Partida Rol por web

- Ahora en serio... - Habló con gran seriedad y con la mirada fija en los agentes. - Hagan su informe. Cierren el caso. Con lo que tienen hasta el momento es más que suficiente. La chica ya tiene un culpable. Ha sido castigado. No se puede pedir más. Marie no volverá por mucho que se empeñen. ¿Entendido? - Preguntó Gikhvili. - Les repito. Hagan ese informe y déjenlo estar aquí. Es por su propio bien. - Dicho aquello, mantuvo la mirada unos instantes antes de darse media vuelta y tratar de alcanzar a su compañero Mills dejándoles, probablemente, con la palabra en la boca.

Guardé silencio ante las palabras del capullo de asuntos internos. Acababa de decirnos lo que necesitábamos saber: que había más mierda allí de la que pensábamos y que estaban ambos agentes metidos hasta el cuello. Ni le respondí, tan solo dejé entre ver una sonrisa cuando se marchó. Una sonrisa que lo decía todo. Si esperaba que le contestase y le diese alguna pista, lo llevaba claro.

Miré a Jones en silencio. Era el momento de recoger las pruebas y de hacer que las procesasen todas antes de que aquellos dos cabrones nos las quitasen de las manos. Envié un mensaje a la jefa, para que nos avisase de cuando se habían largado aquellos dos de allí y debíamos crear un plan para sacar las pruebas del edificio sin que nos viesen.

Si nos veían sacando la ropa y los CD's pronto les tendríamos encima y eso no sería bueno. A los pocos minutos nos quitarían todo. En ese momento miré el cadáver y volví a sonreír.

- Por favor, dejen ya el RCP. Se lo han cargado. No hay nada que hacer. El equipo de asalto ya no es necesario. Tomaremos las notas que necesitamos para nuestro informe y esperaremos al forense a que venga a recoger el cuerpo. Por lo tanto ya no es necesaria su presencia aquí. Gracias por su ayuda... - Y por cagarla.

Esperé a estar solos y cerré la puerta del piso, asegurándome de que no quedaba nadie más dentro de la casa. - Agente Jones, debemos procesar las pruebas como es debido, pero no podremos sacarlas a la vista... salvo que las ocultemos junto al cuerpo, dentro de la misma bolsa donde el forense le llevará a la OFI para realizarle la autopsia. Los CD's no podremos revisarlos en ningún ordenador conectado a la red de la OFI ni con acceso a internet y las pruebas de ADN se tendrán que hacer rápidas, seguidas y lograr tener copias antes de que salte la alarma en asuntos internos. El tema del camión será más complejo, pero creo que con lo que tenemos aquí, será suficiente para no cerrar el caso y joder a esos dos cabrones. - Susurré a la elfa. No me fiaba de esos capullos, capaces eran de haber soltado un micro por algún sitio y sabía que ella me escucharía igualmente.

Estaba mejor, desde luego, porque después de lo que me había dicho aquel imbécil, en lugar de hundirme en mi propia miseria, me encontré cerrando los puños y reteniendo las ganas que tenía de partirle la cara. Era un cambio en positivo, aunque en aquellos momentos lo único que me preocupaba era no echar por tierra todo lo que habíamos conseguido.

No podía permitírmelo.

Además, me parecía que nos estaba dando más información de la que debía. Ahora sabíamos con toda seguridad que allí había mucho más de lo que veíamos. La gran pregunta era... el qué.

Cuando salieron todos, me volví hacia Kharis.

-Te prometo que me ha costado no arrancarle los dientes y esa estúpida sonrisa de un derechazo -dije, aliviada de poder hablar y estar por fin, a solas.

Asentí con la cabeza y acto seguido, busqué unas tijeras y señalé al traje.

-Saca una foto -le dije, dándole las tijeras para que cortase el fragmento de ropa que tenía el rastro de sangre. A continuación, me volví hacia los CDs. Había muchos, pero no ocupaban demasiado. Saqué el móvil y empecé a sacarle fotos a todos los que había, uno por uno.

A continuación, los recogí para intentar guardarlos de la mejor manera posible y que no pudieran verlos.*

Phiachel se acercó entonces a los dos agentes de investigación de homicidios. Parecía algo alterada al ver a los dos agentes de asuntos internos y su paso se aceleró hasta llegar junto a Khris y Chandrelle, mientras intercambiaba furtivas miradas entre los agentes y Mills y Grikhvili. Cuando llegó junto a ellos, les hizo pasar a un lugar apartado para poder hablar con ellos con cierta intimidad.

- ¿Qué mierdas querían esos dos? - Les preguntó. - ¿Han intentado otra vez robar las pruebas? ¡Joder, es increíble! ¡Están tratando de jodernos el caso y no sé porqué!

- No, lo que han intentado es que cerrásemos el caso sin revisar nada más. Señora Thaallasvashj, creo que vamos a tener que ponerle al corriente de todo... incluído de lo que hemos encontrado aquí por ahora y como creo que podemos sacar las pruebas sin que nos vean.

» Verá, creemos que este hombre. - Dije señalando el cadáver. - Estaba metido en algo más gordo, concretamente en lo ocurrido en la granja de Herbs. Según una fuente fiable que tenemos, con nombre y apellidos, su hermano, un hombre con una gran herencia en sus manos, se está dedicando a jugar a ser brujo en la granja de Herbs. Creemos que este sujeto era quien le suministraba a las chicas... prostitutas todas, hasta que dio con Marie a quien supongo que quiso forzar y la mató. Pero encaja con las desapariciones de las prostitutas de Sarnis.

Hice una pausa para que mi superiora asimilase sobre todo la parte de la brujería. - Y no, no me diga que me deje de mis historias fantásticas... todo lo de aquella casa es real y las muertes también. No soy yo quien está jugando a hacer rituales y matando a gente. El vagabundo, habitaba en la granja abandonada y debió ser sorprendido por el grupo de "magos" que acudieron a realizar su aquelarre. Por eso murió y por eso las prostitutas desaparecen y no se ven más... de hecho una de ellas explotó, literalmente, dentro de la granja.

» Y como no, ese hombre adinerado, debe tener amigos influyentes y poderosos en su grupo y viendo el interés que tienen Grikhvili y Mills en que cerremos el caso sin mirar nada más, creemos que están comprados para tapar cualquier error y por eso vienen a intimidarnos. Y no, no se han llevado nada. Cerré el armarió cuando vinieron, no vieron los vestidos, disfraces que seguramente contengan ADN de las prostitutas desaparecidas ni la gota de sangre en su interior... tampoco se han percatado de los CD's que ha encontrado Jones. - Y después de explicarle todo aquello, le dije cual era mi plan para sacar las pruebas de allí sin ser vistas ni romper la cadena de custodia.

- Y como no me fío de ellos, creo que sería conveniente que nos viesen sacar "pruebas falsas". Algo de ropa de él, material de recogida de pruebas con cualquier cosa, incluso con una muestra de la sangre encontrada, para que se les pongan los huevos de corbata cuando la analicen... y lo que encontremos en el colchón, pues tiene que estar lleno de fluídos corporales. - Dije seguro de mi mismo en aquel momento. Todo cuadraba.

- El misterioso hombre es Warren Bedford, una mujer de su grupo se apellida Vixen y a otro hombre le llaman Artie. El informador cree que es un diminutivo de Arthur. - Dije repasando mis notas, las cuales saqué para terminar de informar de todo a nuestra jefa. - Y el informante... por si acaso prefiero que no salga el nombre aún, no quiero que le ocurra nada. Pero es de fiar...

- Bien... - Dijo la jefa. 

Se mantuvo en silencio unos instantes. Todo aquello tenía muchas implicaciones. Muchas eran las cosas que podían salir mal. Muchas las consecuencias de enfrentarse a los agentes de asuntos internos. Para empezar, su puesto como Jefa de la División de Homicidios, podía estar en juego, pero también las cabezas de Jones y del propio Daeric. Sin duda, sus agentes sabían a que se enfrentaban realizando una investigación de ese tipo, ellos ya habían sido advertidos, pero ella debía decidir.

Resopló. Miró a los ojos a Kharis y luego de reojo a Chandrelle. Thaallasvashj estaba nerviosa. Martilleaba con los dedos sobre el marco de la puerta. Sin duda alguna sentía dudas y muchas. Finalmente asintió varias veces.

- Está bien. - Dijo al fin. - Hagámoslo. - Decretó. - El forense está de camino, agentes. Quiero que en cuanto salgan de aquí, se pongan inmediatamente a redactar el informe del caso. Ésto debe estar cerrado esta misma tarde. ¿Entendido? - Y tras decir aquello se marchó al exterior del domicilio de Barns.

Vale, todo eso estaba muy bien pero ahora... ¿qué hacíamos con las pruebas reales? ¿De verdad íbamos a dárselas al forense? Esa no era una buena idea.

-Yo no creo que debamos darle nuestras pruebas a nadie, agente Daeric. Cualquier cosa que entreguemos, podrá ser localizada y... misteriosamente perdida de los archivos, llegado el momento. Así que por eso sugerí grabarlo todo. Podemos etiquetarlo... y llevárnoslo oculto, o dejarlo en este mismo lugar bien escondido para regresar en otro momento, desde luego, pero ¿en dónde?

Empecé entonces a mirar alrededor en busca de algún escondite, aunque sabía que era arriesgado. Me dirigí entonces a la cocina para coger dos bolsas de basura, en una de las cuales empecé a meter los CDs, todos, incluido los porno. 

Después, me acerqué al armario.

-Vamos a llevarnos varios trajes, incluido el que nos interesa... o el trozo que nos interesa. Cuando lleguemos abajo, metemos todas las cosas inútiles en la segunda bolsa y escondemos en el coche la primera, debajo del asiento. 

- El forense y su ayudante son de fiar. Lo que no lo son son los sistemas que conectan la OFI con asuntos internos. Cualquier cosa que se meta en el sistema saldrá en la pantalla de esos dos cabrones monitorizado. Salir con las pruebas del edificio, supone que nos estén esperando abajo y nos las quiten antes de hacer nada y esconderlas aquí es absurdo. ¿Sabes lo que tardarán en quemar la casa de abajo o la de al lado para eliminar las pruebas de este piso? ¿Realmente crees que se van a molestar en buscarlas? Las van a destruir, Jones. No les interesa nada que les implique ni salpique. Lo mejor es sacarlas como dije. - Expliqué a mi compañera con calma, que parecía más acojonada que otra cosa.

- Desde la OFI podemos llevarnos copias a cada de los CD's y mantener las pruebas ocultas etiquetándolas con nombres de otros casos. En cuanto a llevarnos la muestra de sangre cortando el vestido, es ridículo. Para eso hacemos un frotis y listo. Mejor el vestido entero, porque si sale en una grabación con alguna de las mujeres desaparecidas, tendremos ADN suyo en la ropa. Lo único que tienen que hacer tanto el forense como su ayudante es mantener su sistema desconectado de la red cuando hagan las pruebas de ADN y darnos todo impreso. De hecho, mi amigo, el ogro de la informática, puede ayudar a encriptar luego las pruebas para que asuntos internos no pueda acceder a ellas. - Dije seguro de ello.

- Así que déjate de ideas locas. Llevo  mucho tiempo en las calles. Si están abajo comprobarán que en la bolsa está el fiambre, no un montón de pruebas a sus pies y menos aún si optamos por bajar las falsas pruebas en nuestras manos. Para cuando se den cuenta del engaño, habremos sacado todo de la bolsa del cadáver y estaremos encriptándolo todo y ocultándolo en la sala de pruebas, con el nombre de cualquier otro caso. Ya se encargará mi amigo de cambiar los datos en el sistema. - Tuve que quitarle de las manos la bolsa de basura.

- Así no se procesan las pruebas, agente Jones. Esto es una chapuza y ante un juicio perderán validez si las sacamos así. Si no vas a procesar las cosas como es debido y no vas a confiar en mí ni hacerme caso, será mejor que te marches a la OFI a redactar el informe falso cerrando el caso de Marie. Yo me encargaré de todo esto y de mover la parte encubierta de la investigación. - Dije con severidad a mi compañera. Era como si hubiese perdido el norte por completo y necesitaba una dosis de realidad. Su actidud solo jodería el caso por completo y al final tendríamos solamente al asesino de Marie muerto. Justo lo que aquellos dos cabrones querían.

Negué con la cabeza. Kharis jamás había conseguido pruebas de todo aquello cuanto investigaba y eso era porque jamás tomaba buenas decisiones respecto a lo que debía hacer con ellas. Al final, habíamos acabado, directa o indirectamente, con un asesino, pero otro seguía libre para matar y continuar haciendo daño, y estaba segura de que nada terminaríamos por probar.

Ni siquiera me molestó la dureza con la cual me habló. Simplemente dejé las cosas y lo miré, desencantada, pero a la vez, resignada.

-Es tu juego, así que adelante. Si sale bien, todos ganaremos.  Si sale mal... supongo que ya estás acostumbrado -le dije, dejando todo como estaba, menos los discos porno, que dejé dentro de la bolsa de basura -. Pero tienes razón en algo. Será mejor que me marche a redactar el informe falso cerrando el caso de Marie. De esa manera, supongo que al menos mantendré alejados a los perros de  ti.

A continuación, cogí la bolsa con los discos.

-Me llevo esto. Así, si me quitan las pruebas, nos podremos reír un poco a su costa.

- Si te llevas eso, quítales las carátulas y procésalas como pruebas, con sus bolsas correspondientes y anotaciones. Si ven algo raro y que no cuadre, nos joderán todo, porque su visita no ha sido de cortesía, ha sido un claro: dejadlo todo estar y cerrad el caso. Y si preguntan por mí, que estoy custodiando el cuerpo. - Respondí a Jones. Llevaba años fuera de servicio. Ella misma decía que no era agente de campo y ahora parecía saberlo todo sobre lo que se debía hacer. Yo no había parado en todos aquellos años y tenía los pies hechos a la calle, los ojos listos para las pruebas y sabía procesarlas, puesto que no había tenido parón alguno en mi vida. Pero no era algo que le fuese a echar en cara. Bastante con lo que tenía. - Y una bolsa con cd's porno, sin etiquetar ni nada, hará que suban cagando leches hasta aquí. Así que por favor, ten cabeza con este asunto, porque todo depende de como hagamos las cosas.

Además, se le olvidaba una cosa. Era mi compañera, pero también estaba bajo mi supervisión y me tocaría evaluarla cuando todo esto terminase. Por desgracia de ello dependería que siguiese o no trabajando.

Y sus palabras llamándome perdedor dolieron y no supo cuanto. Si se hubiese molestado en mirar mi historial sabría que no lo era. Que a pesar de tener un compañero que se pasaba los últimos meses en un bar en lugar de estar investigando, seguía resolviendo casos, porque sabía desenvolverme, algo que ella estaba dejando claro que no sabía ni hacer. Pero tampoco iba a responderla a aquello. No porque no se mereciese una respuesta, sino porque sabía hasta que punto la destrozaría y yo no era tan cabrón como de golpe me había resultado ver que era ella.

Si esa mujer era así, capaz de abofetearte cuando la estás parando los pies porque está haciendo las cosas mal y estropeando y manipulando mal las pruebas, quizás debería buscarse a un compañero que fuese tan chapuzas y poco metódico como ella. No sabía si mi evaluación final sería positiva o negativa, no hasta que el dolor por llamarme perdedor desapareciese. Pero lo que si empezaba a tener claro, era que este sería nuestro primer y único caso juntos. No iba a tolerar tener a alguien así a mi lado. Alguien que parecía disfrutar haciendo daño gratuitamente a los demás y más a mí, que no consideraba que me hubiese portado mal con ella. Tan solo la recordé el procedimiento a seguir.

No. No me merecía eso.

Bueno, al final tocaba hacer las cosas de una sola manera. A su manera. Después de todo, no solo era mi compañero, sino que en cierta manera era también mi superior. Sí, tampoco estaba acostumbrada a trabajar, mucho menos a hacerlo de aquella manera.

-¿Sabes qué? Será mejor que te encargues tú de las pruebas. Después de todo, tienes más experiencia que yo organizándolas. Mejor me limito a rellenar informes, que es lo que sé hacer mejor y seguramente, lo que acabaré haciendo el resto de mis días -le dije, soltándolo todo como en una rabieta infantil, y girándome para marcharme.

Cuando di dos pasos, me detuve, inspiré profundamente y ladeé ligeramente la cabeza.

-Tranquilo. Les diré que estás esperando a que llegue el forense mientras yo relleno el informe para acabar deprisa con todo esto -conseguí decir, antes de salir por la puerta.

Desde luego, mi sitio no estaba en la calle, no sabía si en ese momento en toda mi puta vida. Quizás lo mejor hubiera sido perderme, igual que le ocurrió a mi hijo.

Una vez en el exterior del edificio, Chandrelle Jones recordó que había llegado a aquel lugar en el mismo coche que la persona con la que acababa de tener ciertas diferencias y alguna que otra mala palabra. Todo había empezado muy bien entre ellos, pero por el mal carácter de una y la intransigencia del otro, todo se estaba yendo a la mierda entre los dos. Podrían haber formado una buena pareja, pero parecía ser que eso ya nunca sería así. A decir verdad, habían trabajado bien juntos y casi sin descanso desde que cogieran el caso. El exceso de trabajo podía ser otro factor a tener en cuenta a la hora de explicar aquella discusión que acababa de tener lugar.

Volver al interior del edificio y pedirle las llaves del coche a Kharis hubiera sido una opción, pero lo cierto era que estaba realmente disgustada con él, así que habló con un par de agentes de los que se encontraban en el exterior custodiando el perímetro y uno de ellos le dijo que la llevaría encantado hasta la oficina de la OFI en cuanto pudiera "soltar" allí. Veinte minutos después Chandrelle casi se había devorado las uñas esperando a que aquel agente tuviera listo sus asuntos y pudiera acercarle a  la oficina.

Lo que si le sorprendió fue no ver por ningún lado a los agentes de asuntos internos. Mills y Grikvhili habían desaparecido. Al preguntar a varios agentes por ellos, unos dijeron no haberlos visto y otros creían que ya se habían marchado en un coche oscuro de alta gama. Fuera como fuera y si no estaban escondidos tras una esquina, parecía que se habían marchado del lugar. ¿Para qué habían ido hasta allí si no era para robar las pruebas? No lo podía saber, aunque quizás, como pasara anteriormente, podían simplemente plantarse en el laboratorio forense y hacerse con todo lo que les viniera en gana.

En ese momento llegó un nuevo vehículo al edificio. Estacionó sobre la acera y del interior salió un hombre enorme de raza negra y bien vestido. Portaba consigo un maletín y Jones le reconoció al instante. Se trataba en efecto del forense, el doctor Crews. Él no la vio a ella y entró en el edificio escoltado por uno de los agentes. Fue entonces cuando el agente con el que había hablado se acercó a ella.

- Si quiere, podemos ir ahora. - Le dijo.

Jones salió del edificio dejando a Daeric solo en la custodia del cadáver. En ese momento Kharis tuvo tiempo para reflexionar sobre lo ocurrido. Todo había empezado muy bien entre él y Jones, pero por el mal carácter de ella y posiblemente, su propia intransigencia (del todo justificada por otra parte), todo se estaba yendo a la mierda entre los dos. Podrían haber formado una buena pareja, pero parecía ser que eso ya nunca sería así. A decir verdad, habían trabajado bien juntos y casi sin descanso desde que cogieran el caso. El exceso de trabajo podía ser otro factor a tener en cuenta a la hora de explicar aquella discusión que acababa de tener lugar.

Veinte minutos después y a solas con el cadáver, Kharis escuchó como alguien abría la puerta del edificio. Alzó la mirada y esperó para ver de quien se trataba y momentos después, uno de los agentes trajo consigo a un rostro conocido, un hombre enorme de raza negra y bien vestido, que portaba un maletín con material forense. Al ver a Kharis éste saludo con la cabeza y Kharis hizo lo mismo. El agente se situó junto a una pared, algo alejado del cadáver de Barns y Alexander se puso a examinar con a mirada el cuerpo.

- ¿Cómo llevan la investigación, agente Daeric? - Le preguntó sin alzar la mirada del cuerpo. Dejó el maletín sobre una mesa y extrajo una cámara fotográfica. - ¿Qué tenemos aquí? - Preguntó.

Me había dejado llevar por un carácter que en muchas ocasiones ya me habían dicho que era insoportable, pero es que Kharis también tenía lo suyo; sus maneras, pulcras pero cortantes, me habían hartado, lo suficiente como para saltar sobre él. Sabía que debía haberle molestado lo que le había dicho pero en aquellos momentos no me sentía con ánimo de disculparme.

No todavía, al menos.

Una vez fuera, me di cuenta de que tendría que regresar a la OFI por mi cuenta y para mi desgracia, me vi obligada a esperar un buen rato antes de poder hacerlo, por obra y gracia del forense, el mismo al cual habíamos estado esperando.

-Gracias -le dije, educada pero visiblemente molesta.

Había sido un error volver al trabajo de campo. No estaba preparada todavía para aguantar ni la presión ni tampoco a un compañero que, por mucho que pudiera tener razón, me dijese cómo hacer las cosas.

No paraba de meditar sobre lo ocurrido con Jones. Parecía que éramos la pareja perfecta, en lo que compañeros se refería, claro. Salvo por esas imágenes suyas con la toalla que me atormentaron durante la tarde anterior. - Demasiado tiempo si estar con una mujer. - Me recordé a mí mismo, porque Jones no era ni por asomo mi tipo de mujer. No me gustaban las escobas, me gustaban las curvas y ella solo tenía las que su traje le hacía por quedarle grande.

Pero lo que más me dolió fue que me llamase perdedor solo por realizar el trabajo con el procedimiento habitual, no con la chapuza que estaba haciendo. Habíamos llegado a un punto complejo donde un error y todo se iría a la mierda y Jones ni pensó. Era como cuando hablaba y provocaba a los demás, actuaba sin pensar y en eso no podía pararla. Pero en el procedimiento de recoger las pruebas sí.

Mientras esperaba al forense y el maletín para recoger pruebas, husmeé algo más por la casa. Necesitaba relajarme después de lo ocurrido. Conocía a Jones lo suficiente como para saber que no se retractaría de sus actos ni de sus palabras y yo solo seguí el protocolo establecido. A fin de cuentas, era eso lo que primaba. No el instinto de supervivencia o animal de saquear todo y correr como ladrones.

La llegada del forense me sacó de mis pensamientos y le sonreí con amabilidad. Por primera vez, me costó dibujar una sonrisa en mi rostro. - Agente, puede salir y vigilar que nadie entre. - Le dije al oficial cuando le vi que se apalancaba allí y nos  miraba. - El cuerpo no se va a mover y no nos va a hacer nada, pero puede entrar algún curioso... y cierre la puerta al salir, así le costará menos impedir la entrada de indeseables...

Y hasta que el hombre no saliese, no iba a hablar con franqueza a Alexander. - Pues con él muerto, terminada. - Mentí. Si ese oficial estaba ahí por órdenes de los capullos de asuntos internos, quería que escuchase esa parte para que saliese del lugar sin dar por saco. - Tenemos testigos que vieron arrojar el cuerpo de Marie a la cuneta y con sus antecedentes por violencia... no necesitamos nada más para cerrar el caso. - Miré fijamente a los ojos del forense y mi mirada le decía que había más, pero que con aquel agente allí presente no podía hablar.

- ¿Vamos directamente a la oficina Central? - Le preguntó el agente Sterling que momentos atrás se había presentado.

Jones únicamente le respondió con un gesto y un sonido gutural al amable agente que se había ofrecido a llevarla hasta Sarns. No se trataba de un miembro del grupo de asalto ni mucho menos, sino de un agente de la policía local capitaneada por la jefa Thako, uno de los encargados de proteger el perímetro del edificio sobre el cual se había llevado a cabo la entrada. Uno de esos agentes que normalmente no tenían demasiado protagonismo en una situación como la que acababan de vivir y que sin embargo, era imprescindible para que todo saliera bien.

Chandrelle iba a lo suyo mientras iban dejando atrás edificios calles y barriadas y finalmente, tras un buen rato en silencio, accedieron a la autopista que conducía a la capital. Sterling iba martilleando con los dedos sobre el volante. Iba cambiando de emisora. Le lanzaba miradas furtivas a Jones y en definitiva, trataba de entablar algún tipo de conexión con ella, o al menos llamar su atención, pero todo fue inútil, así que al final se decidió a hablar.

- ¿No ha salido como esperaban? - Le preguntó Sterling a Jones. - Ha sido una entrada rápida y eficaz. ¿No cree?

- Perfecto, agente Daeric. - Le dijo Crews. - Estoy contento por ustedes. - Comentó. - Ahora les debe quedar todo el papeleo, los informes... todo. - Realizó una fotografía sobre el cadáver. Iba trabajando mientras hablaba con Kharis.

Alexander se agachó junto al cadáver de Barns. Llevaba puestos los guantes de látex. Examinó por encima las heridas, revisó los parches del desfibrilador que el equipo de asalto le había puesto y se puso en pie. Mirando entonces a Daeric.

- ¿Es normal que detengan el rcp una vez iniciado antes de que llegue el médico de turno o en este caso yo, para certificar la muerte? - Le preguntó al agente que tenía frente a él.

- El procedimiento es el habitual. Se le da asistencia con el RCP hasta que se sabe que el daño es irreparable. Vamos, hasta que se ve que no hay manera de reanimarle y lleva ya clínicamente muerto y sin recibir oxígeno su cerebro al menos... - Miré al forense. - No completaron el procedimiento... se detuvieron antes... Jones y yo entramos...  - Dije mirando hacia la puerta y vi al agente allí plantado. - ¿Tengo que volver a repetirle que salga de aquí ya y vigile el exterior? - Mi amabilidad se había esfumado de golpe. - ¿O tendré que tomar el número de su placa y poner una queja desde la OFI a sus superiores?

Y mientras salía o no, bajé la voz para que no me escuchase. - Jones y yo entramos... y estaban haciendo el RCP al herido. Nos metimos en el dormitorio del mismo, el mejor lugar para buscar pruebas sobre quien había estado en su cama... y aparecieron los dos capullos de asuntos internos que se llevaron las pruebas. Seguramente les indicaron que dejasen de hacer el RCP y ya sabe que si esos cabrones dicen algo... nadie se enfrenta a ellos...

¿Entrada rápida y eficaz?... rápida y mortal, más bien. Era como aquel imbécil hubiese conspirado para acabar con una pista que podía ser imprescindible para nosotros, él mismo. Pero en aquellos instantes me sentía demasiado cansada como para entrar en un debate. La discusión con Kharis parecía haber ampliado nuestras diferencias a algo insalvable. Era una buena persona, un muy buen agente, y yo estaba demasiado oxidada y ciega como para darme cuenta de que mi lugar ya no estaba en las calles.

Aquella había sido mi última misión de campo, estaba decidida. Ayudaría como pudiera a Kharis a terminar aquel caso y después... me quedaría en la oficina, intentando recuperar de otra manera lo que una vez fui.

Miré entonces de reojo al joven Sterling. Él seguramente veía las cosas de una forma mucho más sencilla que yo, como casi todos los agentes de su edad. Cuando yo era como él, también lo hacía.

-No ha salido herido ninguno de los nuestros. Eso es lo que importa -le dije, intentando al menos que viese que no le ignoraba sino que simplemente... no tenía ganas de hablar...

... y mucho menos de pensar.

Finalmente en agente salió de la habitación cerrando tras de si la puerta. Más valía tarde que nunca y se había quedado con la primera parte de la conversación entre Crews y Daeric. Si estaba allí para recabar información para alguien, no habría sacado demasiado en claro. Llegado a ese punto de la investigación, Kharis Daeric empezaba a sentir cierta paranoia con respecto a todo lo que les rodeaba, pues sin llegar a ser un caso que se estaba prolongando demasiado en le tiempo, si era cierto que le estaba resultando bastante estresante por las implicaciones que tenía y porqué no decirlo, también por la compañera que le había tocado.

- Creo que debería reflejar eso en mi informe. - Comentó. 

Fue en ese momento cuando empezaron a sonar las sirenas de un vehículo de emergencia acercándose al lugar. Cuando estaban muy cerca del edificio el sonido cesó y momentos después los servicios sanitarios accedieron al lugar. Sorprendidos al ver que habiendo en el lugar un gran grupo de policías y que ninguno de ellos estaba tratando de reanimar a Barns, se quedaron un poco parados en un primero momento y acto seguido se agacharon junto al cadáver y comenzaron a preparar el equipo.

- Si... - Afirmó entonces Crews. - Tendré que reflejarlo en mi informe. - Crews se acercó a los sanitarios. - Soy el forense, Crews. - Se presentó. 

Y justo entonces empezó a colaborar con los servicios de emergencias, dejando un tanto de lado al agente de la OFI.