el arco con mano firme y su mano derecha aparta las ramas del camino.

-Debemos detenernos. Le aconseja Miriel, la joven arquera que avanza tras el capitán. Estamos agotados. Añade, el aliento levemente entrecortado, aunque las facciones de la mujer apenas delatan un leve enrojecimiento.

-No es momento para pausas. Responde tajante Elean. Estamos muy cerca. Siento su presencia. Entonces señala un claro que se abre en la espesura. Se han detenido allí, ya son nuestros. Afirma.

Rápidamente, la patrulla se organiza para la batalla. Sigilosos como un susurro, os acercáis hacia el pequeño claro. Aferras tu arma y sigues a tus compañeros, algo nervioso, pero con deseos de entrar en combate.

Por fin descubrís a vuestros enemigos, una veintena de encorvados seres de musculosos brazos y recias piernas. Su piel es de un oscuro tono grisáceo y de aspecto reseco. Los rostros son grotescos, con hocicos perrunos de amarillentos colmillos y pequeños ojos que brillan con un fulgor carmesí. Visten oxidadas armaduras de cuero tachonado y andrajosos ropajes y van armados con herrumbrosas cimitarras de negro acero.

Los orcos han acampado en el claro. Algunos se dedican a despedazar un ciervo y luchan entre ellos para conseguir la mayor ración, mientras el resto engulle la carne cruda sentados sobre un árbol caído. Elean se vuelve hacia vosotros y da la orden de atacar con un silencioso gesto.

Notas de juego

Sección 1

Si cargas con tu arma sobre los sorprendidos orcos, pasa a la sección 42.

Si tienes un arco y prefieres disparar desde tu posición, pasa a la sección 57.

Si prefieres aguardar a ver cómo se desarrolla el combate antes de actuar, pasa a la sección 27.

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06/12/2021, 19:45
Pheredil

Ante la orden de Elean de atacar, ni dudo un instante. Busco una posición más ventajosa para la carga. Mi habilidad bien entrenada para moverme sin ser detectado me permite colocarme en una posición clave, pudiendo ver al capitán de la patrulla a la par que veo con total claridad al grupo de orcos.

Espero pacientemente la señal de ataque con la espada en mano y el escudo en guardia.

En el momento que Elean da la señal de carga, respiro dos veces antes de aferrar con todas mis fuerzas la espada, y protegiéndome el pecho con el escudo corro junto con el resto de los compañeros a cargar contra los orcos.

Directamente me dirijo a un grupo que se está peleando por un trozo de venado, para cuando se quieran dar cuenta ya podría haber tumbado a dos de ellos.

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07/12/2021, 13:32
Narrador

Surgís de vuestro escondite y arremetéis sobre la horda de orcos. Éstos se quedan paralizados por la sorpresa y apenas tienen tiempo de alcanzar sus armas antes de que caigáis sobre ellos. En un instante el bosque se llena de sonidos metálicos, entrechocar de espadas y gritos de dolor. Una flecha alcanza en el rostro a un orco, otro cae bajo la espada de uno de tus compañeros. Pronto, tú mismo te ves envuelto en la refriega, luchando contra otra de aquellas repugnantes criaturas. El orco blande una corroída cimitarra y, entre gritos de furia, se lanza sobre ti.

Notas de juego

Sección 42

Debes luchar contra él y tiene DEF/9.

Si vences al orco, pasa a la sección 69.

Si eres derrotado por el orco, pasa a la sección 222.

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07/12/2021, 18:37
Pheredil

Ante la visión de que ambos cargamos, el uno contra el otro, me freno en seco y alzo el escudo.

La carga del orco es en falso, pues su rabia se muestra en su cara permitiéndome desviar su arma fácilmente con el escudo, momento que aprovecho para lanzar un contrataque al costado desprotegido.

La espada no hunde lo suficiente, a si que decido tirar de ella y adoptar una posición defensiva esperando al contragolpe del orco. Ya estaba herido poco podría hacer.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Ataque: 3 (dado)+9 (ataque)=12

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08/12/2021, 19:24
Narrador

El orco aúlla de dolor, pero no cae. Son criaturas fuertes y difíciles de abatir. Con furia asesina, te lanza un golpe lateral, pero tú eres más ágil y lo paras con el escudo. El golpe es tan brutal que te manda un par de pasos hacia atrás. El sonido de acero contra acero y gritos de dolor resuenan a tu alrededor.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Orco: -3 PR

Pheredil: vuelves a atacar.

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08/12/2021, 22:56
Pheredil

Tras el repiqueteo metálico del entrechocar de la espada orca con el escudo de Pheredil. El orco da un paso hacia atrás perdiendo el equilibrio, momento que aprovecha el elfo para hacer una grácil finta con su espada y dando un certero espada o al orco en su abdomen.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Juraría que tengo defensa 15, no 16.

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09/12/2021, 23:32
Narrador

Acabas con el orco y te giras para hacer frente a un nuevo enemigo. Pero en ese momento tu fino oído descubre un rumor, primero lejano, pero que poco a poco se va haciendo más nítido. Escrutas la vegetación, tus sentidos alerta, y entonces vislumbras decenas de sombras que se abren paso entre los árboles.

-¡Emboscada! Es lo único que puedes gritar antes de que varios centenares de orcos irrumpan en el claro desde todas las direcciones.

En un instante, la simple escaramuza se convierte en una pesadilla. Los orcos disparan sus ballestas y varios elfos caen muertos con negros virotes clavados en el pecho. Elean grita una desesperada orden de retirada mientras se debate ante el ataque de una decena de enemigos.

Notas de juego

Sección 69.

Pasa a la sección 11.


Sí, efectivamente tienes DEF 15, pero para impactarte debo de sacar más de 15. Si pongo 15 como dificultad en el tirador, si saco ese mismo resultado, el tirador dirá que es un éxito, cuando no lo es, porque debo superarlo.

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09/12/2021, 23:38
Narrador

Golpeas a un orco y retrocedes a trompicones en un intento de escapar de la emboscada. Un virote cruza silbando junto a tu cabeza. Un joven elfo cae ante varios orcos para ser salvajemente mutilado por las negras cimitarras.

-¡Huid al bosque! Oyes gritar a Elean. ¡Es un ejército invasor! ¡Hay que regresar a Litdanast y dar a alarma! Su orden es silenciada por nuevos gritos y golpes.

Con el corazón aporreando tu pecho, escapas del claro y emprendes una ciega carrera entre la espesa vegetación. A tu alrededor descubres a varios de tus compañeros que huyen en desbandada mientras a vuestra espalda se escuchan los salvajes gritos de los orcos. Apenas llevas recorridos una veintena de metros, cuando tus pies se detienen al borde de una escarpada cañada, que se abre en el suelo del bosque como una gruesa cicatriz. Árboles secos y matorrales cubren las paredes de la sinuosa grieta, de unos cinco metros de ancho y que se incrusta en la tierra para formar un estrecho desfiladero varios metros más abajo. Un explorador elfo aparece a tu lado y te aparta sin miramientos.

-¡Rápido, están sobre nosotros! Grita y se dispone a descender por la cañada.

Pero justo entonces es alcanzado por un virote en la espalda. Tras soltar un corto estertor de dolor, el explorador cae en la grieta, golpeándose brutalmente con las ramas para acabar aplastado contra las rocas del fondo. Dudas un instante sobre qué decisión tomar. Mientras, los negros proyectiles derriban a otro de tus compañeros que también se precipita al vacío.

Notas de juego

Sección 11

Si decides lanzarte por la cañada, amortiguar tu caída con las ramas, y huir por el fondo del desfiladero, pasa a la sección 93.

Si prefieres tratar de saltar la brecha y seguir huyendo por el bosque, pasa a la sección 44.

Si consideras un suicidio estas opciones y prefieres darte la vuelta y enfrentarte a los orcos, pasa a la sección 58.

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11/12/2021, 13:02
Pheredil

Ante la visión del elfo cayendo por la grieta y el estado en el que queda éste, descartas esa opción rápidamente.

Volví la mirada para ver cuanto tiempo tenía, pues los orcos se acercaban rápidamente. Pocas eran las opciones, tenía que decidirme entre lanzarme por la cañada y aprovechar mi velocidad para seguir huyendo o enfrentarme a esa horda de orcos y posiblemente morir... o lo que era peor, quedar preso de ellos y sufrir un sinfín de torturas.

Difícil era la decisión que tenía que tomar, y pocos los segundos que tenía para sopesar los pros y los contras... De repente, en su interior, el guerrero que llevaba dentro se despertó y sintió que lo que tenía que hacer era acatar las órdenes de su superior.

Me asomé a la cañada, y calculando donde podía aterrizar comencé a bajar.

Notas de juego

porque debo superarlo.

Perfecto, entonces yo en las mías tendría que haber puesto 10 y no 9. 

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13/12/2021, 17:01
Narrador

Empiezas a descender con la espada en la mano, pero te escurres y caes al vacío. No puedes evitar soltar un grito. Caes sobre una rama y sientes un fuerte impacto en el pecho, rebotas y te golpeas contra otro árbol. Con desesperación, consigues aferrarte a su tronco y las espinosas hojas te arañan la cara. El dolor hace que sueltes tu asidero y sigues cayendo hasta aterrizar de espaldas sobre un arbusto que amortigua el impacto. Dolorido, te levantas y observas a lo alto, justo para ver como uno de tus compañeros lucha a espadazos contra un ingente número de enemigos. Desde tu posición, no puedes hacer más que contemplar
como las cimitarras le hieren y le obligan a retroceder, lanzándole al vacío. Tras varios y terribles golpes contra las ramas, tu amigo queda postrado en medio de la cañada, los ojos aún con un rastro de vida, a pesar de que numerosas heridas y cortes laceran su cuerpo. Entonces los orCos te descubren y gritan furiosos mientras te apuntan con sus ballestas. Apenas tienes tiempo para tomar una decisión.

Notas de juego

Sección 93

Réstate 3 puntos de Resistencia.

Si socorres a tu compañero y tratas de salvarle la vida, pasa a la sección 70.

Si consideras que ya es demasiado tarde para él y decides huir por la cañada, pasa a la sección 82.

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13/12/2021, 20:25
Pheredil

Otra difícil decisión en menos de un par de segundos... ¿Cuál era mi deber? Socorrerle o seguir huyendo para advertir de la amenaza.

Mientras mi cabeza alterna la mirada entre el compañero caído y la cantidad de orcos que está arriba y disparando, decido salir corriendo.

"Es muy posible que no haya sobrevivido a la caída" me decía a mí mismo para no sentirme culpable "Yo, estando consciente he sufrido un buen golpe... a si que él... con esos cortes..." seguía intentando autoconvencerme mientras corría.

 

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14/12/2021, 00:31
Narrador

Te lanzas a la carrera por el angosto paso sin mirar atrás. Las flechas y los virotes se clavan en los árboles y en la tierra, pero pronto el desfiladero describe un giro y quedas a salvo de los proyectiles. Te abres paso entre los matorrales mientras a lo lejos sigues oyendo los gritos de lucha. Odias abandonar así a tu grupo, pero sabes que la batalla está perdida y que tu misión es ahora llegar a Litdanast y alertar a tu pueblo. Ese grupo de orcos es demasiado numeroso para ser una simple tribu errante. Tragas saliva y sigues corriendo. Como dijo Elean, se trata de un ejército.

Tras avanzar casi un kilómetro por el abrupto corredor natural, te detienes un instante para recuperar el aliento. Los sonidos de la matanza han quedado atrás y ahora un sepulcral silencio reina en el bosque. Extrañado, compruebas que ni siquiera se escucha el vuelo de un pájaro o el chasquido de una ardilla que corretee por los árboles. Algo va terriblemente mal. Sientes un escalofrío en tu espalda y un sudor helado empapa tu frente.

Notas de juego

Sección 82

Si tienes la habilidad de Rastreo, pasa a la sección 94.

Si no tienes esta habilidad, pasa a la sección 83.

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14/12/2021, 00:33
Narrador

Te dispones a seguir huyendo, cuando un terror irracional invade todo tu ser. Entonces un prolongado y agudo alarido resuena en lo alto del bosque. Es un lamento lleno de odio y rabia, y jamás habías oído un animal que emitiese semejante llamada. Paralizado por el miedo, sólo eres capaz de alzar la vista hacia el cielo del atardecer. Un nuevo alarido se escucha un instante antes de que una enorme sombra aparezca en lo alto. Es una criatura gigantesca, que bate sus extendidas alas con fuerza y muestra un alargado cuerpo reptiliano. Toda su piel está recubierta de escamas negras y tan sólo sus garrudas patas relucen con el blanco del hueso. Su cabeza, de amplias mandíbulas y afilados colmillos, escruta el bosque desde su elevada posición. No puedes dar crédito a lo que ves, se trata de un dragón.

Durante tu infancia has oído cientos de leyendas sobre los demonios alados, siervos del Rey Dios que asoló el norte en el pasado. Se suponía que desaparecieron hace siglos, tras la gran batalla que acabó con el malvado Señor de la Sombra, pero está claro que no es cierto.

El gigantesco ser alado planea sobre el bosque y describe un amplio círculo mientras desciende lentamente.

Notas de juego

Sección 83

Haz una prueba de Constitución/13.

Si superas la prueba, pasa a la sección 95.

Si fallas la prueba, pasa a la sección 22.

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15/12/2021, 00:07
Pheredil

La mera sensación del dragón pasando por encima de mi cabeza era suficiente para echarme a temblar.

Pasó una vez, después una segunda y hasta una tercera... "¿cuánto tiempo iba a estar el dragón merodeando?" me preguntaba mientras había frenado de seguir huyendo y estaba buscando un lugar donde esconderme.

- Tiradas (1)
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15/12/2021, 23:19
Narrador

Sacudes la cabeza y consigues reponerte del aturdimiento. Con rapidez te echas a un lado y buscas refugio bajo un matorral. Allí escondido, observas como el dragón describe varias vueltas y emprende el vuelo hacia el sur para desaparecer de tu campo de visión. Pasan varios minutos hasta que por fin eres capaz de moverte. Con el corazón desbocado en tu pecho, reanudas tu huida, apremiado por los gritos de los orcos que vuelven a oírse al norte, acercándose. Recorres a toda velocidad un centenar de metros y entonces llegas al final de la cañada.

Notas de juego

Sección 22

Pasa a la sección 49.

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15/12/2021, 23:20
Narrador

La cañada y el río Tirem confluyen en un punto donde las aguas del río se precipitan en un salto de una decena de metros para caer en un pequeño embalse que se abre en medio de la frondosa vegetación. Te sitúas al borde de la cascada y echas un vistazo atrás, temiendo descubrir a más orcos o alguna señal del terrorífico dragón. Justo entonces vislumbras una silueta que
se abre paso entre los árboles con un arco asido en las manos. No tardas en reconocer las ropas color verde oliva de Miriel, la mejor arquera de vuestra compañía. Levantas un brazo y le haces una seña para que se acerque. Ella duda un instante, temerosa ante una posible trampa, pero al momento recorre los pocos pasos que os separan.

-¡Ha sido horrible! Es lo primero que dice, su aliento entrecortado por el cansancio. ¡Todos han muerto!

Sin poder dar un paso más, se derrumba sobre ti, pero consigues acogerla entre tus brazos antes de caiga al suelo.

-Tranquila, tranquila. Tratas de calmarla, pero ella está totalmente exhausta.

Su rostro acaramelado por el sol muestra una expresión de dolor y sus ojos azules brillan con intensidad y rabia. El largo cabello rubio cae como una suave cascada dorada sobre sus hombros.

-Los orcos vienen detrás. Sigue diciendo ella y se libra de tu abrazo para señalar hacia el norte. El dragón mató a todos los otros. Yo escapé de la matanza, pero los orcos me persiguen.

Como respondiendo a sus palabras, se empiezan a escuchar gritos y salvajes alaridos entre el follaje.

-Maldición, ahí vienen. Dice Miriel, pero a pesar del cansancio, logra sobreponerse y busca una flecha en su carcaj.

Entonces aparecen seis orcos entre la maleza, pisoteando la hierba con sus botas de hierro. Al veros, blanden amenazadoramente sus cimitarras y os increpan.

-¡Ya son nuestros! Grazna su líder en idioma común.

Pero Miriel responde soltando una flecha que vuela con un silbido para incrustarse en la garganta del orco. Los otros monstruos, sin hacer caso del caído, cargan sobre vosotros. Miriel dispara de nuevo su arco, mientras tú te enfrentas a dos orcos.

Notas de juego

Sección 49

Debes luchar contra dos orcos y tienen DEF/9 y DEF/10.

Si vences el combate, pasa a la sección 4.

Si eres derrotado, pasa a la sección 222.

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16/12/2021, 01:01
Pheredil

Dos orcos aparecen justo en mi cara para asaltarme. Menos mal que me había avisado Miriel.

Me dio tiempo a incorporarme, sacar mi espada y mi escudo y adoptar una posición agresiva, tenía que protegerla... por los que había dejado atrás.

Entre los arbustos aparecen dos malas bestias corriendo tras de Miriel, que quedan sorprendidas por mi ataque. Claramente diferencio que hay uno mejor pertrechado y aprovecho el momento de incertidumbre para lanzarlo un espadazo que lo impacta claramente en el pecho produciéndolo graves heridas. Por suerte para el orco la espada rebota en la armadura, cosa que no quita para que éste se sienta sin aire.

- Tiradas (1)
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16/12/2021, 23:15
Narrador

El espadazo es tan potente, que aunque en un principio piensas que el acero de tu arma no había atravesado su armadura, al rato la sangre desciende en borbotones por las piernas del orco. Este, con los ojos en blanco, cae a tus pies muerto. Miriel se está encargando, como puede, de los otros orcos que han ido a por ella. El segundo orco que está a tu lado, intenta herirte. El golpe es brutal, pero el acero de su cimitarra choca con tu escudo, haciendo que tu brazo quede adormilado. No sabes si podrás aguantar en alto el escudo así otra vez. Vuelves a atacar.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Orco 1: 

Orco 2: muerto.

Pheredil: vuelves a atacar.