Partida Rol por web

Kanu sabía que los sueños como esos eran augurios traídos por los espíritus. Algo se acercaba a toda prisa, y probablemente se dirigía hacia la cabaña de Kilombo, no había tiempo que perder. 

De un salto se puso de pie y dio unos golpes con la palma de la mano abierta en las paredes mientras salía de su habitación. 

-¡Arriba!, algo se acerca y va hacia la cabaña del jefe de la tribu. ¡Rápido!- gritaba mientras agarraba sus abalorios y se los colgaba- ¡Vienen serpientes!

Tras dar el aviso, salió corriendo en dirección a la casa de Kilombo

La llamada de Kanu despierta a uno de los extranjeros que se queja en un idioma muy extraño. Nira despierta de su sueño algo confusa al oir los gritos de Kanu. El otro extranjero parece que sale en pocos segundos, ataviado con ropas extrañas y su arma. Los gritos empiezan a sonar en la jungla.

El extranjero sale fuera, a mirar, con vosotros, y en efecto, no sabéis qué ha sido, pero Kanu tenía razón. Os atacan las serpientes. Demasiadas serpientes. Nunca habíais visto nada igual. Una marabunta de serpientes está atacando la aldea de Babuka y son demasiadas. Véis como los guardias ensartan, hábiles, ensartan una o dos serpientes, pero en ese tiempo que ha dedicado, otras serpientes lo rodean, el desenlace es previsible. Algunos gritan de dolor, otros de miedo y delante vuestro se os acercan 3 serpientes negras pequeñas y 2 serpientes blancas. Miráis alrededor, hay serpientes por todos lados. Si consiguieseis matar a estas... las siguientes no tardarían en llegar, pero parece que están por todas partes.

-Atrás, atrás!- dice el extranjero mientras da un paso hacia atrás.

Su intención es entrar en la cabaña. La vuestra?

Continúo con todo el sigilo posible en dirección al origen de la melodía procurando no perder de vista a mi hermana, dejo a los guerreros del poblado la defensa y priorizo localizar el origen del problema.

La aldea de Babuka estaba infectada de serpientes, algunas acercándose hacia vosotros mientras sisean.

Entro a por mi daga. Vuelvo a salir y  trato de buscar una forma de trepar hasta el techo de la cabaña.

Dudo unos instantes, pero al ver que mi hermana se sube a la cabaña voy tras ella. Una vez arriba saco de su estuche mi arco, cubro de saliva la punta de una flecha y la poso en el arco, preparada para tensar y disparar a la primera serpiente que se acerque.

-No es la mejor opción.- Dice el extranjero mientras os coge y os impide trepar. - El techo es débil.

Evidenteme, las chabolas en ese lugar se habían hecho básicamente de hojas grandes y algunas cañas, para que el aire circulara y refrescase el interior y para que el agua no penetrase, pero a la vez, era bastante débil y no soportaría el peso de una persona en según que zona. Tras advertiros e intentar tirar de vosotros, sin demasiada fuerza, Valens entra dentro de la chabola y se dirige al fondo mientras grita algo en su idioma. Parece que avisa a su compañero. Mientras coge un hacha y empieza a darle a la pared de caña.

Fuera, una melodía suena cada vez más fuerte.

Miro con expresión de curiosidad morbosa la mano del extranjero que me sujeta y luego su ropa. ¿Cómo va vestido exactamente y cómo me ha cogido?

Mientras tanto espero la reacción de mi hermana y voy con ella, el techo será débil, pero nosotras somos ligeras y al menos debe soportar el peso de una persona para poder cubrirlo durante su construcción.

Me zafo del agarre del extranjero, le dedico una mirada de advertencia y continuo trepando hasta el techo.

Kanu pasó dentro con Valens. Valens estaba usando el hacha para abrir una apertura en la pared. Sabíais que era una de las chozas más alejadas del pueblo. Con suerte, las serpientes no estarían por esa zona. Leros acabó de despertarse y miró extrañado a Valens. No sabía qué hacía en su habitación, ni porqué estaba abriendo un agujeros con su hacha.

Se levantó de golpe y empezó a gritar en una lengua extraña. Valens le respondió y éste salió a la puerta de su habitación para comprobar, desde dentro, la situación.

Por la parte de Kanu, había empezado a gesticular y a hacer sonidos extraños.

Desde arriba, Lira y Nira veían bien la situación, y no era demiasiado agradable: mucha serpiente. No sabían si las serpientes podrían o no trepar por la pared de esa casa, pero si querían bajar por el lado opuesto tenían dos opciones, la primera era bordear el contorno de la chabola, la viga de caña que sostenía el peso era más grande de lo habitual, pero seguía siendo una caña, y si se resbalaban podían tener la mala suerte de caerse al lado de las serpientes. Por otro lado podían saltar de viga en viga, por el interior: mucho más complicado, pero si caían, lo harían con los extranjeros y el chico.

Viendo que por la parte trasera de la cabaña parece no haber aún serpientes, le indico a Lira de avanzar hasta allí, ya que luchar no parece una opción. Avanzo por el borde de la cabaña.