Partida Rol por web

parece que no te caia bien. Ya ves que somos buenos contigo, y tambien veras que no nos importa matar a uno mas o menos, guianos hasta el poblado, no des voz de alarma, mantente callada y vive, incumple algo de esto y ya sabes cual es tu futuro...le comento a la prisionera, luego arbaces sin muchos escrupulos expolia al jefe Celta y junto con un compañero lo esconden entre la maleza.

- Está bien, os guiaré hacia la aldea...- dice la prisionera sin mucho miedo aparente, parece que ya no tiene mucho miedo de vosotros.

- Vamos entonces... -, les digo a mis compañeros. - Pero primero, veamos que tiene encima este bastardo. -

Abdurkat se acercó al muerto y lo miró minuciosamente, tratando de descubirir mas objetos que los que aparentemente llevaba...

debemos seguir. vamos, vamos sin ruido.Arbaces comienza a caminar detras de la prisionera que la va la primera.

Suelto a la prisionera para que nos guie aunque aun sigue maniatada.

Luego mirando al cadáver me acerco para ver si consigo encontrar algo. Habían matado a un buen prisionero, pero claro, que podía yo decir habiendo matado a nuestro guia en un arrebato de ira. En el caso de mi compañero Bagarok yo hubiese actuado igual...

En la oscura noche del campamento cartaginés, el frío os rodea y también una densa oscuridad. Breves antorchas y hogueras iluminan un poco el lugar.
Estáis descansando apeteciblemente. Algunos beben sin armar mucho jaleo, otro echan los dados, y otros intentan dormir... aunque sea imposible por el gruñido ocasional de algunas bestias, que hacen eco en las montañas.
Justo en ese momento, se presenta ante Himilce un oficial cartaginés, el mismo que antes ha podido ver. No parece muy agradable, y también convoca a Brutus e Himilko, algo enfurecido:
- A ver, vosotros, panda de gandules. Sí, tú, mujer- dijo refiriéndose especialmente a Himilce- Que no puedas luchar en la aldea no te libera de no servir a Cartago con orgullo y honor. Y a vosotros dos, lo mismo os digo. Que no se os haya encargado hoy de cualquier misión para explorar, no significa que vayáis a dormir tan tranquilos. Es por eso, que os encargaré cierta misión, tendréis cierta recompensa. En la retaguardia, en la zona de los mercaderes, encontrar a un tal Mahmud, un mercader árabe. Según un confidente, es un enemigo y espía romano. Sacadle toda la información que podáis, y matadlo. Quiero que me tragáis su cabeza como muestra de ello.
Y dicho esto, el oficial se marcha sin haceros ninguna pregunta ni nada. No parece estar de muy buen humor.

Escucha atento toda la historia , intenta preguntar pero es imposible el soldado se aleja a toda prisa. Queda pensativo y mira a sus dos compañeros.

Tenéis idea de donde está la zona de mercaderes?? por cierto, soy Himilko .

Cojo la mano de Himilko, y la agito con brusquedad como saludo, y le digo- Hola. Yo soy Brutus. No tengo ni idea de dónde estará el mercado, pero quizá alguien lo sepa. De todas formas, tengo ganas de ir, quiero traerme una cabeza de recuerdo...

Por cierto... ¿Cuál es tu nombre mujer? ¿Y como eres una soldado cuando deberías de estar en casa con un marido y cuidando hijos?

Maldice a los cuatro vientos, los Dioses y todo cuanto puede maldecir. Esto es humillante y quisiera ser un Titán sólo un día para poder acabar con todos ellos.

El oficial que se le acerca le dice, más bien le ordena, que debe ir a cumplir no se qué misión y lo que es peor le dice que debe servir a Cártago con orgullo y honor.

"¿¡Orgullo y honor?!" -formula la pregunta en su mente- "Antes prefiero servir a las ratas"

Se pone de pie cuando justo cuando los dos hombres a los que el oficial llamó se saludan. Escucha sus nombres: Brutus e Himilko.

Cita:

-No soy soldado ni tampoco cartaginés... Soy Himilce de Edeta, hija de Edecón, rey de Edeta -le responde altiva- y os puedo asegurar que no estoy aquí por gusto.

Eso me aclara muchas cosas. Y bien, ¿Sabéis dónde está el mercado?

-Los sabuesos sois vosotros -respondió con cierta sorna-... vuestro oficial ha dicho en la retaguardia, supongo que sabéis lo que es la retaguardia -le hizo un gesto con la cabeza y señaló hacia un punto tras él.

De acuerdo, pues no perdamos más el tiempo. Cuanto antes matemos a ese desgraciado, mejor. -Y dicho esto, me dirijo a la parte de atrás, a buscar el mercado...

Tienes razón camarada, acabemos con esto cuanto antes. Vamos mujer princesa de no se donde y como te llames, no perdamos tiempo.
Dicho esto hace un gesto a la mujer y echa a andar detrás de su hermano de batalla.

-Himilce y la boca os queda donde mismo -responde y sigue a los hombres.

Avanzáis hacia la retaguardia.  Es una parte muy distinta del campamento cartaginés. Varios soldados borrachos van de aquí para allá, mientras mercaderes agotados intentan estafarles. Luego, algunos esclavos y demás seguidores del ejército cartaginés, se reunen alrededores de hogueras, para jugar a los dados, beber, o simplemente mantener una agradable conversación. La mayoría de estos seguidores son familiares o panda de saqueadores celtas, íberos o africanos, que van tras el ejército, en busca de negocios o cosas de valor encontradas en los cuerpos sin vida del enemigo.
La mayoría de mercaderes están, a pesar de todo, descansando e intentando dormir en la oscura noche. Entre tantos mercaderes africanos, árabes y demás, no será fácil de encontrar a Mahmud. Mientras, dos celtas, casi tan grandes como Brutus, alrededor de una hoguera, os observan. Están acompañados de un par de mujeres que parecen íberas, que no os prestan tanta atención como los dos mastodontes bárbaros.

Susurra a sus compañeros Y ahora qué?, esto no me gusta nada mirad a esos dos tíos, no paran de mirarnos. No es muy seguro estar por aquí. Joder nunca me ha gustado la retaguardia , siempre está lo peor de lo peor. Rameras, adivinos, buscavidas y golfos en general. Mira a los dos celtas disimuladamente, y vuelve a susurrar a sus compañeros Y si buscamos algún Árabe y le preguntamos?