Partida Rol por web

Me echo a reír al escuchar el comentario de Gabriel sobre el cadáver. - En estas circunstancias cualquiera sabe - pienso. Entrecierro los ojos con expresión pícara al ver como saca la botella de whisky. - Esto mejora por momentos, ¿eh? - exclamo. Sin dudarlo dos veces, cojo la botella que acaba de ofrecerme y le doy un buen trago. El contraste fuerte del alcohol hace que cierre los ojos con fuerza. Aunque es cierto que no estoy acostumbrada a beber whisky a palo seco (algo que ya ha quedado más que obvio), sé reconocer la calidad. Me limpio la boca con el dorso de la mano. - Un poco fuerte para mi gusto, pero por lo demás perfecto - concluyo. Estiro la botella hacia Gabriel y Jessica, para ver si alguno se anima a seguirme los pasos. -

La cara de susto de Abie no tuvo precio pero su boca, que empezaba a tomar la posición de grito, se redirigió hacia una mueca incrédula. Le dirigió una mirada a Irina, con los labios temblando a punto de formar una sonrisa.

- ¿Pero qué...? - se acercó, dejando la cámara en la cama, y tiró del esqueleto antes de ponerlo erguido -. Hay quien esconde un cadáver en el armario - se rió, relajando la tensión de hace un momento -. Pensaba que hacía muchos años que el castillo no se había abierto al público, ¿qué tiempo debe tener esto?

Empezó a hojear los libros, buscando la fecha de publicación. ¿Quién se lo debía haber dejado ahí? Parecían demasiadas cosas para que alguien se las hubiera olvidado casualmente.

Sin dudarlo ni un segundo tomo la botella y le doy un largo trago, saboreando el preciado líquido y relamiendo mis labios al acabar. -Es de mi cosecha personal... lo mejor de lo mejor. Es lo que tiene ser el dueño de la empresa. -anuncio riéndome. No me jactaba de ello, simplemente era gracioso el "enchufe" que tenía. -Puedo aseguraros señoritas que con esta botella la habitación mejora cantidad. Sin contar con su presencia claro. -concedí, pues era obvio que cualquier hombre en su sano juicio se fijaría en las bellezas que poblaban ahora mismo la habitación. 

Di otro largo trago a la botella y tras posarla en la mesilla de noche que había entre las dos camas, al alcance de los tres, me dejé caer en la cama junto a Jennyfer. -¿Qué les ha traído al castillo señoritas? -pregunté curioso.

Miro sin comprender la reacción de Abie. ¿Está a punto de reírse? Tal hecho me llama la curiosidad hasta que saca del armario un esqueleto.

- Pero... ¿Qué hace esto aquí? -tomo de la mano al esqueleto y hago que salude. Sonrío, realmente divertida por el giro que ha tomado nuestro segundo misterio resuelto- Parece ser el típico esqueleto que se usa para dar clase de anatomía -me asomo y veo que además del esqueleto hay unos libros y un par de mecheros. Me agacho y recojo los mecheros. Tras comprobar si funcionan o no, le doy uno a Abie y otro me lo quedo yo- Con tanta antorcha y tanta vela por aquí, creo que nos van a venir muy bien. ¿Pone de qué año es? -le pregunto mirando también el libro que tiene entre sus manos.

-20 años. Estoy en plena carrera de física. Y espero sacarla en un par de años. En cuanto a los aseos... siendo un castillo medieval, como no lo hayan reformado no esperes encontrar nada del otro mundo. De hecho, me sorprendería mucho encontrar un verdadero sistema de fontanería entre los muros del castillo. Pero bueno... con suerte... 

Crono estaba ilusionado como un novato con Nick. No esperaba un recibimiento tan bueno, esperaba recelos y caras largas, quizá gente adinerada o excesivamente "elegante" como Irina o Gabriel. No se imaginaba alguien tan abierto como Nick. De hecho, cuando recibió la invitación sintió que desentonaría, pero no iba a negarse a una oportunidad tan buena.

-Me quedo descargándolas, voy en cuanto vengas si eso. Así tampoco llenamos el baño, no sea que todo el mundo quiera ducharse ahora y no haya espacio suficiente.

El pasillo está completamente desierto y el silencio inhunda el lugar ofreciéndote una atmósfera de lo más pasiva. Más armaduras "te acompañan" en tu camino hacia los baños además de los cuadros, esta vez de paisajes y del propio castillo. Se trata de una pintura bastante realista que fácilmente podría ser expuesta en una galería de arte sobre ambientes medievales.

Y al final, el baño. Una zona no excesivamente amplia pero lo suficiente para que quepan en paralelo dos bañeras exhentas muy elegantes. Además, dos espejos de pie, una silla para que coloques la ropa y sales de baño en una mesita al lado de cada bañera.

Parece un lugar apetecible por lo silencioso, siempre y cuando no te importa la penunmbra, pues aunque hay más de quince velas rodeando la sala, no iluminan mucho.

Los mecheros funcionan perfectamente y los libros tienen escrito en la primera página el nombre de su propietario: "Alex Castelor. Estudiante de biología. Contacto al 011253588"

Escuchais el sonido de una puerta cerrarse. Alguien debe de haber salido de su habitación.

En el castillo no hay wifi y si te fijas tampoco cobertura para tu móvil. Obviamente tampoco hay enchufes por lo que tendrás que usar bien la batería del ordenador si quieres que te dure.

Antes de que Nick saliera por la puerta, Crono maldijo en voz baja.

-No... no hay cobertura. Contaba que con el pincho 3G tuviera algo de internet, aunque fuera lento pero ni siquiera tengo cobertura para el teléfono. Parece que estamos ante unas paredes bastante gruesas... o demasiado alejados de la mano de Dios.

Se quedó pensando un momento, y luego añadió.

-Bueno... creo que en ese caso voy contigo. Además, no sé cuánto durará la batería... llevo una de recambio pero mejor no quedarme "jugando al buscaminas".

Se levantó y ojeó su maleta, buscando su bolsa de aseo y demás útiles que necesitaría en su empresa actual.

-¿me esperas?

-Claro! No me hace especial ilusión ir por ahí solo por ese pasillo iluminado con candelabros, jaja.-La compañía de Crono es agradable y, aunque no tenga ningún problema en andar por el castillo solo, prefiero estar acompañado. Me muevo hasta la ventana del balcón y miro la lluvia caer. Visto desde dentro es relajante. No tengo que esperar mucho, en unos segundos Crono ya está listo y nos disponemos a salir de la habitación.

Avanzamos por el castillo despacio. Me detengo un poco al ver la primera armadura. No estoy seguro si son de la Edad Media o meras recreaciones, pero algo me dice que son auténticas. La toco suavemente y noto el frío metal. Si de verdad son reales se conservan muy bien.-Estas armaduras son de caballeros de la Edad Media... Muy pocos soldados podían permitirse semejantes armaduras. Son de cuerpo completo con visera incluida. El penacho es mero adorno, no tenía ninguna utilidad práctico. Como las armaduras eran parecidas no me detuve con el resto.

-Crono, tienes alguna idea de porqué estás aquí? Quiero decir, aquí hay gente muy rica, nobles, yo como historiador, Abie puede que por trabajo también. Pero tu?-Le pregunto, ya llegando al lugar donde debería estar la puerta del baño.

Al entrar en el baño me defrauda un poco, me esperaba algo más, la verdad. Dejo el neceser y la toalla en una silla y cojo las sales de baño.-Wow! Nunca he usado esto. bueno, en realidad, casi nunca me doy baños, soy más de duchas. No me gusta desperdiciar agua. Aunque parece que hoy tendré que hacer una excepción-Le digo a Crono terminando con una sonrisa traviesa. Por muy ecologista que sea quiero probar las sales de baño y relajarme para lo que se avecina.

Estaba descalza en la cama sentada, cuando Jennifer se sintió incomoda porque había notado algo extraño en la espalda, me levante de golpe porque no sabíamos lo que íbamos a encontrar, el corazón me palpitaba lo más rápido de lo normal, cuando estira de la sabanas y era una caja de condones... me dio la risa, menos mal que no era ningún cadáver porque si no me hubiera entrado un telele, y dije mirando a mis compañeros. – Pues eso que el anterior inquilino se habrá montado muy bien en esta habitación.

Me fui hacia la otra cama y vi a que Gabriel saco una botella de whisky que era de su gran cosecha. Nos ofreció a las dos. Pero le dije con amabilidad y una sonrisa. – No gracias. El whisky no es una bebida que me guste pero gracias. No quise despreciar su bebida pero era una de las bebidas que poco me gustaban. Yo era mas de champan o de cocteles, Pero fueron los dos muy amables ofreciendo un trago del whisky por su parte.

Esta siendo una noche confortable, y escuche a Gabriel que nos había traído aquí en el castillo. Estaba sentada tranquilamente y le dije. –Pues yo he venido para desconectar de la empresa familiar que tengo, por pronto será mía y quería estar unos días desconectada de los proyectos de arquitectura, y quise emprender esta nueva aventura.  Tome aire y continúe. Y a usted que la a traidor venir al castillo, por temas de negocios??

- Gracias, aunque por si a caso he traído una linterna- aceptó el mechero, aún hojeando el libro desde su posición, sentada en el suelo-. Alex Castelor...  - obviamente no le sonaba de nada. Miró hacia su grabadora con cierto anhelo; tenía muchísimas cosas interesantes que registrar, algo que haría en un instante -. Trae un número de contacto. ¿Tienes móvil? Podríamos llamar y preguntarle cuatro cosas sobre el castillo, ¿no? Información de primera mano y sin edulcorar, seguro que mucha más sincera que la de nuestro preciado anfitrión - su tono destilaba ironía por todas partes pero la verdad era que se moría de ganas de llamar. Y aún no era demasiado tarde.

- ¿Un número de contacto? -digo mientras saco mi teléfono del bolsillo del pantalón y lo voy encendiendo, aunque con miedo. Estoy segura de que al encenderlo me llegarán mil mensajes de llamadas perdidas del trabajo, intentando que "les haga un favor en la oficina y me jodan estos dos días de vacaciones que me he pedido"- A ver, dime el número. Aunque, espera. Si alguien descuelga... ¿qué le decimos? "Sí, hola, mire estamos en un castillo en el que hemos encontrado unos libros suyos y nos preguntábamos si sabe algo raro y misterioso de este lugar", ¿o...? -dicho en voz alta suena mejor que cuando lo pensaba. Sonrío y espero a que me diga el número, quedándome de rodillas en el suelo junto a Abie- Qué narices...

- Pregunta por Alex Castelor y dile que hemos encontrado algo que le pertenece y después vas directa al grano - le sonrió, algo emocionada. Desde su punto de vista, la estancia en el castillo mejoraba por momentos, sólo esperaba que no les avisaran para la visita antes de realizar llamada -. Atiende, el número es el 011-253-588 - se lo repitió una vez más por si se había equivocado al marcar alguno y espero -. Ah, ¡pon el manos libres! No quiero perderme nada.

Viendo que Jessica decide no unirse a la fiesta, le doy otro trago a la botella. - ¿Qué tipo de proyectos encabeza tu empresa Jessica? - pregunto con curiosidad. Al parecer tanto Gabriel como ella procedían de buenas familias. Sonreí para mí irónica - Exactamente igual que tú, ¿eh Jenny?.

- A mi me ofrecieron la posibilidad de venirme aquí para desconectar y descansar - me encojo de hombros. Había pasado una mala época tanto en el trabajo como en el ámbito personal, y acepté sin dudarle. Ahora estaba empezando a arrepentirme. - De todas maneras, creo que eso es lo único que por el momento no he hecho - me río divertida.

Me encogí de hombros ante la negativa de Jessica y sonreí acomodándome aún más en la cama junto a Jennyfer y le di un trago a la botella después de que ella la degustara por segunda vez. Más para nosotros, perfecto. -Yo soy el dueño y gerente de la empresa familiar. -comenté alzando la botella, dejando claro cuál era ésta. -Desde que murieron mis padres apenas he tenido tiempo libre para nada, ni siquiera para conocer chicas. -confesé con un tono apenado. No por las chicas, sino porque echaba de menos a mis padres. -Mi abuelo ha insistido en que venga este fin de semana para desconectar de tanto trabajo y para que pueda dedicarme a divertirme y a disfrutar mi juventud. -sonreí tímidamente mirando a mis dos compañeras de habitación.

Me mordí el labio nerviosa al escuchar la historia de sus padres. Entendía muy bien a lo que se refería. - Tu abuelo es muy inteligente - le respondí intentando cambiar de conversación. No estaba segura de hasta qué punto debía ahondar más en ese asunto. - Y bueno, sean cuales sean tus intenciones estás de suerte porque este fin de semana la mayoría se la llevan las mujeres - comento divertida. - Eso sí, espero que te gusten las pelirrojas. - Tras este comentario me giro hacia Jessica guiñándole un ojo.

- Cero... uno, uno... dos, cinco, tres...cinco, ocho, ocho... -digo mientras marco a la par que Abie me va diciendo el número al que tenemos que llamar.

Hecho esto, conecto el modo altavoz para que ella también pueda escuchar quién responde al otro lado. La miro y luego vuelvo mi mirada hacia el teléfono. ¿Habrá tono? ¿Será un número tan viejo que estará dado de baja? ¿O quizás nos respondan nada más escuchar el segundo tono? Me fijo en la hora, esperando que no sea tampoco muy tarde para molestar con llamadas a la gente. Pulso "llamar" y espero junto a mi compañera a ver qué pasa a continuación.

- Bien, a ver si responden... -digo en gran parte intrigada. Espero que no nos manden al cuerno por decir que hemos encontrado unos libros suyos. A mí no me importaría perderlos por ahí.

-No lo sabes tu bien... la verdad es que es algo cascarrabias... pero no hay un abuelo mejor. -sonreí un poco más animado. Él era la única familia que me quedaba viva y la verdad es que estábamos muy unidos. -La verdad es que si, he tenido suerte ya que todas las mujeres del grupo sois bellísimas además de que, como buen escocés me gustan las pelirrojas más que un tonto un lápiz. -solté una ligera risilla y volví a beber. A este paso acabamos borrachos. -¿De qué trabajas Jennyfer? No me gusta compartir cama con desconocidas. -bromeé de nuevo.

- Soy abogada - contesto a Grabiel. - Suelo encargarme de casos relacionados con violencia de género, protección del menor, conflictos matrimoniales y ese tipo de cosas. - Durante un segundo me mantengo callada pensando en mi trabajo y evitando la mirada de mis interlocutores. - Si este tema hubiese estado más desarrollado hace unos años las cosas hubiesen sido muy diferentes... - pienso.

Me obligo a sacarme esos pensamientos de la cabeza y vuelvo a mirar a Gabriel, con una sonrisa en los labios. Me encojo de hombros quitándole importancia a mis palabras. - Es un buen trabajo. Algo estresante y sacrificado.... pero por lo general muy agradecido.