Partida Rol por web

chicos encargaos del giganton, yo voy a evitar que esos dos nos cosan a fhechas... una flecha con fuego sale del arco de Arbaces dirigida a uno de los dos arqueros situados en el segundo piso.

Tras el flechazo de arbaces a uno de los arqueros, este pierde un poco el equilibrio, pero logra mantener en pie sin el mayor problema. Apunta a Bagarok, pero tras tensar su arco, su flecha se pierde en el horizonte...

Aprieto los dientes al ver que uno de los arqueros me apunta con su arma y espero el inminente impacto sin retroceder ni un solo paso. No obstante, la flecha disparada se pierde lejos de mi y yo, mirando de nuevo al enorme celta que tengo ante mi, digo.
Espero que tu, al menos, seas capaz de ofrecerme un combate igualado.
Y sigo en posición de combate controlando tanto al guerrero celta como al los arqueros.

El grandullón celta, sin dejar de avanzar lentamente hacia vosotros, escucha las palabras de Bagarok y sonríe:
- No será un combate igualado, rata africana. ¡Caerás bajo mi espada, y mañana, al amanecer, estaré bebiendo cerveza en tu cráneo! ¡JAJAJAJA! ¡No dudes de que tu final está cerca, pronto te hundirás en el infierno de tus falsos dioses!

Al escuchar la replica de mi directo oponente, sonreir entre dientes y contesto.
¿Rata africana?. Por mis venas corre la sangre de Contrebia. ¡Pronto veremos, celta, si estas a mi altura!
Y mi mano derecha aprieta con fuerza la empuñadura de mi falkata pues estoy impaciente por abrir en canal a ese necio.

Sin hacer caso a las discusiones, lanzo una de mis armas arrojadizas al arquero que aun no ha disparado.

La lanza del libio se clava profundamente en el pecho del arquero que falta por disparar

Ante la lanza del abdurkat, el arquero, mantiene el equilibrio firmemente, y apunta, furioso y dolorido, hacia el celtíbero que discute con su jefe. Tensa su arco, apunta con malicia...
Sin embargo, estos arqueros, no parecen tener puntería, pues la flecha, se pierde en el horizonte, bien lejos de Bagarok. Parece que los arqueros, deberían dedicarse a otras cosas, porque el tiro con arco, no es lo suyo.

Mi flecha, ya preparada en el arco, parte rauda hacia el cuello del arquero enemigo, ( el 1 ). La flecha zurca el aire y en un abrir y cerrar de ojos, se clava en el cuello del enemigo, atravesándolo de lado a lado.

Rápidamente, cargo otra flecha en mi arco, esperando otra oportunidad para disparar.

Asdrubal ve como las flechas pasan a su alredor , sigue corriendo hacia el carro del comerciante para ver como esta el

Casi de forma inmediata me propuse atacar a uno de los arqueros. Mis compañeros se me habian adelantado y tras los primeros flechazos comence a prepararme para lo que se avecinaba.

Tomando carrerilla solte una de mis lanzas con fuerza mientras con la otra mano me cubria de posibles ataques.

Ante el disparo de Sirius, el bandido flaquea. El disparo de Sirius ha acabado con sus energías, está moribundo, y no puede mantener el equilibrio. Es por ello que cae de la primera planta al suelo, estampándose como una carcamonía. No parece haber resistido el golpe, ha muerto. Ante esto, el mastodonte celta, se dirige ahora de manera definitiva hacia Bagarok, y con furia, se abalanza sobre él. Con rabia, y sin decir nada, el galo descarga su espada hacia la cabeza del celtíbero, haciéndole un potente y profundo corte en parte del cuello y la mejilla. Ha sido un golpe bastante duro y doloroso para Bagarok, pero a pesar de eso, lo soporta y puede mantener aún la lucha, mientras se va desangrando por su herida; afortunadamente, parte del impacto más mortal, ha sido absorvido por el casco, pues sin él, hubiera sido mucho el ataque del galo.

La espada de mi oponente silba cortando el aire hasta que golpea con fuerza en mi cabeza.
Retrocedo un paso, levemente aturdido pero, de inmediato, me recupero y vuelvo a mi posición.
¡Buen golpe celta!. Pero te hará falta algo mas que suerte para acabar conmigo.
Y tras mis palabras, descargo mi falkata en un tajo de abajo a arriba sobre su abdomen. Resuena el metal cuando el filo de mi arma choca contra la coraza del celta y ahora, es mi oponente el que retrocede un paso gruñendo de dolor.

Que alguien se encargue del arquero voy a echar una mano contra el giganton ese...Sin mediar mas palabras saca otra flecha y apunta hacia Belenos. Aunque en esta ocasion los nervios generalmente templados de Arbaces le han traicionado.

Ante el ataque de Bagarok, Belenos gruñe un poco dolorido, pero tampoco pierde la compostura. Ha luchado en mil batallas, y sufrido cortes mucho más graves. Aquello no era nada para él, se reía de los soldados de Aníbal, mostrando su desprecio por la posible muerte y su valentía, o estupidez.
Justo en ese momento, el incendio sigue propagándose por la casa, y varios gritos se oyen dentro. El único arquero que queda con vida, percatándose de que el tiempo no está de su parte y de su mala puntería, decide optar por algo más valiente y heroico que disparar una flecha a sus enemigos, y de paso, pillarles de sorpresa. Es por ello, que arrojando el arco al suelo, desenvaina su espada, y salta desde la ventana, en dirección hacia Sirius. El celta, al caer sobre el cartaginés, clava su espada en la pierna del cartaginés, haciéndole bastante daño. Sin embargo, él también se ha hecho un daño en la caída, por lo que ahora, retrocede un poco confuso, con su espada manchada de sangre cartaginesa.

El comerciante, está atemorizado, escondido entre sus pertenencias. Al verte aparecer, apenas dice nada, pues no acierta a decir palabra alguna. Parece muy asustado...