Partida Rol por web

- Dejadme a mí, yo mismo mataré a este traidor.
Tras eso, el capitán púnico coge su espada y le corta la cabeza de un profundo tajo.
- Venga, seguidme, vamos a buscar ese santuario.
El capitán se os adelanta en busca de alguna pista, de una forma bastante estúpida, pisando hierbas y haciendo bastante ruido. De hecho, le perdéis pronto la pista y solo oís el jaleo que este forma al caminar.

Atónito veo como el capitán empieza a caminar solo hasta perderse de la vista, ¿pero a donde va? Hubiera preferido quedarme y registrar estos cuerpos. digo en voz alta a mis compañeros, mientras que reanudo la marcha en busca del capitán.

Con cara de irritación por la acción cruel del capitán, envaino mi espada sin mirarle siquiera y voy a recoger mi lanza.
Cuando alzo la vista, veo simplemente a mis compañeros sin saber dónde ha ido el Capitán.

me quedo sorprendido por la acción del capitan, pero lo comprendo, puesto que nos estaban tendiendo una trampa... cuando veo que este se aleja empiezo a seguirlo raudo para no perderle la pista, y aviso a mis compañeros de la senda que ha tomado...

- Capitán, espere! Lo primero es atender a los heridos y buscar pistas!

Maharbal intenta deter al grupo.

Lográis encontrar al capitán gracias a Amílcar y pararle los pies. Sin embargo, parece muy decidido a encontrar el santuario. Debido a que Amílcar continúa rastreando, tiene éxito y podéis ver como una especie de cueva. Escrito en el suelo, el capitán logra leer algo como:
- Tus pasos te han conducido al santuario de los druidas. Solo pasarán los druidas y los encargados de protegerles. Si no eres ninguno de ellos, tu alma quedará condenada para toda la eternidad y serás víctimas de las maldiciones de nuestros dioses.
A todos os recorre un escalofrío, pero a petición del capitán, le seguís a regañadientes. Parece un sitio oscuro, iluminado por una luz tenue, y de ciertos agujeros del techo parecen caer agua, a veces, incluso son unas cascadas que forman charcos en el suelo.

Seguís avanzando, y por las paredes, en plena oscuridad, podéis ver primitivos dibujos que parecen hechos por los ascentros de los druidas.

Tras seguir avanzando y empezar a pensar que es una vulgar trampa, halláis la salida. Os conduce casi a un bosque primaveral al que no parece haber llegado el invierno.

Observáis que se ha hecho de noche, por increíble que parezca, y que en un terreno llano, observáis desde los árboles, como los druidas parecen estar realizando un extraño ritual. Parecen protegidos por seis guerreros, que rodean los dólmenes, dandoos la espalda. El capitán parece algo confuso y no sabe cómo actuar.

El capitán empieza a pensar y al rato se gira hacia vosotros. Parece que se le ha ocurrido una idea.
Veamos soldados. Tengo una idea. Retirémonos hasta la cueva y tendámos una emboscada a los guardias cuando vuelvan. ¿Vale?
La idea, pensáis, no es una brillantez. Por lo tanto, intentáis pensar en otra.

El miedo de perder mi alma para toda la eternidad, hacía que me costará pensar, pues solo quería salir de ahí y aunque la idea del capitán no me hacía mucha gracia, sabía que al menos estariamos más cerca de la entrada y podriamos irnos rápido.

la vision de los druidas y el misterio que les envuelve me impide pensar con claridad... no veo claro como podriamos tenderles una emboscada a todos ellos... son mas y sus poderes los desconocemos...

Tal vez se podría mandar al más rápido a por refuerzos (tenemos el caballo del galo muerto, supongo). O atacarlos por sorpresa y por la espalda.

Al final os volvéis a la cueva para decidir emboscar a los guardias en el caso de que se retiren. Lo que justamente ha dicho el capitán, pues a ninguno se le ocurre una idea mejor...

Es ya la noche, así que podéis parar para cenar y atender vuestras heridas, conversar y demás.

ME quedaré en la entrada emboscado a ver que hacen los bárbaros.

Maldigo mi falta de iniciativa a la hora de hablar,porque el plan del capitán no me gusta lo más mínimo, pero me resigno y me quedo junto a mis compañeros.

En silencio me acurruco contra la pared de la cueva y noto como el ambiente esta cargado, debido a la idea del capitán, parece que el capitán ha perdido la cabeza, me decía a mi mismo, mientras que intentaba cerrar los ojos para descansar un rato

propongo a mis compañeros hacer turnos para pasar la noche... si Maharbal es el primero en montar guardia yo me ofrezco como el segundo... a turnos de 2 horas pasaremos la noche con facilidad...

Me tocó la guardia chunga

Yo haré la 3º, digo antes, de cerrar los ojos y quedarme dormido, aunque la situación apenas me deja conciliar el sueño

Maharbal se sitúa en la entrada emboscado.

- Estos galos son estúpidos- murmura- Deberían unirse a Anibal y aplastar a los romanos. Ellos conquistaron muchas de sus tierras hará unos años.

-HmfSusurro con un movimiento de cabeza afirmando lo dicho por Marhabal, mientras jugueteo con el pomo de mi puñal.