Partida Rol por web

Los sigo cuando se acercan al patio trasero intentando evitar a las chicas que vigilan, si no lo consigo miro al suelo, las ignoro y sigo camino. Tengo mucha curiosidad por saber qué pasa en esa casa, el tipo me da miedo, pero han dicho que si se encuentra algo sospechos podrían hacer que lo echen ¡Cómo me gustaría que lo echen!

Las niñas que han estado hablando entre ellas sin haceros demasiado caso os dicen:- Pues nos quedamos por aquí jugando con nuestros juguetes. Os intentaremos avisar, pero  haya vosotros si os pillan...-Por lo que pronto tras saltar la verja avanzáis hacía la parte de atrás, pronto os dais cuenta de que os esta siguiendo el niño tan raro que parece que siempre os esta vigilando, pero os importa poco, si andáis discutiendo os pillaran. 

La parte de atrás de la casa del vecino esta llena de matojos, desde que se ha mudado no ha salido ni una vez a cuidar su cesped con lo que es normal que este así. Tiene las ventanas de atrás cerradas como las de la parte delantera, tiene un candado muy grande en el sótano, como si no quisiese que entrara nadie por allí, pero la puerta de la cocina esta cerrada con un simple cerrojo de cadena que una mano pequeña quizás podría desengancharlo, al parecer la utiliza tan poco que se lo dejo olvidada hace tiempo. 

Uy. Odio las malas hierbas, porque sin duda crecen por el descuido y donde hay descuido y malas hierbas hay... arañas. Sin embargo, la idea ha sido mía y ahora no es momento de echarse atrás, por lo que continúo inspeccionando hasta encontrar la puerta de la cocina. Meto mi mano y comienzo a tantear el cerrojo, deseando por todo lo que más quiera el mundo para que no aparezca ningún 'monstruo' de 8 patas.

-Oye creo que nos siguen- susurró con suavidad para que solo los chicos me escuchen y noten al otro que se ha estado escabullendo - no me agrada y si nos acusa con nuestros padres, se puede tornar feo, despues de todo el bicho ese es un vecino y no debemos entrar- digo tratando de convencer a los chicos de dar media vuelta, ya no estoy muy seguro que los dulces sean buena idea.

Un niño del barrio con el que apenas hablais aparece detrás vuestro, se queda un momento mirando sus pies como si intentara encontrar algo en ellos además de sus cordones y dice:- No os importa... que os acompañe, es que tengo curiosidad por saber que tiene el vecino escondido en su casa...- Parece que al decirlo se ha quitado un peso de encima, recordais que se llama Martín, y que es un chico muy extraño siempre vigilando y que apenas habla con los demás del barrio, pero quizas no sea el momento de echar a alguien, pues cuanto más mejor, sobretodo en una casa desconocida.

Kyle en tanto trata de quitar el cerrojo, tras unos momentos de tensión, sus manos que son lo suficientemente pequeñas para llegar hasta el consigue hacer el ultimo esfuerzo para descorrerlo.

Con tantos hierrajos y suciedad de por medio, sin contar con lo que vamos a hacer, estoy seguro de que mamá tendría algo que decir acerca de lo peligroso que es esto. Pero, ¡eh!, lo he conseguido, he abierto la puerta. Me giro para mirar al recién llegado, el rarito del colegio. Sonrío de oreja a oreja al considerarlo.

- Claro que puedes venir -Acepto sin pensar para nada en la opinión de los demás.

Aunque es tan extraño que a saber, igual es familiar y todo del vecino raro.

- Va, gallinas, vamos.

Abro la ruidosa puerta y entro poco a poco, mirando a todos lados con especial atención a las esquinas, es donde más telarañas se acumulan.

Steve había sido el primero en dirigirse hacía la parte de atras de la casa del extraño hombre. Tras cruzar con alguna complicación el pequeño muro, se empezó a retrasar, su respiración era cada vez más entrecortada y sus ojos solo miraban al suelo, intentando que los pantalones no se ensuciaran demasiado para que su madre no le abroncara una vez más.

Cuando llegó a la puerta de enfrente alzó la mirada y un escalofrío le recorrió la espalda al ver la casa y acordarse de a quien alojaba. Tras mirar detenidamente observó con cierta satisfacción interior que no podrían entrar, todo parecía estar cerrado a cal y canto. Inmediatamente el pequeño Kayle se agacho y empezó a hacer algo con el cerrojo de la puerta. Mientras Daniel susurraba algo que no fué capaz de entender.

Sin previo aviso, alguien habló detras de Steve. Steve que no esperaba que nadie se les acercara por detras, se sobresaltó y dió un pequeño grito que ahogó poniendo su boca en la mano. Tras girarse para ver quien era el recien llegado mientras le temblaba todo el cuerpo, pudo observar que el curioso chico del arbol por fin se había decido a bajar y a unirse a ellos en sus juegos.

Abriendo los ojos y con una gran sonrisa en la boca. Por supuesto que te puedes unir, cuantos más seamos mejor.

En ese momento Kyle consiguió abrir la puerta y con un sonoro portazo se introdujó en la casa. Ahora que eran más Steve estaba más convencido que no ocurriria nada, por lo que sintiendose mucho más valiente avanzó tras el pequeño niño.

El muchachito solo se encogió de hombros y continuo en silencio a la parde sus compañeros, el paso era lento y pausado cmo si temiera que algo saliera del jardín, su respiración era pausada, casi hubiera preferido que el tiempo corriera hacia atras y no hubiera visto por ese caleidoscopio.

El recien llegado sonrie al ver que le aceptan a pesar de lo distante que ha estado y les sigue al interior de la casa que ha estado vigilando desde la distancia y que siempre le ha parecido tan tentadora, pues esto es sin duda una gran aventura, aunque no supiera bien que les dio tanto miedo a Daniel y a Steve.

Cuando el grupo abre las chirriantes puertas, la luz del dia ilumina una cocina que parece que no ha sido tocada por mano humana en mucho tiempo, una gran cantidad de polvo se extiende en todas sus superficies y encima de la mesa hay algo podrido, aunque no hay ninguna mosca revoloteandolo, a pesar de que la puerta esta semiabierta, tampoco habeis visto en el suelo ninguna cucaracha, en realidad parece más bien una sala abandonada, pero que a su vez alguien se ha cuidado bien de que no haya bichos.

Había ido a hablar con ellos, aun cuando no va demasiado conmigo, por el mero hecho de que las niñas ya me habrían visto al entrar y porque esa casa daba más miedo cuanto más te acercabas. No me gustaría perderme dentro y que nadie supiese que estoy ahí. Mi mamá y los abuelos se preocuparían muchísimo. Me restregué las manos por la camisa para quitarme la tierra sólo por hacer algo y los seguí dentro de esa casa tan rara. Dentro no hay monstruos, ni las mascotas, ni siquiera insectos, es un poco decepcionante.

- ¿Qué vieron?

Doy un par de pasos observando el salón, pero sin tocar nada, no me da ninguna confianza.

La entrada a la casa no podía haber sido más... decepcionante. No monstruos, no bichos (gracias a Dios tampoco arañas), ninguna pintada escalofriante ni... ¡Bah! ¿Qué esperábamos encontrar? Entonces se me enciende una bombilla.

- ¡Claro! ¿¡Dónde esconderías tú las pruebas del delito!? ¡En el sótano!

-Claro que no, el trato era entrar y hemos entrado Kyle, ahora yo no doy un paso mas ni por todas las golisinas de la tienda - el chico se cubrió con su camisa, no tenía  frio pero así se sentía mas seguro - Si quieres bajar al sotano hazlo tu solo, yo me quedo aquí esperandote.

Ya lo he dicho por el off. No pongais a las chicas, pues no están en vuestra escena.

Nadie ha sujetado la puerta de entrada y se cierra con un fuerte portazo, más alla de donde estais se escucha un maullido grave y os parece escuchar como unas patitas empiezan a moverse por la casa. Kyle mira a Daniel y le dice con una sonrisa:- Pues yo no me quedaría aqui encerrado ni por todas las chucherias del mundo, por lo que mejor busquemos otra salida y de paso investigamos que tiene este tio... Por cierto, yo tambien me pregunto que habeis visto Steve y tú para que andeis tan cagados.- Mientras va hacía la puerta que lleva al interior de la casa, no parece que quiera esperar a que  sea lo que sea que habeis oido venga hacía aqui.

Doy un respingo cuando se cierra la puerta y me lanzo a ella para volver a abrirla. Si el señor no está acostumbrado a usar no se dará cuanta si está abierta, en cambio cualquier otra entrada que abramos podrá darle una pista de que hay alguien dentro si vuelve y eso no me gusta. Si la consigo abrir, meto algo en el orificio de la plancha de golpe de la cerradura para que el pestillo no pueda trabarla, lo primero que encuentre.

- Chuches o pañuelos.

Una vez echo eso no tengo problema en seguirlos si bajan, pero antes busco algo con lo que defenderme por las dudas, un palo ¡Un palo es el arma definitiva!

Tras cerrarse la puerta con un sonoro portazo, Steve se sobresalto y sus regordetas piernas empezaron a temblar. Con un ligero susurro llamó la atención de Kyle.

Creo que no es bueno que estemos aqui Kyle, y bajar al sotano menos, creo que no debemos buscar lo que no queremos encontrar.

Se giró mirando a Martín. Abrela Martín, abrela rápido. El sonido de unas patitas y un maullido llega de repente a los oidos de Steve.

Vaya, vaya eso parece ser un gatito. Si tal vez sea un gatito, incluso puede ser uno de los gatitos que han desaparecido. La mente de Steve empieza a funcionar rápidamente. Y si es uno de esos gatitos? Y si tiene el resto de las mascotas en el interior? Si los liberasemos seríamos los heroes del barrio? Seguro que todo el mundo nos felicitaria y nos daría regalos. En ese instante la imaginación de Steve se había disparado y ni un segundo pensó en lo que había visto tras el calidoscopio.

Vale Kyle, vayamos rápido. Y estemos atento al posible grito de las chicas.

Tienen prisa por bajar a buscar a ese gatito, bueno yo ahora no me quiero quedar solo en esta casa, me saco un calcetín, hago un pequeño bollo en el extremo y lo meto en el orificio de la chapa de golpeo para que se cierre la puerta. Me vuelvo a calzar y los sigo detrás del niño gordo, si ven al alguien que sea primero a él, que hay más para ver.

- ¿Qué vieron?- vuelvo a preguntar al ver que nadie me hecho casi a mí ni al otro chico.

Bufo. Por Dios, ¿con qué panda de cobardes me he apuntado yo? ¡Y yo que pensaba que siendo el pequeñín iba a ser el más indefenso de todos! ¡¡COBARDES!! ¡Gallinas! ¡Mojacamas!

Claro que, al escuchar las pisadas del ¿animal? que corretea por la casa, incluso yo me acojono un poco también y comienzo a pensar que no ha sido buena id... ¡¿Pero qué digo?! Ir a clase es mala idea. Provocar a los grandes es mala idea. Entrar en esta casa no lo es. Y, por ello, sonrío orgulloso cuando Steve-Grasitas sigue adelante con la idea de continuar.

- Genial, Stevie. Dejemos al cobarde de Daniel aquí, que se cague en los pantalones. No lo necesitamos.

Comienzo a avanzar unos pasos, el ruido del animal no procedía -que yo sepa- del sótano, así que atravesé la cocina para entrar al corazón de la planta baja: el comedor. Suspiro sulfurado ante la pregunta del rarito.

- De momento nada. ¿Por qué no te callas y buscas por allí? -Señalo vagamente hacia la izquierda-. Si vamos todos juntos... nos moriremos de viejos y seguiremos buscando.

Ya lo que tu supongas (aunque creo que es el calidoscopio claro)

-Pero es que no entienden que el tipo ese es un bicho raro y horrible, es un monstruo- al fin rompió el silencio, la idea de quedarse solo no le gustaba, buscando con la mirada trato de buscar alguna especie de escoba, aunque dudaba que el bicho hiciera limpieza, de todas formas había fuerza en los numeros así que se encamino detras de Kyle.

-De que salgamos de esta te muelo a palos, traidor- le reclamó el muchacho ante el comenterio de quedarse solo, aun así no podía ocultar el miedo, despues de lo que había visto por el kaleidoscopio - les dije que era mala idea, pero nunca me hacen caso, ahora falta que el bicho entre y quiera comernos.