Partida Rol por web

Martín consigue hacer palanca para romper la última tabla, dejando al descubierto una ventana de corredera que se ha oxidado hace tiempo, con unas contraventanas de madera, con fuerza abre las correderas y quita la primera contra-ventana que es poco más que un tabla de madera, para caersele el alma al suelo al ver lo que hay trás ella. Puesdesgraciadamente y como el resto de ventanas del lugar, tiene barrotes por afuera, los cuales fueron puestos por el vecino nada más llegar al barrio.

Steve y Daniel se mantienen cerca de Martín observando su descubrimiento y maldiciendo su mala suerte, en tanto Kyle da unos pasos hacía vuestra dirección, con una enorme mancha de pis en sus pantalones, cuando los perros se abalanzan sobre él, por suerte o por instinto, consigue hacer un quiebro en el último momento y golpean en la pileta, haciendo que el liquido caiga sobre ellos, aunque creiais que iban a ser corroidos (lo cual si hace con el suelo), sino que lo empiezan a lamer con ansia, olvidandose de vosotros por el momento...

Me quedo sin fuerzas al ver que la única salida que tenemos pasa por entre los perros esos. Me giro para ver el panorama en el momento justo en el que se esmochan contra la pileta y quedan bañados con el líquido. Pensé que nos habíamos librado para siempre de esos perros cuando les cayó el ácido sobre el cuerpo, pero no esperaba que ocurriese lo que acababa de ocurrir. Viendo eso no pude aguantarlo más y vomité todo lo que tenía en el estómago. Puaj, seguro que lo que acabo de tirar sabe mejor que eso ¡Qué asco! ¿Por qué no se deshacen? Aunque no lo hagan al menos están distraídos, con un poco de suerte, el gordo consigue abrir otra puerta sin cargársela.

- Vámonos... a otra puerta-digo, escupiendo y aguantándome más arcadas-.

Voy hasta la puerta tratando de estar lo más alejado posible de esas cosas e intentando tener siempre a uno de mis compañeros entre las bestias y yo. Cuando estoy en el marco se me ocurre una idea.

- El calidoscopio ¿Quién lo tiene?-abro la mano para que me lo den sin explicarles nada más-.

El aparatito ese les mostró la verdad sobre el loco ¿Y si funciona con más cosas? Puede mostrarme cómo salir...

El trio inicial que habia ido a buscar aventuras (aunque con la renuencia de dos de sus miembros) Sigue al recien llegado asustados por la escena donde las tres bestias lamen el asqueroso liquido como si fuese la mejor sopa. Steve asustado os dice:- ¿Cual puerta? Yo, yo podría tirarlas pero y si es otra igual, otro sitio sin salida.-

Daniel informa:- Quedan 4 puertas más para abrir... Y cuando se les acabe el liquido o cuando venga el vecino arriba estamos apañados.-

Kyle saca el calidoscopio y se lo pasa a Martín diciendo:- Creo que solo funciona con el vecino, pero por intentarlo...-

Cojo el calidoscopio, miro primero a los perros y luego a las puertas, no es que espere encontrar gran cosa, pero si rompemos otra puerta el vecino nos escuchará de seguro, antes de empezar a hacerlo al azar prefiero comprobar ésto, no creo que bajar por las escaleras para encontrarnos de frente con el vecino sea la mejor opción.

Si no consigo ver nada le digo a Steve que abra la puerta número uno, como le había dicho en un principio.

El vecino por ahora parece estar ocupado encerrando al resto de animales. Aunque es cuestión de tiempo (y quien sabe si poco tiempo, el que vuelva hacia las escaleras a por los dos animales que quedan).

¿Miedo? ¡Miedo es poco! Miro a ésos horribles lamer la sustancia del suelo, dejando a Martin y sus ideas de lado. No tengo muy claro qué es lo que quiere hacer para salir de aquí, sólo espero que el calidoscopio le ayude y evitar ser atacados por ésos monstruos. Tiemblo. Tiemblo literalmente como una hoja de puro pavor.

Me pongo muy cerca de Martin, esperando ¿qué?, a sabe..., pero ahora mismo Martin es el único que no parece paralizado por el miedo y con iniciativa, así que... 

Miro hacia las escaleras, esperando encontrarme en cualquier momento al vecino subiendo por ellas.

El calidoscopio en manos de Martín permite ver como las criaturas tienen en su interior una extraña maraña de organos que a simple vista no se ven, pero por lo demás no parece tener efecto con las puertas, al parecer a las criaturas y al vecino se les puede ver su autentica naturaleza con ese extraño aparato.

En tanto Steve asustado decide probar suerte con otra puerta que ante el pequeño ariete que es el niño no resiste el embite, haciendo que se abra, dejando paso a un dormitorio que parece estar completamente recubierto de un legamo verde como si fuese una extraña cienaga, para vuestra desgracia como todas las habitaciones tiene las ventanas tapiadas y no hay rastro de la escalera o lo que sea que lleva a la planta de arriba.

Abajo escuchais los pasos del hombre que al escuchar la puerta romperse pregunta gritando, mientras empieza a subir las escaleras:- ¿Pero que esta pasando alli?-

Steve miró atónito la habitación recubierta de aquel liquido verde y asqueroso, como la otra habitación la ventana estaba tapiada y eso hizo mella en su valiente espíritu y empezó a sollozar.

Nunca, nunca saldremos de aqui, ese abominable ser acabara pillandonos y nos transformara convirtiendonos en seres horribles como sus mascotas.

Con los ojos llenos de lágrimas Steve decide buscar algo en la habitación que le sirva para defenderse, algo contundente con lo que se pueda enfrentar al terrible monstruo.

Si eso es lo que tienen dentro los perros ni quiero saber lo que han visto los chicos dentro del vecino, seguro que si lo viese no podría ni siquiera moverme. Gracias al cielo que no ha sido así, porque así puede que al menos yo pueda escapar. Cuando Steve abre la puerta raspo ese limo con el palo para ver lo profundo que pueda ser y, con mucha precaución, para olerlo y mirarlo con el calidoscopio.

- ¡Que sube! ¡Que sube!

Miro rápidamente si hay algo útil o interesante en la habitación con y sin el calidoscipio y si no me escondo en algún sitio esperando a que cuando entre, si entra se encuentre antes con el gordo que conmigo.

- Si no hay nada aquí abre otra puerta. Por el amor de Dios, ya está aquí.

El limo que recoge con reluctancia con su palo Martín, se adhiere a la superficie de madera como si fuese una lapa y huele al moho de las cañerias. Esa información hubiese sido util a Steve que cuando avanza unos pasos nota como se le pega el limo haciendo cada paso más complicado y haciendole difícil tanto avanzar como volver sobre sus pasos. Martín se encuentra con que el chico que habia conseguido abrir las dos puertas ahora esta atorado, los otros dos chicos estan aterrorizados y apenas comentan nada ni parecen reaccionar, aunque el miedo les hace tirarse hacia una de las puertas para ver si por pura suerte consiguen encontrar una salida, pero la puerta que intentan forzar aguanta sus embites.

La figura del vecino se empieza a vislumbrar entre el hueco de las escaleras, su rostro se contorsiona en una mueca de furia y os grita:- ¡Malditos niñatos! No podiais dejarme tranquilo ¿Verdad?-

La situación se estaba volviendo cada vez más desesperante, en la habitación no parecía haber ningún objeto util para poder defenderse, el vecino se había percatado de la presencia los niños en la parte de arriba de la casa y para colmo Steve se había quedado pegado al suelo, esa maldita sustancia le impedía moverse.

Steve se encontraba cerca del medio de la habitación, su cara estaba llena de sudor, hacía todo lo posible por intentar escaparse de esa sustancia sin caerse, pero no conseguía nada, era como maldito pegamento.

Al final la voz del vecino y la desesperación por salir de alli le dió una idea. Se agachó rápidamente y se descalzo procurando no pisar el suelo, sino las propias zapatillas. Sin un segundo para pensar que no era un chico demasiado agil, saltó en dirección a la puerta, esperando que el impulso fuera suficiente para salir de esa dramática situación.

Oh Dios, está subiendo de verdad. Una sola mirada a ese tipo y estoy perdido, lo sé. Rezo porque la idea del gordo funcione bien y pueda abrirnos otra puerta o pueda lanzarse contra el vecino escalareas abajo. Seguro que con ese peso cayéndole a plomo deja de poder levantarse.

- Vamos gor... Steve, salta y abre otra puerta o salta contra él escaleras abajo.

Se me ocurre una idea desesperada que puede funcionar y si lo hace, si no me mata el vecino lo hará mi madre, pero de momento sólo me preocupo por el mostruo que sube por las escaleras. Me quito la camisa y la restrego por un lado en el limo del suelo por un sólo lado. La idea es hacer una especie de toalla adhesiva para tirársela a alguien a la cara, ya sea un perro, el vecino u otro.

Los monstranimales siguen ocupados con el raro líquido del suelo, así que de momento no son un problema a menos que acaben. Siguen siendo horriblemente horripilantes, tiemblo solo de recordar cómo se tiraron contra mí y no puedo evitar pensar que la mancha de mi pantalón y la asquerosa humedad de mis piernas ha sido poco con lo que podría...

Sube el vecino, por lo que lo que nos hagan los bichos ya no puede ser ni la mitad de malo. Steve sigue derribando las puertas buscando la salida, el raro no sé lo que hace y Daniel...

Miro a mi alrededor, pensando qué podría hacer. Me doy cuenta del recipiente que contenía lo que rechupetean los monstruos podría ser útil para darnos tiempo mientras las lonchas de Steve nos encontraban una escapatoria, así que con cuidado de no atraer la atención, me acerco.

Steve consigue saltar hacia vosotros, escapando de la sustancia pegajosa que por poco le ha dejado paralizado en la extraña habitación. Martín parece algo confundido quizás por el miedo e increpa a Steve para que cargue contra la puerta de afuera, mientras él intenta recoger esa sustancia pegajosa con su camiseta, la cual se queda pegada indelebremente en el suelo. Kyle se dirige hacía la habitación donde se encuentran los monstruos que siguen sorbeteando la extraña sustancia, rezando por que no le vean antes de coges la cubeta, que es bastante grande para poder tirarla por las escaleras.

Para entonces el vecino esta en el pasillo tapando vuestra única salida, su cara esta contorsionada en una mueca de furia, sobretodo al ver que habeis abierto varias de las habitaciones, por un momento se queda diciendose:- ¿Que voy a hacer? ¿Que voy a hacer? Tendre que volver a marcharme... Pero no puedo dejar testigos.- Se empieza a quitar el cinturón, empieza a avanzar hacia vosotros con una carente de emoción....

Paso de puntillas entre los animales, agachándome lo justo para coger el recipiente y avanzar hacia el pasillo. Veo al vecino, que ya ha subido, y le tiro el recipiente a las piernas para que tropiece y caiga por las escaleras.

Me habia quedado sólo con mi camiseta interior y había perdido un tiempo precioso. Ya siento al vecino y sus manazas a mi espalda. No sé qué hacer, no tengo la más remota idea, pero quedarme en el descansillo de la escalere esperándolo es algo que tengo claro que no voy a hacer. Yo ya he hecho demasiado y se me han acabado las ideas, lo único que se me ocurre es esconderme y esperar que encuentre a alguno de los otros antes para que lo distraiga y yo pueda salir por la puerta principal. No recuerdo haber oído que la haya cerrado con llava ni nada parecido ¿Verdad?

Kyle se acerca hasta el enorme recipiente que esta sujeto  por dos hierros ahderidos al suelo, por lo que no se puede soltar, pero si volcar, pero si lo hiciese el liquido caeria por todo el suelo cubriendo los pies tanto del resto de los niños como del hombre. Martín se oculta en el rellano de la puerta de la habitación intentando no pisar la sustancia pegajosa, para ver si en algún momento puede deslizarse lejos del hombre, su miedo hacia los hombres adultos le está haciendo mella y sus piernas tiemblan como si fueran un flan, pero parece no servirle pues el vecino dice mirandole con una mirada fria:-No os podeis ocultar en mi propia casa y...-Daniel en ese momento intenta escapar, pero con rapidez el hombre el captura y con el cinturón quitado se lo pone alrededor del cuello ahogandole con fuerza, pronto la cara de Daniel se empieza a amoratonar y sus ojos parecen salirsele de las orbitas mientras pierde el aire de sus pulmones.

No puedo soportar la presencia de ese hombre cerca mío y aun cuando veo cómo está estrangulando a uno de los niños, quizás precisamente por ello, no puedo pensar en otra cosa que volver al lado de mi madre y olvidarme para siempre de todo lo que aquí he visto. Parece que después de todo también me sumo a lista de meados en esta aventura. Aprovechando que está ocupado eliminando a posibles testigos, y habiendo empezado con Daniel directamente, intento escabullirme sin mirarle a la cara, porque estoy seguro de que si lo hago no podré volver a moverme nunca nunca más. Mi idea es correr escaleras abajo mientras está ocupado y rezar por llegar a la puerta antes que él, esperando que esté abierta. Es un tiro al aire, pero es lo único que me queda.